#ZNLibros Supergods

 

Edición original: Johnatan Cape (2011) Supergods: ur World in the Age of the Superhero.
Edición nacional/ España: Supergods: Héroes, mitos e historias del cómic (Noema, 2013).
Autor: Grant Morrison
Páginas: 424
Formato: Tapa blanda / digital
Precio: 29,90 euros / 12,99 euros digital

 

En el mundo del cómic existen ejemplos de guionistas que dan el salto a escribir novelas, tal es el caso de Greg Rucka, Alan Moore, Neil Gaiman o el caso que nos atañe, Grant Morrison, cada cual con su éxito, moderado para algunos e importante para otros. Coquetean con la prosa desarrollando proyectos que van desde guardaespaldas muy implicados con sus protegidos a mundos en donde la magia sigue presente entre nosotros y los dioses nos observan como a simples hormigas. Novelas más o menos interesantes, accesibles o inaccesibles, densas o ligeras… al final lo que tenemos es una nueva forma de poder conocer a un creador que explora nuevos aspectos creativos usando otro medio diferente del que nos tiene acostumbrado.

El proceso normal para llegar a tener entre las manos Supergods es que el lector conozca a Grant Morrison por su trabajo en los comics, tanto de Marvel como DC, aunque el grueso de su producción se encuentre en esta última editorial, y quiera dejarse llevar por las habilidosas manos y mente de este hacedor de historias empeñado en llevarnos siempre un poco más lejos de lo que hasta entonces entendemos como realidad.

Supergods no es una novela. Si hubiera que catalogarla de alguna forma podríamos hablar de un ensayo, de un estudio crítico y cronológico de la propia historia de los comics, en los que Morrison de forma muy hábil nos incrusta su propia biografía. Un ejercicio muy interesante de sincronía histórica entre su vida y el propio desarrollo y evolución del comic de superhéroes. Esta forma de estructurar el libro permite a Morrison poder balancear la carga histórica con su propia historia personal de forma que se puede ir leyendo sin problemas como discurrió su propia evolución alrededor de los comics y de cómo llegó a tener claro que su futuro estaba en escribirlos.

Morrison es consciente de que su propia vida es interesante, pero lo es hasta cierto punto. A los aficionados que conocen sus trabajos puede resultarnos útil saber que procesos mentales son los que se activaron en su ser para poder llevar a cabo sus diferentes trabajos, pero por otro lado centrar el libro solo en su vida hubiera resultado nefasto para el conjunto, por ser solo datos personales sin conexión alguna con el momento concreto por el que el propio medio atravesaba. Es por ello que va desmenuzando con todo lujo de detalles el primer número de Action Comics, o el número 27 de Detective Comics, para él dos pilares básicos de la historia del cómic de superhéroes, sin los cuales no podríamos estar ahora donde estamos. Tal es el proceso de disección al que somete a estas dos obras que se toma su tiempo para describir con todo lujo de detalles lo que podemos ver en cada una de las portadas. Una muestra inequívoca de la importancia que les da a estos comics en la historia tanto del cómic como de su propia vida.

Recorrer con Morrison las diferentes edades de Oro, Plata, Bronce y Moderna es ir acompañado de un guía excepcional. Su pluma atrapa a la perfección cada época y la describe de forma que el lector pueda llegar a saborearla como si la hubiera llegado a vivir. Pero en medio de todo ese respeto que demuestra Morrison por eras también hay un frío escalpelo que corta con duras críticas eso que él considera errores de la industria y que se pagaron muy caros con el tiempo. No se deja llevar por la nostalgia y sin hacer demasiados juicios personales, eso es algo que se reserva para momentos más actuales, deja claro que en todas las épocas hay una serie de claros y oscuros que son la esencia pura de cada edad del cómic.

Habla de sus trabajos con la seguridad de ser obras que deben leerse, justificando su creación a su propio recorrido personal y su excesiva experimentación con demasiadas cosas alucinógenas a lo largo de su vida. De esas experiencias nos llegan obras como Los Invisibles, donde muchas de sus vivencias se plasman en este difícil cómic. También se puede descubrir cómo se enfrentó al reto de escribir la Patrulla Condenada y como sus relaciones de pareja condicionaban las extrañas aventuras que debían experimentar los componentes de tan variopinto grupo. En definitiva, nos describe un tupido entramado entre su trabajo, vida personal y los comics en sí mismos que llega a resultar embriagador, haciendo de su lectura un triple placer.

Por un lado, nos permite ver y descubrir al Morrison más oculto, por otro entendemos mejor sus obras y finalmente estamos leyendo un libro de historia sobre el noveno arte concentrado en el cómic de superhéroes. Un trío de ases que culmina con la reflexión personal del guionista en la que nos dice que todos somos superhéroes, dioses que deben alcanzar la consciencia de serlo para así poder cambiar el mundo. Y aunque hablemos de culminación también debemos decir que esta es la parte más árida del libro, llegando incluso a hacerse pesada por las vueltas que da Morrison sobre su propia autoiluminación.

Pero no todo son luces en el libro. Sus sombras se centran en los momentos en los que el libro se torna aburrido por parecer estar escrito a golpes, con cierta divagación que se torna prepotencia en algunos capítulos y que hace de la lectura una experiencia algo irregular, percibiéndose que Morrison atesora en su interior ideas brillantes a las que es incapaz de dar cohesión. Y aun así sigue resultando una obra sólida en su conjunto.

Estamos frente a 424 páginas de puro Morrison y donde hay espacio para todo y todos. En sus páginas hay un momento para hablar de otros creadores, de otras editoriales (no tiene desperdicio como se suelta con la Image de los años 90), de los aficionados, de sus vivencias en las sesiones de firmas… que no son más que el germen seminal de sus obras, de su Asilo Arkham, de su Animal Man, de su Patrulla Condenada, su Superman, sus X-Men, sus Invisibles o su Flex Mentallo. Obras que definen a su autor y que han sido capaces de abrir nuevas sendas en el noble arte de contar historias y que ahora, gracias a Supergods, podemos redescubrirlas de una nueva forma. Y por qué no, hasta entenderlas.