#ZNCine – Doctor Extraño. La redacción opina

Después de unas semanas de su estreno, nos enfrentamos a lo desconocido con la nueva producción de Marvel Studios dedicada al Hechicero Supremo

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Dirección: Scott Derrickson
Guión: C. Robert Cargill, Thomas Dean Donnelly, Joshua Oppenheimer, Jon Spaihts
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Ben Davis
Reparto: Benedict Cumberbatch, Chiwetel Ejiofor, Rachel McAdams, Michael Stuhlbarg, Mads Mikkelsen, Tilda Swinton, Neve Gachev, Amy Landecker, Scott Adkins, Dante Briggins, Tony Paul West, Daniel Eghan, Annarie Boor, Jill Buchanan, Pezhmaan Alinia
Duración: 115 minutos
Productora: Marvel Studios
Nacionalidad: Estados Unidos

 

Hace unas semanas se estrenó la esperada película de Marvel Studios protagonizada por el Hechicero Supremo de la Casa de las Ideas. La producción es un nuevo paso en el organigrama de la compañía adentrándose en una interesante variante del cine de superhéroes de la actualidad todavía por explorar. El Doctor Extraño de Scott Derrickson no ha venido a negociar, ha llegado para formar parte de un universo cinematográfico que no ha dejado de crecer película a película desde el estreno en 2008 de Iron Man. Ha llovido muchos desde entonces pero Marvel Studios ha conseguido desde entonces reponerse de sus baches para adscribirse a una exitosa trayectoria que le ha permitido afrontar riesgos más altos como la presente Doctor Extraño. La película tiene como principal reclamo en su reparto al carismático actor británico Benedict Cumberbatch encargado de encarnar al principal poseedor del Ojo de Agamotto.

El filme por ahora ha respondido en taquilla acumulando más de 509 millones de dólares sumando su recaudación en Estados Unidos y en el resto del mundo. La continuación de las aventuras del Doctor Extraño están aseguradas. En su desembarco en nuestro país el compañero Samuel Secades ya nos ofreció unas primeras impresiones sobre la última película de Marvel Studios. Hoy, como suele ser habitual en ZN, preguntamos a otros redactores por su opinión respecto a esta adaptación. Han sido invocados para rendir cuentas Alejandro Ugartondo, Cristian Miguel Sepúlveda, Daniel Gavilán, Igor Álvarez Muñiz, Jordi T. Pardo, Juan Luis Daza, Luis Javier Capote Pérez, Miguel Ángel Crespo López, Nacho Teso, Pedro De Mercader y Raúl Silvestre. Estas son sus impresiones sobre la cinta del Hechicero Supremo de Marvel Studios. ¡Por los Vishanti! Y si por un casual no estás al día sobre la historia de este personaje en los cómics no te pierdas el artículo de nuestro compañero Arturo Porras: Doctor Extraño. La erótica de mística.

Dormammu, vengo a negociar, por Alejandro Ugartondo

La versión cinematográfica del Doctor Extraño era una de las adaptaciones a la gran pantalla más esperadas por los aficionados Marvel al tratarse de uno de los personajes más carismáticos de dicho Universo y también uno de los menos conocidos por el gran público. Las expectativas eran altas así como la curiosidad por saber cómo se había trasladado el psicodélico mundo de la magia a la gran pantalla. El resultado sólo se puede clasificar de triunfo, tanto de la película como de la fórmula Marvel.

Con Doctor Strange, Marvel sigue fiel a su fórmula, presentando a personajes nuevos para el gran público con una película de origen, narrando el camino del protagonista que le lleva a convertirse en el héroe. Hay poco riesgo en el planteamiento de la propuesta aunque mucho oficio y unos resortes que la productora tiene bien engrasados para conseguir el aplauso del público especializado (los lectores de cómics) y del público general: un protagonista carismático, una historia básica pero bien escrita, los inevitables toques de humor y los elementos justos para vincular la propuesta con el resto del Universo Marvel cinematográfico.

Hay grandes aciertos en la cinta, como el casting, acertadísimo en general y especialmente en la elección de su protagonista, un Benedict Cumberbatch que sabe hacer suyo el personaje y al que dota de todo el carisma y presencia que éste necesita. También está muy acertada la modernización que se ha hecho del entorno del personaje que sin embargo conserva buena parte de la esencia del mismo. De la misma forma, los guiños a los aficionados de toda la vida al personaje están ahí para deleitarnos sin afectar para ello a la accesibilidad de la película al público general, y en especial la factura visual apabullante, insinuada en los trailers pero que va más allá de lo visto en ellos y que enlaza con la rica imaginería visual que acompaña al personaje desde los tiempos en los que Steve Ditko diseñó el los mundos en los que se mueve el personaje.

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Respecto a los cambios, el más importante lo tenemos en el sexo y la raza del personaje del Anciano, convertido aquí en una mujer blanca. A pesar de la magnitud de los cambios el resultado es plenamente satisfactorio en buena medida por el buen trabajo de Tilda Swinton y por un guion que le da al personaje el peso y la ambigüedad necesarios para hacerlo interesante. Menos acertados son los cambios efectuados en el papel de Mordo, y no por el cambio de color de piel sino por lo desdibujado que resulta el personaje.

En definitiva, estamos ante una buena película que mantiene vigente la fórmula Marvel y que consigue cumplir todos sus objetivos con solvencia aunque deja con cierto regusto amargo al pensar que esta era la película perfecta para intentar arriesgar un poco más y alejarse de la fórmula para conseguir algo único y extraordinario como el propio personaje principal.

El personaje – Doctor Extraño

La escena – El primer viaje dimensional del Doctor Extraño

Ranking Marvel Studios – Está en el top 5

Dormammu, vengo a negociar, por Cristian Miguel Sepúlveda

Para un DCeíta como yo, que sabe poco de Marvel, y mucho menos de un personaje como el Doctor Extraño, del cual solo he leído el primer arco de la reciente etapa de Jason Aaron, plantarse en el cine a ver una película de este personaje bastante desconocido para mí suponía una experiencia en la que no tenía nada que perder. Puesto que no conocía el origen del Doctor, ni prácticamente sus personajes secundarios, iba libre de cualquier prejuicio o, mejor dicho, exigencia que podría tener en cuenta tratándose de una adaptación, y esto es sin duda alguna una gran ventaja. De todas formas, nunca me han gustado las adaptaciones literales, prefiero que haya variaciones importantes que aporten aspectos interesantes. Y el resultado de todo esto ha sido satisfactorio, pero con matices.

El arranque de la película es genial, con un soberbio Benedict Cumberbatch rebosando carisma por todos sus poros, y con una evolución muy bien construida del personaje, con su caída y resurreción correspondiente. La primera y segunda mitad de la película de hecho están muy bien equilibradas, y sin duda la gran virtud que surge de esto es que no aburre en ningún momento, ni se notan bajones de ningún tipo, lo que habla muy bien de los guionistas, y especialmente de su director, Scott Derrickson. Y, por supuesto, el apartado visual, que es el gran punto fuerte del filme, y que le diferencia de lejos con otras películas del estudio e incluso del género superheroico. La arquitectura de los diseños y los efectos visuales está tan bien construida que realmente daba la impresión de estar en el mundo psicodélico, mágico y extraño del Doctor.

Otros personajes a destacar, como Christine Palmer, muy bien interpretada por Rachel McAdams, Wong por Benedict Wong, o la sorprendente Anciana por la camaleónica Tilda Swinton, acompañan a la perfección y sirven de complemento al Cumberbatch todoterreno que se come la pantalla en cada escena que aparece. Sin embargo, considero que los villanos están muy desaprovechados, algo muy característico por otra parte en Marvel Studios. Principalmente el personaje de Mads Mikkelsen, el cual ni siquiera recuerdo el nombre por lo anodino del mismo, podría estar mucho más aprovechado por el carisma del actor, que rivalizaría a la perfección con el de Cumberbatch como antagonista. También destacaría en este aspecto a Mordo, personaje antipático donde los haya, y sobre todo mal construido, con una segunda escena poscréditos que demuestra una evolución del personaje absurda y abrupta, por mucho que tenga que tener coherencia con el villano homónimo del cómic, es decir, no me convence en absoluto la transformación de héroe a villano del Barón Mordo. Aunque lo peor sin duda son los chistes, chascarrillos y momentos cómicos en general, que a pesar del esfuerzo de Cumberbatch no funcionaban, y por primera vez en una película Marvel no me han arrancado ni una misera sonrisa. De hecho, me sacaban de la película en todo momento, y han llegado a rozar el ridículo en diversas ocasiones.

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En definitiva, Doctor Strange es una buena película Marvel, que sigue la fórmula del estudio a rajatabla, y que por extraño que parezca tas tantas películas, sigue funcionando bastante bien. Me hacen falta escenas, personajes y sobre todo narrativas más arriesgadas, que rompan con lo establecido, al menos un poquito, y que sorprendan al espectador que, tarde o temprano, acabará por cansarse de la misma fórmula. De hecho, he de confesar que cada vez que revisito una película Marvel, me gusta menos, y algunas directamente no puedo acabarlas en el revisionado. Pero mientras me lo pase bien en el cine, de momento supongo que me sirve.

El personaje – El Doctor de Cumberbatch, nueva piedra angular carismática del Universo Cinematográfico Marvel. Tiembla Tony

La escena – Voy a ser un poco original y elijo la escena poscréditos del Doctor con Thor, genial de principio a fin, probablemente la mejor poscréditos del MCU, y te deja con la boca agua esperando Thor Ragnarok, la cual adquiere mucho más interés al saber que aparecerá Cumberbatch

Ranking Marvel Studios – Haciendo un símil futbolístico, estaría en puestos de Europa League, es decir, quinta o sexta

Dormammu, vengo a negociar, por Daniel Gavilán

Poco se puede dudar a estas alturas de que Marvel Studios tiene muy claro lo que quiere, y que no se complica la vida a la hora de llevarlo a cabo con incontestable precisión. Habiendo tanto en Doctor Strange de la personalidad de Scott Derrickson como en un Big Mac del cocinero que la prepara, las películas de la compañía capitaneadas por Kevin Feige están más cerca de ver un episodio de Doctor Who o de las dos secuelas de Star Wars de los ochenta que de lo que habitualmente solemos entender como película con toda su entidad propia, narrativa autocontenida y todo lo demás. Como ponerte el nuevo capítulo de Juego de Tronos, salvo que en lugar de hacerlo en el salón de tu casa te tienes que trasladar a un cine.

Cuenta con más medios y es un poco más largo, sí. Pero teniendo en cuenta lo que se hace en el mundillo de las series actualmente, tampoco es que sea una diferencia tan visible. Lo que si lo es, es que aunque si aceptamos el UMC como serie emitida en cines, han conseguido ser contundentemente buenos a la hora de currarse cada uno de sus episodios, mimándolos con tal esmero que uno no puede dejar de tragarse la hamburguesa satisfecho, dejar propina y despedirse con un “hasta luego” sabiendo que va a volver. No dejan de ser hamburguesas, sí. Pero ellos nunca han pretendido otra cosa ni pasar a la Historia de la alta cocina con cinco estrellas Michelín.

Plenamente conscientes de que sus películas no son otra cosa que comerciales hipertrofiados con los que promocionar sus personajes y productos, Marvel se esfuerza en que al menos sean buenos comerciales. Y son tan buenos que no solo disfrutamos sus desfiles de figuras de acción, superpoderes y otros items y gadgets con los que luego vendernos tazas, posters, comics, recopilatorios y jueguetes varios, sino seguimos pagando por estos comerciales con el mismo entusiasmo que el primer día. En este sentido, Doctor Extraño es uno de los mejores anuncios promocionales de dos horas que su cadena de producción ha parido hasta la fecha. En parte porque no llega a las dos horas, y en parte porque sabe entender que lo que enganchó del personaje no fueron sus grandes historias repletas de discursos sobre la realidad, el concepto de lo humano y demás blablablas que tanto disfrutamos con Neil Gaiman o Alan Moore.

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La conexión emocional con el Doctor Extraño pertenece a un tiempo mucho más lejano en el que -como lectores de cómics- todavía eramos niños que se dejaban deslumbrar por las luces y sonidos que algún antiguo mago cósmico hippie trastornado por el consumo de ácido hacía danzar a su antojo. Eso es exactamente lo que nos ofrece la película acompañado con unas interpretaciones formidables, buenos personajes de los que apenas se llegan a intuir las virtudes pero no cargan y una historia suficientemente sólida y con suficientes capas lecturas para que tampoco falte la impresión de que se nos está contando algo. Nada, quitando su desbordante apartado visual supone ninguna novedad respecto a lo que cualquier otra película Marvel nos haya ofrecido antes, pero si bien en lo segundo ya suponen una apreciable mejora frente a otras películas Marvel, en lo primero Doctor Strange es genuina y muy difícilmente superable espectacular, mereciendo con creces cada céntimo que se pague por la entrada.

El personaje – La Anciana, Tilda Swinton en perpetuo estado Zen

La escena – El combate final con toda su inventiva y la más espectacular representación que se podía haber dado del villano clásico

Ranking Marvel Studios – Cuarta por detrás de Guardianes de la Galaxia y Civil War, ahí ahí con Soldado de Invierno

Dormammu, vengo a negociar, por Igor Álvarez Muñiz

Ya desde su anuncio me daba la impresión que la película del Doctor Extraño es la que más difícil lo tenía dentro del Universo Cinematográfico Marvel por tres motivos, a saber, porque estamos en un momento en que la ciencia ficción y la ciencia en sí tienen más atractivo que la magia, porque estamos en general cansados de películas de orígenes de superhéroes y porque la fórmula Marvel está al borde del abismo de la saturación, por mucho que funcione, mientras que a favor tiene lo mismo que sus predecesoras, la concepción como público de que solo vamos a desconectar y no a ver una de esas maravillas que nos vuelen la mente. Pues con todo ello en contra estamos ante una película que aun repitiendo formulas se alza como de lo mejor que ha hecho Marvel en el cine. El soso argumento que nos cuenta la misma historia que conocemos de siempre, en especial si somos lectores del personaje, está totalmente eclipsado por un elenco de actores impresionante, una selección que nos hace olvidar que el borde de Wong acabará por ser su gran compañero, que el simpático y comprometido con el bien Mordo se volverá un (gran) villano, que Tilda Swinton interpreta un papel al que se le ha cambiado el genero y que Sherlock puede ser también Stephen Strange, pocos como Benedict Cumberbatch son capaces de hacer avanzar al personaje del egocéntrico doctor al futuro Hechicero Supremo. A esto hemos de añadir que el humor, nos guste o no, sigue funcionando hasta el punto de hacer que una capa sea un gran personaje y que los guiños de Marvel molan, ver los artefactos mola, ver la muerte de Daniel Drumm mola más (el bastón del Tribunal Viviente no, el palillo para los dientes tal vez).

Traer la magia al cine de Marvel era tarea complicada, de hecho la única oportunidad que habían tenido hasta el momento era con las películas de Thor y, por algún motivo que aun no comprendo, decidieron cambiarlo por una suerte de alienígenas encubiertos, con elfos montados en naves, pero la cinta de Scott Derrickson no se anda con esas tonterías, va al grano con la magia y sin inventarse nada propio va a la fuente de los propios cómics de Extraño, lo que se agradece enormemente y eso que muchos temblamos pensando que iban a tirar por caminos menos psicodélicos y muy cercanos a la película Origen, ¡Ay Marvel! como nos engañas con los trailers y menudo pedazo de primer viaje astral que os habéis currado.

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Un punto negativo importante es el villano que es poco más que un cero a la izquierda, pinta mucho mejor lo que pueda pasar en un futuro con Mordo, pero no olvidemos que es una película de presentación del héroe y que Marvel no se está haciendo famosa en el cine por presentar grandes villanos precisamente así que en eso podemos decir que está a la par con el resto solo que gana en la resolución, la pequeña escena con Dormammu (también interpretado por Benedict Cumberbatch) y su forma de acabar con la amenaza, con esa famosa ya escena generadora de memes, está en el top de situaciones en el cine de Marvel. En definitiva podemos concluir que es una cinta muy bien grabada, muy entretenida, muy bien actuada y que deja abierto un prometedor camino para el futuro del personaje en el cine, tanto solo como en grupo.

El personaje – Benedict Cumberbatch es el Doctor Extraño en todos sus pasos

La escena – Dormammu vengo a negociar… y todas sus variantes

Ranking Marvel Studios – Por encima de la media y seguro que por debajo de su segunda parte

Dormammu, vengo a negociar, por Jordi T. Pardo

Parecía que la magia nunca iba a llegar a las películas de Marvel Studios; hasta ahora la compañía la había eludido de todas las maneras posibles en sus películas -especialmente en las producciones de Thor- apelando al comodín de la «pseudociencia» tan ligada a las historias de superhéroes. Había muchas dudas con Doctor Extraño, sobre todo después de ver unos tráilers que apuntaban a simple y descarado refrito de la imaginería que Christopher Nolan había desplegado hace unos años en una producción como Origen. Pero la película guardaba algunos interesantes trucos y ases en la manga; la puesta en escena de Doctor Extraño estriba entre lo comedido de su filosofía, la estética en ocasiones deudora de un cierto racionalismo de la magia y sus fronteras, pero también, y muy importante, su riesgo al abordar de la misma manera pasajes realmente espectaculares y potentes que nos retrotraen a las viñetas y la imaginación de Steve Dikto.

La caracterización de Stephen Strange, con los rasgos de Benedict Cumberbatch, resulta modélica en la mayoría de sus aspectos; reinterpretando la mitología a su alrededor para adaptarla al universo cinematográfico del que está destinado a formar parte, pero con un apego notorio al Hechicero Supremo de las viñetas que lo hace fácilmente reconocible en cuerpo y alma para los aficionados. La dirección de Scott Derrickson se amolda a la mentalidad de artesano pretendida por Marvel Studios y que hasta el momento solo habían sabido bordear con relativo éxito cineastas como Joss Whedon o James Gunn. El responsable de Sinister o El exorcismo de Emily Rose mantiene el sello de identidad de este tipo de películas; Doctor Extraño se adscribe punto por punto al relato de orígenes y las taras propias de las producciones de Kevin Feige, pero el material a adaptar acaba siendo más propicio y agradecido para al menos poner en jaque algunas de las convenciones del género en sus aspectos temáticos y visuales.

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En lo negativo, Doctor Extraño mantiene esa dolencia que aqueja a la mayoría de películas de Marvel Studios: el escaso carisma de sus villanos y su nulo apego a sus homólogos de papel. Todo ello pese a la voluntad y talento que muchas veces ponen los actores escogidos para desempeñar estos roles, como es el caso del presente Mads Mikkelsen encarnando en esta historia a Kaecilius, un personaje que se desentiende aquí de su estética casposa en las viñetas delos cómics pero no consigue a cambio que su representación cinematográfica nos resulte atractiva. Por suerte, Benedict Cumberbatch está bien arropado en su primera aventura como el Hechicero Supremo, con un reparto en el que destaca la presencia de Chiwetel Ejiofor, interpretado al Barón Mordo, o Tilda Swinton como El Anciano. El resto es una producción resultante de aplicar a rajatabla el esquema Marvel Studios, con sus aciertos y defectos a flor de piel, con ciertos caminos habitualesw, pero con un personaje que sí se siente como un punto de ruptura con lo que habíamos visto hasta hora. Esperemos que la magia sea ese revulsivo que necesitan las futuras producciones cinematográficas de la Casa de las Ideas.

El personaje – La capa de levitación.

La escena – El primer viaje astral de Stephen Strange.

Ranking Marvel Studios – La tercera en discordia junto a Capitán América: El Soldado del Invierno y Guardianes de la Galaxia.

Dormammu, vengo a negociar, por Juan Luis Daza

El éxito de cintas como Guardianes de la Galaxia o Ant-Man sirvió para que los mandamases de Marvel Studios tantearan el terreno para saber si la adaptación a imagen real de personajes secundarios del mundo de las viñetas de la Casa de las Ideas era viable de cara a la taquilla y el resultado contra todo pronóstico fue muy positivo. Gracias a la aceptación de los films de James Gunn y Peyton Reed podemos disfrutar de esta Doctor Strange con la que la división cinematográfica de Marvel ha llevado a imágenes las aventuras del Hechicero Supremo creado por el guionista Stan Lee y el dibujante Steve Ditko en el año 1963 para la colección Strange Tales y cuya vida editorial se extiende hasta nuestros días con series protagonizadas por Stephen Strange en solitario o en compañía de otros superhéroes de la afamada editorial norteamericana, todas ellas ideadas por guionistas como Roger Stern o Roy Thomas e ilustradores de la talla de Gene Colan o Mike Mignola.

Para esta traslación de las aventuras del mago más importante de Marvel Comics el productor Kevin Feige y su séquito de colaboradores solicitaron los servicios del director estadounidense Scott Derrickson, un profesional que cumple el perfil habitual buscado por la factoría de artesano que se adapta al material que ponen en sus manos, aunque en lo referido a su persona sus mayores éxitos han tenido lugar en el género de terror con Hellraiser: Inferno, El Exorcismo de Emily Rose, la primera entrega de Sinister o Líbranos del Mal, aunque también coqueteó con la ciencia ficción en el paupérrimo remake de Ultimatum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still). Al guión encontramos al mismo Derrickson, a su colaborador C. Robert Cargill o a Jon Spaihts (Prometheus) y en el reparto nombres de primer orden como Tilda Swinton (¡Ave César!), Chiwetel Ejiofor (12 Años de Esclavitud), Mads Mikkelsen (La Caza) Rachel McAdams (True Detective) encabezados todos por Benedict Cumberbatch (Sherlock) dando vida al ínclito doctor.

Con su última producción Marvel Studios ha vuelto a conseguir un taquillazo que también ha sido muy bien recibido por la prensa especializada en líneas generales. Doctor Strange es una magnífica muestra de cine comercial, una nueva pieza dentro del engranaje del universo cinematográfico de la Casa de las Ideas que conteniendo en su interior la ya clásica fórmula de la productora añade un plus de originalidad con respecto a la mayoría de proyectos basados en personajes superheróicos con los que va a compartir universo fílmico, precisamente porque Stephen Strange no es uno de ellos, o al menos no uno al uso o en el término más ortodoxo de la palabra y este matiz de excepcionalidad es al que se aferran Scott Derrickson y sus colaboradores para narrar el origen del neurocirujano engreído y altivo que tras sufrir un accidente de tráfico que deja inutilizadas sus manos para ejercer su trabajo y con la intención de encontrar una cura a sus lesiones acaba descubriendo un mundo de artes místicas en el que se convertirá en una pieza clave para combatir las fuerzas oscuras que amenazan nuestro planeta.

Doctor Strange vuelve a ser una muestra del cuidado y la dedicación que Marvel Studios están poniendo para mantener el nivel de calidad en su ya más que asentado universo. Esta producción de 2016 trata por todos los medios de ofrecer un producto adscrito a la mejor cara del cine comercial hollywoodiense propio del siglo XXI pero sin olvidar la fidelidad a los más de cuarenta años de vida editorial del personaje de Stan Lee y Steve Ditko. Por eso con el largometraje de Scott Derrickson nos encontramos con un ejemplo prototípico de blockbuster revienta taquillas, pero que paga su deuda con el mundo de las viñetas por medio de incontables referencias a la psicodelia primigenia de las historias ilustradas por Ditko, al tono más siniestro y esotérico de Gene Colan e incluso al clasiscismo bien entendido del Marcos Martín de la saga El Juramento, una de las mejores sagas de la historia reciente del personaje escrita por Brian K. Vaughan, autor de obras de culto como Ex Machina, Saga o Y: El Último Hombre. Todo eso consiguiendo una armónica convergencia entre tonos tan distintos nacidos en los cómics que en pantalla se ven totalmente cohesionados con la historia gracias a la sabia puesta en escena de la obra.

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Todo el microcosmos relacionado con Stephen Strange está aquí, dosificado y concentrado para que el fandom pueda reconocerlo y el espectador neófito descubrirlo por primera vez. El Ojo de Agamotto, la Capa de Levitación, «El Anciano» (o más bien su réplica femenina) Dormammu, el Barón Mordo, Wong, todo el ideario, parafernalia mística y los roles secundarios hacen acto de presencia durante el agradecido metraje y son abordados con la fidelidad esperada. Scott Derrickson toma una puesta en escena tan impersonal como visualmente abasalladora (el clímax final es brillante técnicamente) y aunque es cierto que estilísticamente hay similitudes con la soberbia Inception de Christopher Nolan con toda esa realidad que se repliega sobre sí misma deformando y deconstruyendo la arquitectura a placer los conocedores de las viñetas saben que estos juegos narrativos y conceptuales los ofrecían los cómics del personaje protagonista hace décadas. En ese sentido los precursores del proyecta dan nuevamente muestras de haber hecho los deberes como es debido con respecto a conocer el material original en el que se sustenta la obra cinematográfica.

Benedict Cumberbatch es el rey de la velada y a lo largo de todo el metraje demuestra que nació para interpetar a Stephen Strange, aunque su aspecto físico diste mucho de ser el más parecido al de la versión en viñetas que los fans conocemos desde hace décadas. El intérprete de Khan de Star Trek: En la Oscuridad o el Alan Turing The Imitation Game ofrece de manera sabia y elegante el necesario equilibrio entre egoismo y presuntuosidad durante la primera mitad del metraje su obsesión por descubrir las artes místicas en el ecuador del relato y la reafirmación de su posición como Hechicero Supremo en la recta final donde vemos por fin al rol clásico de los cómics tomar forma en pantalla. El británico hace suyo al Doctor e incluso consigue que los pequeños apuntes de humor que utiliza la cinta en ciertas ocasiones del desarrollo de la trama no chirríen de cara al espectador o desentonen con el matiz más solemne del grueso de la obra y eso que los mismos recaen casi siempre sobre sus hombros. Será interesante verle en un futuro intercambiar diálogos con el Tony Stark de Robert Downey Jr.

Dentro de los secundarios tenemos luces y sombras y no precisamente por la labor del magnífico reparto. En cuanto a los aciertos tenemos el mayúsculo de haber dado el papel de «La Anciana» a una enorme Tilda Swinton que una vez más explota al máximo su físico de naturaleza casi andrógina transmitiendo a la platea la templanza, ambigüedad y el estar creyéndose en todo momento un papel con unos poderes sobreesdrújulos en las antípodas de los roles que suele interpretar. Muy buen trabajo también de Chiwetel Ejiofor con el germen de lo que en entregas posteriores puede ser un gran Barón Mordo, Benedict Wong da con mucho oficio la réplica al protagonista de Benedict Cumberbatch y aunque entre en la galería de villanos poco perfilados y aprovechados el Kaecilius de un siempre magnífico Madds Mikkelsen tiene la suficiente presencia física y transmite los niveles justos de amenaza como para que su personaje no sea desdeñable. La peor parte se la lleva Rachel McAdams que dando vida a Christine Palmer queda reducida al típico prototipo femenino propio de la ficción cinematográfica comercial americana que no deja de ser un añadido para inyectar más dramatismo al masculino.

Aunque sigue casi a pie de la letra la «fórmula Marvel Studios» sin salirse demasiado por la tanjente esta vez Kevin Feige y sus asalariados han sabido ofrecer algo más original y atípico dentro del Universo Cinematográfico de la Casa de las Ideas como en su momento hicieron la inesperadamente autoparódica Iron Man 3 de Shane Black o la gamberra y chulesca Guardianes de la Galaxia de James Gunn. Scott Derrickson y sus colaboradores han ejecutado perfectamente su labor de mostrarse como competentes artesanos colaborando por un bien (lúdico y económico) mayor y tanto la taquilla como la prensa especializada han respondido muy positivamente. Menos conservadora que la por otro lado potente Capitán América: Civil War, mucho más compacta que la divertida pero intrascendente Escuadrón Suicida y más rupturista que la continuista pero recuperable X-Men: Apocalipsis, Doctor Strange sería la película inspirada en cómics del año si no fuera porque a día de hoy todavía mi corazón se va volando con cierto mercenario canadiense pansexual y con graves problemas cutaneos que dificlmente perderá durante lo que queda de 2016 el título de mejor cinta protagonizada por ¿superhéroes? de la temporada.

El personaje – Como elegir al Doctor será lo más común me quedo con «La Anciana» de una soberbia Tilda Siwton y su magnífica última secuencia

La escena – La batalla final con Strange jugando a placer con el tiempo en las calles de Hong Kong

Ranking Marvel Studios – En el Top 5 o en los límites del mismo

Dormmammu, vengo a negociar, por Luis Javier Capote Pérez

Si hace veinte años me hubieran dicho que el Doctor Extraño tendría su propia película y que esta contaría con un reparto de intérpretes de primera fila, así como con un presupuesto digno de una película de serie A, probablemente me hubiera dado un ataque de risa. A mediados de los noventa, las posibilidades de que algún personaje de la escudería marveliana saliera en alguna película medio decente iban de lo escaso a lo nulo. Intentonas como las perpetradas con el Capitán América o el Castigador redundaban en la idea de que mientras la casa de las ideas no gestionara mejor los derechos para crear obras derivadas de sus tebeos, sería DC –por ser propiedad de Time Warner- la que tendría la suerte –buena- de contar con películas con presupuesto. Por otra parte, los medios técnicos para llevar a la imagen real a coloridos empijamados sin que el asunto no degenerara en comedia bufa aún estaban por conseguirse.

Sin embargo, hay que reseñar el hecho de que Stephen Extraño tuvo el honor de ser uno de los pocos elegidos en tentar la suerte de la pantalla, en este caso pequeña, en la forma de un episodio piloto que no llegaría a convertirse en serie:

La cosa no prosperó, aunque el viaje psicodélico de este Doctor Extraño setentero sería homenajeado en la película de 2016. Quince años después, la productora Full Moon Entertainment lanzaría al mercado una versión apócrifa de las aventuras del maestro de las artes místicas, bajo el título de Doctor Mordrid. El nombre -que parece combinar el título de Extraño con una modificación del apellido de su mayor enemigo, el Barón Mordo- indicaba la imposibilidad para la obtención de los derechos del original. Un par de cambios puntuales más y el resultado eran las aventuras de un hechicero extradimensional que era enviado a la Tierra para combatir una amenaza de corte mágico. Para que se hagan ustedes una idea del panorama a principios de los noventa, en aquellos días se consideraba este filme como una de las mejores adaptaciones de las andanzas de un héroe marveliano hasta ese momento. Quedaban seis años para la primera entrega de Blade y las versiones oficiales se contaban por fracasos.

Estas incursiones del buen Doctor en el mundo de la imagen real indicaban que, pese a las dificultades económicas y técnicas, Stephen Extraño y su rico mundo contaban con atractivo suficiente como para darle el beneficio de la duda. Así las cosas, no resultaba del todo raro que, después de varios años encadenando éxitos, la división cinematográfica de Marvel explorara a un personaje que, sin haber podido sostener permanentemente una colección, contaba con varias etapas inolvidables y con la consideración de héroe de culto. La experiencia conseguida en otros filmes de presentación (empezando por Iron Man) permitía la posibilidad de repetir nuevamente una jugada que, al menos hasta ahora, se ha saldado casi siempre con el éxito. La película, no nos engañemos, repite paso por paso el esquema de toda película iniciadora de una serie en la casa de las ideas: personaje con problemas y / o un tanto antipático ve que su vida se vuelve del revés y acaba convirtiendo ese cambio en el motor para convertirse en un héroe. Sin embargo, hay que reconocer igualmente que el menú, no por repetido resulta menos delicioso.

En primer lugar, quiero destacar el hecho de que toda la película rezuma cariño hacia un personaje y un entorno que ha ido desarrollándose a lo largo de medio siglo. La imaginería del filme está plagada de detalles en los que el ojo entrenado puede encontrar referencias a aventuras memorables del Doctor Extraño: el símbolo de los Vishanti, la vara de Watoomb, el ojo de Agamotto, la capa de levitación… son solo cuatro ejemplos de muchos cuya búsqueda bien podría ser la excusa perfecta para volver a visitar la película. Por otra parte, esta devoción por el original se combina con una adecuada puesta en escena para llevar la magia (o algo) al mundo de la imagen real sin caer en el ridículo. El maestro de las artes místicas tiene al final una versión de su traje clásico que demuestra una vez más la capacidad de Steve Ditko para las imágenes icónicas.

En segundo lugar, hay que hacer mención expresa al reparto. La elección de un intérprete tan carismático y de físico tan peculiar como Benedict Cumberbach ha resultado ser ideal, en la medida en que su Doctor Extraño evoca a la contemporánea versión de Sherlock Holmes que le ha brindado fama y fortuna. El cambio operado en el sexo del Anciano, con el fin de que fuera interpretado por Tilda Swinton añade un matiz enriquecedor a una figura que, después de todo, se basaba más en el tópico del viejo maestro oriental (tan caro al misticismo como a las artes marciales) que en la evolución posterior de una figura que, por edad y experiencia, ha trascendido el mundo físico. La presencia de Mads Mikkelsen como Kaecilius y Rachel McAdams como la médica Christine Palmer completan un cuarteto de nombres célebres que quizá por exigencias del guión, no puede desplegar todas sus posibilidades… aunque no debemos olvidar el detalle de que estamos ante una película pensada para tener continuaciones. Menos conocidos pero igualmente competentes son Benedict Wong (que hace precisamente de Wong) y Chiwetel Ejiofor (que asume el papel de Mordo). Su presencia completa un reparto bastante redondo en el que se concretan una serie de buenas elecciones.

La película juega con los conceptos de magia para que estos encajen dentro de las categorías de poder creadas en filmes precedentes. De la misma forma que Asgard y sus habitantes tienen poco de divino, la hechicería está entroncada con otros artefactos cuya presencia ha ido haciéndose patente en dichas cintas. La división cinematográfica de Marvel hace algo que difícilmente podía haberse orquestado en el pasado tebeístico (donde había mucha improvisación) al intentar que cada pieza encaje en el rompecabezas creciente de sus producciones cinematográficas. Este universo marveliano de cine evoca más a la difunta versión Ultimate –más «realista» y tecnológica- que al clásico 616 donde las distintas mitologías se paseaban sin que los distintos intentos de justificar su coexistencia llegaran muy lejos.

El único pero que le pondría a la película es el que viene dado por la relación Anciana-Dormammu-Kaecilius-Mordo. La obsesión del personaje de Mikkelsen por fundir la Tierra con la Dimensión Oscura (plan clásico del cabeza llameante, por cierto) no termina de resultar lógica, salvo que el taimado Dormammu introdujera junto al poder prestado un control que negara a Kaecilius. Por otra parte, la actitud de la Anciana respecto del fin y los medios es, cuando menos, contradictoria: parece que su existencia viene predeterminada por un destino y eso la lleva a cometer el mismo crimen que uno de sus caídos maestros. Esta contradicción se hace más patente en Mordo (que aquí deja de ser un noble de vodevil) que después de recalcar a Extraño que no debe contravenir la ley natural (sea ello lo que sea) decide que la única forma de corregir lo que su mentora ha hecho mal es reincidir en lo que ella hizo. Hay que conseguir un villano para la secuela y que sea un antiguo amigo del protagonista es casi un tópico, pero la transición es un tanto burda.

Pese a la pega precedente, debo decir que disfruté como espectador y como aficionado a las aventuras del buen Doctor. Espero más de sus aventuras.

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El personaje – Wong, que deja de ser el mayordomo oriental arquetópico para recordarnos su potencial

La escena – La presentación de la colección de relojes de Stephen, que anuncia el desenlace de la cinta

Ranking Marvel Studios – Progresa Adecuadamente

Dormammu, vengo a negociar, por Miguel Ángel Crespo López

Marvel Studios había estado explotando una misma fórmula durante trece películas, por lo que todos sabíamos más o menos lo que nos íbamos a encontrar cuando se anunció la número catorce. Siguiendo la fórmula básica del Universo Marvel Cinematográfico, podíamos esperar bastante humor para todos los gustos, desde los típicos juegos de palabras hasta el humor más visual y el slapstick. Era obvio que habría mucha acción y también algo de drama, aunque no demasiado porque el tono general sería optimista. El estudio colaría unas cuantas referencias a los cómics para satisfacer tanto a los más conocedores como a los obsesos de los easter eggs. Finalmente, era probable que nos encontrásemos con unas pequeñas notas de romance, aunque quedasen en segundo plano y no llamasen mucho la atención. Pues bien, eso es precisamente lo que nos ha ofrecido Doctor Strange (Doctor Extraño), la enésima aplicación de la fórmula que Marvel Studios ha ido puliendo y perfeccionando durante tanto tiempo. Hay quien considera que dicha fórmula ya se está agotando, por mucho que las cifras de taquilla digan lo contrario. Por mi parte, a mí me cuesta creerlo. Cada nueva película del estudio consigue ilusionarme y hacerme pasar un buen rato independientemente de que sepa de antemano qué es lo que me voy a encontrar desde mucho antes de sentarme en la butaca del cine y ésta no ha sido una excepción.

Doctor Strange es una película comercial y la mano del imperio de los negocios que hay tras esta producción es evidente no sólo en la aplicación de la mencionada fórmula de probada eficacia, sino también en otros detalles más sutiles. Tras investigar un poco, nos encontraremos con que la elección de una actriz para interpretar al Anciano de los cómics tenía menos que ver con el polémico whitewashing de lo que parecía, sino que estaba más relacionada con el hecho de que tener a un personaje central de origen tibetano en una película que transcurre en gran parte en el Tibet podía disgustar a los espectadores chinos, de los que se esperaba sacar gran tajada en la recaudación global. De igual forma, la batalla final de la cinta no transcurre en Nueva York como cabía esperar, sino en Hong Kong, lo que supone otra sutil concesión al mercado oriental. Sin embargo, Marvel Studios sabe que lo comercial funciona mejor cuando está apoyado por el talento creativo y por eso sus decisiones más estratégicas quedan en segundo plano ante la excelente elección de reparto y el buen hacer del director.

Me gustaría saber qué clase de pacto arcano con las fuerzas oscuras establecieron los responsables del casting del estudio para dar siempre en el clavo. Benedict Cumberbach está estupendo en el rol del Doctor, como todos podíamos suponer, mientras que Tilda Swinton nos ofrece una fascinante y enigmática interpretación de la Anciana. También Chiwetel Ejiofor sorprende con un Mordo que tiene un interesante desarrollo que transcurre de forma paralela al de Extraño, de forma que la película no sólo narra el origen del Doctor sino también el de una de sus principales némesis. Incluso el villano Kaecilius, que pese a contar con una coherente motivación para justificar sus actos peca de ser otro de esos enemigos de usar y tirar tan típicos del Universo Marvel Cinematográfico, se beneficia de la contundente presencia de un Mads Mikkelsen al que no le hace falta el maquillaje digital para parecer un hechicero oscuro. No obstante, hacía falta una visión que articulase la historia que iba a reunir a estos personajes y ahí es donde entra el director, Scott Derrickson. La solidez de su propuesta visual, con esas imágenes quebradas y esos juegos caleidoscópicos, me parece evidente. La forma en la que emplea las imágenes de los relojes como leitmotiv que guía a toda la película hacia su clímax también es digna de mención, al igual que su atrevido acercamiento a la magia como una combinación entre artes marciales y dones sobrenaturales. Si a eso le sumamos la sugerente banda sonora de Michael Giacchino, que tiene suficiente entidad propia como para resultar distintiva y destacar entre otras bandas sonoras de Marvel Studios, nos acabamos encontrando con un envoltorio de lujo para esta cinta.

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La película no es perfecta, desde luego, pero sus aspectos más endebles son fáciles de perdonar. Por mi parte creo que su principal flaqueza radica en Christine Palmer, el personaje interpretado por Rachel McAdams. No me pareció que la actriz tuviese una química destacable con Cumberbatch ni que su ligera trama romántica aportase gran cosa, por lo que la película no habría sufrido mucho de haber decidido prescindir de este personaje. Diría que la doctora Palmer de Rachel McAdams me evoca sensaciones parecidas a las que me sugería la Jane Foster de Natalie Portman, aunque en última instancia ésta sí que tenía una mayor importancia en el guión. Quizá en una secuela consigan hacer que el personaje me resulte más llamativo, pero personalmente optaría por dejarlo atrás en favor de la introducción de un nuevo interés romántico para el Doctor (Clea, por ejemplo).

Por otro lado, la caracterización del personaje protagonista es un gran acierto. Desde la publicación de El Juramento (obra cuya influencia puede detectarse con facilidad en la película), la tendencia general en los cómics ha sido la de humanizar al Doctor Extraño a través del humor. De esta forma, su faceta más altiva y severa convive con otra mucho más cercana y, hasta cierto punto, mundana. Esto lo podemos ver en la etapa actual de Jason Aaron y también está muy presente en la propuesta de Marvel Studios. Ya sabemos que el humor es una parte fundamental de la fórmula mágica del estudio y en esta cinta han sido generosos con las dosis de comedia aplicadas al Doctor. A veces pienso que incluso se han excedido en este aspecto, pero luego recuerdo lo divertidas que me resultaron las escenas del robo de libros en la biblioteca de Wong o las primeras interacciones con la capa de levitación. Además, esta faceta humorística no está reñida con esa otra que a mí tanto me apasiona, la del Doctor como un personaje altivo, insondable y majestuoso. Cumberbatch también clava esos momentos en los que Extraño tiene que resultar imponente. De esta forma, su interpretación puede complacer tanto a los que buscan algo más cercano al maestro de las artes místicas de los cómics como a los que prefieren algo más cercano al Tony Stark cinematográfico, es decir, a la figura del genio algo excéntrico pero también simpático y gracioso.

Pero si hay una interpretación que me gustaría destacar más allá de la de Cumberbatch es sin duda la de Tilda Swinton. El personaje de la Anciana me ha encandilado y me ha resultado mucho más verosímil de lo que podía esperar, siendo la causa el excelente trabajo de la actriz que le da vida en la película. La interpretación de Swinton tiene esa cualidad etérea, ambigua e insondable que se espera de alguien cuyo conocimiento va más allá de este mundo. En efecto, la Anciana ha trascendido muchas de las cuestiones mundanas que preocupan a los seres humanos, pero en el fondo sigue albergando el miedo más básico que compartimos todas las personas. Swinton logra transmitir esto en pantalla y su última escena en la cinta me resultó con diferencia la más memorable y emotiva.

Finalmente, no querría acabar este breve comentario sin dedicar unas líneas al otro gran protagonista de la cinta: la magia. El director y su equipo han encontrado una forma extraordinaria de plasmar las artes arcanas en pantalla, enriqueciendo las escenas de acción y aportando un toque único a esta película. En muchas escenas la práctica de la magia resulta casi indistinguible de la práctica de artes marciales, de tal forma que los hechiceros no pelean lanzándose hechizos desde la distancia sino conjurando instrumentos apropiados para el combate cuerpo a cuerpo. Así, los vemos crear escudos o una especie de látigo flamígero que luce estupendamente. En cierta escena la Anciana llega a combatir usando un par de abanicos, dejando bien clara la influencia oriental en este aspecto. Como amante del cine de artes marciales, no puedo más que aplaudir ante el enfoque elegido para introducir la magia en el Universo Marvel Cinematográfico. Además del componente más abstracto, con los delirantes viajes astrales y los mundos ditkianos, su vertiente más física me recordó al uso de los poderes elementales de las series de animación Avatar: The Last Airbender y The Legend of Korra, lo cual siempre es positivo.

En resumidas cuentas, puede que ésta sea otra película que aplica la misma fórmula que tan buen resultado le ha dado a Marvel Studios, volviendo a demostrar por qué se trata de una fórmula ganadora. Cuenta con una buen plantel de actores y con las dosis adecuadas de humor, acción y drama, al mismo tiempo que sabe construir una personalidad distintiva en base a su apartado visual y a la forma en la que presenta el uso de hechizos y las peleas entre hechiceros. Sabe adaptar el material original tomándose las libertades adecuadas, en este caso convirtiendo al protagonista en alguien divertido hacia el que el público general pueda experimentar cercanía, pero al mismo tiempo bombardea a los lectores veteranos con un buen puñado de referencias (como la mención al Tribunal Viviente o la aparición de la Vara de Watoomb). Es, en definitiva, otro triunfo de Marvel Studios; otra prueba de que su célebre fórmula aún tiene mucho que ofrecer.

El personaje – La Anciana, una interpretación sorprendente de un personaje que nunca me había interesado demasiado en los cómics y que me ha fascinado en el cine.

La escena – “Y mírame ahora, estirando este momento para que dure mil momentos.”

Ranking Marvel Studios – Capitán América: Civil War puso el listón muy alto. No creo que Doctor Strange lo haya superado, pero no se ha quedado muy lejos.

Dormammu, vengo a negociar, por Nacho Teso

Tenía ganas de ver una película del Doctor Extraño. Quería magia que me penetrara en las retinas de manera incomprensible inundando mundos imposibles. Quería algo que desafiara todo lo que el Universo Cinematográfico de Marvel ha hecho hasta la fecha. No solo por gusto, sino que por la propia salud de la franquicia lo creía necesario. ¿Ha cumplido Doctor Strange lo que esperaba de ella? Vamos por partes.

Lo básico y primordial es el hecho de que Benedict Cumberbatch lo clava en el papel. Él es Stephen Strange y, a pesar de esos ramalazos a lo Sherlock que nos encontramos en el prólogo, él es la película. Aspecto y actuación fetén. Esto destaca incluso más por lo blando que resulta el antagonista, Kaecilius, que solo brilla como atacante implacable (en las batallas siempre va un paso por delante) y en un par de momentos humorísticos.

Por su parte, Tilda Swinton como la Anciana funciona y no funciona. Como maestra sin más, lo hace bien y encaja con la película. Cuando hablan de sus motivaciones para usar el poder de la dimensión oscura de Dormammu, se cae el aparato. Parece una situación escogida por tener una función en la narrativa, temática y estructura de la película respecto a otros personajes que no una decisión lógica por el viaje de la propia Anciana.

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El propio Dormammu, más allá del momento clave del clímax, no destaca. Demasiado reminiscente del Galactus de Fantastic Four: Rise of the Silver Surfer. Más una promesa que un hecho. En este mundo mágico, las esperanzas de un buen villano quedan reservadas para Mordo, que ha tenido todo un film para desarrollar sus motivaciones.

La fórmula Marvel arrastra el conjunto. Que alguien me explique por qué ha de haber una broma cada 7% de película si el momento no lo exige. Age of Ultron sufrió ampliamente por ello, Civil War supo encontrar el punto medio y ahora Doctor Extraño vuelve a pecar , aunque no a tanto nivel como la segunda película de los Vengadores.

Dicho todo esto, puede parecer que el filme me ha decepcionado, pero no es así. Es un espectáculo visual increíble, funcional, entretenido y un buen rato sin duda. Doctor Extraño funciona tan bien en pantalla como algunos de los mejores productos de Marvel Studios. Reinventa dentro de la diégesis, donde añade todo un abanico de nuevas dimensiones. Pero no lleva más allá una fórmula que necesita ampliar fronteras. Civil War lo hizo y fue mejor gracias a ello. El resto de películas que no se atrevan a intentarlo van a empezar a quedar en un limbo de producciones que son buenas, pero ya no destacan.

El personaje – Stephen Strange. Se roba la película junto a la capa.

La escena – La operación con la forma astral.

Ranking Marvel Studios – Cerca de Iron Man, pero sin llegar a los niveles de Winter Soldier, Guardians of the Galaxy o Civil War.

Dormammu, vengo a negociar, por Pedro De Mercader

Nuestro buen doctor siempre ha sido un personaje maldito comercialmente. Desde su nacimiento ha ido dirigido para un target muy concreto. En cierto modo, el alto coste del uso de las artes místicas, impregnó y maldijo al personaje en la realidad. Un personaje tan relacionado con la psicodelia, con los viajes espirituales, con cierta experimentación por parte de Ditko y todos los artistas que vendrían después hicieron de Extraño y sus historias una serie de autor, dentro del complejo sistema comercial de Marvel. Sin embargo, como sucede con todos los personajes de peso de La Casa de las Ideas, ha logrado sobrevivir y adaptarse al paso del tiempo. Y aún persiste, hechizo a hechizo, ha alcanzado un punto de gloria. Con una etapa en solitario a cargo de Jason Aaron, y con esta nueva incursión de Marvel Studios en el cine. Mucho se ha especulado acerca de si sería rentable o no el personaje, y de hasta que punto arriesgaría Marvel en un personaje tan particular.

El fichaje de Scott Derrickson sorprendió a no pocos, ya que es un director que ha centrado su carrera en un género en concreto, pero hay que reconocer el mérito a Marvel Studios de haber sabido seleccionar a los directores propicios para cada proyecto y sorprender (como en el caso de los hermanos Russo, que proviniendo de la comedia, han logrado sacar todo el jugo posible al Capitán América fílmico). Mayor confianza daba la selección de Benedict Cumberbatch como el buen doctor, ya que es un actor con una solvencia y un carisma más que contrastados. ¿Ha estado el filme a la altura?

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Es difícil aseverar una cosa o la otra. Se ha quedado a medio camino, que, por otro lado, era lo esperable. ¿Es esa obra psicodélica que nos prometieron? Sí, por momentos, lo resulta. El viaje astral lo atestigua. Pero no se han atrevido a ir más allá junto al personaje, y al final los efectos mágicos no resultan tan imaginativos como debieran. Parece que el “tripi” está concentrado en ese cósmico y momento, y se olvidan de las posibilidades que da en el resto de la obra (que tira constantemente de desdoblamientos y juegos de perspectivas, como si no tuviesen mayor creatividad, o no la quisiesen emplear). Finalmente, esa maravillosa escena queda como un “pegote” (entiéndase desde la narrativa clásica hollywodiense), pero que, personalmente, me ha resultado más estimulante que una película sin riesgo. Y el convencionalismo también se produce en todos y cada uno de los aspectos de una película que a nivel estructural es pura Marvel formula, para bien o para mal (salvo por un climax, que hay que reconocer que sí que aporta soluciones distintas y frescas a lo ya visto). Entretenimiento puro y duro, sin mayores aspiraciones. y, una vez Marvel Studios, prometiendo que lo mejor ya vendrá. Esta es una película sobre lo que pudo ser y no fue. Siempre nos quedará soñar con el producto que un mundo ideal en el que las limitaciones y motivaciones puramente comerciales nos hubiese dado.

El personaje – La anciana

La escena – Viajes astrales llenos de meta

Ranking Marvel Studios – Top 4, el trabajo de los Russos permanece en la vanguardia de las películas de Marvel Studios junto a los Vengadoes de Whedon

Dormammu, vengo a negociar, por Raúl Silvestre

Tirar por el tópico de sueño hecho realidad está tan sobado que da toda la pereza del mundo, pero algo de cierto hay en el hecho de que la mayor parte de las veces no podemos atender un nuevo estreno Marvel sin esa cuota de expectación por ver las filias infantiles contenidas en el producto. Llevo años gritando en esta página que el Doctor es mi personaje favorito de la Casa de las Ideas y no lo es por capricho. Siempre ha deambulado por las antípodas de las características más reconocibles del universo ficticio creado por Stan Lee y una adaptación cinematográfica necesitaba poseer ese arrebato de personalidad, ese caminar por el filo de lo que la conservadora Marvel Studios suele ofrecer. Y se han mojado, por fin. No se han zambullido hasta la sima, no obstante, pero se han atrevido con la orilla, que ya es algo.

Me preocupaba Ditko, me preocupaba el exceso de cultura tecnológica de la saga fílmica auspiciada por Iron Man y compañía que hasta a los muy místicos dioses de Asgard los habían transmutado en una suerte de extraterrestres de tecnología avanzada. Aquí, por fin, se abraza el universo multidimensional de la Marvel con su mejor espada como anfitrión.

Y entonces entra Ditko; pero, claro, Ditko desde el filtro de las multisalas 3D, con sus fondos estirados hasta el infinito y una gama de colores hipersaturada. Por mí, no hay problema. Ha sido un toc toc en las puertas de la la psicodelia, admitiendo sin sutilezas todo el encanto estético de la época cuando se gestó el buen Doctor: desde la mención a Las Puertas de la Percepción de Aldous Huxley en manos del cocreador del personaje –aun siendo un gag, está muy bien metido- hasta el uso de cítaras y clavicordios en el score de Giacchino, quien brinda la que es hasta ahora la mejor BSO de una peli Marvel, algo que por otro lado tampoco era difícil. Si hasta Derrickson tiene el gusto de incluir un tema de los Pink Floyd más lisérgicos, aquellos de Syd Barrett, que pone música al mítico accidente con el que Stephen pierde la movilidad de las manos. Por tanto, y ahí radica el mayor acierto de la peli, esta no es una adaptación del personaje a los tiempos actuales sino un aplauso constante a las fuentes que lo convirtieron en uno de las criaturas más particulares de un universo con tanta personalidad como el de la Casa de las Ideas.

Entonces, de ahí mi miedo previo a obviar a Ditko. Pero ahí está, más en forma que en fondo, pero podemos echar un vistazo rápido a la Dimensión Oscura y lo único que quiero es más y más y más. Ahí está un atisbo de los Sin Mente, el espectacular diseño de un galáctico Dormammu -por sosías inesperado de Galactus- o esas esferas con brazos flotando en el éter; todo un goce visual que se acompaña de varias miradas a otras realidades, todas palpables, sobrecogedoras y sobretodo, visualmente verosímiles.

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La película, para el conocedor, deja ese regusto agridulce de que lo mejor está por llegar. Pues faltan ciertos detalles; echo en falta conjuros míticos del Doctor, esos declamados con pompa –las Bandas Carmesí de Cyttorak y similares- y más riesgo en la visualización de la energía mística, esos escudos chispeantes, anclados aún en algo cercano a las energías afines al universo cósmico que ya hemos visto en los Guardianes de la Galaxia de James Gunn. Y el guión, claro, bajo los resortes de la necesaria historia de origen, sufre de ciertos altibajos, pero crea los mimbres para un futuro prometedor. Pero son detalles que serán, a buen seguro, resueltos en la inevitable secuela. Por el momento, a disfrutar de un casting impecable y una de las traslaciones más fieles de un tebeo a la pantalla.

El personaje – El Doctor Extraño

La escena – La llegada a la Dimensión Oscura

Ranking Marvel Studios – La mejor película Marvel junto con Guardianes de la Galaxia

  Dirección: Scott Derrickson Guión: C. Robert Cargill, Thomas Dean Donnelly, Joshua Oppenheimer, Jon Spaihts Música: Michael Giacchino Fotografía: Ben Davis Reparto: Benedict Cumberbatch, Chiwetel Ejiofor, Rachel McAdams, Michael Stuhlbarg, Mads Mikkelsen, Tilda Swinton, Neve Gachev, Amy Landecker, Scott Adkins, Dante Briggins, Tony Paul West, Daniel Eghan, Annarie Boor, Jill…
Alejandro Ugartondo - 7.5
Cristian Miguel Sepúlveda - 7
Daniel Gavilán - 7.5
Igor Álvarez Muñiz - 8.5
Jordi T. Pardo - 7
Juan Luis Daza - 8.5
Luis Javier Capote Pérez - 8.6
Miguel Ángel Crespo López - 9
Nacho Teso - 7
Pedro De Mercader - 6.7
Raúl Silvestre - 8.5

7.8

Para la redacción Doctor Extraño salda con buena nota su paso por las salas de cine. Las aventuras del Hechicero Supremo merecen casi un notable, y es valorada, en general, como una de las mejores producciones de Marvel Studios por detrás de otras cintas como Capitán América: El Soldado de Invierno o Guardianes de la Galaxia. Tienes detalles a pulir pero el balance resulta positivo.

Vosotros puntuáis: 7.22 ( 21 votos)
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NeWyU
NeWyU
Lector
23 noviembre, 2016 22:45

Pues yo me he llevado un chasco con esta película y aunque no es mala si ha dejado algo frío.

En un principio no quise poner el grito en el cielo por esta película porque estaba claro que Marvel Studio se enfrentaba a un gran reto a la hora de llevar este personaje al cine. Pero después de ver los trailers cada vez me venía mas arriba con la película. Por circunstancia de la vida no pude ir tan pronto como quise al cine y acabe yendo la semana pasada.
Normalmente con películas de superheroes pasa que todos mis amigos/colegas/conocidos que no leen comics con habitualidad siempre vienen diciendo que guapa la pelicula que le ha parecido un peliculon y tal y cual… cosa que al final con algunas tienen razón y con otras ni se acercan. Pero con Dr strange no me decían nada, había pasado inadvertida entre mi círculo de colegas/amigos/conocidos todos pasaron de la película y ya eso era raro que no me vinieran diciendo cosas de la película y el personaje etc(es lo que tiene ser el friki de mi grupo). Y como fan de los comics siempre me dejaré las perras en estas películas para no volver aquella época donde no había cine de superheroes.

Pero mis sospechas a tanta indiferencia fueron confirmadas, y tras ver la película(obligue a un colega a ir conmigo) la sensación es la misma que con las últimas están bien pero ya cansa la fórmula Marvel, que entiendo que no buscan nada fuera de lo normal simplemente cine de palomitas sin más, pero es que lo ponen difícil para que apetezca volver a verlas. No se si es que el listón se me ha subido demasiado pero me resulto muy típica, es decir repetir de lo siempre. Espero que la próxima que hagan sea distinto(cosa que ya de antemano sé que no va a pasar) aunque sea una mierda si veo algo distinto me iré contento del cine, pero si esta será la tonalidad de todas las películas de Marvel no puedo entender como la gente no se cansa de más de lo mismo.

Estoy de acuerdo con las elecciones de los actores han dado de pleno con todos. Y la película reconozco que es entretenida y que el dinero invertido no duele, sin embargo la considero del montón de películas de Marvel. Las están convirtiendo en películas demasiado simples.

Sé que mi opinión esta poco fundamentada y no busco discrepar con nadie pero creo que esta película ha sido desde mi punto de vista indiferente totalmente.

PD: Al final va a tener razón el usuario que se queja de vuestra benevolencia a la hora de criticar una obra. Es que de media un 7’8, parece que han visto una PELÍCULA de superheroes digna de oscar.

PD2: Este comentario si es para chinchar un poco 😛

Dreadstar_TFE
Dreadstar_TFE
Lector
En respuesta a  NeWyU
24 noviembre, 2016 1:31

Pues en cierto modo, tienes razón NeWyU.

El problema de la «fórmula Marvel» es que ya muchos estamos hablando de la fórmula Marvel. Tanto es así que ya no requiere de apenas explicación.

Lo bueno de la «fórmula Marvel» es que se ha probado su valía comercial, el público responde favorablemente y la «fórmula» se fortalece.

Se habló mucho de si el buen Doctor iba a tener su viaje iniciático o no, y finalmente creo que… tomaron la decisión acertada.

Al igual que con los Guardianes de la Galaxia, fui con mi mujer al cine y según sus propias palabras «éste es el personaje Marvel que mejor he entendido». Y de hecho está rebuscando entre las estanterías mi Biblioteca Marvel del Doctor Extraño, que ha empezado a devorar uno por uno.

Pero entiendo perfectamente que para algunos, la digamos «estandarización» de la fórmula empiece a cansar: la aplican en cada episodio I de cada nuevo personaje.

Y me temo que el próximo Spiderman vaya en esa línea, vuelta a contar como matan al tío Ben, de nuevo viaje iniciático… o no, quién sabe, el tiempo dirá.

Sobre la nota que le han puesto de media no vamos a estar de acuerdo. Por mi le pondría un 8,8, porque disfruté como un enano, si bien es verdad que en esta ocasión los «chistes» no me parecieron tales (sólo me reí con lo de Beyoncé por pura tontería) y de hecho, me parecieron fuera de onda en la película.

Para mí era algo más serio, y menos dado a bromitas, más solemne quizás, siendo éste para mí el único punto negativo de la función.

Pero creo que todos vamos a coincidir en que la nota, a fin de cuentas, es sólo un número.

Yo me quedo con esa sensacional forma de derrotar a Dormammu, que creo que dentro de la fórmula, les quedó hasta original y debería Jason Aaron tomar buena nota de la idea que subyace en esa escena.

Que el Doctor Extraño no necesita estúpidas armas para derrotar a sus enemigos, porque es el maldito Hechicero supremo.

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
En respuesta a  NeWyU
24 noviembre, 2016 2:17

Pues mira, a mí me ha pasado algo parecido, no sé si ha sido por el hecho de repetir la fórmula típica de historia de origen o por alguna otra cosa más, pero a mí me ha decepcionado un poco. De hecho, por seguir con el símil futbolístico que alguien ha mencionado, no estaría en puestos de descenso, pero sí en la parte baja de la tabla. A lo mejor es que estoy tan acostumbrado a salir entusiasmado del cine con las pelis de Marvel que cuando me encuentro con una que está simplemente bien me llevo un chasco.

El caso es que es verdad que, pese a tener un despliegue visual pocas veces visto (aunque en buena medida bebe de películas como Origen o Matrix) la trama no acaba de estar a la altura. No solo por la simplicidad característica de las películas que cuentan el origen de los personajes (al fin y al cabo Ant-Man también era una película de origen y para mí supo hacerlo bastante mejor) sino porque me ha quedado la sensación de que lo que se ve en la película es magia y misticismo de chichinabo, en el sentido de que no es realmente magia. Me explico.

El caso es que Kevin Feige y compañía nos vendían que esta película sería la puerta de entrada a la magia en el universo cinemático, y en mi opinión han mentido. Esta magia tiene muy poco que ver con la magia que se muestra en general en cualquier obra de ficción y en particular con la que se ve en los cómics Marvel. Lo que tenemos en la peli es básicamente manipulación de energía, cosa que un montón de superhéroes pueden hacer de una manera o de otra sin tener poderes de naturaleza mágica. Lo que vemos en la película en esencia es formación de armas de energía, teleportación y vuelo. Sí, es cierto que se ponen a hacer virguerías con la realidad en plan caleidoscopio, pero la forma de causar esos efectos, dibujando figuritas en el aire, no dista mucho de lo que vemos en las pelis de Thor, algo que fácilmente podría confundirse con tecnología muy avanzada. Hasta la anciana (que esa es otra, por mucho que digan el casting de Tilda Swinton es un error) pone un símil tecnológico para explicarlo.

Para mí no se han atrevido realmente a mostrar magia. Nada de palabras mágicas en lenguajes ininteligibles pronunciadas con voz de ultratumba, nada de convocar demonios y criaturas, nada de hechizos con disparidad de efectos, nada de percepciones extrasensoriales que ven más allá de lo evidente… Hasta el ojo de Agamotto es una gema del infinito, o sea un objeto de poder como el cubo cósmico, que en principio no tiene nada de mágico.

Quizá esto sea un poco lo que más me ha sacado de la película. De todas formas ya digo que la peli no es mala, pasas un rato entretenido y coincido en que la escena con Dormmamu es lo mejorcito (no me ha pasado desapercibido la coña de poner la misma frase en todas y cada una de las críticas :P)

Por cierto, se me ocurre una propuesta, ya que inevitablemente en este post la gente acabará valorando todas las pelis de Marvel, ¿sería posible hacer un post con una encuesta en la que la gente vote el orden de las 14 películas de peor a mejor? En páginas como Newsarama lo han hecho y estaría bien ver como sería la votación aquí.

silfredo
silfredo
Lector
25 noviembre, 2016 0:22

A mi la peli me ha decepcionado un poco, primero porque el que haya visto Serenity, la peli donde le daban un fin a Firefly (gran serie que merecia mas duracion que la que se le dio), el que hace de Mordo luce de cojones, por lo que no se entiende como se le ha desaprovechado y esa evolucion a el final post-creditos, y tres cuarto de lo mismo con Mads, el cual, Hannibal aparte, siempre ha lucido bien como badass de cuidado en pelis de Hollywood como la del Rey Arturo, Furia de Titanes, o Casino Royale, por lo que no se entiende que lo hayan desaprovechado.
Eso si coincido que lo de Dormammu vengo a negociar ya es una coña de las gordas

Igverni
Lector
27 noviembre, 2016 19:43

Gracias por vuestras reseñas, chicos.

Opino como Ultron que molaría un articulo para que hicieramos un ranking de las pelis Marvel.

Por otro lado, pensando sobre la «formula Marvel» y vuestros comentarios al respecto, me hice una pregunta ¿Quien son Ethan Hunt o James Bond? Son protagonistas de franquicias millonarias, y sabemos mucho menos de ellos tras 5 pelis de MI y montones de 007 que lo que sabemos de Stephen Strange tras 1 pelicula. Por esto me parece genial que se «gaste» 1 pelicula para contarnos por que Stephen Strange es único dentro del MCU.

Ademas, para la mi la seña de identidad del MCU es que sus personajes son RECONOCIBLES. Si los comics no estan rotos, no hace falta cambiarlos, como tuvimos que sufrir con Elektra, Catwoman o MoS. Esto es mucho mas importante para mi que el humor de las peliculas, que es cierto que en Dr. Strange no acaba de funcionar.

Yo quiero que mi hijo se una a mi aficion comiquera, y en ese aspecto veo genial que las pelis Marvel sean para todos las edades, igual que una de Pixar. Porque hablamos de superheroes, no de Alan Moore (al que espero que le pueda gustar como a mi una vez consiga que se aficione a la lectura).

Los comics es un medio de expresion tan amplio en generos y estilos como quieran sus autores y su ambicion. Pero los superheroes en el 99% son entretenimiento ligero, esa es la realidad y a mi me vale, no tengo ningún complejo al respecto. Y por eso a veces no os acabo de entender cuando pedis a las peliculas Marvel cosas que los comics Marvel no son.

Saludos!