Grant Morrison siempre ha tenido reticencia a escribir a Wonder Woman. No porque no le gustase el personaje, todo lo contrario. Pero en sus palabras, le autore siempre consideró a la amazona complicado de escribir. Los años de historia del personaje avalan esta opinión ya que se puede decir que solo escritores como George Perez, Phil Jimenez o Greg Rucka supieron entender al personaje, más allá del acercamiento al mismo realizado por autoras como Renae De Liz o Jill Thompson. Sin embargo, Morrison aprovechó la oportunidad para escribir a Diana de Themyscira con motivo de la creación de la línea Tierra Uno, donde los autores implicados podrían realizar acercamientos a los personajes actualizando a los mismos a los tiempos que corren y de los que salieron exponentes como Superman: Tierra Uno de J. Michael Straczynski y Shane Davis, Batman: Tierra Uno de Geoff Johns y Gary Frank o Green Lantern: Tierra Uno de Corinna Bechko y Gabriel Hardman. En sus dos primeros volúmenes ofreció el relato de una Diana como símbolo y embajadora del feminismo por medio del amor y la empatía como herramientas de comunicación, lo cual fue incomodando de sobremanera a una sociedad con solo hombres en los principales puestos de poder, dispuestos a acabar con ella y sus hermanas de Isla Paraíso al percibir una amenaza a sus privilegios. Le autore ofreció actualizaciones de diversos aliados y villanos del personaje como Beth Candy como líder de una hermandad universitaria femenina o un Dr. Psico que es una trasunto de los diferentes engañabobos que ofrecen cursos a hombres para «ligar». Ahora Morrison se despide de DC Comics, la editorial donde forjó su carrera, con la conclusión de esta saga cinco años después.
El tomo se divide en dos corrientes temporales: Una donde concluyó justo el volumen anterior con Max Lord cada vez más poderoso y reformando el gobierno de Estados Unidos desde dentro hacía un estado más restrictivo, lo que recuerda a una gran falta de libertades y a los tensos momentos en las protestas que se han podido ver en la pasada legislatura de Donald Trump, destacando la brutalidad policial. Diana tiene que salvar el mundo y acabar con el patriarcado, pero cree que puede hacerlo con compasión y no con violencia. Lord es el gran villano de la saga, en un momento de gran popularidad debido a su protagonismo en la segunda adaptación cinematográfica del personaje encarnado por Pedro Pascal, actor del momento por The Mandalorian. Este retrato de Lord del guionista escocés navega entre su aura insaciable del film y como encarnación de todo a lo que se opone Wonder Woman: El odio más exacerbado y la sed de poder que genera más desigualdad y acaba destruyendo a los más desfavorecidos.
Uno de los momentos clave del tebeo es el enfrentamiento entre la senda de la paz y de la violencia representadas por Diana y Artemisa, cuya versión en este universo debuta en la presente novela gráfica. Su competición, que en el universo tradicional (en el número 92 del segundo volumen de la serie de la amazona en la etapa escrita por William Mesner-Loebs) quedó deslucida por el arte de Mike Dedoato Jr., que siguiendo la terrible vertiente del trazo del cómic superheroico de los años 90, se centra en la voluptuosidad de los cuerpos de ambas amazonas, en nada más, dando lugar a algo totalmente frívolo e irreal. Aquí Morrison y Paquette muestran un combate breve pero donde no hay ninguna animadversión ni ansias de superioridad por optar al título de Wonder Woman, cada una tiene su propia idea de ayudar a las suyas, pero una vez este duelo se salda no hay rivalidad, solo amor y hermandad. Ambas se alían contra el mundo del hombre en un conflicto aún mayor. Es una guerra por la dominación y el autore determina claramente quienes son las heroínas y cuales los villanos de esa historia. Quizá lo más controversial de esta obra sea el tratamiento de la baronesa Paula Von Gunther, ahora una más de las amazonas con ciertas limitaciones. Depende del lector si está dispuesto, como hacen las amazonas, a ofrecerle el perdón a este personaje, pues no hay que olvidar su antiguo pasado como líder nazi. Y es que es muy cierto que las personas pueden cambiar, pero ¿Se puede perdonarlas si sus actos pasados han sido terribles?
La otra vertiente temporal es un futuro donde no existe la desigualdad ni discriminación alguna por cuestión de género, raza… La libertad es plena y el amor reina. Es un mundo donde nadie tiene que esconderse, donde la gente es feliz por ser quien es. Sin embargo, surge la figura de un grupo de extrema derecha, el Hercules Party, que quiere abolir «el dominio de las mujeres». Se hace hincapié entre los adeptos a esta formación: Claramente predomina la figura del incel y el machista en sus diferentes formas. En general, hombres que, de distintas maneras, odian a las mujeres y el Hercules Party, liderado por Garrett Manly (ojo al apellido), acaba incluso adoptando la senda del terrorismo.
El homenaje a esa primera etapa de William Moulton Marston sigue vigente en esta tercera entrega, ya sea con la continua referencia a la sumisión y ahora con la recuperación de Arda Moore, la futura presidenta de los Estados Unidos que creó para el séptimo número de Wonder Woman en el año 1943. Casi 80 años después este futuro vislumbrado por Marston aún no ha sucedido pero es cada vez más factible.
Salvo lo que se puede haber mencionado arriba, prácticamente el guion de Morrison no tiene ni un solo pero. Revisitando su obra una vez que ha anunciado que es une persone no binarie, es fascinante ver como algunas de ellas cobran un mayor trasfondo. En Wonder Woman: Tierra Uno, Morrison muestra la sociedad en la que le gustaría vivir y también en la que vivan las demás personas. Y presenta a Wonder Woman como alguien que lucha por lo que es justo pero no le mueve la violencia. Algo que contrasta (y de lo que le guionista hizo sorna en su etapa en El Green Lantern) con la caracterización que han hecho en tiempos recientes del personaje, como una guerrera espartana que está dispuesta a utilizar más la espada que el lazo de la verdad. Es curioso ver que Wonder Woman 1984, aunque con mucho menos acierto, comparta este enfoque del personaje abogando por la no violencia. Puede que ninguna persona tenga poderes como Diana, pero su mensaje es claro: Luchar por lo que es justo y por ser buenas personas, que impere el amor, el respeto y la tolerancia por los demás, porque así, sin duda, el mundo será un lugar mucho mejor y repudiando el odio en todas sus formas: racismo, xenofobia, homofobia, transfobia… Es esa llamada de «ayuda al prójimo» y «respeta a los demás» que siempre ha estado presente en sus obras desde el principio de su carrera. Y en este cómic, el amor, la compasión y la comprensión siempre vencen al odio, no los puños ni el acero.
Poco se puede decir de Paquette. Este es, obviamente, el mejor trabajo de su carrera. Es impresionante en las escenas de acción, es sensacional su retrato de la diversidad en las multitudes y su retrato de la mitología griega deja de piedra al lector… Guionista y dibujante navegan juntos en una misma sincronía en esta obra y el resultado artístico no puede ser mejor. Es también la última obra en DC Comics de este artista. Sea cual sea su próximo proyecto le deseo todo lo mejor y el resultado será fantástico. Su evolución desde que llegó a la editorial con Batman Inc. de la mano del propio Morrison y también junto a Scott Snyder en su Cosa del Pantano ha sido asombrosa. Cabe también señalar su trazo: Destaca la nobleza de las formas femeninas y de todo tipo de cuerpos mientras que en las de los hombres, que aunque también diversas, se perciben malignas y endebles. La única excepción a esta regla es Steve Trevor, el hombre que está dispuesto a abrazar esta idea del amor y tender puentes entre ambos mundos.
Quizá Wonder Woman: Tierra Uno vol. 03, tanto individualmente como sobretodo en su conjunto con las dos entregas anteriores, es la última gran obra de Grant Morrison en esta etapa de su carrera. Y digo individualmente porque este tipo de obras son más necesarias que nunca: obras que defiendan la diversidad, que combatan la desigualdad. Porque todos aquellos que dicen que «los cómics no deberían ser políticos» se equivocan, lo han sido desde tiempos inmemoriales y Wonder Woman es todo un ejemplo de ello. Ha habido muchísimos exponentes de que los cómics han reflejado la sociedad de su tiempo y han servido como ejemplo de contracultura y de defensa de los valores de los Derechos Humanos. Es admirable la figura de este guionista, que será recordado como uno de los mejores escritores en la historia del noveno arte, que ha redefinido a grandes héroes de la cultura popular y que encima ha luchado por reivindicar una sociedad más justa, para si misme y para los demás. Consideraba a marzo un mes triste para el medio del cómic pero ha dejado dos grandes obras como el final de su etapa en El Green Lantern, su mayor carta de amor a la Edad de Plata, y esta obra. Es irse por la puerta grande. Ya sea en sus obras independientes y en sus guiones de cine y TV se le desea la mejor de las suertes. Gracias por todos estos años y por las grandes historias, Grant Morrison.
Lo mejor
• Una de las mejores versiones de Diana de Themyscira vistas en mucho tiempo.
• Morrison ofrece una obra compleja, cargada de sensibilidad y a su vez de crítica contra el odio cada vez más presente en la sociedad actual.
• El inmenso trabajo de Yanick Paquette en el apartado artístico.
Lo peor
• Quizá alguna decisión cuestionable sobre caracterización de personajes.
El amor y la tolerancia son los mejores cimientos para el mundo del mañana
Guion - 9
Dibujo - 9
Interés - 10
9.3
Grant Morrison pone fin a su trilogía de su visión de Wonder Woman, donde actualiza los ideales originales del personaje a los tiempos que corren y muestra una obra cargada de sensibilidad pero también como elemento de protesta contra la desigualdad imperante. Una obra maestra que sirve como broche de oro de su despedida en DC Comics.
¿Eran necesarias todas esas patadas al lenguaje? Es tan artificial que ni siquiera hay consistencia interna al usar los pronombres y terminaciones que van variando múltiples veces a lo largo del texto.
¿patadas al lenguaje? que oración rara para hablar en español o castellano…
Gran reseña, compañero. Qué ganas de leerla cuando llegue a España, me alegro sobre todo por Yanick Paquette, la oportunidad que es para él y lo buen dibujante que es.
Muy buena nota! no coincido en algunos puntos, pero coincido en el tema de la politica y los super heroes, es mas wonder woman tendría que tener mas contenido política partidario, creo que enriquecería mucho mas al personaje.
Me agrada que respetes al autor que dijo ser no binario, entonces uses el pronombre Le.
Pues para ser no binario, anda que no le ha gustado toda la vida exhibir y presumir de su chorba, la Ragged Robyn de carne y hueso. Aunque sí que es cierto que en su época loca de primeros 90 le debió pegar a todo, pero vamos, que lo mismo se quedaba en piquitos y luego a tirarse el moco.
Por cierto ¿9 en el guión? A ver si es verdad. Por ahora sólo llevo leído el primer tomo y era de lo peorcito de Morrison, no al nivel de sus números de Spawn, pero vamos, bien mediocre.
parte de la vida son los cambios, capaz que cambio en este tiempo. No somos quien para juzgar la orientación sexual de otra persona. Con respecto a la obra, ahi no coincido tanto en el puntaje, no me parece lo mejor de morrison en años, no espero que sea un delirio, pero no esa una bomba.
Que Morrison diga que es no binario me da que es como aquello que dijo Prince de que la gente le llamara «el artista antes conocido como Prince». Excentricidades de gente excéntrica.
jajaj disculpe señor ultron, usted decide como son las personas…
Pues sí o no dependiendo de los casos.¿Es más real lo que yo diga de mi mismo que lo conjunto de la gente que me conoce piense y sabe de mi?
Por ejemplo, si yo mañana me autodefino como extraterrestre o como Napoleón Bonaparte o como The Increible Hulk ¿debe primar mi autopercepción? ¿O la sociedad que me tacha de “loco” es estrecha de miras?
A ver, que igual Morrison tiene hermafroditismo diagnosticado y sí es “le autore” y aplica referirse a el en italiano.
Fue llegar a «del guionista escocés» y dejé de leer porque me pareció que sagredía a le pobre calve de una forma terrible. No mesperaba esa rabia y violencia en esta página. Como mínimo: de le guionista escocese. O lo de le autore fue un patinazo? Si es esto último pido disculpas. Es que yo soy super wok y por ello un intolerante de cuidado. Como me falles en un pronombre te cancelo. ;P!
¿¿Pero qué es eso de le autore?? Es que suena fatal jajajajaja.
Muy interesante, tengo bastantes ganas de leer este tomo.
Lo triste es ver las reacciones infantiles de varias personas, por decir lo mínimo, que en el fondo no respetan para nada a Morrison.
Lo tengo como mi autor favorito y me habré dejado mis varios cientos de euros en obras suyas. No sé si teniendo eso en cuenta comentar que “le autore” hace que me sangren los ojos como se ha comentado ya por aquí supone una falta de respeto a Morrison.
¿Quién ha faltado el respeto a Morrison?
A mi me encanta, me parece el único autor al nivel de Alan Moore.
Ya lo he comentado más veces: Morrison es mi Everest. Es mi reto. Leo prácticamente todo lo que publica ( de sus grandes obras me falta por leer solo la patrulla condenada), cada vez que se me acerco a el pienso que sí, que esta es la buena. Pero no. Casi siempre me resulta incomprensible. Me exige demasiado, no entiendo lo que me intenta contar. Me aburre. Solo he disfrutado de su animal man, y alguna obra menor como Joe el bárbaro.
Si hay alguna próxima obra, tal vez…
Pues yo agradezco, como persona no binaria, el gesto de usar la «e», y entiendo las dificultades de desarmar formas de expresión que históricamente se nos han entregado como inamovibles. En cuanto al cómic, me encantan los dos volúmenes anteriores y espero con ansias poder leer esta nueva entrega.
Saludos 🙂
Si hay precisamente algo fluido y en constante evolución en este mundo es el lenguaje, tan rápido de hecho que los cambios se registran a posteriori de su uso ya generalizado. Ahora aunque un neologismo no este recogido no se exime que las normas gramaticales apliquen. Que una cosa es aplicar un neologismo y otra hablar escribir mal (y encima jactarse de ello)
Véase ejemplos reales y recientes como cuando alguien dice los “miembros” y las “miembras” en una frase (y en presente inmediato “los miembros”, “las miembras” y “les miembres”). Aquí no está “desarmando una forma de expresión que históricamente se ha entregado como inamovible” sino incurriendo en un horror gramatical de tal calibre que seria apropiado rescindirle el titulo de educación básica
Y ojo, que replantearse los roles de género es por supuesto totalmente licito. Que eso implique poner patas arriba el lenguaje y forzar a todos los hispanoablantes a usar pronombres neutros siguiendo una moda anglosajona popularizada por redes sociales es otra cosa, y además se ve que poco meditada. Y esto va por los que confunden hablar y escribir mal con “respeto a las personas” (y a Morrison en concreto) y hablan de “actitudes infantiles”.
Que a veces con estos temas algunos sois más papistas que el Papa para hacer dogma de la moda. Parece que habéis roto el cascarón ayer.
¡Ostras! yo creia que el articulista le gustaba usar palabras en italiano… por lo de «Le autore» a veces me siento como el protagonista de Kobra Kai con todas estas absurdeces. Y la gente sin trabajo y la juventud con un futuro cada vez mas negro ¡y los comics cada vez mas caros!
Yo reconozco que con esto de ‘le autore’ he pensado como con aquello de ‘Gonder Coman’, que era algún residuo de traducción de otro texto
No yo creia una especie de expresion que le gusta usar sus propias expresiones (cosa que no veo mal) pero claro se refiere al rollo de binarismo y tal… aunque para mi a menos que tengan ambos genitales o ciertas caracteristicas fisicas no los considero como tal. Y conozco el caso de un amigo que si tiene ese problema y es una putada teniendose que hormonarse y medicarse porque su cuerpo es un caos a nivel fisico. Si a uno le gusta vestirse como mujer no tiena nada malo en ello pero eso no te convierte en una… hay gente que va de Furries. Otra cosa es el hombre atrapado en el cuerpo de una mujer o viceversa que obviamente quieren tener el cuerpo fisico que les corresponda, y por mi parte tienen todo mi simpatia
Hay espacio para toda una discusión válida sobre cuál sería la mejor manera de referirse a las personas que se declaren no binarias en este idioma, etc. pero el caso es que Morrison se identifica como tal y para mí respetar eso es importante, más allá de que comparta el uso de los términos en el escrito.
Hay comentarios que sugieren (por decirlo con tranquilidad) que les parece casi un chiste ese asunto o algo peor. Si yo fuera Morrison, no estaría muy feliz al ver que algunos de entre quienes gustan de mis obras no tengan ninguna consideración sobre mi identidad o de plano prefieren ignorar el tema.