#ZNSeries – 30 Monedas. Valoración Global

Hoy hacemos un repaso global a 30 Monedas, la serie escrita y dirigida por Álex de la Iglesia para HBO.

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Género: Terror, thriller, acción, policíaco
Creador: Álex de la Iglesia, Jorge Guerricaechevarría
Reparto: Eduard Fernández, Megan Montaner, Miguel Ángel Silvestre, Macarena Gómez, Manolo Solo, Pepón Nieto, Carmen Machi, Secun De La Rosa, Paco Tous, Javier Bódalo, Jaime Ordóñez, Francisco Reyes, Mafalda Carbonell, Julián Valcárcel, Abril Montilla, Mariana Achim, Cosimo Fusco, Bianca Kovacs, Johnny Melville, Riccardo Frascari, Nourdin Batan, Oscar Garcia Martin, Leonardo Nigro, Manuel Tallafé, Mariano Venancio, Enrique Martínez, José Alias, Carla Tous, Antonio Durán, Jorge Andreu, Nacho Braun, Elisa Matilla, Nuria González, Greta Fernández
Producción: Pokeepsie Films, Greenlit Productions, HBO España.
Canal: HBO España

 

El pasado año saltaba la noticia. HBO quería producir su primera serie española de terror y el encargado de tan complicada campaña iba a ser nada más y nada menos que Álex de la Iglesia. Con la ayuda de su (casi) inseparable Jorge Guerricaechevarría a los guiones y un excelente reparto en el que reconocemos a Eduard Fernández, Miguel Ángel Silvestre, Megan Montaner, Macarena Gómez, Manolo Solo, Javier Bódalo, Cosimo Fusco, Pepón Nieto o Carmen Machi entre otros el director de El Día de la Bestia o Balada Triste de Tormpeta hacía aterrizar 30 Monedas en la plataforma de streaming a finales de año y se convertía en uno de los fenómenos del nefasto 2020. Amalgama entre terror satánico, gótico rural y tremendismo hiperbólico 30 Monedas aborda el clásico y universal enfrentamiento entre el bien y el mal enfundándose la piel de algunos de los maestros del horror del cine estadounidense y la de varios de nuestros cineastas patrios más reconocidos. Monstruosidades tentaculares, bebés convertidos en gigantescas arañas, exorcismos y conspiraciones en la sombra para dar con las 30 monedas que Judas cobró por vender a Cristo e iniciar con el poder conferido a estas el inicio de una nueva era que ponga final al mundo tal y como lo conocemos. Una serie que abre puertas a otras producciones de género en nuestro país en las que las compañías de VOD puedan confiar y que nos regala un personaje, el Padre Manuel Vergara, convertido en icono de la ficción española a hierro y fuego. Después de daros en noviembre las primeras impresiones del episodio piloto y habiendo dejado pasar un poco el tiempo nuestros compañeros Sergio Fernández Atienza y Juan Luis Daza van a hacer en esta entrada balance de la ficción diseñada por el director de Acción Mutante o La Comunidad, un proyecto que ha venido para quedarse y puede que a cambiar muchas cosas en al audiovisual patrio.

Mire, padre, mire como vuelvo, por Sergio Fernández Atienza

Como un niño con zapatos nuevos. Así de exultante se mostraba Álex de la Iglesia en la promoción de 30 monedas. Sus ojos brillaban con la ilusión de un principiante como pudimos comprobar en el preestreno que tuvo lugar en el FANT. El director bilbaíno consiguió meter todas sus filias en una coctelera y servir un combinado por entregas la mar de sabroso. Parece que fue ayer, pero ya han pasado 28 años desde el estreno de Acción Mutante. Desde entonces, de la Iglesia se ha consolidado por méritos propios como uno de los valores más seguros de nuestra industria. Lejos de ser un cineasta del montón, Álex se reivindicó desde el primer momento con un estilo muy personal. Los elementos comunes de su filmografía, así como la peculiar atmósfera con la que tiñe sus obras, deja muy a las claras que nos encontramos ante un autor en mayúsculas.

Del paganismo al cristianismo, de Las brujas de Zugarramurdi a El día de la Bestia, 30 monedas es un gran mar donde desembocan sus trabajos anteriores que vistos en perspectiva ejercían de afluentes. Lo grotesco continúa a la orden del día. Álex de la Iglesia siente una fuerte pulsión por la oscuridad, como si Goya hubiese cambiado la pintura por el séptimo arte.

Insert coins. Para comenzar esta partida nos basta con remontarnos a tiempos del Nuevo Testamento. Los títulos de crédito nos muestran la pasión de Cristo con un look muy a lo Zack Snyder y una marcha que evoca a una tradición muy nuestra. El costumbrismo patrio no queda reflejado únicamente en los tambores y en las cornetas. Tanto el escenario principal, Pedraza, como sus habitantes son el eje central de una trama global cuya diversidad de escenarios enriquecen el conjunto. El Vaticano, Nueva York, Paris o Siria son algunos de los niveles que se presentan con jefes de fase incluidos. La inmersión es máxima, el ritmo no decae en ningún momento. Siguiendo con símiles roleros, nos encontramos ante una gincana ocultista que tiene en el uso de las reliquias las principales fuentes de poder para los personajes del juego.

Alex de la Iglesia y su inseparable Jorge Guerricaechevarría firman un libreto del que estaría orgulloso el mismísimo Cthulhu. La cara oculta del cristianismo se funde con la mitología lovecraftiana para ofrecernos horror cósmico en el nombre de Caín. La fascinación de los creadores de 30 monedas por lo esotérico posibilita a la serie tener una ambientación que oscila entre lo místico y lo malrollero. A pesar de tener un hilo argumental bien definido, cada capítulo es una caja de sorpresas. Todo vale, vale todo. 30 monedas es un totum revolutum ocultista en el que podemos encontrar exorcismos, doppelgängers, ouijas o demonios.

Como comentábamos al principio, a pesar del sello tan personal que tiene la producción, los referentes están ahí. John Carpenter es homenajeado hasta la saciedad con momentos que parecen sacados directamente de La Cosa, El príncipe de las tinieblas o La Niebla. Sabiendo que el camino está lleno de trampas, el pueblo segoviano de los malditos mutará hasta tocar las puertas del averno. No está Def con Dos en la banda sonora, pero si la partitura de Roque Baños dando empaque al imponente aspecto visual de la serie. Antidisturbios, Patria, 30 monedas… 2020 ha sido el año de cerrar bocas y aplastar rancios prejuicios acerca de la calidad de la ficción española en la pequeña pantalla.

Cual oruga que se transforma en crisálida, el cambio físico de Eduard Fernández no parece ni de este mundo ni de esta dimensión. Kafka no tuvo nada que ver. A sus 56 años el actor barcelonés se encuentra en un estado de forma increíble tanto en aspecto como a nivel de carrera. Alejandro Amenabar, Asghar Farhadi, Alberto Rodríguez, Alejandro González Iñarritu o Pedro Almodóvar han tenido a sus órdenes a uno de los mejores intérpretes de los últimos cinco lustros en el panorama nacional. Su padre Vergara toma el testigo (y la sotana) del malogrado Álex Angulo en una conspiración milenaria. Personaje complejo y atormentado por su pasado, Vergara transmite fortaleza y debilidad, fe y desconfianza.

Es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde. Desde que Rajoy tuvo que marcharse por la puerta de atrás, ningún político español había conseguido hacernos reír gracias a su patetismo. ¿Ninguno? No. Ahí está Miguel Ángel Silvestre dando vida a Paco, el mandamás del pueblo que recuerda, por momentos, al personaje a quien daba vida Fran Perea en Los Serrano, otra serie española de corte sobrenatural. Bromas al margen, lo cierto es que en 30 monedas se echa de menos ese humor negro que sus autores llevan en el ADN. Mera calderilla, peccata minuta. Como ya hiciera con Mario Casas en Las brujas de Zugarramurdi, Álex de la Iglesia quita parte de su atractivo al guaperas de turno. Sin embargo, titubeos e inseguridades al margen, en el cara a cara con Fernández sale claramente derrotado. El tercer punto del tridente lleva el rostro de Megan Montaner. La actriz oscense se mete en la piel de la veterinaria del pueblo y, a pesar de un trabajo solvente, el tratamiento de su personaje es uno de los puntos que más nos puede hacer torcer el gesto. Si bien es protagonista en buena parte de las escenas de acción, lo cierto es que no parece necesario que tenga que ser continuamente objeto de deseo por parte del elenco masculino. Lo que es peor, en ocho capítulos tiene escarceos con hasta tres personajes y hay cierta explotación de la imagen física de la actriz.

De la amplia nómina de secundarios, destacaremos cuatro nombres. Macarena Gómez (a quien Mamen Moreau nos confesó en una entrevista que le encantaría que fuese la versión en carne y hueso de su Marcela –Resaca-) interpreta a Merche, la sufrida mujer de Paco en un papel histriónico marca de la casa. Continuando en el apartado femenino, Carmen Machi es la auténtica robaescenas del episodio piloto con un personaje espeluznante que consigue dar miedo. Siguiendo con los antagonistas, Manolo Solo y Cosimo Fusco se llevan la palma. El primero lleva cuatro años trabajando sin parar, tanto en cine (La isla mínima) como en televisión (La Zona), construyendo personajes de todo tipo y condición. En esta ocasión da vida al Cardenal Santoro, líder de los cainitas. Por su parte, Fusco es magnetismo en estado puro. Su sola presencia llena la pantalla y resulta perfectamente creíble como embajador del mal.

No todo el monte es orégano. Volviendo a parafrasear al antiguo presidente del gobierno “cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor”. El cine de Álex de la Iglesia no es para todos los públicos. Incluso entre sus incondicionales corre el runrún de que los errores se repiten una y otra vez. Al llegar el tercer acto, el director bizkaino tiende a desatarse, a pisar a fondo el acelerador sin miramientos. El caos se apodera de la narrativa y las tracas finales resultan excesivas. 30 monedas peca un poco de todo eso, sí, pero por si acaso dejaría las críticas en pause. En defensa del director de La Comunidad debemos subrayar que la serie de HBO fue concebida como un tríptico. Por lo tanto, el irregular octavo episodio no es sino un punto y seguido de una oscura aventura tremendamente adictiva. Eso si la mencionada plataforma no ejerce de Judas cancelando el final de la historia. Sería una absoluta traición a sus suscriptores por un puñado de dólares.

Memorias del Ángel Caído, por Juan Luis Daza

El pasado 29 de noviembre del nefasto 2020 un servidor se ocupó de reseñar para Zona Negativa el episodio piloto de 30 Monedas, la serie de HBO producida, escrita y dirigida por el cineasta español Álex de la Iglesia del que también dejó su opinión mi compañero Sergio Fernández en su soberbia crónica al FANT: Festival de Cine Fantástico de Bilbao del año ya finiquitado. Habiendo sido recibido con parabienes en varios certámenes internacionales en los que fue proyectado, el primero de ellos uno tan prestigioso como el de Venecia, mis palabras hacia el producto fueron elogiosas, ya que esos primeros 70 minutos sintetizaban con impecable pericia lo que más tarde iban a ser las poco más de ocho horas desplegadas en el proyecto de la cadena por cable estadounidense, subido posteriormente al catálogo de su plataforma de pago por visión. Como a estas alturas todo el mundo sabe ya las 30 monedas a las que hace referencia el título de la serie son las que el apóstol Judas Iscariote cobró por traicionar a Cristo y las mismas se convierten en el MacGuffin central de la historia planteada por parte de Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría.

Una de esas monedas aparece actualmente en España, situada en el pequeño y tranquilo pueblo segoviano de Pedraza en el que la llegada del padre Manuel Vergara (Eduard Fernández), un sacerdote de hábitos poco saludables y aficionado al boxeo, parece haber dado inicio a una serie de sucesos sobrenaturales encabezados por una vaca dando a parir inexplicablemente a un bebé humano. La avispada veterinaria Elena (Megan Montaner) y Paco (Miguel Ángel Silvestre), el ingenuo e indeciso alcalde de la localidad, siempre manipulado por su arribista esposa, Merche (Macarena Gómez), pedirán ayuda al peculiar párroco para que arroje luz sobre los inexplicables hechos acaecidos en la zona. Un episodio traumático de su pasado relacionado con un exorcismo resultante en tragedia y su actual escepticismo debido a una profunda crisis de fe harán que el padre Vergara niegue todo lo ocurrido en Pedraza buscando una explicación lógica que no tenga nada que ver con lo ocultista o satánico, siempre apelando a una lógica que cada vez se le escapa más de las manos. Finalmente el bebé, acogido por Carmen (Carmen Machi), otra veterinaria del pueblo, y su marido, Alonso (Antonio Durán), resultará no ser humano y su presencia hará que Vergara tenga que reconsiderar su opinión. El supuesto bebé tomará la forma de un monstruo arácnido que sólo supondrá el principio de una pesadilla de proporciones descomunales relacionada directamente con las 30 monedas.

Telarañas se titula el arranque de 30 Monedas y en él conviven el terror satánico y el gótico rural marcando las pautas de un proyecto construido sobre la teología, lo demoníaco y el thriller sobrenatural en un contexto, el pueblo segoviano de Pedraza, relativo a esa España vaciada que tan bien supieron retratar autores como el Fernando Fernán Gómez de la malditísima y siempre reivindicable El Extraño Viaje (1964), el Mario Camus de Los Santos Inocentes (1984), el José Luis Borau de Furtivos (1975) y hasta la Pilar Miró de El Crimen de Cuenca (1979), paradójicamente una realizadora enemiga acérrima de la ficción fantástica y de terror española. Historias Para No Dormir (1966-1982) de Chicho Ibáñez Serrador, La Cosa (1982) de John Carpenter, El Exorcista (1973) de William Friedkin y hasta productos más exploit como ¡Estoy Vivo! (1974) de Larry Cohen o Xtro (1982) de Harry Bromley Davenport sobrevolaban una primera toma de contacto que, si no fuera por su final abierto, podría funcionar fácilmente como una película autocontenida o un módulo en una partida de rol, algo que el mismo De la Iglesia ha mencionado como una de sus principales influencias a nivel de construcción narrativa considerando esta primera temporada como una campaña.

Presentación de personajes, primer hecho inusual en el pueblo con una vaca dando a parir un bebé humano y el despliegue de secuencias de acción y terror dando muestras de holgado presupuesto depositado en un producto que ya desde sus títulos de créditos, con una versión muy Zack Snyder de calvario de Cristo al ritmo semanasantero de la partitura de Roque Baños, denota la notable cantidad de dinero invertida por HBO Europa que el autor bilbaino ha sabido exprimer al máximo durante los ocho episodios. Del piloto es inevitable destacar el papel capitular de una aterradora Carmen Machi y ese bebé descomunal convertido posteriormente en una criatura arácnida de reminiscencias lovecraftianas, autor este que deja su impronta a lo largo de toda la temporada gracias a Jorge Guerricaechevarría y el mismo De la Iglesia, dos apasionados de su prosa. Situaciones como la del campanario con el personaje de Antonio, impresionante Javir Bódalo, o las dos visitas a la casa de Carmen y Alonso con las secuencias del dormitorio del bebé o la de las telarañas que rodean el ya mencionado inmueble dan buena muestra de la profesionalidad del cineasta a la hora de construir escenas de terror puro que nos retrotraen La Habitación del Niño (2005), su estimable aportación a la antología cinematográfica Películas Para No Dormir.

El segundo episodio, Ouija, abraza la estructura narrativa de casos sobrenaturales unitarios, pero vinculados con la trama central, que se extenderá a lo largo de varias entregas. El ritual espiritista en el cementerio, los flashbacks del exorcismo de Giacomo concomitante con el William Peter Blatty de la nunca suficientemente reivindicada El Exorcista III (1990) o las automutilaciones que se inflige Sole, deudoras de las de Isabelle Adjani en La Posesión (Andrzej Zulawski, 1981) no impiden que el producto tome aire para componer situaciones más calmadas con respecto al episodio piloto, aunque como evidenciamos no dejan de sucederse hechos interesantes desembocantes en un clímax final notablemente potente. En El Espejo Álex de la Iglesia vuelve a su admirado John Carpenter con un homenaje explícito a El Príncipe de las Tinieblas (1987) sin dejar de lado las referencias a El Más Allá (L’Aldilà, 1981) que también hace acto de presencia en todo lo relacionado con los reflejos y el «otro lado» al que transporta el espejo que da título el episodio. Una apisonadora de 64 minutos en los que Eduard Fernández vuelve a dar un recital interpretativo enfrentándose a su propio doppelgänger como salido de la Habitación Roja de Twin Peaks y con algunas secuencias de terror milimétricamente construidas.

Recuerdos, cuarto episodio y punto de inflexión conceptual en la serie. Se abre la aventura internacional, conocemos información vital del pasado de Vergara y las secuencias y diálogos memorables se suceden en cascada. Mediante una construcción sustentada en flashbacks relacionados con los años de aprendizaje del personaje protagonista se presenta un rol carismático y entrañable como el de Sandro, inmenso Leonardo Nigro, se comienza a perfilar el de Santoro y vemos por primera vez explícitamente al Angelo de Cosimo Fusco. Nos encontramos con uno de los capítulos más logrados, compactos y de mayor trasfondo de la temporada. Especial mención por un lado al uso magistral del Deep Fake para rejuvenecer los rostros de Eduard Fernández y Manolo Solo, cuyo resultado para sí lo hubiera querido el Martin Scorsese de El Irlandés (2019), y su original reformulación de la manera de enfrentarse a los exorcismos. Vergara afirma que dejar hablar a Satán, algo contraproducente según los expertos en posesiones demoníacas, podría permitirles conocer mejor su naturaleza e intencionalidad, idea brillante esta que más tarde desembocará en fracaso cuando los destinos de los dos roles antagónicos de la ficción separen sus caminos.

Con El Doble la subtrama de Pedraza se adentra en la brujería y el folclore propios de Las Brujas de Zagarramurdi con el supuesto regreso del desaparecido marido de Elena, un Víctor Clavijo espectacular, y la aparición de la anciana que en el cierre de la serie cobrará capital importancia. Mientras tanto Vergara se adentra en las profundidades de la organización secreta de los cainitas, dirigida por Santoro, desplegando aún más el abanico de referencias religiosas y mostrando el modus operandi del villano de la serie en lo que no deja de ser un homenaje explícito al cómic Predicador, escrito por Garth Ennis y Steve Dillon para el añorado sello Vertigo, consiguiendo Jorge Guerricaechevarría y Álex de la Iglesia ser más fieles a dicha obra que la serie de AMC que la adaptó oficialmente al medio televisivo. Las conspiraciones en la sombra, el color blanco de los trajes de los cainitas y sus intenciones maliciosas nos retrotraen directamente al Grial del que Herr Starr era su cabeza visible. A destacar el clímax final con la aparición de otra criatura que pareciera ideada por el director En la Boca del Miedo (In The Mouth Of Madness, 1995) y el escritor de La Sombra Sobre Insmouth en una noche de desenfreno etílico y psicotrópico.

Guerra Santa suponen los 59 minutos de 30 Monedas que acusan de una mayor dispersión narrativa. La incursión de Vergara en Siria tiene buenos momentos con ecos al prólogo de El Exorcista protagonizado por el padre Lankester Merrin de Max Von Sydow, pero después de su paso por Roma esta nueva andanza internacional resulta en cierta manera redundante. Algo parecido sucede con la nueva escapada, esta vez sí consumada, de Elena a París que aun desembocando en la localización de una de las monedas apela a cierto subrayado innecesario para el devenir de acontecimientos posterior. Este sexto episodio marca un desnivel entre la trama de Vergara y la de Pedraza, que si hasta ese momento habían mantenido cierta equidad en sus construcciones y paralelismos narrativos aquí la segunda queda en desventaja con respecto a la primera. En La Caja de Cristal la llegada de Angelo a Pedraza marca el encierro de los lugareños en el pueblo haciéndonos pensar en el Stephen King de La Cúpula (2009), el Luis Buñuel de El Ángel Exterminador (1962) e incluso el Michele Soavi de El Engendro del Diablo (La Chiesa, 1990). La antesala del potencial apocalipsis comienza a tomar forma y Vegara despide el episodio armándose hasta los dientes para enfrentarse a Santoro, Angelo y la organización secreta de los cainitas en una última secuencia ya icónica.

Sacrificio quivale al polémico clímax final, con cuerpo de cliffhanger, de la temporada. Antes de que los cainitas de Santoro lleguen a Pedraza Vergara se enfrenta a Angelo, que toma la forma del dios primordial Nyarlathotep, y una vez estos se establecen allí se procede a la coronación del personaje de Manolo Solo como el Antipapa mediante la reunión de las 30 monedas. Pareciera como si todo el pueblo segoviano hubiera ya caído totalmente bajo el embrujo demoníaco preparando rituales satánicos con un acabado estilístico imbuido por películas como La Montaña Sagrada (Alejandro Jodorowsky, 1973), cortometrajes como Un Perro Andaluz (Luis Buñuel, 1929) y hasta videojuegos en la línea de Silent Hill (1999). Finalmente Vergara y los suyos consiguen detener la llegada de una nueva era de oscuridad en la Tierra, pero entregando el sacerdote aparentemente su propia vida en el proceso y haciendo que las 30 monedas vuelvan a dispersarse cayendo en manos de varios de los cainitas que escapan con ellas. Este cierre de temporada, que dejó insatisfecho a cierto sector del público, sólo es un punto y aparte de lo que según Jorge Guerricachevarría y Álex de la Iglesia será una trilogía de cuya segunda parte o temporada ya tienen escritos los guiones a la espera del visto bueno de HBO para empezar el rodaje.

Dentro del espectacular reparto reunido por Álex de la Iglesia y en el que encontramos a secundarios de nivel como Javier Bódalo, Paco Tous, Pepón Nieto, Manuel Tallafé, Mariano Venancio, Nuria González, Greta Fernández, Beatriz Olivares, Secun de la Rosa o Francisco Reyes, entre otros, tenemos que hacer parada obligada en los principales personajes. Miguel Ángel Silvestre hace un esfuerzo hercúleo para que detrás de su porte apolineo y ese rostro dionisiaco anide un alcalde titubeante y escaso de carisma, pero es muy difícil aceptarlo en un principio, aunque a medida que pasan los episodios consigue mimetizarse por fin con su criatura. Una perfecta Megan Montaner da vida a una mujer de carácter y con mucha determinación, pero hacerla depender tanto de sus respectivos pretendientes menoscaba su perfil psicológico. Exultante resulta la labor de una Macarena Gómez repleta de claroscuros, con una versión actualizada de su protagónico en la brillante Musarañas (Juanfer Andrés, Esteban Roel, 2014) devorando el encuadre cada vez que la cámara repara en su presencia. Estos tres personajes, y el resto de los que conforman Pedraza, pasado el ecuador de la temporada parecen algo perdidos y desubicados cuando la trama de Vergara coge más fuerza que la del pueblo, pero aún así siempre forman parte de situaciones interesantes.

En el bando de los cainitas tenemos dos intérpretes que destacan sobremanera. Por un lado es de recibo mencionar la labor del gaditano Manolo Solo, al que habíamos visto alguna vez haciendo de personaje psicópata, como Garcés en El Laberinto del Fauno (Guillermo del Toro, 2006), pero nunca de una dimensión tan considerable como el Cardenal Santoro de 30 Monedas. Una labor inapelable de un actor ducho en el drama y la comedia, pero no en una ficción de género tan cercana al thriller o el terror como la serie de Álex de la Iglesia. El italiano Cosimo Fusco se corona como la revelación de la temporada con su papel del manipulador y metódico Angelo. El Paolo de Friends al que le habíamos perdido casi totalmente la pista, aunque alguno recordamos su papel en aquel inusual homenaje al giallo titulado Berberian Sound Studio (Peter Strickland, 2012), se ha convertido en uno de los actores más destacables del casting protagonizando pasajes inolvidables como el de su intento de exorcismo en Recuerdos o los que protagoniza en los dos episodios finales del proyecto. Ojalá volvamos a disfrutar de su amenazante y magnética presencia en la segunda temporada.

Pero si hay un actor del reparto al que debemos dedicar una nota aparte es al catalán Eduard Fernández a la hora de dar forma a su ya mítico padre Manuel Vergara. A nadie sorprenda la enorme labor del intérprete si tenemos en cuenta que desde los tiempos en los que era nominado al Goya al mejor actor revelación por Los Lobos de Washington (Mariano Barroso, 1999) hasta la actualidad ha demostrado sobradamente su valía en papeles como los de Son de Mar (Bigas Luna, 2001), Fausto 5.0 (Isidro Ortiz, Alex Ollé, Carlos Padrissa, 2001), Alatriste (Agustín Díaz YAnes, 2006), Mientras Dure la Guerra (Alejandro Amenábar, 2019) o Perfectos Desconocidos (Álex de la Iglesia, 2017), largometraje que supuso su primer contacto con el autor de La Chispa de la Vida (2011). Pero su composición del personaje protagonista de 30 Monedas escapa a cualquier apreciación elogiosa o halago, entregando su rostro, físico y voz rotunda a un antihéroe que no desentonaría dentro de la filmografía de John Carpenter o como protagonista de un spaghetti western. Meses de gimnasio tuvo que sufrir Fernández para ponerse en forma y alcanzar la musculatura exigida para incursionar en las no pocas secuencias de acción física en las que se ve envuelto este sacerdote fumador, descreído, y con hechuras de mártir al que esperamos volver a ver, como sea, en la segunda temporada de la serie.

30 Monedas es un compendio de todas las inquietudes de Álex de la Iglesia, una partida de La Llamada de Cthulhu o Las Mansiones de la Locura enriquecida con todo aquello que le apasiona dentro del cine, el cómic, la literatura o el mundo del videojuego. No es un proyecto perfecto, porque aunque su historia es rica en matices y se desarrolla con interés acusa cierto desnivel en cuanto a la equivalencia cualitativa de sus distintas subtramas. Pero como relato híbrido y producto audiovisual funciona como un tiro debido a su deuda conceptual con la clásica historia de la lucha entre el bien y el mal y a un acabado técnico de nota, algo a lo que nos tiene acostumbrados el director de El Bar (2017) o Muertos de Risa (1999), a que se suman la ya citada labor de un cast de profesionalidad inapelable. En el proceso nos encontramos por primera vez con una producción televisiva patria en la que desfilan monstruos, exorcismos, criaturas infernales y acción demente con la que Álex de la Iglesia ha sido libre para poner en pantalla casi todo lo que pasaba por su imaginación y la de su compañero de escritura. De esta manera 30 Monedas y su éxito tanto nacional como internacional posiblemente supongan la punta de lanza de una nueva ola de series españolas adscritas a la fantasía, el terror e incluso la ciencia ficción que pueda llegar a depararnos más de una agradable sorpresa.

  Género: Terror, thriller, acción, policíaco Creador: Álex de la Iglesia, Jorge Guerricaechevarría Reparto: Eduard Fernández, Megan Montaner, Miguel Ángel Silvestre, Macarena Gómez, Manolo Solo, Pepón Nieto, Carmen Machi, Secun De La Rosa, Paco Tous, Javier Bódalo, Jaime Ordóñez, Francisco Reyes, Mafalda Carbonell, Julián Valcárcel, Abril Montilla, Mariana Achim, Cosimo…
Sergio Fernández Atienza - 7.5
Juan Luis Daza - 8.5

8

Nuestros compañeros Sergio y Juan Luis han disfrutado sobremanera de la última locura de Álex de la Iglesia a pesar de algunas carencias. 30 Monedas se consolida como una ficción disfrutable, demente y repleta de personajes y momentos memorables.

Vosotros puntuáis: 2.18 ( 200 votos)
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M0ng0
M0ng0
Lector
17 febrero, 2021 20:17

Madre mía, un 8!!! Yo sólo he podido aguantar hasta el 3 episodio. Una alexdelaiglesada en toda regla!! Infumable!!!

Eddie Brock
Eddie Brock
Lector
17 febrero, 2021 20:32

Yo me lo pase pipa, estaba deseando que llegara el domingo para ver el episodio semanal. Pero si, es una aleixdelaiglesiada. Con el nombre del director ya sabes a que atenerte. Luego ya picas o no.

ipso_facto
ipso_facto
Lector
17 febrero, 2021 20:52

Mis felicitaciones por el artículo de Sergio Fernández Atienza y Juan Luis Daza.
Más allá del acuerdo o no con la valoración se agradece este tipo de análisis concienzudo y matizado.

En cuanto a la serie en sí, yo la he disfrutado muchísimo. Es, desde luego, un producto 100% Alex de la Iglesia, y apreciarlo verdaderamente significa aceptar sus habituales excesos y entrar en su juego multireferencial.

Coincido meridianamente con las valoraciones expuestas por Sergio y Juan Luis, así que poco más aportaré. Si acaso diré que el ritmo general de la serie me parece un tanto atropellado; ya solo en el primer episodio se exponen demasiadas ideas y demasiado rápido y ha veces tengo la impresión de que algunos de los episodios están concebidos como una suerte de mini-film, rompiendose así la cohesión de lo que debería ser la narración-rio de una temporada fragmentada en varios capítulos.

En cuanto a los actores, se agradece el esfuerzo de Miguel Angel Silvestre, pero su físico le condiciona y yo no acabo de creermelo. Megan Montaner está correcta pero su personaje me resulta un tanto irritante. Eduard Fernandez, por el contrario, está simplemente grandioso; la suya es una construcción en toda regla de un personaje carismático y rico en matices, digno de pasar a la historia de los grandes personajes de la pequeña pantalla. En cuanto a los secundarios, todos brillantes, dificil destacar a alguno por encima del resto, pero reconozco que he disfrutado mucho con el trabajo de Macarena Gomez.

_kam1kaze_
Lector
18 febrero, 2021 14:47

De más a menos, con algún episodio que no aportó nada. El final es bastante regulero. No sé si me animaré con la segunda temporada

Billy Pilgrim
Billy Pilgrim
Lector
18 febrero, 2021 20:44

A mi me gusta A. de la Iglesia. Es verdad que ya ha llovido bastante desde que salieron sus mejores películas (Acción mutante, El día de la Bestia y La comunidad), pero al menos sus películas mas actuales me suelen entretener. No lo consideraría como uno de los mejores directores de España, pero sí como un realizador bastante competente. Pues bien, cuando salió el trailer de 30 Monedas la verdad es que me entusiasmé. Ese rollo lovecraftiano mezclado con el folclore católico y el mundo rural español me atrajo muchísimo. Además de que el guion estuviese coescrito con Guerricaechevarría y que estuviese protagonizado por el gran Eduard Fernández pues me dió aún más esperanza.

Tras terminar la serie he de decir que me ha parecido una pérdida de tiempo horrible. Por cada acierto hay cientos de errores. Las actuaciones y las conversaciones no son nada creíbles, los personajes son en su mayoría planos y sin gracia. La trama es un sinsentido tras otro, los protagonistas van y vienen sin saber muy bien hacia donde dirigirse, muchas decisiones no tienen ni pies ni cabeza. Hay incongruencias por todas partes, personajes que aparecen por arte de magia y situaciones muy forzadas. Y lo peor de todo, sin duda alguna, es el ritmo. En vez de poner un misterio que se va resolviendo poco a poco, muestra muy rápido las cartas y el guion rápidamente deja de sostenerse. El primer capítulo es salvable y tiene hasta potencial, pero los siguientes son aburridos o directamente insoportables, para acabar en uno de los capítulos mas vergonzosos que he visto en una serie en años.

La segunda temporada no la veré. No soy mucho de series, ya que consumen mucho tiempo y hay muchas cosas que ver, por eso mucho me tiene que gustar una serie para que después de varios capítulos me la siga viendo. Esta temporada la aguanté esperando que en algún momento remontara, porque de verdad que le veía potencial. Pero con ese final completamente absurdo, sin sentido y anticlimático, lo siento pero no. Una gran pena.

PD: Mi primer comentario es esta página web llevo leyendo desde hace años pero que me he atrevido por primera vez a comentar. Un gran trabajo siempre con los analisis.