#ZNCine – Crítica de Nerve, de Ariel Schuman y Henry Joost

Crítica de Nerve, la película dirigida por Ariel Schulman y Henry Joost.

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Dirección: Ariel Schulman/Henry Joost.
Guión:Jessica Harzer, basada en la novela del mismo nombre de Jeanne Ryan.
Música: Rob Simonsen.
Fotografía: Michael Simmonds.
Reparto: Emma Roberts, Dave Franco, Emily Meade, Miles Heizer, Machine Gun Kelly, Juliette Lewis, Kimiko Glenn, Samira Wiley.
Duración: 96 minutos.
Productora: Lionsgate/Allisons Shearmur Productions/Keep your Head/Supermaché.
Nacionalidad: Estados Unidos.

 

Hay un par de tendencias hacia las que el audiovisual está yendo en el siglo en el que nos encontramos. La primera de ellas es la espectacularización. En la ficción se puede ver en la producción de historias que son vendidas como algo más grande que la vida misma, absolutamente revolucionarias que van a marcar un punto de inflexión a nivel cultural, pero que generalmente se quedan muy lejos de ser lo que parecía. Y en la realidad, me temo que en un nivel masivo, los realities han ganado la partida. La información es cada vez más entretenimiento y menos servicio público, a favor de la espectacularización y el amarillismo siempre con la mentalidad de concentrar un mayor número de espectadores/ventas que la competencia, en un círculo vicioso que puede llegar a alcanzar niveles dantescos e insospechados de traición a la deontología.

Y por si fuera poco, la existencia de un medio como internet, el hecho de que todo el mundo tenga acceso a micrófonos, a cámaras ha provocado que todo el mundo sea creador audiovisual, con lo que la profesionalización de deja de lado para ponderar otra serie de factores a la hora que realizar algo trascendental. ¿Puede llegar más lejos un niño con una webcam que un director consagrado ahora mismo? Evidentemente. ¿Qué indica eso? Pues probablemente que no hayan reglas, que las diferentes industrias tradicionales hayan quedado heridas por un cambio de consumo y de producción que nos ha conducido a un punto que recuerda al que nos habló Coppola en el documental Corazones en las Tinieblas (salvo por la calidad estética y porque el profesionalismo está lejos de morir…).

Y sumemos otro par de ingredientes a la coctelera: el ego. Este fenómeno ha creado monstruos, gente que está dispuesta a alimentar su autoestima a través de me gustas en FB. Nuestras vidas han pasado a ser un evento a los ojos de los demás, que pagan por verlo a través de Retweets. Sin olvidar los charlatanes y profetas, que todo lo que cuelgan son dogmas de fe para una cantidad ingente de seguidores descerebrados, incapaces de forjar un criterio propio, así que roban y asimilan como suyos el criterio de sus gurús. En un contexto así, es muy sencillo formarte tu propio ejército de seguidores sectarios.

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Y, por último, que superan enormemente los beneficios de otras industrias culturales. Los videojuegos irónicamente, es el medio más popular, a pesar de ser los más elitistas económicamente. Y si por algo caracteriza a los videojuegos es la inmersión absoluta del espectador, que pasa a tomar una participación aún más activa que en su medio hermano: el cine. También la conectividad entre distintos jugadores es uno de los motores que alimentan el videojuego, tanto como medio, como máquina de generar billetes.

Y Nerve es reflejo de todo ello, o pretende serlo. La premisa: adaptar los juegos online a la vida real, la persona es directamente el jugador, que debe hacer desafíos (seleccionados por todos aquellos que estén presenciando la “partida”) directamente proporcionales a la ascendente cantidad de dinero que ofrecen de recompensa si logran superarlos. Tu sufrimiento como entretenimiento ajeno. La lejanía, la frialdad y el (supuesto) anonimato de estar a través de una pantalla.

Nerve es un producto autoconsciente del contexto en el que se encuentra, pero que intenta, desgraciadamente, ser más de lo que realmente es. Intenta tener un punto de crítica social, pero no se atreve a alcanzar el retorcimiento, la sorna, ni la sangrante precisión de Charlie Brooker, o de Sam Esmail (ni siquiera tengo claro si el mensaje es de aprobación de todo eso, no logra definirse). Pretende ser una película adolescente, pero tampoco resulta creíble ni por un instante, todo es demasiado artificioso y manido. Pretende ser una película visualmente innovadora, pero no logra tener ni una sola imagen que no nos suene o que nos resulte mínimamente apelativa.

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El guion a cargo de Jessica Harzer, basado en la novela de homónima de Jeanne Ryan, que recibió moderadas alabanzas, pretende ser una amalgama de muchas cosas, pero no logra decantarse por ninguna lo suficiente como para causar un impacto en el espectador. El tema que trata el libreto, se antoja en todo momento absolutamente superficial, al igual que los personajes. Las motivaciones y los conflictos de estos son sencillamente absurdos (aunque no creo que sea la intención de los directores), llegando a convertir la película, en una comedia no intencionada. Además, los personajes no pasan del cliché y tienen subtramas una y mil veces vista: la chica buena reprimida, el tipo malote (moto incluida, por supuesto) de los que solían pegar en las carpetas las quinceañeras, la amiga promiscua prepotente que además, oh! Sorpresa, es una cheerleader, el “pringao” enamorado de tal chica, pero frienzoned… La caracterización y la humanización de estos personajes brilla por su ausencia, provocando que el espectador no solo no se identifique con los personajes, si no que desean que sean exterminados a ver si logra la película finalizar. Teniendo esta base, lo audaz hubiese sido llevar la historia por terrenos novedosos para ellos, o sorprender de algún modo. Pero Harzer opta por lo esquemático, lo trillado.

Las peripecias y las cosas suceden porque sí, no veo una relación de causalidad que entreteje la obra de forma que den un producto consistente. Hay una serie de errores argumentales, que resultan tan evidentes que terminan siendo insultantes. Por otro lado, la película tiene problemas serios de ritmo con una serie de escenas que no aportan absolutamente nada al devenir de la trama, llegando a un climax loquísimo que produce una sensación de perplejidad, entiéndase, con una connotación negativa, al espectador.

El guion es ramplón, superfluo, tratando de ser engañoso, pero el espectador va en todo momento por delante. A su vez, es muy poco arriesgado, causando lo contrario al efecto que causa una historia hábilmente narrada. Y sobre todo, comete un error, y es que menosprecia constantemente al espectador de una forma burda.

La obra de Ariel Schulman y Henry Joost (que cuentan en su haber con el notable documental Catfish, donde narran una historia (si bien sospechosa) humana relacionada con Facebook, y los engaños que pueden darse, y las mediocres, si no infumables, secuelas de Paranormal Activity), se queda a medio gas en todos los aspectos, dándonos una historia anodina, y una realización absolutamente videoclipera que se unirá a las películas anodinas de este lamentable verano.

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Tal vez, el mayor acierto de los directores sean los momentos en los que narran las cosas visualmente a través de ventanas y pantallas. Considero que esta es una forma visual de contar historias y presentar personajes estimulante, que parece que la industria audiovisual mainstream logra integrarlo de forma cada vez mayor. Es evidente que las interacciones sociales han cambiado de forma dramática, a través de las redes sociales y de internet, y el audiovisual, como buen reflejo de la vida que es (o debería ser), está logrando introducirlo de formas progresivamente creativas. La obra, posee una estructura circular a nivel visual, ya que inicia (presentación de la protagonista) y finaliza (¿Qué fue de…? Postclimático) con sus respectivas de montaje con ventanitas de ordenador tomando la gran pantalla. A su vez, los mensajes de texto están insertados dentro del encuadre a buen tamaño… Que sea una buena aproximación, no lo convierte en un hallazgo. Hay obras como Open Windows, Sherlock o House of Cards, que ya han empleado y ahondado en esos recursos más hondamente, como bien analiza Tony Zhou.

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Schulman y Joost, resultan unos realizadores titubeantes, con escaso pulso dramático, que no logran hacer creíble ni un solo plano y que tratan de simular como una película posmoderna y pretenciosa, una obra que es tristemente convencional y desaprovechada. Cromáticamente, tiran de una paleta de colores vivos y estridentes en busca de dar una entidad estética al filme que, si bien, no desentonan ni resultan desagradables a la vista, están alejados de las intenciones que perseguían. Pensándolo fríamente, no encuentro ningún merito especialmente destacable por parte del equipo técnico que sea capaz de reseñar.

La labor de dirección de fotografía recae sobre Michael Simmonds, al cual los directores rescatan de su trabajo en las mencionadas secuelas de Paranormal Activity, realizando una labor recargada, pero con ningún plano que destaque visualmente ni aporte nada a lo que ya sea presenciado en otras producciones. Finalmente, su labor es eficaz, pero absolutamente invisible. Sin embargo, ese currículum le ha valido para posicionarse para llevar a cabo el mismo trabajo para la serie Vice Principals, de la HBO, una de las sorpresas del verano.

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El filme está protagonizada por Emma Roberts (sobrina de Julia), donde defiende de forma relativamente carismática su papel de teenager reprimida que busca la liberación personal a través del juego, aunque alejada de otros papeles como el que realizó en American Horror Story: Coven. Como interés amoroso tenemos a Dave Franco, (hermano de James), que no logra sorprender con su papel de malote-con-moto-interés-amoroso, dando una interpretación salvable, aunque olvidable (aunque es justo decir, que ninguno de los dos personajes no es que esté diseñado para lucir exactamente sus dotes interpretativas, precisamente. Me refiero a la inclusión de una de las escenas más gratuitas de dejar en paños menores a actores desde la que dio vida Alice Eve en Star Trek: En la Oscuridad).

En cuanto a los secundarios, tenemos a Emily Meade, la ¿Amiga? ¿Adversaria? de nuestra protagonista, resultando un papel tópico como todos, pero que Meade hace una interpretación digna, Miles Heizer como el colega friendzoned del personaje de Roberts, que convenientemente resulta ser un hacker de alto nivel, tal vez resulte el personaje y la actuación más anodina en una película en la que no hay nadie que brille con luz propia, y al rapero Machine Gun Kelly interpretando de un modo aceptablemente convincente, al vigésimo tipo duro, pero que a la hora de la verdad, tiene buen corazón esta vez, con estética a lo Mad Max (como bien reconoce el propio filme).

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Tal vez, en cuanto al reparto en esta película, lo más interesante provenga de tres cuestiones. La primera de ellas, un nuevo intento de recuperación de Juliette Lewis, que no está en su mejor momento. Pero queda relegada a unas pocas escenas, aunque hay que decir, que su personaje de madre preocupada, lo logra dotar de vida de una forma (hasta cierto punto) intensa, pero sin caer en excesos que te saquen del papel. Por otro lado, la incursión de unos brevísimos papeles de Kimiko Glenn y Samira Wiley, ambas actrices, participantes en la estupenda Orange is the New Black. Y, por último la inclusión del creador de videoblogs amateur muy cuidados directos para Youtube Casey Nestiat, con la búsqueda de acercar al cine a las nuevas generaciones, supongo.

A través de la selección de temas también se puede apreciar el target adolescente al que va dirigida la cinta. Canciones de grupos/”músicos” de pop/tecnopop discotecera que están en moda entre la gente comprendida en ese target de edad, y que no deja de sonar en las radios pop, pero que a un servidor les resulta más machaconas que melódicas, y que son una constante independiente si la escena incluye una peripecia o pretende resultar más íntima, salvo por la excepción del You Got It de Roy Orbinson, donde se nos presenta el personaje de Dave Franco, y tal vez, resulte el tema más decente de la banda sonora, que cuenta con escasos momentos de composiciones originales de Rob Simonsen, pero que, desde luego. No es memorable, es una cuidada selección de temas para un público objetivo determinado, que resulta cansino para cualquier persona alejada de esa clase de gusto volátil.

Nerve es una película ante todo un potencial completamente desperdiciado. Con una premisa más o menos verosímil, pero que en otras manos podría haber alcanzado unos picos que se queda lejos de atisbar. Con un tono más definido, con un posicionamiento claro respecto a lo que está tratando, con una puesta en escena más ambiciosa e imaginativa en algunos aspectos, y sobria en otros, unos personajes que salgan del cliché y sean medianamente tridimensionales, con un guion más cohesionado y menos tramposo, con un ritmo menos tedioso tal vez el resultado hubiese sido otro. Pero tendremos que conformarnos con otra película olvidable a la que sumar a esta nefasta temporada de blockbusters que ha pasado sin pena ni gloria por las taquillas y por el criterio de los críticos.

  Dirección: Ariel Schulman/Henry Joost. Guión:Jessica Harzer, basada en la novela del mismo nombre de Jeanne Ryan. Música: Rob Simonsen. Fotografía: Michael Simmonds. Reparto: Emma Roberts, Dave Franco, Emily Meade, Miles Heizer, Machine Gun Kelly, Juliette Lewis, Kimiko Glenn, Samira Wiley. Duración: 96 minutos. Productora: Lionsgate/Allisons Shearmur Productions/Keep your Head/Supermaché.…
Dirección - 5
Guión - 4
Reparto - 5.5
Apartado visual - 4.5
Banda sonora - 3.5

4.5

Vosotros puntuáis: 4.44 ( 3 votos)
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Igverni
Lector
7 septiembre, 2016 18:14

Lo cierto es que el trailer trasmitía una pinta de cutre y mala a más no poder. Por hablar que no solo te desvelaba el giro, sino que parecía que te estaban contando el 90% de la película. Así que no tenía ningún interés en ver la peli para empezar…

Aprovecho este post para daros las gracias a ti Pedro y al resto de compañeros del área de cine: Juan Luis, Luis Javier, Samuel y resto de redactores. Vuestras críticas son siempre estupendas de leer, aunque a veces nuestras opiniones no coincidan, y encima os toca «tragaros» bodrios y decepciones como esta solo para compartir con nosotros vuestras opiniones. Todos vemos con gusto Star Wars o Civil War, pero tener que ver esta NERVE (o similar) solo por nosotros los lectores requiere mucha fuerza de voluntad.

Aparentemente la profesión de crítico hoy en día está muy criticada (valga la redundancia) y devaluada, con gritos de boycotts y teorías de conspiraciones varias, pero tienen que ver de todo y no solo lo que les gusta, teniendo que tragarse muchos «sapos» una semana si y otra también. Y en muchas ocasiones gracias a vosotros descubrimos pequeñas grandes joyas que quizá no hubieramos visto si no fuera porque alguien nos la recomendó.

¡Va por vosotros!!

Juan Luis Daza
Autor
9 septiembre, 2016 1:13

Muy buena reseña Pedro, tanto que me ha quitado del todo las pocas ganas que tenía de ver esta película, de modo que la dejo en el limbo por tiempo indeterminado.

Pd: Igverni, gracias por tus palabras, que no se diga que el equipo de ZNCine no se sacrifica por el prójimo 😉

Igverni
Lector
En respuesta a  Juan Luis Daza
9 septiembre, 2016 8:09

😀