Hablar de los Weinstein es hablar de la muerte del cine independiente, de cómo la industrialización (recordemos que Miramax, la compañía que formaron primigeniamente acabó engullida por una major), el ego y la sed de premios y, sobretodo, de reconocimiento acabó tergiversando el concepto y haciendo las barreras a la hora de diferenciar lo que es el cine independiente de lo que no lo es, son más difusas de lo que las han sido siempre. El cine minoritario recluido en las salas de arte y ensayo dejó de serlo y ocupó los multicines de los centros comerciales mirando de tú a tú a los blockbusters de los grandes estudios. No es extraño que Tarantino, que casualmente logró hacer su cine de autor, algo popular y masivo, se asociase con ellos.
El éxito es lo que importa para ellos a costa de todo, de la calidad de la película, del montaje final, del modo en que se promocione (aunque ello traicione de forma traicionera y trapera) una película que sea el contrario de la película que finalmente verá el espectador.
Y con ellos llegaron las políticas agresivas de marketing para lograr alzarse con todos los premios posibles. Me temo que Lion es un paradigma más de todo ello, siendo una película que si bien tiene una serie de meritos que la hacen que la tengan en consideración, como un global resulta un producto mediocre que en el momento en el que se ve “The Weinstein Company” en los primeros segundos, ya comprendes cual es la única razón de su existencia.
Estructuralmente la película tiene una división cuasi simétrica en dos partes. Y con un contraste y una diferenciación claramente remarcada, hasta un punto que parecen dirigidas por dos personas distintas.
En la primera de ellas, probablemente sea en la que el director hace exhibición de un mayor despliegue visual. Especialmente en la primera mitad, a pesar de ser una película puramente narrativa clasicista, vemos un ritmo más pausado, un mayor número de divagaciones y de estilización de los planos. Aquí vemos (por encima de la segunda mitad) la mano del director.
Aunque por temática y premisa nos recuerde, en cierto sentido al neorralismo italiano o de Satyajit Ray, formalmente puede llegar a recordar a otros directores diametralmente opuestos como podría ser Ang Lee o, incluso, Terrence Malick, aunque también de obras como Bestias del Sur Salvaje. Por no hablar de la influencia más evidente que tiene la película (llegando incluso a tener al mismo actor protagonista): Slumdog Millonaire, sobre todo en las partes en las que ambas se ambientan en India.
La otra mitad, con el protagonista adulto, resulta una pieza infinitamente más convencional y poco inspirada. Con un ritmo fallido y una impostada intensidad que solo se sostiene gracias a la buena labor del reparto. Y eso último es lo que sabe aprovechar el realizador, ya que gira completamente alrededor de ello. Da un paso atrás toda la predominancia visual del tramo anterior, para dejarnos planos más cerrados, escenas puramente dialogadas para mostrar la labor de los actores y actrices por encima del todo.
Sin embargo, eso no sostiene el interés de la película, que, abandonando ese aspecto, hay un gran desnivel tras la elipsis en todos los aspectos que hicieron interesante e, incluso, visualmente evocativa a la primera parte del filme. Eso se hace patente cuando uno reflexiona sobre la cantidad de acciones que llevan a cabo los personajes para la consecución de sus objetivos, y cae en la cuenta de que suceden un mayor número de peripecias en la segunda mitad, aunque el interés sobre estas es escaso.
Los personajes no me resultaron creíbles, no tanto por el aspecto interpretativo, si no por las situaciones en las que se ven sumidos por un guion errático y dubitativo, con unos personajes que parecen actuar según convenga al desarrollo argumental. Además, tiene una serie de problemas de ritmo que hace que el espectador tenga la impresión de que la película se arrastra hasta un final completamente previsible. Eso sucede hasta tal punto que el espectador, cuando llega a un climax que pretende tocar todas y cada una de las teclas, ya ha desconectado y mirando el reloj en lugar de sentir el más mínimo atisbo de emoción.
Pero no solo eso se le puede criticar al guion, y es que parece tener un excesivo punto de vista optimista, siendo completamente irreal en muchos aspectos de la caracterización humana. Habiendo cierta ambigüedad en el primer tramo, desparece completamente en la segunda con una serie de personajes tan cándidos y sensibles que actúan en ocasiones de forma un tanto absurdas (¿O es que acaso la madre adoptiva no resulta un tanto exagerada en lo que respecta a la relación con sus hijos adoptivos? ¿nos tenemos que creer que el personaje de la novia consentiría todo por lo que le hace pasar el protagonista de forma estoica y comprensiva? ¿Por qué todos los personajes parecen llevarse bien con todos?).
A pesar de todo, los actores defienden con una gran clase a sus personajes. Dev Patel sabe manejarse bien en este papel que guarda ciertas similitudes al que ya hizo en la citada Slumdog Millonaire, aunque también es justo decir que en otras aristas el personaje es muy diferente al de la peli de Boyle. Logra transmitir esa sensación de desubicación y de la soledad, y la obsesión de forma bastante destacable. Rooney Mara, nos da un papel bastante distinto al que nos tiene acostumbrados, y lograr aportar distintas facetas de ella y su trabajo que hasta ahora no había explotado, aunque su papel sea más bien secundario y bastante esquemático. Nicole Kidman, por su parte, vuelve a estar un tanto sobreactuada, aunque se le nota un esfuerzo por contenerse más que en otros papeles, aunque no termine de resultar creíble (lo coloco junto al personaje de Winona Rider en Stranger Things). Pretende ser un come back, pero se queda a medio gas. Probablemente la gran sorpresa de este aspecto sea el primer papel que hace Sunny Pawar, interpretando al mismo personaje de Dev Patel durante su infancia, que prácticamente sostiene toda la primera mitad de la película sobre sus hombros y logra estar a la altura de las circunstancias, dando la que probablemente sea la gran interpretación del filme.
La fotografía opta por unos tonos fríos y apagados en el segundo tramo, que choca con la viveza más pura de las escenas ambientadas en India. Es un modo inteligente, aunque nada innovador ni sorprendente, de hacer que ese elemento de construcción de imágenes acompañe al estado anímico del protagonista (en la India, a pesar de todas las desgracias por las que pasó, se sentía más feliz que en ese mundo occidental donde la vida es infinitamente más sencilla y frívola, y los conflictos que surgen de otro carácter menos primario).
Lion es una película irregular (que además está realizada por un director primerizo: Garth Davis, que tiene escasos créditos, donde lo más destacado es la dirección de algunos episodios de Top of the Lake. Pero aún así, parece más una película del stablishment de diseño que una película de carácter personal con un mínimo exigible de honestidad), a la que se le ven los hilos de la manipulación emocional, que resulta forzosa en todo momento. Una obra bipolar que parece dirigida por dos personas distintas y que tampoco conmueve por tener una fuerza particularmente fuerte. Pero aún así, es una película que no resulta especialmente tediosa, una película familiar y amable que, quien busque eso, probablemente saldrá satisfecho. Quienes pidamos más que un mensaje positivista de postín, o la típica historia de superación y optimismo cómoda, más idealista que realista, por el precio de una entrada, no nos resultará fácil despreciar este producto e, incluso, convertirlo en una comedia no intencionada. Cosa que, seguramente no era la visión del director, que parece que solo está la primera mitad de la película. Misión fallida.
Dirección: Garth Davis. Guión:Luke Davies. Música: Volker Bertelmann/Dustin O'Halloran. Fotografía: Greig Fraser. Reparto: Dev Patel, Rooney Mara, Nicole Kidman, Sunny Pawar, Abhishek Bharate, Priyanka Bose, David Wenham, . Duración: 118 minutos. Productora: The Weinstein Company/Diamond Filmms/Screen Australia/See-Saw Films/Aquarius Films/Sunstar Entertainment/Narrative Capital. Nacionalidad: Australia/USA/UK. Hablar de los Weinstein es…
pelin dura la critica. es cierto que es bastante previsible, pero aunque solo sea por la primera parte merece la pena, dura y emotiva. y si alguien ha estado en la india, aunque la peli este ambientada en los 80 y haya mejorado ligeramente la situacion (muy ligeramente), sabrá lo que quiero decir. es el tipico drama con final feliz que tanto gusta por ahi
Abraham
4 febrero, 2017 21:45
Joder es un peliculón. No me puedo creer que La La Land tenga un 10 y esta un 5.5. Lo siento pero nada de cuerdo.
pelin dura la critica. es cierto que es bastante previsible, pero aunque solo sea por la primera parte merece la pena, dura y emotiva. y si alguien ha estado en la india, aunque la peli este ambientada en los 80 y haya mejorado ligeramente la situacion (muy ligeramente), sabrá lo que quiero decir. es el tipico drama con final feliz que tanto gusta por ahi
Joder es un peliculón. No me puedo creer que La La Land tenga un 10 y esta un 5.5. Lo siento pero nada de cuerdo.
bueno, yo solo puedo decir que la la land me puso una sonrisa de oreja a oreja