#ZNGames The Witcher 3: Blood and Wine

 

Título: The Witcher 3: Blood and Wine
Desarrolladora: CD Projeckt Red
Plataformas: PC/ XBOX ONE/ PS4
Idiomas: voces en inglés y textos en castellano

 

El último gran acto de Geralt

Sí, vamos a hacer la review de un DLC. Por dos razones: la primera es que The Witcher 3 es, para el que firma estas palabras, el mejor juego del año pasado. CD Projekt Red se sacó de la manga un juego que no olvida ni sus aciertos del pasado ni sus errores, y encumbra la saga del brujo hasta cotas que nos costaba imaginar. Y no se trata solo de un juego largo, con unos gráficos de impacto y tremendamente vivo, lleno de detalles y pequeños momentos que hacen grande el conjunto. Estamos también ante uno de los mejores guiones de la historia del videojuego. Y lo digo sin despeinarme. Porque The Witcher 3 ha conseguido emocionar a su audiencia, ha conseguido que vivamos situaciones que nos parecían imposibles de vivir en una pieza de ocio digital. Se ha levantado sobre una montaña de convencionalismos y ha despejado el camino para los que se atrevan a contar historias de verdad. Claro, todo esto al mismo tiempo que adaptaba maravillosamente bien el mundo creado por Andrej Sapkowski en la literatura.

Y ahora, Geralt se despide de forma indefinida con un DLC que viene a dar otra lección. Cómo debe hacerse un DLC.

En Blood and Wine nos vamos a encontrar una nueva región que visitar, el reino de Toussaint, una suerte de colorido paisaje donde el vino y la música parecen ser las preocupaciones diarias. O lo serían si una bestia no estuviera despachando nobles con ferocidad y sin ser vista. La emperatriz solicita entonces los servicios del brujo para dar caza a la bestia y poner fin a la capa de nubes que ensombrece las bellas y coloridas tierras de Toussaint.

Con este punto de partido, tendremos que acostumbrarnos a muchas cosas que llegan de golpe. Blood and Wine no se contenta solo con añadir una nueva región del mapa (que en nada desmerece su tamaño con las regiones más protagonistas del juego principal), sino que evoluciona el concepto y aporta nuevos añadidos al conjunto. Así, los menús cambian para todo el juego y se mejoran, se economizan y se acicalan; se añade nuevos tipos de evolución para las habilidades y el combate se ve afectado por ello, dotando a Geralt de nuevas posibilidades y dándole un sentido rejugable a todo el conjunto general. También nos encontramos con una mejora de gráficos, puliendo texturas, arreglando pequeños fallos y aportando una paleta de colores para la región de Tussaint que abruma a los ojos, que llena de gozo solo con recorrer sus prados a caballo, con pasear por sus calles y contemplar los lejanos bosques. Esta mejora gráfica se extiende, una vez más, al resto del juego y podremos contemplar algunas localizaciones míticas como Novigrado o Kaer Morhen. Así mismo, la inclusión de nuevos cortes musicales y el aprovechamiento de otros conocidos en diferentes situaciones, es tan acertada que es fácil perderse en la maravilla del mundo de The Witcher 3.

Por si estos aportes te parecieran poco (en un DLC que cuesta 20€), hablemos de otros puntos que se abren. Para los fans de gwynt, el maravilloso juego de cartas al que podremos jugar dentro del mundo del brujo y que pronto tendrá su propio videojuego, se incluye una baraja completamente nueva. Aprovechando un torneo de cartas organizado por un misterioso personaje noble de Toussaint, se incluye la baraja de Skellige, con algunas cartas interesantes que pueden ser utilizadas en otras barajas y nuevos héroes.

Además de poder jugar al gwynt como si jugáramos por primera vez, también tendremos nuestra propia viña en Toussaint. Será la primera vez que Geralt tenga una propiedad a la que llamar propia, y un mayordomo que nos ayudará a gestionarla. Podremos acometer reformas (que cuestan un riñón, eso sí), e ir acicalando nuestra hacienda hasta devolverla al esplendor de antaño. Pues Corvo Bianco (que así se llama nuestro nuevo hogar) tiene una historia propia, una historia de esplendor, caída y melancolía de tiempos pasados y mejores. Y será responsabilidad de Geralt devolverle su esplendor.

El guión de Blood and Wine, tanto de su trama principal como de las secundarias, vuelve a hacer gala de un virtuosismo pocas veces visto en el mundo del videojuego. La narrativa es tan fluida y tan semejante a las novelas que adapta, tan llena de vida y de aristas que sorprende que estemos hablando de un DLC y no de un juego completo que comprar a precio normal. Blood and Wine está llena de sombras, pero también de color, llena de drama pero también de humor, llena de momentos épicos pero también de verdes prados en los que recostarse y echar una cabezada. Un guión que firma un final, quién sabe si perpetuo o solo temporal, para las aventuras de este brujo que tantas alegrías nos ha dado en esta generación de consolas. Un punto y aparte, esperamos, pero un final a fin de cuentas. Y un final del que sentirse verdaderamente orgulloso.