Vuelven el noir y el horror
Uno de los títulos que más sorprendieron en los primeros años de la actual generación de consolas fue The Evil Within, dirigido por el mítico Shinji Mikami, padre de la saga Resident Evil, que volvía al género del «survival horror» con un juego que se las prometía con un diseño inspirado en la saga de Capcom, aportando una juagabilidad más cercana a lo visto en Dark Souls. Una mezcla que tenía que dar buenos resultados, y los dio, con juego variado con un guión profundamente enmarcado en el terror y un diseño de personajes y escenarios sublime. La endiablada dificultad y lo novedoso del sistema de combate hicieron el resto para dar uno de los mejores juegos de la generación. Bethesda dio alas a los sueños húmedos del hombre que soñara hace décadas con el peligro biológico zombi más famoso.
En esta segunda parte, la saga cambia de manos. Y eso lleva dando miedo desde que la noticia saltó a la palestra: ya no se encuentra Shinji Mikami a los mandos, y las dudas en torno al juego le han acompañado hasta su lanzamiento. Retomando el control del detective Castellanos, esta vez en una búsqueda por su hija, nos encontraremos sumergidos en Union, una suerte de mezcla entre Assassin’s Creed y Dark Souls. Esta vez, nos encontramos con secciones bastante largas de mundo abierto, que se combinan con los momentos lineales. Un guión oscuro que juega al despiste con el jugador y echa mano de elementos de ciencia ficción y terror a partes iguales.
Tras jugar en profundidad el título, debo decir que el reemplazo de Shinji Mikami por parte de John Johanas no ha sido un error. Es cierto que el juego ha perdido la sensación de terror en sus partes de mundo abierto, que no son pocas, pero esto se debe a que se ha dado mayor protagonismo a la supervivencia, el farmeo y los secretos que iremos descubriendo sobre el terreno. Es muy difícil mantener el terror en esto, cosa que ya se demostró con Dead Island: terror no es la palabra. Tiene tensión, pero los combates suelen saldarse con facilidad a nuestro favor. En este sentido, el juego ha perdido mucho de su componente de reto arcade en favor a un jugabilidad más accesible y más enfocada hacia la acción. Por otro lado, el sigilio adquiere mucho protagonismo. Es una nueva baza que casa bastante con el diseño de Union: los coches desperdigados tras los que esconderse, la alta vegetación, el mobiliario de las casas y comercios. Pero la IA de los enemigos deja bastante que desear y es muy fácil engañarlos en las situaciones menos a nuestro favor.
La exploración de Union es uno de los elementos que más me ha gustado. Pudiendo acceder a la mayoría de escenarios, y guardando estos muchos y desagradables secretos, la sensación de llevar el juego por donde nosotros queremos está bastante conseguida; los enemigos son abundantes y el lore que se registra en las muchas zonas accesibles ayuda a que nos veamos inmersos en el guión. Una historia que resulta sin duda más accesible y bien hilada que la original, donde el entramado de subtramas y aristas otorgaban una cierta confusión al conjunto. En este
Como ya he dicho, el diseño de personajes y escenarios está muy a la altura del primer juego, ayudando a ello un buen motor gráfico que juega con las luces y las sombras de manera óptima y que aprovecha por completo un entorno que ayuda a la inmersión. A nivel sonoro, la música ayuda a crear una atmósfera eficaz y el juego llega doblado de forma impecable a nuestro país.
Valoración
Gráficos - 8.5
Jugabilidad - 8.5
Historia - 8
Sonido - 8.5
8.4
Valoración
The Evil Within 2 es una secuela que mejora muchos de los aspectos menos pulidos de la primera parte; aprovecha para introducir elementos novedosos y mantiene la impronta de Mikami, pero con un nuevo aire que justifica un guión mejor escrito y rematado que el anterior.
