«Sólo podemos hacer una cosa. Darle lo que quiere: un puto superhéroe.»
Las bicicletas son para el verano y las novelas son para todos los meses del año. Sí, es cierto, pero si hay una estación en la que podemos disfrutar más con una lectura distendida es aquella que engloba los meses de julio y agosto. Con el vaivén de las olas y la relajación que genera estar de vacaciones,
Un asesino en serie recrea las primeras apariciones de los superhéroes en el mundo de las viñetas. Sus macabros crímenes recuerdan a la puesta en escena que pudimos ver en películas como Seven o series como Hannibal. Pero ¿a dónde quiere llegar con esto? ¿cuáles son sus motivaciones? Una vez más, las reminiscencias nos llevan al séptimo arte por lo que no es de extrañar que Orígenes secretos haya terminado teniendo su propia adaptación cinematográfica. Podemos entender Kick-Ass o, incluso, El Protegido, cinta dirigida por M. Night Shyamalan que acabó siendo la primera parte de una inesperada trilogía, como las primas hermanas estadounidenses de Orígenes secretos. Aunque si seguimos fijándonos en el otro lado del charco, también encontramos ciertas similitudes en el Ready Player One de Ernest Cline.
En la otra cara de la moneda tenemos un pequeño grupo que, a modo de Batfamilia, tratará de acabar con la siniestra amenaza. Liderando el cuarteto nos encontramos con David Valentín, personaje que reniega de la cultura friki y, por ende, de su destino. Su pasado se antojará clave para el devenir de los acontecimientos. Como no podía ser de otra forma, en el viaje del héroe nos encontramos la figura del mentor (Cosme Galiardo), el asunto romántico (Patri) y el fiel escudero (Jorge Elías). Bien podríamos decir que nos encontramos ante un RPG urbano novelizado, pero sustituyendo magias y pociones por inabarcables referencias a la cultura popular.
Pongamos que hablo de Madrid. Galán cambia de tercio cuando toca hablar del escenario. La capital de España acapara todos los focos en un sentido homenaje que nos sitúa en Chueca, La Castellana, Tirso de Molina o El Retiro. Como si de un escape room se tratara, descubrimos lugares que a pesar de ser conocidos albergan algún que otro secreto. Si en Ángeles y Demonios Dan Brown utilizaba Roma para realizar su particular gincana Langdoniana, David Galán no se queda atrás para impregnar con olor de callos y sopa de ajo el tablero donde tendrá lugar la partida. El juego del gato y el ratón, la eterna persecución tantas veces utilizada en la novela policiaca pero que en esta ocasión la sentimos nuestra por partida doble. En palabras de Raúl López, hacedor de Zona Negativa, David Galán es uno de los nuestros. Lejos de referirse a la obra maestra que dirigió Martin Scorsese, “el jefe” hace referencia a los gustos del que fuera guionista de Se lo que hicisteis… Más allá del leitmotiv de la novela, David rezuma sabiduría comiquera por todos sus poros.
A pesar de lo que se diga, deporte y tebeos pueden convivir en el mismo espacio-tiempo. El Atlético de Madrid une a ciertos personajes como sólo la sinrazón del futbol puede hacerlo. “El tipo puede cambiar de cara, de casa, de familia, de novia, de religión… pero hay una cosa que no puede cambiar. No puede cambiar de pasión.” decían en El secreto de sus ojos. “El Glorioso” es esa pasión que Galán utiliza para emocionar tanto a Cosme como a Val. Neptuno mira con ojos orgullosos la novela en que su Atleti flirtea con la posibilidad de ganar la ansiada Copa de Europa.
Una vez que Jorge Elías comienza a asesorar a Val en el caso, Planeta-K se convierte en el principal lugar de reunión del triángulo que forman ambos con Patri. Pocas veces una tienda de cómics ha sido el contenedor de pistas para resolver asesinatos de pesadilla. Cosplay, figuras, carteles… cada elemento que adorna este emplazamiento hace que nos sintamos como en casa.
David Galán escribió Orígenes secretos en el año 2014. En la nueva edición, publicada este mismo año, se incluye un interesantísimo relato titulado Astro Bus que funciona a modo de secuela, aunque el mismo autor se encarga de denominarla como apócrifa. Con un tono diferente y sin mucho diálogo, la trama gira alrededor de un nuevo personaje. La historia de Lesley Libertad es una pequeña perla que acaba convergiendo con viejos conocidos y que nos recuerda, en su enésima referencia al mundo de las viñetas, al Astro City de Kurt Busiek.
En definitiva, Orígenes secretos es una entretenidísima novela que mezcla diferentes géneros. David Galán realiza un trabajo más que notable inyectando dosis de talento e ilusión a partes iguales. Su lectura resulta adictiva y las referencias a la cultura friki se encuentran en cada página. Mal que le pese, Madrid se comporta como un personaje más de la novela gracias al cariño que muestra el autor en cada descripción. Si aún no os habéis acercado a Orígenes secretos, dadle una oportunidad y preparaos para disfrutar.
