En nuestro paso por la IX edición del Cinefán Festival de Úbeda tuvimos el placer de poder entrevistar a varios de los invitados que hicieron acto de presencia en el evento dando alguna conferencia, participando en varios actos o proporcionando entrevistas exclusivas a los medios de comunicación que fuimos acreditados por la organización. Posiblemente la más interesante de ellas fue la que le hicimos al cineasta Koldo Serra (Bilbao, Vizcaya, 1975) del que son reseñables tanto sus incursiones cinematográficas (Bosque de Sombras, Gernika, 70 Binlandes) como su participación en series de sobrado éxito nacional e internacional (El Ministerio del Tiempo, La Casa de Papel). Durante un buen rato pudimos dialogar distendidamente con él y a continuación os traemos la entrevista para que podáis conocer un poco mejor la carrera de uno de nuestros cineastas más interesantes.
Koldo, estamos encantados de que estés aquí con nosotros.
El placer es mío, estoy encantado de estar aquí en Úbeda en el Cinefán. El año pasado me quedé con ganas de venir, estuve invitado y no puede, y este 2021 aquí estoy.
Vamos a empezar a hablar un poco de tus inicios, y de esa etapa de cortometrajes como Amor de Madre y El Tren de la Bruja. Cuéntanos un poco de de aquella época.
Bueno, pues como muchos directores uno cuando empieza a lo que llega es a rodar cortometrajes, incluso antes de Amor de Madre yo rodé dos cortometrajes gore llamados Fotomatón y Fotomatón 2, esta última una secuela con Borja Crespo de protagonista, y luego sí que es cierto que Amor de Madre fue el primer corto, llamémosle serio, rodado en 35 mm que costó dos millones de la época y claro, no teníamos ese dinero. Lo co dirigí con Gorka Vázquez, un compañero de la universidad, y te buscabas las castañas donde pudiera ser. Un padre te ponía algo de pasta, el ayuntamiento de turno te ponía otro poquito de pasta y al final ibas juntando el dinero para poder rodar, pero yo la recuerdo con mucho cariño, aunque fue una etapa muy dura. El Tren de la Bruja lo mismo. Lo he comentado con unos compañeros vuestros, el Tren de la Bruja no se suele saber, pero cuando llegamos a Madrid toda esta generación formada por Nacho Vigalondo, Borja Cobeaga, Borja Crespo… nuestra idea para hacer una película, como nadie quería producirnos, era hacer una película de terror llamada Historias Horripilantes, que era como una antología a lo Creepshow con cuatro películas de terror, cuatro cortos o cuatros segmentos y el mío era el Tren de la Bruja. Entonces, el Tren de la Bruja estaba escrito como segmento para esa película, que se cayó, obviamente. La idea original era de Nacho Vigalondo, entonces decidió rodarlo como cortometraje y lo mismo, a buscar dinero y al final conseguimos la pasta y lo rodamos coronológicamente. Había comentado antes que no había rodado nada cronológicamente hasta 70 Binlandes, mentira, El Tren de la Bruja lo rodamos también en progresión, porque podíamos al ser solo un actor, una voz en off y un solo decorado y como digo, bueno, pues creo que son épocas necesarias al final, como director. Por un lado aprendes rodando y si no puedes rodar cosas grandes ruedas cosas pequeñas y luego por otro lado el Tren de la Bruja me abrió las puertas para llegar a actores de la talla de Gary Oldman, ya que el vio Tren de la Bruja, porque cuando tú le mandas a un productor o a un director un guion tienes que demostrarle que sabes dirigir. Entonces, vamos a decirlo así, es una carta de presentación de tu trabajo y de que sabes hacer las cosas… o no (risas). Pero yo la recuerdo como una época bonita, dura, pero bonita, cuando llegamos a Madrid todos.
Bosque de Sombras, el salto al largometraje con un thriller rural protagonizado por Gary Oldman, Virginie Ledoyen, Paddy Considine, Aitana Sánchez Gijón, un gran reparto. ¿Cómo consigues que Gary Oldman se implique y luego el enorme trabajo de aprenderse los diálogos fonéticamente, que lo hizo genial?
Lo de Gary Oldman fue un poco loco, ya lo he contado alguna vez. Nuestra idea era escribir una película barata, pequeña, rodada en España con actores españoles. El sueño de mi vida por aquel entonces era rodarla con Luis Tosar y Eduard Fernández, que no eran los Luis Tosar y Eduard Fernández de ahora, eran mucho menos conocidos, y no conseguimos levantar la película. El productor, Íker Monfort, dijo: “Por qué no la rodamos en ingles” y yo comenté “Bueno, que sea en inglés o no, pero que esté ambientada en España y que hablen inglés los de fuera”, o sea, no ir a rodar una película en Missouri, porque yo no tengo ni puñetera idea de Missouri, y entonces mantuvimos, por así decirlo, el germen del proyecto y de repente nos vimos mandando guiones a actores americanos o sea, metiendo en sobres guiones y mandándoselos a actores como, yo qué sé, Jeremy Irons o tal y de repente llegamos a Gary Oldman. Le gustó el guion, me fui a Los Ángeles cuanto antes. Un desastre, se me pierde la maleta, todo mal y no sé si le di pena, pero dijo que sí. Y luego lo de siempre, al final siempre hay un efecto dominó, tienes a Gary Oldman en la película y resulta que… bueno Aitana ya estaba en la película y Lluis Homar… pero luego llega Paddy Consindine, que actualmente lo peta con Peaky Blinders, y Virginie. Entonces sí, creo que el casting luego atrajo a otro casting, un nombre atrae a otros, el presupuesto era el mismo, pero de repente teníamos una ópera prima con un casting internacional.
Comentabas en la conferencia que has dado aquí en el Cinefán de Úbeda que de Bosque de Sombras a Gernika, tu segunda película, pasan casi diez años, pero no estabas quieto, hacías televisión. Trabajaste en Karabudjan, La Fuga, El Don de Alba…
Sí, en Estados Unidos es curioso, porque cuando quieren hacer una película contigo miran tu perfil de IMDB y dicen “Es que hizo una película este año y tardó diez años en hacer la segunda” y es como, hostia, hacer cine en España es un milagro, pero en esos diez años como dices no estuve parado. Rodé todo lo que has dicho, Muchachada Nui, La Hora de José Mota, mucha publicidad, videoclips. Quiero decir, al final uno aprende rodando y se mantiene rodando porque si uno está en su casa esperando, no te voy a decir que se te olvide, porque esto es como conducir en bici, pero cuanto más trabajas, cuanto más ruedas, más confianza ganas, más sabes, más eres capaz de solucionar las cosas de una manera más tranquila y relajada y tienes más tablas, como en todas las profesiones. Entonces en esos diez años de sequía en largometrajes estuve sin para de rodar haciendo televisión y por supuesto de todo se aprende. La Fuga fue una serie complicada también, Karabudjan fue una minserie que a día de hoy tendría cabida en cualquier plataforma, pero que se adelantó como una miniserie de seis episodios para Antena 3 abordando temas complejos como la trata de blancas y además con un lenguaje muy moderno para la época. De todas estas experiencias uno saca petróleo y le viene bien para que luego, cuando llega por fin tu segundo largometraje, uno tan grande como Gernika, no te tiemblen las piernas al enfrentarte a ello (risas)
Porque claro, vuelves con un segundo largometraje, otra vez con reparto internacional tema histórico… ¿qué recuerdos tienes de aquel rodaje?
Jo, pues para mí fue la hostia. Por un lado primero porque como vasco poder hablar del bombardeo de Gernika me parecía algo que había que hacer porque en el cine se ha abordado muy poquito y de manera muy tangencial. Fue un regalo que me hicieron José Alba y Carlos Clavijo, hermano del actor Víctor Clavijo que era guionista de la película, y creo que fue Eugenio Mira quien dio mi nombre y entonces me uní a ellos. Es un proyecto que tardamos cuatro años en levantarlo desde que yo me incorporé a él, porque era una película cara con reparto internacional con James Darcy, Jack Davenport, que venía de Piratas del Caribe, María Valverde, un casting muy interesante y era una película muy complicada porque ¿cómo ruedas un bombardeo?. Uno no llega a rodar un bombardeo viniendo de rodar otros, sino que tiene que enfrentarse por primera vez a él. Como con todas las películas las vas haciendo poco a poco, por partes y yo qué sé, somos de Bilbao, se puede (risas)
También has rodado varios episodios para El Ministerio del Tiempo ¿qué tal trabajar con esos guiones tan rocambolescos y geniales?
A mí me encanta El Ministerio del Tiempo. Cada capítulo es una película diferente o tiene una estructura diferente, hay un entuerto con los personajes y por otro lado aprendes la hostia de historia, porque a uno le gusta la historia, pero no tiene conocimientos de todos los personajes históricos y a veces, porque uno estudia otras cosas, de donde menos conocimientos tiene es de su propio país y gracias a El Ministerio del Tiempo te metes de lleno en aventuras, cada una diferente a la anterior, aunque haya una trama horizontal con las patrullas, pero que como director es muy goloso, muy divertido. Yo era muy fan, como me pasó con La Casa de Papel, antes de rodar la serie y fue un gustazo meterme a rodar el Ministerio con personajes que conozco ya porque los he visto, como un Alonso de Entreríos, Angustias… que ya son como de la familia y luego te enfrentas a rodar con ellos y mola mucho.
Hablando de La Casa de Papel ¿cómo llegas a la serie de Netflix?
Jesús Colmenar, que es director de la serie, y Migue Amoedo, director de fotografía y creador de la imagen de La Casa de Papel y Vis a Vis, me llamaron para currar en las dos primeras temporadas, pero me pillaron rodando El Ministerio del Tiempo y 70 Binladens, por lo cual les tuve que decir, muy a mi pesar, que no y yo me decía “Bueno, ya no me van a llamar nunca más, ya les he dicho dos veces que no” y de repente la serie se convierte en un éxito y me llamaron para incorporarme al equipo de directores de la tercera, cuarta y quinta al final y ha sido la hostia. Con la presión de saber que estás enfrentándote a algo que ya es un fenómeno a nivel mundial, pero por otro lado con la ilusión de saber que estás metido en algo que lo va a ver todo el mundo. Porque a veces ruedas cosas sin saber si van a tener repercusión, si las va a ver alguien y al final hacemos las cosas para el espectador, para el público y en este caso entrabas en un sitio sobre seguro sabiendo que lo va a ver todo el mundo, pero eso también te genera una responsabilidad.
¿Como director y estando detrás de las cámaras, notaste el salto a Netflix?, porque la inversión y la producción era mucho más grande
Hombre, yo siempre digo que creo que en mi vida me voy a encontrar en otra producción como esta. Creo que era Migue quien decía “Estamos en la Champions League de las series”, además Netflix ha cuidado mucho La Casa de Papel, porque obviamente les gusta y creo que eso se nota. Hemos tenido medios, hemos tenido dinero, hemos tenido tiempo, porque es lo que no tienes cuando ruedas series y el dinero es tiempo. En este sentido es digno de alabar que una plataforma como Netflix haya entendido que hay que darle el tiempo y los medios necesarios a cada capítulo, con lo cual puedes escribir la locura que se te pase por la cabeza porque se puede hacer, con tiempo y dinero se puede hacer. Si fueran proyectos míos yo me hubiera autocensurado me habría dicho “Estás loco, cómo vas a escribir esto, es imposible”. En este caso es muy guay porque lo lees y piensas “¡Su padre!, ¿cómo voy a rodar esto? ¡dios mío”?, pero al final te enfrentas y está muy bien.
Centrándome un poco en La Casa de Papel, que tiene unos personajes muy interesantes. Yo sigo en redes al director español Paco Cabezas y hace cosa de un año hizo en Instagram algunas stories hablando de cómo trabaja en las series estadounidenses, porque si hay algo que no le gusta son los directores que llegan con lo puesto ruedan y para adelante, pero que a él le gusta, aunque sólo vaya a rodar un solo episodio de una serie en concreto, hablar con los actores, interactuar con ellos, intercambiar impresiones. ¿Eres de ese tipo de directores?
Sí, hombre. Yo siempre digo que las cosas hay que prepararlas muchísimo, aunque luego se cambie todo. El hecho de llevarme las cosas preparadas de casa, haber hablado con los actores… porque claro, a La Casa de Papel se han ido incorporando nuevos, no todo el mundo estaba. Belén Cuesta, Luca Peros, Fernando Cayo, Najwa Nimri… todos esos personajes han entrado en estas temporadas y yo pienso que todo el trabajo previo siempre es buenísimo, hagas un capítulo o hagas siete, al final todo lo que puedas preparar las cosas creo que se nota, que de nuevo es tiempo, y que encima te da esa libertad de poder cambiarlas. Porque si yo vengo de casa con el trabajo hecho y llego al set y si veo que hay algo que funciona mejor puedo cambiarlo y puedo hacerlo con la tranquilidad de saber que he pasado antes por este sitio, que lo he pensado y repensado, pero que con lo que me aportan los actores lo puedo cambiar, poco o mucho, pero la esencia está ahí porque ya lo he trabajado previamente y eso es muy importante. A mí me gusta llevar los deberes hechos, admiro a los que llegan ahí y ¡pim pam!, porque yo no tengo esa capacidad, pero todo lo que pueda trabajar antes, desde hablar con actores y planificar todo, me gusta hacerlo
Háblame un poco de 70 Binladens, que sé que es un proyecto al que le tienes especial cariño. ¿Estaba Álex de la Iglesia de productor?
Sí, estaban de co productores Álex de la Iglesia y Carolina Bang.
Además creo que Álex está teniendo un olfato muy refinado para producir películas, porque Errementari: El Herrero del Diablo, es otra película que me fascina.
Pues la próxima película de Paul Urkijo Alijo también la producen Álex y Carolina y están ahí pronto con ella.
Deseando estoy de verla. Háblame entonces un poco de 70 Binladens
Pues 70 Binladens es una película que tardé diez años en hacer, estaba mucho antes que Gernika en mi vida. Son tres guionistas bilbaínos, es una película de atracos, pero desde el punto de vista de una de las rehenes, en este caso Emma Suárez, lo que la hace diferente del resto de películas del género. Además era un guion muy juguetón, con mucho giro y desde la primera vez que lo leí me gustó mucho y les dije “Por favor, chicos, esta película tengo que hacerla yo”. No la tenían escrita para mí, pero luego yo aporté mi imaginario, mis años 70, mi estética…. con libertad total, consensuada con ellos, por supuesto, pero sí, parecía una película que podía haber escrito yo con alguien o como dices tú, muy mía siendo de ellos. Estuvimos muchos años preparándola escribiéndola, reescribiéndola, trabajando, o sea yo la tenía ultrapensada, hasta el punto de que cuando por fin se hizo diez años después, no te voy a decir que fue un paseo, ni mucho menos, pero que la tenía ultratrabajadísima, ultraimaginada, ultrapensada con lo cual después de Gernika se precipita y un año y medio después se rueda 70 Binladens. La tenía tan interiorizada que me la sabía de memoria, entonces fue un proceso relativamente tranquilo el rodaje y prepararla.
Por protocolo te tengo que preguntar, aunque ya lo han hecho en la conferencia, y no nos puedes decir nada, pero ¿qué nos espera, al menos a nivel emocional, con esta Parte 5 de La Casa de Papel de la que has rodado varios capítulos y que se estrena en dos tandas el 3 de septiembre y el 3 de diciembre?
Pues yo espero de verdad que satisfaga a la gran mayoría. Siempre los finales de las series son muy complicados, es muy difícil satisfacer a todo el mundo porque al final, yo qué se, con un Juego de Tronos unos tienen unas expectativas y otros unas diferentes. Yo después de haber participado y rodado con mis compañeros y, digámoslo así, haber visto la temporada y la serie completa creo que estamos ante una temporada muy buena, muy potente a nivel emocional, a nivel de acción, a nivel de tensión y además creo que es una buena idea partirla en dos, porque comértela en diez capítulos del tirón le hubiera quitado cierta importancia a algunas de esas cosas que pasan y creo que el poder reposar, aunque sea un poco putada tener que esperar dos meses para el desenlace, creo que es un acierto el haberla cortado y creo que es mejor haberla dosificado en cinco y cinco. Yo creo que es muy potente, nosotros estamos muy contentos, obviamente nuestra perspectiva desde dentro es una y seguramente la del espectador es otra, pero yo como fan de la serie creo que me hubiera gustado mucho este final para la serie, no puedo contar más, pero creo que está muy bien.
Perfecto, Koldo. Te agradecemos mucho que hayas estado con nosotros pasando este rato.
Nada, hombre, encantando y gracias a vosotros.