Edición nacional/España: Timun Mas
Autor: Dmitri Glujovski
Páginas: 544
Formato: Rústica sin solapas
Precio: 8.95€
El último refugio de la humanidad
Unos días atrás, Francisco nos hablaba de STALKER, picnic extraterrestre. Y esta coincidió que estaba terminando mi lectura de Metro 2033. ¿Novela rusa? Check. ¿Ciencia ficción? Check. ¿Elementos sobrenaturales? Check. ¿Adaptada a videojuego? Check. Con todos estos elementos, no podía dejar escapar la oportunidad de pasar por #ZNLibros a hacer mi propia reseña. Pero si STALKER es hija de la URSS, esta refleja la Rusia entrada al Siglo XXI y con el primer mandado presidencial de Vladimir Putin. Escrita por Dmitri Glujovski y publicada originalmente en internet de forma libre y gratuita, se ha convertido en uno de los fenómenos literarios de Rusia de la última década. Finalmente hubo la Tercera Guerra Mundial, y cómo no podía ser de otra forma, fue un holocausto nuclear y acabó con toda la vida en la superficie del planeta. Los únicos supervivientes fueron aquellos que buscaron refugio en la linea de Metro de Moscú, que se esfuerzan en sobrevivir ante la nueva situación. Nuestro protagonista es un joven ruso llamado Artyom, quien nació aún en la superficie pero creció en el Metro después que su «padre adoptivo» lo salvase.
Pese al desastre nuclear, la superficie sigue siendo un lugar fascinante, especialmente para los jóvenes. Y más aún cuando en el Metro, no hay mayores héroes que los Stalkers – guiño guiño -, y Artyom y sus amigos sueñan en serlo. Para desgracia de todos los supervivientes en Metro 2033, estos imprudentes pudieron salir a la superficie, pero al regresar no pudieron impedir que la superficie no les acabase siguiendo de vuelta. Un terrible secreto, que hizo que nadie más que estos jóvenes supieran de donde venían realmente los terroríficos Negros – Oscuros en el videojuego -, quienes amenazan constantemente la vida de la VDNKh. Entonces un buen día aparecerá un cazador, simplemente llamado Hunter, palabra que a él le suena tan extraña como a nosotros охотник. Este logrará que Artyom le revele su terrible secreto, y con ello le encomienda una misión: si no regresa el día siguiente, deberá ir a la Polis, la capital del Metro, y entregar un mensaje. En caso contrario, la VDNKh podría caer y con ella el resto de la humanidad. Con esta secreta misión, Metro 2033 nos lleva a un trepidante viaje por la línea de Moscú, y con ello analizar mucho más que la vida en Rusia por aquella época.
La obra de Glujovski se adentra en las evoluciones, pero sobretodo involuciones, que sufre el ser humano ante tales condiciones. En Metro 2033 podemos ver como regresan con fuerza el comunismo, tanto el impuesto por Stalin cómo los que aún creen en el sueño de Lenin y el Ché Guevara. Vemos alzarse el IV Reich, siendo los vecinos caucásicos el objeto de su odio, si bien no hacen falta fascistas para ver en más de una ocasión el rechazo, por simplemente no congregar con la misma creencia o simplemente, ser de una estación vecina. Vemos como la religión regresa en sus formas más nobles, pero a la vez más terribles. La preservación de la cultura y la historia, donde los militares suelen ser la ley, y los cartuchos son la nueva moneda para sobrevivir. Y por encima de todo ello, amenazas desconocidas que pueden ir más allá del plano físico. En medio de la lectura de la novela, puedes llegar a plantearte si no estás en un módulo de La llamada de Cthulhu, si bien finalmente irá por sus propios derroteros. Metro 2033 plantea múltiples cuestiones filosóficas y éticas, que el propio Artyom sufre en su propio ser y lo hacen seguir, evolucionar cómo persona y cómo personaje. Y el universo es tan enriquecedor, que dio pie a dos novelas más, Metro 2034 y Metro 2035. La primera ya está publicada en nuestro país en ambos formatos, mientras que la segunda será publicada a finales de Octubre, primero en su versión rústica con solapas.
Metro 2033 tuvo tanto éxito que fue adaptada por 4A Games en formato videojuego. El juego empieza con un prólogo que casi nos lleva al final de la novela, aunque ya empezamos a ver los primeros cambios, los cuales continúan una vez volvemos al inicio del juego, con la misma premisa de la novela. La adaptación comprime la narrativa como era previsible, aunque conserva varios personajes claves, si bien algunos han recibido nombres más anglosajones, salvo el protagonista que sigue siendo Artyom. Y cómo el juego tiene un fuerte componente de disparos, salen constantemente bestias que apenas se describen en el juego, o que la interacción es mucho más limitada en la novela. Visualmente es más impactante, pero le quita la mística de poder que le otorgaba originalmente Metro 2033. Otro cambio muy importante, es que visitamos mucho más la superficie que en la novela original. Había que sacar provecho a la mecánica de la máscara de gas típica del Stalker, y esta acaba siendo necesaria en muchos puntos de dentro del propio metro. El final acaba siendo el mismo, aunque hay un final alternativo según cómo hayas ido actuando durante el juego. Y el videojuego también tiene una secuela propia, Metro: Last Light, que no es una adaptación de Metro 2034. Sin embargo, su trabajo allí le sirvió de base a Dmitri Glujovski para escribir la tercera novela.
Si has disfrutado anteriormente de novelas fantásticas y/o de ciencia ficción rusas, esta es una novela más para vuestra estantería. Si aún no habéis catado obras rusas de este género, puede ser una buena obra para ello. Especialmente si os gustan las novelas de ciencia ficción, o si buscáis algo que no esté relacionado con extraterrestres y/o viajes espaciales. Si bien la novela tiene acción y puntos dramáticos, es bastante más psicológica que el videojuego, en caso que acabéis de descubrir que Metro 2033 primero fue una novela. Depende de que buscabais en el videojuego, y que puntos os gustó más del mismo, podrías encontrar todo lo que esperáis y más en la novela. O puede que sea todo lo contrario, siendo algo negativo o una agradable sorpresa para vuestra lectura. En cualquier caso, el videojuego aunque exitoso, no deja de ser una adaptación a un medio distinto, con sus pros y contras. La novela tiene suficientemente fuerza para ser degustada por si misma, y rompe un género que con el paso de los años, había ido menguando en creatividad.