#ZNCine – Entrevista a Alauda Ruiz de Azúa

Con motivo del estreno de la miniserie Querer en Movistar+, entrevistamos a su directora, flamante ganadora del Goya, Alauda Ruiz de Azúa.

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Dirección: Alauda Ruiz de Azúa.
Guion: Alauda Ruiz de Azúa, Júlia de Paz, Eduard Sola.
Fotografía: Sergi Gallardo.
Reparto: Nagore Aranburu, Pedro Casablanc, Miguel Bernardeu, Iván Pellicer, Loreto Mauleón, Natalia Huarte, Miguel Garcés.
Duración: 4 episodios de 50 minutos.
Productora: Movistar Plus+, Feelgood Media, Kowalski Films.
Nacionalidad: España.

 

INTRODUCCIÓN

Necesaria. El pasado 17 de octubre Movistar estrenaba el primer episodio de Querer, uno de sus platos fuertes de la temporada. La miniserie, compuesta de cuatro capítulos, cuenta con Alauda Ruiz de Azúa detrás de las cámaras. La cineasta nacida en Barakaldo, tras foguearse con distintos cortometrajes, dio un golpe encima de la mesa con su ópera prima. Cinco lobitos consiguió once nominaciones a los Goya, de las cuales cosechó tres cabezones. Uno de ellos, el de mejor dirección novel para la propia Alauda, que realizó una labor sobresaliente en esta película que reflexionaba sobre la maternidad. Ruiz de Azúa se impuso a la falta de experiencia con un talento extraordinario y una dirección de actores excepcional.

Movistar ha sabido fichar para la causa a los mejores cineastas del panorama nacional. Rodrigo Sorogoyen, con Antidisturbios o Alberto Rodríguez, con La Peste, mostraron el camino a seguir. Con presupuesto y calidad, la citada plataforma ha sabido encontrar su espacio en medio de una competencia feroz.

De esta guisa, el último trabajo de Alauda Ruiz de Azúa se antojaba interesantísimo. Querer es una potente miniserie que visibiliza una realidad tan palmaria como la violencia sexual doméstica. Como ya hiciera en Cinco lobitos, la directora de Eres tú expande el conflicto más allá de la protagonista. Nagore Aranburu (Hondar ahoak, Irati) se mete en la piel de Miren, una mujer que decide abandonar a su marido (Pedro Casablanc) tras treinta años de matrimonio por las constantes violaciones de este. Las distintas reacciones de sus dos hijos (Miguel Bernardeau e Iván Pellicer) así como el proceso judicial completan un fresco actual que generará un debate imprescindible y una reflexión obligada por parte de cada espectador.

Gracias a la colaboración entre el Centro de Sociedad y Cultura Contemporánea del Ayuntamiento de Bilbao, y el Festival de Cine de San Sebastián, tuvo lugar en el Azkuna Zentroa de la capital bizkaina una proyección especial de la miniserie al completo. La propia Alauda e Iván Pellicer fueron los maestros de ceremonias en una sala llena hasta la bandera. Cuatro horas que pasaron en un suspiro culminada por una ola interminable de lágrimas y aplausos. Querer, mentir, juzgar y perder. No os la perdáis.

ENTREVISTA A ALAUDA RUIZ DE AZÚA

El cine, en general, es un espejo en el que nos miramos, nos buscamos. A veces nos sentimos menos solos porque el reflejo que nos devuelve es más acogedor o porque nos acompaña, porque nos hace reír… y otras veces es más incómodo el reflejo que nos devuelve

ZONA NEGATIVA (ZN): Alauda, si te parece, nos gustaría que comenzaras hablando un poco del origen de Querer. ¿Cómo surgió el proyecto?

ALAUDA RUIZ DE AZÚA (ARDA): Pues el proyecto surge porque me llaman los productores, Juan Moreno y Koldo Zuazua, y ellos tienen la idea de hacer una serie sobre el tema del consentimiento dentro del matrimonio. Y tenían una premisa, tenían una sinopsis como de una línea y media, que era «una mujer denuncia a su marido por violación reiterada en un matrimonio de larga duración de 20 años o 30 años» y la verdad es que a mí la premisa me disparó la cabeza en muchas direcciones. Una de ellas en cómo lo viviría una familia y también en cómo se juzga eso, en como juzgamos eso a día de hoy. Entré porque me parece que había un conflicto, pues eso, que plantea muchísimas preguntas complejas y me apetecía mucho el reto

ZN: ¿Cambia mucho la forma de abordar un rodaje cuando tienes que hacer una miniserie para Movistar +? ¿La libertad es la misma?

ARDA: Pues en este caso la libertad ha sido la misma, sí. Y la experiencia, la verdad, que ha sido como la de hacer una película en cuanto a, no solo en cómo se ha entendido el proyecto en términos de libertad artística, de conversación creativa, pero también de diseño de producción. O sea, hemos tenido unos tiempos para poder ensayar, buscar localizaciones, unos muy buenos tiempos de rodaje… para poder probar cosas mientras grabábamos. Entonces, no sé, se ha sentido muy bien. Yo no tengo tantísima experiencia, pero vamos, que la sensación ha sido como la de una película, digamos, personal o de producción independiente en la que tienes toda esa libertad.

ZN: Tanto en Cinco lobitos como en Querer has exprimido emocionalmente, por decirlo de alguna manera, a los personajes y, por ende, a los intérpretes ¿Al ficcionar problemáticas sociales reales, cuesta mucho luego desconectar? ¿Cómo vives en tu caso esta implicación?

ARDA: Bueno, es verdad que cuando entras en un proyecto y te toca, de alguna manera siempre lo tienes como en la cabeza, pero la intensidad va y viene, ¿no? Pero sí, se queda contigo todo ese tiempo, lo vas rumiando, lo vas haciendo tuyo, vas encontrando esos otros matices, otras preguntas. Yo lo que pasa es que nunca lo he vivido desde un sitio como de sufrimiento, sino que encontraba mucha fuerza en, no lo sé, tenía como mucha fe en que lo que estábamos contando podía ser valioso. Y en un primer momento porque es casi como valioso para uno mismo, para preguntarse cosas sobre uno mismo, para entender cosas. Entonces pensaba que se podía trasladar a los espectadores y lo he vivido desde ahí.

ZN: A la hora de construir personajes, ¿tuvisteis entrevistas previas con mujeres y/o familiares que hubieran vivido una experiencia similar?

ARDA: Sí, con mujeres que ya habían salido de ese proceso, que habían hecho su denuncia, su proceso judicial… y también con todo tipo de personas o de agentes que intervienen en un proceso así, en una historia así, desde abogados o abogadas especialistas en este tipo de delitos, psicólogos, psicólogas, que llevaban tanto a víctimas como a maltratadores, fuimos a juicios reales, leímos denuncias reales… Sí, nos nutrimos mucho. Yo he escrito la serie con Júlia de Paz y Eduard Sola y nos nutrimos mucho de lo real porque al final la historia que contamos de Miren Torres es una historia ficticia, no está basada en un caso concreto, pero sí está basada en muchos casos.

Alauda Ruiz de Azúa, rodeada del cuarteto protagonista de Querer.

ZN: ¿Qué denominadores comunes encontrasteis en estos casos que investigabais?

ARDA: Pues, por ejemplo, uno muy claro, que se repetía bastante, era que la violencia sexual en una relación de pareja, digamos, de largo recorrido, nunca suele ir sola. Suele ir acompañada de otras violencias, no necesariamente una violencia física, pero sí una violencia económica, una violencia psicológica, una violencia hacia los hijos… Eso, por ejemplo, es algo que se repetía mucho. También se repetía el hecho de que estas relaciones empiezan como en un sitio de aparente idealidad, donde hay un relato como de amor y de repente eso se va en el tiempo. Es un proceso muy lento, que se va degradando y convirtiéndose en otra cosa. Cosas así yo creo que aprendimos, sobre todo al principio de la documentación y de la investigación.

ZN: Prácticamente desde los albores de la humanidad, el relato de la misma ha estado sesgado por un modelo patriarcal ¿Cómo de importante es que esta historia esté dirigida por una mujer en vez de por un hombre?

ARDA: No lo sé. No sé si eso es importante. O sea, lo que sí pienso es que claro, yo como mujer, la relación que puedo tener con la violencia sexual, con el miedo a la violencia sexual, creo que es distinta la relación que tenemos las mujeres de la que tienen los hombres por un puro aprendizaje social. ¿Sabes lo que te quiero decir?

ZN: Sí.

ARDA: A nosotras, desde pequeñas, pues nos enseñan a temerlo, nos enseñan que está ahí. Y esa experiencia es distinta, esa experiencia que he tenido yo como mujer. Y sí que es verdad que, de alguna manera, la he explorado en la serie. En la serie yo creo que hay una capa que habla del miedo, de cómo nos relacionamos con el miedo, de cómo el miedo nos puede condicionar y de cómo es un poder que se ejerce también desde la distancia muchas veces. Aunque no ocurra nada, ya hay alguien que te está haciendo sentir que tiene ese poder sobre ti, de estar incluso en tu cabeza, como le pasa a Miren Torres, que a veces aunque haya distancia física con el agresor, de alguna manera sigue estando en su cabeza. Y supongo que eso, no lo sé, pienso que mi experiencia como mujer puede que me haya hecho como querer explorar eso más o explorarlo desde ese sitio. Puede ser que haya algo de eso.

ZN: En 2023 conseguiste el Goya a la mejor dirección novel convirtiéndote en la sexta mujer en conseguir dicho galardón consecutivamente. Nombres como los de Carla Simón, Arantxa Echevarria o Estibaliz Urresola son un buen ejemplo. ¿Qué crees que, en este aspecto, se está haciendo bien en el cine español y cuáles son los aspectos a mejorar?

ARDA: Creo que se han hecho cosas bien y se han visto las consecuencias. Se han dado pasos importantes. La política de cuotas yo creo que fue importante. También el hecho de que haya más productoras. La propia conversación social que ha cambiado, también ha favorecido que, no solo que haya más directoras o guionistas o productoras, sino que haya más interés en otras historias. Se están haciendo muchas cosas bien, lo que pasa es que es muy lento. Yo creo que cambiar las estructuras mentales que vienen de tan largo es un proceso muy lento. ¡Y claro que hay margen para hacer más cosas! Yo creo que en un sentido sí, quizás más educacional, ¿no? Hay como algo bonito por explorar en el sentido de que empezamos a entender que lo universal no está solo en la mirada masculina, sino que nosotras también podamos como conquistar esos espacios de que tenemos nuestra propia voz individual, de que no se nos ponga como este corsé siempre de cineastas mujeres o directoras mujeres, por ahí se pueden hacer algunas conquistas yo creo.

ZN: Volviendo a Querer, Alauda, era muy importante tanto que el cuarteto protagonista tuviera química como que se acertara en el casting, previamente. ¿Tuviste claro que Nagore, Pedro, Miguel e Iván serían los miembros de la familia? ¿Cómo de intenso fue el rodaje para ella y para ellos?

ARDA: Bueno, todos los actores hicieron pruebas de casting y, claro, en las pruebas no solo estás buscando el personaje, sino que también estás buscando las relaciones entre ellos, qué se pueden aportar entre ellos. Y ya desde las pruebas de casting vimos determinadas químicas, determinadas relaciones y que iban a formar una familia muy real… y dónde estaban esas distintas personalidades en juego que configuraban distintas relaciones. Y luego es verdad que nosotros hacíamos cosas emocionalmente muy intensas y, además, a mí me gusta aprovechar mucho el tiempo de rodaje para probar cosas distintas, para jugar con ellos y que ellos también jueguen y esto resultaba intenso. Yo creo que ellos terminaban los días, como lo comentábamos a veces, cansados físicamente y nos reíamos sobre esto por quitarle hierro. Pero es verdad que había muy buen ambiente, era un rodaje donde había muy buen rollo, yo creo que todos sentíamos que podíamos estar haciendo algo valioso desde un punto de vista humanista. En definitiva, el sufrimiento que había en pantalla no lo había en el rodaje, ¿sabes? Luego, cuando rodabas, pues juegas, exploras… Y ya esa es la magia de los intérpretes, de atreverte a jugar.

ZN: Creo que uno de los grandes aciertos de Querer es que exploráis este tipo de violencia desde el punto de vista de los cuatro personajes principales. ¿Fue algo premeditado desde el primer momento?

ARDA: Sí, ahí cuando empezamos a escribir, claro, para mí siempre hay como un momento muy central que es como elegir los puntos de vista. Ya desde Cinco lobitos siento que me ayuda mucho como ser radical en los puntos de vista y no salirme de ahí. Como que siempre siento que es un viaje para el espectador más interesante porque puede armar su propio juicio sobre los personajes, puede ir con cada uno de ellos en un momento determinado y no, yo no ejerzo de narrador omnisciente, sabes, como dando informaciones que vienen de la nada, cosas de estas. Y entonces la apuesta, bueno, había que decir con qué puntos de vista íbamos. Y de repente el descubrimiento fue que no solo nos interesaba el punto de vista de Miren y de Íñigo, por supuesto, que son los que se enfrentan a la denuncia y a lo que pasa en la relación, sino que, de repente, el viaje de los hijos se antojaba muy interesante, porque tenía otro dilema u otros dilemas muy fuertes. Como el hecho de con quién te puedes posicionar, o incluso aunque creas a tu madre, igual no deseas que tu padre vaya a la cárcel. Te planteas «¿cómo manejaría yo esta situación?».

Cinco lobitos, ganadora de tres Premios Goya.

ZN: ¿Crees que el cine social puede funcionar a modo de espejo para que la gente reaccione o eso sería un fin demasiado pretencioso, Alauda?

ARDA: El cine, en general, es un espejo en el que nos miramos, nos buscamos. A veces nos sentimos menos solos porque el reflejo que nos devuelve es más acogedor o porque nos acompaña, porque nos hace reír… y otras veces es más incómodo el reflejo que nos devuelve, pero en ese sentido sí que creo que funciona como espejo. Luego está el momento de cada uno y la actividad de cada uno en cuanto a qué viaje quiera aprender con esa conversación, con esa película o con esa serie.

ZN: Tanto Querer como Soy Nevenka han visto la luz prácticamente al mismo tiempo. Por desgracia, son producciones que se basan en vivencias muy reales. Sin embargo, aún cuando se cuentan estas historias hay quien pone en duda el testimonio de las víctimas. ¿Por qué crees que con otro tipo de víctimas hay un mayor quorum de solidaridad, por así decirlo, pero en cuanto metemos en la ecuación abusos, acosos o violaciones a mujeres siempre hay alguien (ya sean hombres e, incluso, mujeres) que marcan un PERO que da un giro de 180 grados al problema?

ARDA: Porque yo creo que se ha hablado menos y porque da seguramente más pudor hablar de estas cosas. Y al haberlo hablado menos y al haberlo visibilizado menos, creo que lo entendemos peor. O sea, creo que no es una cuestión de maldad, por decirlo de alguna manera, sino que es una cuestión de que realmente juzgamos muchas veces a las víctimas desde un sitio equivocado. Es decir, como que nos cuesta mucho entender el estado mental, el proceso emocional que llevan estas víctimas detrás. La dificultad de identificar lo que ha pasado, encontrar como el asidero para poder contarte, las consecuencias que suele tener el contarte… creo que nos cuesta mucho entenderlo porque normalmente lo juzgamos desde nuestro bienestar y desde la lógica, cuando, en realidad, es un mundo mucho más irracional, es un proceso mucho más irracional, y, entonces, por eso pienso que es importante hablarlo, retratarlo con honestidad, con atención, con detalle, para que luego argumentos que se les suelen echar en cara, se desmonten. Por ejemplo, la clásica pregunta de «¿por qué no ha denunciado antes?» Claro, yo creo, o quiero pensar, que igual después de ver la serie esa pregunta ya no te importa tanto, porque ya entiendes que lo lógico es tardar en denunciar. O cuando se las acusa de fingir o de haber fingido… que parecían una familia normal… una pareja feliz… y como bueno, pues igual si ves la serie o si vives una de estas historias muy de cerca puedes entender que hay algo de mecanismo de defensa en el fingir. La serie, de alguna manera, intenta desmontar alguno de estos cuestionamientos que se les hace a las víctimas casi un poco por defecto.

ZN: En Querer también es muy importante el origen de las dos familias (Nagore, de origen humilde e Iñigo, de familia adinerada). ¿Este conflicto de clase lo tuvisteis claro desde un primer momento? ¿Cambiasteis algún otro punto clave de la primera escritura de guion?

ARDA: Sí, esto sí estaba claro porque es verdad que la violencia de género es transversal, en el sentido de que puede ocurrir en cualquier clase social. Lo que pasa es que el hecho de ubicar a la familia en una familia de clase media alta, en la que él tiene el poder económico, era interesante para poder hablar de la violencia económica y cómo la violencia económica puede acompañar en un momento determinado a la violencia sexual. Entonces era interesante hacerlo desde ahí y también porque parece que puede ser un entorno donde, de repente, por el tema del prestigio social haya como más resistencia a creer de primeras a la víctima.

ZN: Como bilbaíno que soy, me veo obligado a hacerte esta pregunta. Cada vez hay más rodajes que tienen lugar en La villa. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Qué tal?

ARDA: Bueno, yo había rodado, no en Bilbao pero sí cerca, Cinco Lobitos. Claro, yo soy de allí, yo soy de Barakaldo y estudié en Bilbao. Entonces para mí es un poco como estar en casa y es una sensación, como creadora o como cineasta, pues muy gustosa porque sabes dónde quieres rodar o dónde quieres poner la cámara. Conoces los lugares donde va la gente, dónde se podría reunir… y, claro, yo lo vivo desde ahí. Para mí me resulta como un entorno muy familiar. Y luego, más allá de esto, a nivel logístico y a nivel de operatividad, pues la verdad es que nos pusieron muchísimas facilidades y fue todo muy bien. Incluso hay una escena en que llegamos a cortar la Gran Vía. Tengo que decir que esto yo nunca me lo hubiera imaginado en mi vida que cuando yo paseaba por allí de estudiante, iba un día yo a cortar la Gran Vía.

ZN: ¡Y de día!

ARDA: Y de día, sí. Y tengo que decir, además, que los bilbaínos reaccionaron muy bien. Como que ahora ya no sé en qué punto estarán con los rodajes. Pero en ese momento, bueno, yo creo que a mucha gente le parecía hasta divertido la idea de la serie, pero ahí, por el medio de la ciudad

ZN: Para terminar, Alauda, nos gustaría que invitaras a nuestros lectores a acercarse a Querer. ¿Por qué tienen que ver esta miniserie? ¿Qué razones les das?

ARDA: Yo les diría que estaría muy bien que la vieran si quieren entender cómo juzgamos a día de hoy este tipo de casos en la sala judicial, pero también si quieren, de alguna manera, emprender un viaje personal de cómo lo juzgarían ellos. Creo que también si la ven con alguien, puede ser muy interesante porque todo lo que nos llega es que genera mucho debate posterior y mucha conversación posterior en el sentido, de eso, de cómo juzgamos muchas veces las cosas o donde está la justicia, donde está la reparación en estos casos y creo que eso les diría.

ZN: Pues por nuestra parte solo nos queda felicitarte por el gran trabajo realizado y por tu atención.

ARDA: Muchas gracias a vosotros.

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