#ZNSeries – Agatha, ¿quién si no? Episodios 1 y 2 – Encontrad la Senda y El círculo abrirá la puerta al mas allá

«¿Quién si no?». Pues…, por Alfonso del Pino

Agatha no parte de la situación más sencilla. Llega en el que seguramente sea el momento de mayor crisis que ha vivido Marvel Studios desde sus inicios, solo aplacado por el fantástico recibimiento de Deadpool y Lobezno, una pequeña bocanada de esperanza para los agotados seguidores del universo cinematográfico. En medio de este difícil contexto, Agatha tiene la misión de convencernos de que no es otra serie pasable pero olvidable, otro producto de una maquinaria audiovisual sobreexplotada. Protagonizada por un personaje secundario de la primera serie de la compañía, cuyo alter ego resulta ser un personaje también de segunda (o tercera) en el universo comiquero… hay que admitir que no las tiene todas consigo para responder satisfactoriamente a la pregunta que plantea su propio subtítulo en español: “¿Quién si no?”. Pues… en principio, cualquier otro personaje. En principio.

El primer episodio de la serie presenta elementos que nos recuerdan a Wandavision, esa serie que me da vértigo cuando pienso en que ya han pasado casi cuatro años desde su lanzamiento. En todo caso, debo decir que seguramente sea mi serie favorita del UCM hasta el momento, por lo que tampoco voy a hacer ascos a ningún parecido. Así, volvemos a toparnos con cierta metatextualidad que condimenta de manera bastante agradecida el misterio presentado al principio: un asesinato con muchas incógnitas en un pueblo pequeño y recóndito. Perfecto para un thriller policiaco, como se reconoce con esa introducción falsa que parece sacada de las propias oficinas de la NBC.

Sin embargo, la metarreferencia y el asesinato misterioso se van diluyendo con rapidez cuando se presenta un personaje desconocido con el que Agatha parece tener una relación más que complicada. Por momentos, la serie comienza a tambalear, a moverse en unos tumbos que no resultan todo lo estimulantes que me gustaría. Siempre estaré encantado de que se me planten en la cara escenas inesperadas sin un propósito claro con las que virar el tono de la historia; pero, para que eso funcione, las escenas tienen que resultar lo bastante interesantes. Me temo que esa no fue la percepción que tuve hasta los momentos finales de este primer capítulo, en los que se recupera el misterio y el toque metarreferencial para mostrarnos esa fantástica escena de transformación frente al cadáver. Una escena en la que Agatha experimenta lo que es ser una cebolla humana hasta renacer como la bruja poderosísima y pisacabezas que es. Bueno. Más o menos.

Porque resulta que doña Agatha se ha quedado sin poderes y quiere recuperarlos. Ahí es donde entra en juego el segundo capítulo, que bien podría haber empezado con aquel discurso del “surgió una idea”, ya que consiste, en su mayoría, en el reclutamiento del equipo de Vengabrujas personal de Agatha. La forma de hacerlo, no obstante, se me ha hecho bastante sosa. Tenemos una sucesión de escenas sin premisas particularmente interesantes, protagonizadas por personajes sin un carisma resaltable y presentadas de la manera más lineal posible. Si el objetivo era entretenerme, se ha conseguido por los pelos. Si el objetivo era interesarme por los personajes… Espera. ¿En serio? ¿Ese era un objetivo?

En cualquier caso, el segundo episodio prosigue hasta su final con una dinámica parecida al primero, pues pierde gran parte de su chispa durante la parte intermedia y la recobra en los minutos finales con una escena de invocación en la que la serie nos recuerda que tiene personalidad propia.

Por suerte, y pese a todas las críticas que haya podido procurarle hasta el momento, Agatha muestra siempre una realización con unos mínimos propios de una producción de este calibre. Puede que este rasgo no sea suficiente por sí solo para haber hecho de los dos primeros episodios una experiencia apoteósica, pero en mi caso sí ha bastado para que su visionado resulte, en general, agradable. Por supuesto, esto no quita todo lo demás, ni que a Kathryn Hahn a veces parezca quedársele pequeña la serie, ni que ese chaval que la acompaña tenga la personalidad de una patata con kétchup, ni que la respuesta a la pregunta de su subtítulo siga inalterada:

“Agatha: ¿quién si no?”. Pues por ahora… ¿cualquier otro?

La senda del éxito…. ¿qué si no? , por Jordi T. Pardo

En la situación actual, con una Marvel Studios en tela de juicio, aunque con unas carencias menos acusadas de las que insinúan muchos de sus detractores, un spin-off de WandaVisión es -hay que reconocerlo- un arma de doble filo. Lo es porque, por un lado, nos puede llamar la atención al recordarnos a la que sigue siendo la mejor serie del estudio a día de hoy, y por recuperar al personaje de Katrhryn Hahn que se metió al público en el bolsillo con su gran carisma, pero, por otro lado, las comparaciones son odiosas y pueden jugar en tu contra si el proyecto no está bien rematado. Siguiendo la estrategia de WandaVisión, Disney Plus ha estrenado dos episodios del tirón de la presente Agatha, ¿quién si no? y eso nos permite hacernos una idea más aproximada del tono que podría tener esta miniserie.

Lo primero: Katrhryn Hahn no decepciona. Este es su show y se come la pantalla desde su primera aparición. Su primer episodio está marcado por un regreso a Westview que -como su serie madre en su día- pretende descolocarnos, dejándonos ya algunos misterios en el aire y sirviendo para acrecentar la leyenda en torno al destino de la Bruja Escarlata. Si WandaVisión era todo un recorrido por la historia de las sitcoms familares estadounidenses, Agatha comienza como una serie policíaca con aires a la primera temporada de True Detective y en sintonía con el auge del true crime de la última década. Hahn se adapta sin problemas al cambio de registro y nos deja con ganas de seguir resolviendo casos junto a ella, pese a saber que esta realidad paralela tiene los minutos contados. Un episodio que recupera lo mejor de WandaVisión, pero que no deja de ser la zanahoria para atraernos al redil.

Agatha, ¿quién si no? es una serie con posibilidades, ya que por su planteamiento y su contexto -en un mundo imaginario al que llega un aquelarre de brujas, en lugar de la Dorothy de turno- es lo suficientemente estimulante para saltarse las reglas preestablecidas y sorprendernos. El estreno de los dos episodios simultáneos tiene toda la lógica del mundo, ya que el primero nos sirve para recapitular, resolver la situación de partida en la que estaba inmersa Agatha y dejarla preparada para asumir el papel principal del show. El segundo, es el comienzo de un vieja iniciático, uno que en este caso tiene por protagonista a la villana y que debería mostrarse juguetona con el manido viaje del héroe, cuyo esquema ha dejado a las claras desde principios de este siglo que nunca tuvo en cuenta a los personajes femeninos en la ecuación, sus ambiciones, sus metas y deseos.

Dicho todo esto, el tercer episodio de esta miniserie será el determinante para acabar de entender las pretensiones de la producción y hasta que punto está dispuesta a retorcer la fórmula para contarnos su historia. Por ahora, el humor, la estética y la falta de pretensiones de la casa nos resultan de nuevo refrescantes, sobre todo viniendo de la terrible y pretenciosa Invasión Secreta. Nos adentramos en la Senda de las Brujas sin saber realmente que esperar, pero por ahora el mundo mágico del universo compartido de Marvel Studios no nos ha dejado mal regusto y explorarlo en más profundidad puede ser una buena idea. Y más con una maestra de ceremonias como Katrhryn Hahn cuya confrontación con el personaje de Aubrey Plaza promete dejarnos más de un buen momento. ¿Será esta la miniserie con la que Marvel Studios vuelva a recorrer la senda del éxito…?

Agnes of Westview, por Juan Luis Daza

Entre los muchos aciertos y hallazgos de aquella Wandavision, la primera serie de la producción propia de Marvel Studios con Disney Plus, que todavía hoy no ha sido superada, y han pasado desde su emisión tres años, se encontraba la presencia de Kathryn Hahn como Agatha Harkness. La actriz que se dio a conocer internacionalmente con su papel de Lily Lebowski en Crossing Jordan dio vida a una versión de la bruja creada en el papel por Stan Lee y Jack Kirby en Fantastic Four #94 (octubre de 1969) repleta de carisma y malignidad. En cuanto acabó al trayecto de la serie protagonizada por Elisabeth Olsen y Paul Bettany saltó la noticia de que se llevaría a cabo el desarrollo de un spin off protagonizado por la que entonces había sido la villana robaplanos del show.

Ya en pleno 2024 y después de haber cambiado hasta en tres ocasiones de título llega por fin a Disney Plus Agatha All Along, traducida como Agatha ¿quién si no? en España y lo hace con dos episodios subidos a la plataforma de streaming propiedad del ratón Mickey. El primer de ellos no solo es toda una sorpresa, sino también una manera brillante de mantener el metalenguaje de aquella serie en la que debutó el rol de Kathryn Hahn. El piloto comienza como una serie policíaca que parodia de manera nada velada a, sobre todo, Mare of Easttown que nos confirma que Agatha sigueen Westview bajo el influjo del conjuro de Wanda con el que la encerró en dicha localidad en 2021 ya sin sis poderes mágicos. Toda esta parte se desarrolla con mucho tino a la hora de repartir pequeñas pistas con la que la protagonista y el espectador descubrirán cómo escapar de dicha maldición.

La segunda parte del episodio vuelve al mundo real para contextualizar en qué situación vital y personal se encuentra la protagonista y a impulsar el conjunto ayuda la inclusión de Aubrey Plaza como Rio Vidal o el rol de sidekick a manos de Joe Locke, pero ese carácter más mundano quita parte del encanto del arranque. El segundo episodio es uno de transición en el que Agatha y su «mascota» reclutan a las brujas que formarán parte de su aquelarre y de las que se servirá para afrontar la búsqueda del Sendero de las Brujas que la ayudará a recuperar sus poderes arrebatados por la Bruja Escarlata. Al igual que la segunda parte volvemos a una narración más procedimental que por ahora no enamora, pero que puede llegar a hacerlo cuando los roles secundarios desarrollen sus perfiles psicológicos.

Por ahora lo ofrecido por Agatha All Along en sus dos primeras entregas, y más allá de la primera mitad del episodio piloto, es rudimentario y cumplidor, sustentándose en la única razón de ser de este spin off, el carisma y a naturalidad de una Kathryn Hahn en su salsa siendo consciente de que este es su propio y, por ahora, nadie se lo va a robar. El problema es que ahora mismo no veo nada que no pudiera encontrar hace veinte años en un capítulo prototípico de Embrujadas (Charmed), aunque hay potencial suficiente para que una ficción como la presente pueda depararnos alguna que otra sorpresa. Ya con respecto a que pueda llegar a ser una gran serie o ponerse a la altura de su hermana mayor tengo mis dudas, pero ojalá me equivoque y Jac Schaeffer y su equipo me callen la boca.

¿Agatha, cuál es tu propuesta?, por Raúl Gutiérrez

En el año 2021, un Universo Marvel que había estado un año entero paralizado por culpa de la pandemia, regresaba por todo lo alto con una serie de televisión emitida a través de la plataforma Disney+ que nos presentaba qué ocurría con Wanda Maximoff y la Visión tras los eventos de Infinity War / Endgame.

La propuesta nos llevaba a Westwiew un pueblecito aparentemente idílico y tranquilo en el que Wanda conseguía vivir pacíficamente con Visión y, posteriormente, con los hijos del matrimonio, merced a un hechizo que había resucitado a su fallecido marido sintezoide y que recreaba la infancia de la propia Wanda a través de las series de televisión que le habían cautivado de pequeña.

En el transcurso de la serie, se revelaba que Wanda no era la única bruja del pueblo, y que Agatha Harkness estaba allí para hacerle frente y dar al traste con su planes, pero ojo, no para salvar Westwiew sino para obtener más poder.

Pues bien, tal fue el éxito de Wandavision (quizás la única propuesta de la Marvel televisiva de la era actual que gustó a absolutamente todo el mundo sin excepción) que su mismo equipo creativo nos trae Agatha, ¿Quién si no?, spin off protagonizado por la vecina cotilla antes conocida como Agnes y que supuestamente, supondrá la segunda parte de una trilogía que terminará con La Búsqueda de Visión (si bien ya sabemos que de estas cosas es mejor no fiarse ni esperar nada hasta que por lo menos comience el rodaje).

Los hechizos de Agatha aterrizaron con dos episodios en los hogares de todo el mundo el Jueves 19 de Septiembre y si bien el primero de ellos tiene un arranque muy divertido que recuerda a las receraciones televisivas de la serie previa, con una especie de homenaje a True Detective, Fargo y otras series policiacas modernas, más allá de eso… nos quedamos con una propuesta muy sosa que ni en su primer ni en su segundo capítulo parece que tenga claro a dónde quiere ir.

¿Es una mala serie? ¿Es aburrida? No, en absoluto, pero es inevitable esperar algo más de la heredera de Wandavision y más si está hecha por su mismo equipo creativo. La serie resulta anodina, sin que sus personajes nos digan algo más allá de la propia Agatha y sin que la trama nos enganche lo suficiente como para tener ganas de ver el siguiente episodio.

En un momento televisivo en el que esta serie es la competidora directa de grandes producciones como Los Anillos de Poder, Monstruo o el Pingüino, claramente y por el momento estamos ante la evidente perdedora de estas Guerras del Streaming que ya predijeron en South Park en su última temporada. Seguiremos atentos con la esperanza de que este manido pastiche mágico mejore en sus siguientes episodios.

How Agatha got her groove back, por Samuel Secades

WandaVision tuvo la culpa de todo, y la tuvo por ser demasiado buena. Por sorprendernos con una propuesta innovadora y transgresora, que hablaba a la vez de la culpa y la pérdida tanto como de la historia de la televisión y los límites de la cuarta pared, en la que fue la primera serie de Marvel Studios; y, claro, pensamos que aquello iba a ser el patrón oro de la Marvel televisiva. La decepción fue importante cuando vimos que no todas las propuestas para la no tan pequeña pantalla no estaban definitivamente a la altura de la serie de la Bruja Escarlata; y es verdad que, echando la vista atrás con franqueza, la mayoría de series han funcionado en mayor o menor medida, pero los aciertos (Loki, Moon Knight, What If…?, Hulka) han pesado menos en mi memoria que los desastres (Falcon y el Soldado de Invierno, Ojo de Halcón, Invasión Secreta) -ojo, aciertos y desastres según mi punto de vista, que quizás difiera del de algún compañero y más de un lector-. Así que con esta Agatha All Along (me niego a llamarla en su horrible traducción española tan poco musical) podíamos esperar cualquier cosa. Por suerte, teníamos a Jac Schaefer de vuelta, y eso era en parte una garantía de que íbamos a encontrarnos con algo bueno.

Y, por suerte, así ha sido. Pocas cosas hay más reconfortantes para alguien con mis gustos que encontrarse a las puertas del otoño (mi estación favorita), con Halloween casi en el horizonte, y darte de bruces con una serie de brujas, aquelarres y hechizos como esta Agatha All Along, que nos acompañará prácticamente hasta la misma Noche de Brujas, con sus dos episodios finales programados para el 30 de octubre, víspera de la noche de difuntos. Porque la serie, al menos en sus dos primeros episodios, es toda una delicia, comenzando por ese desternillante primer capítulo parodiando al género que llevó a la cumbre Mare of Easttown, en el que brilla especialmente una arrebatadora, pasota y caótica (como de costumbre) Aubrey Plaza, que le saca las uñas a una Kathryn Hahn pasándoselo en grande en un papel cuyo éxito la tiene tan sorprendida como a los propios fans que la han encumbrado. Porque sí, su Agatha Harkness fue una de las grandes revelaciones de WandaVision, pero necesitaba un gran equipo alrededor para levantar una serie que no podía ser en solitario.

Y aquí entra en juego el gran aquelarre que se monta en el segundo episodio, comenzando con un Joe Locke que todos suponemos quién es en realidad, pero no importa para disfrutar de su magnética presencia en pantalla. Eso sí, el segundo capítulo es, no sé si de manera intencional, una parodia en sí mismo del tópico del reclutamiento (de Ocean’s Eleven a Rick y Morty), pero se lo perdonamos por ese gran número musical con la canción de la Senda de las Brujas que, lo reconozco, aún llevo en mi cabeza unos días después. Si a ello le sumamos a Patti LuPone (escalofríos si eres fan de Broadway) o el genio cómico de Debra Jo Rupp («¿se supone que nos tenemos que saber la canción?«) tengo un nuevo cóctel perfecto de cara a la spooky season. Bueno, y para qué engañarnos, es un gusto suplementario que los incels de siempre de Youtube y demás lacras sociales estén espumando por la boca con ver a más de dos mujeres en pantalla (y si hay un desnudo no normativo o si son lesbianas y no hacen porno, madre mía, qué escándalo) pasándoselo en grande en una serie, y deciden, como buenos machos con buen gusto, aplicar el review bombing de turno en cada comentario sobre la misma y cambiar de canal inmediatamente a la Gotham oscura donde se hace Cine de verdad. Desde Salem (y mucho, muchísimo, eternamente más atrás), la misma historia de siempre. Sólo queda cantar más alto para no oírles.

Cosas de brujas, por Sergio Fernández

Os confesaré algo. Tenía serias dudas de participar en este grupal una vez más. Cansado del rumbo que había tomado Marvel en las últimas fechas, temía encontrarme con un producto tan anodino como Invasión secreta o tan decepcionante como Ms. Marvel. Siendo honestos, tampoco entendía muy bien la decisión de Kevin Feige y compañía de brindar protagonismo a un personaje que, si bien me resultó simpático en WandaVision, estaba lejos de ser una heroína / villana cabeza de cartel. Finalmente me dejé llevar. Volver a coincidir con mis compañeros de cine y con algún que otro ilustre invitado en una entrada, me animó a alistarme. No solo eso, sino que la buena acogida que tuvo nuestro seguimiento de la segunda temporada de Loki, creaba una especie de responsabilidad para con nuestros lectores.

Uno de los aspectos positivos de Zona Negativa es que podemos dar nuestra opinión sin estar influenciados por nadie. Ya no es que no recibamos un cheque procedente de la compañía de Mickey Mouse, sino que pagamos religiosamente la mensualidad como el resto de los mortales. Esta afirmación nada gratuita (en todos los sentidos) viene a remarcar nuestra posición independiente. Dicho esto, el sortilegio se ha roto y ya puedo escribir sobre el arranque de Agatha, ¿quién si no?

Lo primero a comentar es el horrible bautismo del título en español. ¿Qué necesidad había? ¿Realmente alguien que dude en ver la serie va a conseguir engancharse gracias a esta traducción? ¿Quién si no? Cierto que Agatha All Along no tiene una traslación a nuestro idioma sencilla, pero, ante la adversidad, mejor dejar las cosas en su versión original. Clases de Home English mediante, la buena noticia es que Jac Schaeffer se encontraba a los mandos de la nave. Pese a acumular un buen número de medianías, recordemos que WandaVision inauguró el MCU en la pequeña pantalla y lo hizo con sobresaliente. Original, fresca y sorprendente, la serie protagonizada por Elizabeth Olsen y Paul Bettany dejó el listón tan alto que las que vinieron después se fueron estrellando sin remedio.

Si hubiera que entregar un premio a la actriz revelación en el MCU, Kathryn Hahn hubiera estado muy bien situada para llevárselo. Pese a que Bettany y, sobre todo, Olsen estuvieron extraordinarios, Hahn resultó ser una auténtica robaescenas. La actriz nacida en Illinois merecía continuar en este universo aunque, para sorpresa de todos, lo ha hecho como cabeza de cartel. Recordando al Black Magick de Greg Rucka, en el preámbulo Hahn parecía ser una detective de fuerte carácter con cierta vinculación a lo esotérico. Sin embargo, como ocurría en WandaVision, pronto sospechamos que las piezas no encajan. De la misma forma que la protagonista, los espectadores sufrimos una nebulosa que altera nuestros recuerdos. ¿En qué punto habíamos dejado a Agatha? ¿Por qué parece ser la protagonista de una serie nórdica? ¿Qué es lo que está ocurriendo en Westview?

Roto el hechizo, se cae el telón. Con un bello homenaje a WandaVision (las diferentes capas de Agatha), descubrimos que la bruja púrpura no solo se había quedado “loker” durante tres años, sino que sus poderes no han vuelto con su vuelta a la realidad. Desde el primer momento, Agatha, ¿quién sino? es divertidísima. Kathryn Hahn derrocha carisma y el personaje tiene muchas aristas. Mezquina, egocéntrica, sarcástica… Agatha recibe dos visitas que marcarán su destino. La arrebatadora Aubrey Plaza, con pasado marvelita gracias a Legión, encarna a Rio Vidal, una bruja cuya rivalidad con Agatha parece remontarse mucho tiempo atrás. Las que se pelean, se desean. A pesar de las amenazas, la tensión sexual entre ambas es más que evidente. En apenas unas pocas escenas juntas, Hahn y Plaza muestran una química envidiable que, esperemos, sepan explotar en futuros capítulos.

Sin embargo, la figura que ha sacado a Agatha de su letargo es un misterioso adolescente que, a su vez, parece haber sufrido un conjuro. ¡Mimble Winble! Cada vez que el joven ha abierto la boca para decir su nombre o hablar de su vida, Agatha comprueba que ha sido codificado al más puro estilo Canal+. El joven, con aptitudes mágicas, pide ayuda a Agatha para encontrar y recorrer la senda de las brujas. Aunque el personaje interpretado por Kathryn Hahn no parece estar muy interesada en un primer momento, recapacita al darse cuenta de que tal vez sea la única opción de recuperar sus poderes y salvar el pellejo. Como si de los Nazgûl se tratara, las siete de Salem van en busca de Agatha con muy malas intenciones. Para poder entrar en la citada senda, Agatha y su nuevo compañero deben reclutar al resto del aquelarre. Sasheer Zamata, Ali Ahn (La diplomática) y la veterana Patti LuPone son tres brujas en horas bajas con ganas de reverdecer viejos laureles. Debra Jo Rupp, que encarna a la vecina de Agnes/Agatha, es la invitada de lujo en este aquelarre carente de personal proporcionando algún que otro momento desternillante. La comunidad del anillo de la escoba ha encontrado el camino. La aventura, la magia y las risas están aseguradas en una serie que nadie esperaba pero, cuyo arranque, promete diversión en estado puro.