A mediados de la década del 2010, Grant Morrison decidió centrarse en varios proyectos de autor para diferentes editoriales independientes a la vez que compaginaba su labor en DC Comics. Nacieron cómics con Nameless junto a Chris Burnham, Happy! con Darick Robertson (y cuya adaptación televisiva ha analizado mi compañero Juan Luis Daza como parte de este Mes Morrison) o Klaus, de la mano del por entonces emergente Dan Mora en el año 2015 para Boom Studios.
Una de las ideas que tenía Grant Morrison era crear una nueva especie de Superman con valores similares, pero no quería que fuese uno de los mil y un trasuntos del personaje. En concreto quería que el mundo real tuviese su Superman. Y cada diciembre la sociedad celebraba la llegada de un hombre que recorría el mundo en una sola noche en un trineo tirado por renos voladores y que le traía regalos a los niños. Morrison sabía que Papa Noel, o Santa Claus, era lo más parecido a un superhéroe en el mundo moderno. Sin embargo, le guionista escocese sabía que no lo tendría fácil para convertir a este personaje en un héroe fuera de lo común debido a su concepción como “ícono capitalista” por parte de su utilización de diferentes empresas a lo largo de la historia. Cada vez más jóvenes y adultos veían a Papá Noel como pretexto de un consumismo exacerbado que luego acabarían sufriendo en el mes de enero con la famosa “cuesta”. Entonces le autore lo tenía claro, habría que deconstruir el mito por completo.
Para ello, Morrison ambienta la historia en el Yule de los pueblos nórdicos (y que el cristianismo utilizará como base para la navidad asimilando la celebración del solsticio de invierno del Imperio Romano). En el pueblo de Grismvig se cancela el Yule por orden del malvado gobernante Magnus, que ordena que todos los juguetes le sean entregados a su consentido hijo Jonas. Entonces un misterioso hombre llega al pueblo acompañado de su inmensa loba Lilli y decide que la felicidad y el optimismo vuelven dentro de los muros.
Morrison reconstruye el mito de Papá Noel y anula todo lo referente al señor con barba blanca. El héroe es un guerrero que busca acabar con la tiranía de la forma más pacífica a poder ser y busca traer la felicidad al pueblo de Grimsvig y todos los niños sin buscar nada a cambio. Combina la nobleza y valores de Superman, los artilugios de Batman y la atemporalidad del Doctor de Doctor Who. No hay maldad en él, solo una gran ansia de ayudar a los necesitados. Y está como un quesito, para que negarlo. Lilli también funciona como la “Krypto” del héroe, siendo su mejor amiga y compañera incansable. Tanto en esta miniserie como en los posteriores one-shots del personaje, se profundiza en él y se le acaba creando toda una galería de personajes secundarios y villanos. No es el único aspecto en el que se queda, siendo el gran antagonista del cómic el Krampus, el famoso demonio del folklore alpino que castiga a los niños que han sido malo de forma cruel y que le escritore desarrolla como si fuese «El Joker» del protagonista de la historia. Es una de los proyectos más accesibles del escritor también, una aventura clásica con el viaje del héroe como principal recurso ya que el personaje principal vuelve a su hogar mucho más poderoso y con la intención de ayudar a los demás, pero esta tan bien escrito que es muy facil dejarse llevar en este viaje.
Este trabajo es también el primer gran trabajo de Dan Mora. Desde entonces la carrera del ilustrador costarricense ha ido sumando gran proyecto tras gran proyecto, como Once & Future junto a Kieron GIllen (recientemente publicado por Planeta Cómic) o la actual etapa de Detective Comics, la segunda cabecera de Batman, con guion de Mariko Tamaki. Destacan especialmente las expresiones faciales y los detalles como los juguetes. Pero sin duda lo que brilla más del apartado artístico son sus colores. Hacen honor a la navidad toda esa disparidad de color donde predomina el rojo o el verde pero también deja gran efecto del blanco del gélido invierno o de la oscuridad en torno a la malévola figura de Magnus y el pesar de Grimsvig.
Panini Cómics publicó en noviembre del año 2017 la miniserie en un tomo recopilatorio en cartoné, que constata una edición muy bien cuidada. Sin embargo, en España siguen inéditos los especiales del personaje que sirven como secuela a esta miniserie y que Boom Studios ha publicado cada diciembre: Klaus and the Witch of Winter (2016), Klaus and the Crisis in Xmasville (2017), Klaus and the Crying Snowman (2018) y Klaus and The Lifes and Times of Joe Christmas (2019). Son realmente importantes ya que en ellos se ve como va creciendo y madurando el personaje así como se va forjando su “leyenda como Papa Noel” en las diferentes culturas y civilizaciones y expandiendo el elenco de personajes de la serie a lo largo del tiempo. Posiblemente ahora que no va a haber más historias del personaje en principio puede ser un buen momento para ser recopilados.
Hay quien se ve cada mes de diciembre La Jungla de Cristal religiosamente y diría que Klaus es posiblemente el cómic perfecto para releer cada navidad. Ojalá vean los diferentes especiales la luz en algún momento en nuestro país porque el gran público se está perdiendo la oportunidad de conocer una de las mejores obras de Grant Morrison, no solo de los últimos años sino de toda su carrera al mostrar la reinterpretación de un mito y a una de las mejores reinterpretaciones de uno de los mayores íconos a nivel mundial.
Lo mejor
• La «creación» de superhéroe en torno a la deconstrucción de uno de los mayores mitos de la civilización occidental.
• El asombroso arte de Dan Mora.
Lo peor
• Se nota todavía que es la introducción del concepto y ahí algunos puntos en los que Morrison pasa por encima o podría haber profundizado demasiado.
El Santa Claus que nos merecemos y necesitamos
Guion - 9
Dibujo - 8
Interés - 8
8.3
Klaus es una gran reinterpretación del mito navideño cargado de toda la imaginación que solo puede haber en la mente de Morrison, el cual "crea" a un héroe atemporal en una de sus mejores obras recientes.