El pasado año Norma Editorial publicó en nuestro país
La historia de Museum se centra en el detective Hisashi Sawamura del Departamento de Homicidios de la Policía Metropolitana de Tokio. De naturaleza obsesiva, Sawamura es uno de los mejores miembros del cuerpo, pero a cambio ha descuidado su faceta como marido y padre. Después de que su familia le haya abandonado tendrá que hacer frente a uno de los casos más difíciles de su carrera, el de un terrible asesino que se oculta tras una máscara con forma de rana. Un delincuente brutal cuyos crímenes destacan por su extravagancia y crueldad. Este punto de partida sirve de base a un relato con grandes dosis de intriga, misterio y terror. Todo supeditado a sus arriesgadas vueltas de tuerca y una narrativa muy cinematográfica que evidencia aun más los referentes que conforman este drama.
Museum se traslada a la gran pantalla en una adaptación que le toma el pulso a la obra original de Ryousuke Tomoe, manteniendo en todo momento una fidelidad que se permite pocos cambios y discrepancias respecto a lo narrado en el manga. En parte, esto es una buena noticia para los aficionados que hayan disfrutado con este trabajo, pero al mismo tiempo les puede sacar del filme por la desgana y falta de tensión con la que la historia se plasma en pantalla. En este sentido, la trama ya esbozada por Tomoe en el manga, partida con el hándicap de no ser especialmente original; muy influenciada por las maneras de Hollywood su autor planteaba una obra ágil y entretenida, pero que reflejaba más una idiosincrasia propiamente estadounidense que una más cercana a los intereses y formas japonesas.
Esto resulta más evidente en la producción dirigida por Keishi Ohtomo porque no logra otorgar personalidad a la cinta y diferenciarla de otros acercamientos similares como si lograba el manga. La sombra de Seven de David Fincher es demasiado alargada y la comparación que ya se dejaba entrever en la obra original, pasa aquí a ser demasiado obvia, casi opresiva, haciendo de su metraje algo tedioso y predecible. Los rebuscados giros de la trama buscan desprenderse de este referente pero al hacerlo solo hacen que remarcar la línea de puntos que señala la comparación. El apartado visual de la cinta no consigue ser un valor añadido para paliar esta sensación. La fotografía y puesta en escena es monótona y gris sin lograr sacar partido a los elementos más característicos del filme: el modus operandi de los asesinatos y las particularidades que envuelven a su asesino.
Hay también un error de planteamiento en el ritmo de Museum, las escenas se suceden de forma vertiginosa y no hay casi tiempo para degustar el misterio y la intriga que nos propone el filme. No hay un gusto por el plano, por la reflexión y la pausa, tan habitual normalmente en el cine japonés. Esto hace que el conflicto se perciba como excesivamente ligero y pena a una trama sencilla y lineal que solo se ve sobresaltada por algunos flashbacks, insertados eso sí con inteligencia y de manera bastante natural. La banda sonora no sirve tampoco de aliciente para reseñar y/o apuntalar las escenas de mayor tensión de la historia colaborando así a lo anodino del resultado final de la producción. El desenlace se mantiene fiel al presentado en el manga aunque con alguna pequeña pincelada que al mismo tiempo que cierra la historia también deja abierta otras puertas.
En relación al reparto resulta acertado en términos generales, empezando por Shun Oguri (Crows Zero) que interpreta al detective Hisashi Sawamura. Este logra aportar cierta profundidad a su personaje y gana tablas a medida que el drama se adueña de la historia, si en algún caso aparenta sobreactuado parece más un defecto del conjunto que del propio intérprete. Haciéndose cargo de su némesis Satoshi Tsumabuki (The Assassin) que sabe aprovechar sus minutos en pantalla aunque su identidad se desvele demasiado pronto, posicionándose el thriller y la acción por encima del suspense. También captan nuestra atención Machiko Ono encarnando a Haruka Sawamura, la sufrida esposa de Hisashi; el veterano Yutaka Matsushige (Outrage Beyond) que construye a un policía duro y curtido con su Kozo Sekihata; y Shūhei Nomura (Flying Colors) que con su impresionable Junichi Nishino sirve de contraste y contrapunto en la historia.
Museum es una película que desgraciadamente tiende a la mediocridad dejando claro que no solo basta con ser fiel a la obra original que se adapta para realizar una buena película. En su aproximación al manga de Ryousuke Tomoe no cabe hacer ningún reproche a la producción de Twins Japan, pues no solo mimetiza su trama y sus personajes, sino que se esfuerza por retratar también su ambientación. Pero en términos cinematográficos su director Keishi Ohtomo no logra transmitir un mínimo de vida a su filme y náufraga en darle personalidad a su apartado técnico. El reparto sustenta el interés de una cinta que no se digiere mal, pero que tampoco deja gusto a nada. Museum decepciona porque sabe sacar partido a la historia que tiene entre manos y tampoco tiene el valor de proponer algo diferente y original.
Dirección - 5
Guión - 7
Reparto - 7
Apartado visual - 4
Banda sonora - 4
5.4
La adaptación de Museum producida por