#ZNGames Nioh

 

Título: Ni-Oh
Desarrolladora: Team Ninja
Plataformas: PS4
Idiomas: voces en japonés en inglés y textos en castellano

 

El Japón feudal estilo Dark Souls

El 2017 ha comenzado con ganas de comérselo todo y tras la vuelta de la saga de survival horror favorita del mundo, Nioh por fin ha asomado la cabeza. Este cruce entre Onimusha y Dark Souls desarrolado por Team Ninja llega pisando fuerte, con una promoción agresiva y la promesa de darnos más de lo que Miyazaki no quiere seguir dándonos. Y el resultado es un juego que la crítica unánimemente ha catalogado como lo mejor del año. Pero, ¿son correctas estas valoraciones? Por suerte, el que firma este artículo no se deja influenciar por otros medios, así que hablaremos claro sobre este juego que prometía mucho, pero cuyas promesas me han parecido robadas.

Y me explicaré.

Nioh es un juego de los difíciles; de los que centra el foco de su atractivo en lo duro que es avanzar, en los duros que son los combates, en lo injusto que es el camino del héroe. Si bien la conocida saga Dark Souls y sentó las bases de este estilo, hubo otros juegos anteriores que ya profetizaban este subgénero, como Blade The Edge of Darkness. Nioh nos presenta una historia de samurais, yokais y demás demonios que se entrelazan en una búsqueda mística durante la guerra (real) de Sekigahara. Un samurai occidental (?) llamado William acudirá en ayuda de unos de los shogun y se enfrentará, aliado con espíritus del lugar, al mismísimo mal en la Tierra.

Una historia que resulta atractiva, sin duda, y que se narra mediante cinemáticas y algunas conversaciones esporádicas, pero que basa su narrativa en la inmersión en el escenario, la lucha y la ambientación. Una historia que se queda algo corta pero que supone un buen giro en referencia a lo que vimos en la saga Souls y en los juegos que la imitan, que giran siempre hacia la fantasía épica.

Mecánicas no tan originales

Nioh basa sus mecánicas en el trabajo de Miyazaki, padre de la saga Souls, y a estas alturas negarlo sería evidenciar la falta de objetividad. Esto no tiene que ser malo en sí mismo, pues la saga Souls, en mi opinión, también perfeccionó y no inventó. Aquí tenemos una barra de resistencia que es la piedra angular de los combates, pues con ella vacía no podremos realizar ninguna acción y estaremos a merced de nuestro atacantes. También dispondremos de armas de corta y larga distancia, así como de objetos consumibles, y la gran novedad, posiciones de combate. Sin duda esto es lo que hace más interesante a Nioh, la posibilidad de alternar entre una guardia alta, baja o media cuyos ataques y formas de bloqueo difieren mucho entre sí, dándole al combate una profundidad estratégica que cambia el concepto, aunque no varía lo suficiente como para poder desmarcarse de sus influencias.

Y ese es el principal problema de Nioh: que no se siente como un juego fresco, nuevo. En realidad, podrían decirte que esta obra la firma From Software y nos lo creeríamos. El juego es tan deudor de la saga Souls que no tiene un estilo definido propio; no innova gran cosa y no pasa de ser una copia de la mítica saga. Se entiende que guste, claro, porque hace bien muchas cosas y sabe qué resortes de la saga Souls funcionaron y se pueden utilizar ahora. Pero me hubiera gustado que tuviera mucho más de sí mismo, mucha más alma. Las mecánicas están muy perfeccionadas, eso es cierto, y es significativamente largo (quizás demasiado), incluyendo además un mapa y misiones secundarias. Pero el conjunto no termina de ser algo genuino y original. Al avanzar en su trama, que tampoco hace grandes alardes narrativos, no podía evitar tener la sensación de que estaba ante un spin-off de la saga Souls. Esto se traducirá en dos cosas: muchas ventas de aquellos que la echan de menos, y muchas críticas a los que señalen este punto. Pero es el poso que me ha dejado Nioh, y a estas alturas no voy a negarlo.

Trabajo de calidad, pero con sombras

Nioh tiene calidad, eso es innegable. Aduce sin embargo algunos resentimientos a nivel gráfico: y es que por momento el juego parece de la generación pasada; con unas texturas imprecisas y mal acabadas. Una banda sonora que no destaca y la ausencia de doblaje al castellano, algo que nos sorprende en un exclusivo de PS4. Por otro lado, la polémica vino por la opción de alternar entre un modo de video enfocado al combate y otro que cargara mejor las texturas y funcionara a más fps. Algo extraño y además con poco sentido, pues finalmente en cualquiera de los dos modos el juego sufre importantes caídas de frame rate, aun cuando sus alardes tecnológicos se quedan a medio camino. Eso sí, solo lo he probado en una PS4 normal, por lo que queda a juicio de los poseedores de la PRO si mejora en algo.

Me hubiera gustado más

Aunque es un juego capaz de enganchar horas y divertido a fin de cuentas, esperaba más de este Nioh. Ciertamente, no me conformo con que aplique bien las mecánicas que otros desarrollaron y perfeccionaron. Y esto podría ser muy subjetivo, pues por esa regla de tres cualquier point and click sería deudor de Maniac Mansion y, por ende, poco original y meritorio. Pero no es exactamente el caso: lo que sucede con Nioh es que realmente parece un juego de la saga Souls…pero descafeinado. Como la segunda parte de Bioshock o cualquier spin-off de una saga consagrada que, de pronto, desarrolla otro estudio. Es tan deudor del trabajo de Miyazaki y compañía que su falta de personalidad es lo que no me ha dejado disfrutarlo del todo. En este sentido, PS4 lo hizo mil veces mejor con Bloodborne.