Pese a todos los proyectos que se han sucedido desde su estreno, a nivel televisivo las producciones de Marvel Television y Disney Plus tocaron techo con su primera gran propuesta: WandaVision. La serie de Bruja Escarlata y Visión ha sido de las pocas que por ahora ha tenido un impacto real en el cosmos audiovisual de la compañía, especialmente después de desperdiciar balas como Invasión Secreta, Ms. Marvel y Echo. No sabemos si la recién estrenada Agatha All Along intenta recuperar lo que funcionó en WandaVision, pero sí es cierto que contra todo pronóstico cuenta como protagonista con Kathryn Hahn que recupera su papel de Agatha Harkness visto por primer vez en la serie de Elizabeth Olsen y Paul Bettany. Agatha All Along funciona como secuela y spinoff y nos contará como Agatha monta un nuevo aquelarre y se adentra en el legendario Sendero de las Brujas para recuperar sus poderes. En total nueve episodios con Jac Schaeffer como showrunner que prometen terror, aventuras y mucha magia.
Agatha, ¿quién si no?. Episodio 7 – La muerte me guiará
La senda que seguir, por Alfonso del Pino
Ya lo veníamos viendo, ya lo veníamos avisando: esto cada vez pintaba mejor, cada vez subía un poquito más el nivel, las apuestas… Este séptimo episodio parece la culminación de todo ello. Como si la serie en sí misma hubiera conseguido liberarse de las cadenas que la limitaban para deleitarnos con aquello que percibíamos que trataba de ser desde el principio, aunque no llegase a lograrlo del todo.
Todo esto acontece en un episodio que ni siquiera está centrado en Agatha ni en el recién descubierto hijo de la Bruja Escarlata ni en la todo-magnética Aubrey Plaza, sino en un personaje secundario, una de las miembros del aquelarre que se adueña de la atención de la cámara y del espectador durante unos pocos aunque gloriosos minutos.
La trama, centrada en Lilia, se presenta de una manera voluntariamente desordenada para hacernos vivir de primera mano la manera en que este personaje experimenta el mundo: para ella, el tiempo es una ilusión cuyo velo ha conseguido levantar. Por tanto, su forma de experimentar la vida consiste en vivir momentos cronológicamente desordenados, como si se tratara de la mismísima protagonista de Matadero Cinco, con todo lo que ello implica.
Se da así respuesta a uno de los misterios recurrentes que se nos habían ido presentando: esos momentos en los que Lilia parecía desconectar de la realidad y pronunciar frases totalmente fuera de lugar. Y sobre todo, dota al capítulo de una propuesta narrativa única, arriesgada, impropia de lo que estamos acostumbrados para el Universo cinematográfico de Marvel. Un cóctel caótico de escenas proyectadas ante nuestros ojos para que las dotemos de sentido poco a poco. Con cada pieza que unimos, el puzle va ganando sentido, pero también fuerza y emoción hasta alcanzar un clímax verdaderamente poderoso; uno de esos momentos Marvel que se quedará grabado en mi mente, acurrucado bajo un selecto partenón de instantes memorables.
Aun así, debo ser claro con algo: para mí, este episodio no justifica el que hayamos tenido una serie protagonizada por Agatha. Lo que sí que considero que justifica, y de sobra, es que hayamos tenido esta serie, en general. Quién me iba a decir a mí mientras escribía aquellas decaídas palabras sobre los dos primeros episodios que acabaría emocionándome hasta este punto unas pocas semanas después.
Más importante si cabe, este episodio marca una senda que seguir. No la de las brujas, tampoco la de los laberínticos pasillos del Ikea, sino la de una nueva Marvel Studios que puede atreverse a lanzar productos más únicos y arriesgados, cuya personalidad los distinga del resto en vez de difuminarlos en el mismo mejunje audiovideomultiversal. Sí, la calidad de Agatha no ha destacado por su regularidad, pero prefiero mil veces una obra que vaya dando tumbos en un proceso de autodescubrimiento que una obra matemáticamente constante en su mediocridad genérica. Si don Kevin Feige y compañía son capaces de entender y materializar este concepto, puede que el futuro de Marvel Studios no pinte tan irremediablemente decadente en el largo plazo.
Pero bueno, tampoco quiero extenderme más por no adelantarme a las conclusiones generales de la serie. Eso tocará la semana que viene. Por ahora, basta con decir que afronto el visionado de los dos últimos episodios conjuntos con mucha más ilusión de la que me habría imaginado al comienzo de este viaje. ¿Será capaz Agatha de enamorarnos con la finalización de una notable senda ascendente o nos dejará con un regusto agridulce y olvidable? Mañana lo descubriremos. (A menos que alguien domine la magia de adivinación).
¡Joder, esto sí es cine!, por Jordi T. Pardo
La magia del seguimiento semanal de una serie de televisión sigue siendo muchas veces una experiencia en sí misma que no se puede comparar con el atracón que se ha puesto de moda en la última década y media en el terreno de las plataformas. En ese sentido, fue un acierto la apuesta de Marvel Television y Disney Plus por este formato, al menos en lo que respecta a WandaVisión donde esta elección sí tenía un sentido y no se sentía impostada como en otras producciones posteriores de la casa. Y es que muchas de las series de Marvel Television al final nos han dejado la sensación de ser películas encubiertas para las que no se ha querido arriesgar con un presupuesto más alto. Agatha, ¿quién si no? también está sacando provecho de ese seguimiento semanal y la mejor prueba de ello es el episodio de esta semana que nos cose un poco la mordaza a la boca con algunas de nuestras afirmacions recientes.
El episodio de esta semana deja patente que quizás nuestros prejuicios no habían dejado que prestásemos toda la atención a la serie que merecía en algunos de sus detalles. Nos quejábamos de la estructura de los primeros episodios de la serie y eso vuela por los aires en el presente, como ya lo hizo un poco en el anterior centrado en el personaje de Billy. Aquí nuevamente Kathryn Hahn y su Agatha pasan a un segundo plano, pero también los misterios alrededor del personaje de Billy al que encarna Joe Locke. La atención se centra en Lilia Calderu, la bruja adivinadora interpretada por la veterana Patti LuPone y su capacidad para lanzar las cartas.
Su historia nos hace adentrarnos en un puzzle espacio-temporal que nos recuerda a esos viajes mentales que Desmond Hume tenía en la mítica Perdidos y a la exploración narrativa de Mike Flanagan en productos como La maldición de Hill House y La Caída de la Casa Usher. También hay mucho en este entrega del cine de Christopher Nolan -ya muy influyente en el mundo mágico de Marvel Studios si nos retrotraemos a la primera película de Doctor Extraño– con referencias claras a Interstellar (ese pasaje que desemboca en la librería) y Origen (el sacrificio de Lilia en la Torre Invertida). En ese sentido, podríamos decir que el recurso no es especialmente original a estas alturas, pero en manos de Jac Schaeffer que dirige el episodio le añade una pátina sentimental necesaria para la producción.
La caracterización de los personajes en este episodio no debería distraernos de los aciertos de la serie. Una caracterización que también tiene su morbo por otro lado, con esas referencias a las brujas clásicas de la historia de Disney y de la mítica película de El mago de Oz. Hay mucho simbolismo y mala baba en este recurso: con Agatha asumiendo el papel de la Malvada Bruja del Oeste y Lilia el de Glinda el de la Bruja Buena del Norte. La primera interpretada en 1939 por Margaret Hamilton se inspiró en origen en la la Reina Grimhilde de la histórica cinta animada Blancanieves y los siete enanitos de Disney, estrenada solo un par de años antes. Un rol que aquí asume Joe Locke, ¿haciendo quizás un guiño a su «madrastra»? ¿Pero quién sería dicha «madrastra», Wanda o Rebecca? Ya que el personaje se debate por encontrar su verdadero «yo». ¿Sigue siendo William Kaplan o es Billy Maximoff?
Para más inri, la Jen de Sasheer Zamata encarna con su disfraz otra faceta de la Reina Grimhilde: la de la vieja bruja en la que está se transforma para envenenar a Blancanieves con la manzana. No olvidemos que Jen es la experta en pociones. Y si hilamos más fino, podemos entender esta decisión como «un toque de atención» a cierto tipo de fandom que puso el grito en el cielo por la próxima adaptación «racial y feminista» de Blancanieves a imagen real con Rachel Zegler. Finalmente, en este juego de identidades, y del que seguro podremos sacar más jugo en la season finale, el episodio nos deja una relevación también ya muy comentada entre los aficionados: la identidad real del personaje de Aubrey Plaza del que ahora tenemos la confirmación de que encarna a la Muerte, tan amada en los cómics por Thanos y Deadpool.
Con todo esto queremos apuntar que la serie se encuentra en su momento más dulce. Es difícil que el final esté a la altura, pero podemos marcar el presente episodio como un buen ejemplo de que hay historias que necesitan su tiempo y que por predecibles e insulsas que nos puedan parecer de partida, siempre puede llegar un momento en qué nos sorprendan y nos inviten a la reconciliación. Este episodio es una pequeña joya dentro de Agatha, ¿quien si no? y ya de por sí justifica su visionado, pero también dentro de la producción reciente televisiva de Marvel Television y Disney Plus. Un gozo en su forma, con interesante transfondo, relevante para lo que ya hemos visto y lo que está por venir y con un poso dramático y emocional al que contribuye la interpretación de Patti LuPone. Aunque podría ser exagerado, pues no hemos llegado a ninguna parte por ahora, resulta tentador citar el meme de moda: «¡Joder, esto sí es cine!».
Todo a la vez en todas partes, por Juan Luis Daza
Agatha ¿quién si no? sigue adentrándose en terrenos inexplorados pese a encontrarse cerca de su crepúsculo. No todas las series, y menos la mayoría de las de Marvel Television y Disney Plus, se dedican a experimentar cuando están encarrilando su recta final, pero la ideada por Jac Schaefer y protagoonizada por Kathryn Hahn es la excepción que confirma la regla. Después de dedicar un excelente episodio al personaje de Bill Maximof, ahora es otro rol secundario el protagonista de esta entrega titulada Death’s Hand in Mine. En esta ocasión le toca a la Lila Calderu de una encantadora Patti LuPone y el resultado es casi un ejercicio de estilo narrativo en el que las ya habituales y ligeras señas de identidad de la serie conviven armónicamente con una vuelta de tuerca que los escritoras Gia King y y Cameron Squieres, junto al ya mencionado Schaefer que brilla en la dirección, nos regalan.
Ciertamente el previously que hace las veces de prólogo del capítulo explicita demasiado con respecto a quien va a ser el epicentro del mismo, pero eso no resta el factor sorpresa que supone lo virtuosamente construida que está su, paradojas de la vida, deconstrucción narrativa. Con ecos que, salvando los millones de años luz que separan ambos productos, nos recuerdan a esa obra maestra dentro de una obra maestra titulada Maestro relojero, del Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons (capítulo que supo adaptar de manera brillante Zack Snyder en su versión cinematográfica, todo sea dicho) King y Squieres se hacen fuertes a la hora de utilizar el papel de LuPone como eje transmisor de todas las emociones qua, a estas alturas, ya acumula un producto como el que nos ocupa y que, contra todo pronóstico, no deja de sorprenderme.
El próximo jueves 31, justo en la noche de Haloween, tendremos season finale doble, ya que Disney ha decidido subir a su plataforma de streaming los dos últimos episodios de Agatha All Along seguidos. A estas alturas me repito hasta la saciedad, pero antes de la despedida me reafirmo en que finalmente he caído, no del todo, pero sí notablemente, en las garras de Agatha Harkness. Una ficción que me llamaba más bien poco, percibía innecesaria y veía casi por obligación que ha conseguido ganarme poco a poco, sobre todo, por salirse de los preceptos establecidos por este tipo de producciones del UCM para Disney Plus que, solo en contadas ocasiones (como Wandavision o She Hulk) me ha sorprendido con algunas inusuales decisiones conceptuales que, sin ser nada del otro mundo, me han gustado lo suficiente como para seguir el visionado de los episodios con agrado.
Echando las Cartas, por Raúl Gutiérrez
Y llegamos al séptimo episodio de Agatha ¿Quién si no? el cual no es el penúltimo de la serie, pero si se emite una semana antes del final de ésta, puesto que el día 31 de Octubre, día de Halloween, se emitirán dos episodios para que así la serie cierre en estas fechas tan especiales.
En esta ocasión estamos ante el que quizás no sea el mejor capítulo de la serie, pero sí el más interesante desde el punto de vista narrativo.
Todo comienza con, por un lado, Agatha y Teen (o Billy, o William o ya puestos, Wiccan) como únicos supervivientes de la Senda de las Brujas, rumbo a la última prueba en la que tendrán que leer e interpretar correctamente el tarot si no quieren morir aplastados por un techo plagado de espadas que además caen con fuerza suficiente para ensartarles cada vez que se equivocan.
Sin embargo, pronto descubrimos que Jen y Lilia no estaban muertas, si no que acabaron en el subsuelo de la Senda de las Brujas y aquí, es donde la trama se pone interesante, puesto que se comienza a través de conversaciones entre ambos personajes a ver que hay cosas que ya han sucedido en un breve intervalo de tiempo y que nosotros, como espectadores desconocemos.
Todo esto tiene que ver con Lilia, magníficamente interpretada por Patti LuPone, quien se encuentra perdida dentro de su propia memoria, no recordando cosas que han ocurrido hace pocas horas e incluso minutos.
Nosotros, como espectadores, somos partícipes de toda esta digresión narrativa y vamos descubriendo poco a poco lo que ha ocurrido a la vez que Lilia.
De este modo, la prueba va resolviéndose ya con Lilia tomando literalmente cartas en el asunto, interpretando correctamente el tarot para pasar la prueba y para acabar de una vez por todas con las Siete de Salem, que son destruidas por una Lilia que se sacrifica en pro de sus compañeras.
Sin embargo, descubrimos que Rio no ha muerto, y que de hecho se trata de la Bruja Verde original (detalle convenientemente ocultado por su ex novia, Agatha) que ahora pretende acabar con el resto del Aquelarre.
Sobre este tema de la elección narrativa que el episodio toma, soy plenamente consciente de que no es ni de lejos la primera vez que algo así se hace en cine o en televisión, pero sí es muy extraño que esta opción se tome dentro del MCU, un compendio audiovisual que por mucho que nos guste, suele apostar siempre por una estructura simple y sujeta a fórmula que claramente funciona en el juego con el espectador.
Si a todo este caldo de cultivo sumamos la maravillosa caracterización de la prueba, con los personajes disfrazados como Brujas Clásicas (inolvidable el cosplay de Teen como Maléfica) tenemos un capítulo muy divertido y que además arriesga un poco en la forma de ser contado haciéndolo más interesante si cabe.
A una semana de ver el fin de fiesta de esta digna sucesora de Wandavision, no puedo estar más contento con lo que la serie nos va ofreciendo.
About Magic Time, por Sergio Fernández
Que no estaban muertas, que estaban de parranda. Pensábamos que Lilia y Jen habían fallecido tras ser engullidas por el lodo del Mar Menor, pero la realidad es que, vivitas y coleando, ambas deben encontrar la forma de volver a la Senda de las brujas. Siguiendo la estela de episodios anteriores, La muerte me guiará gira alrededor de uno de los personajes que forman el aquelarre. En este caso le toca a Lilia. Los poderes de esta y la comprensión de su uso, ayudará a que el resto del mermado grupo pueda seguir avanzando. Si algo sale mal, la magia será su constante. Al más puro estilo Desmond en Lost, los saltos temporales desestabilizan al personaje interpretado por Patti LuPone.
Agatha y Billy comparten caminata antes de llegar a la siguiente prueba. El hijo de Wanda desconfía de la Sra. Harkness quien ha demostrado, por activa y por pasiva, no ser de fiar. “Si quieres sinceridad, pregunta a alguien sincero”, se puede decir más alto, pero no más claro. La sala de escape de la semana ha resultado ser una casa con forma de castillo de cuento de hadas. No es de extrañar que para la elección del outfit hayan apelado a nuestra nostalgia. Verde, que te quiero verde. La otrora Agnes ha tenido que sortear obstáculos como si de la Elphaba de El Mago de Oz se tratara, mientras que el joven Maximoff se las ha visto para competir con la mismísima Angelina Jolie de Maléfica.
El reloj de arena pone en marcha la cuenta atrás. Colocar correctamente las cartas del tarot mostrará la puerta de salida. ¿El problema? Este tándem no parece tener las aptitudes suficientes para superar dicha prueba y unas afiladísimas espadas amenazan desde el techo. Sin embargo, lo que podía haber sido un día más en la oficina, un episodio cuya estructura parecía fotocopiar a otros vistos con anterioridad, da un giro de 180 grados gracias a Lilia Calderu. “El flujo de tiempo es una ilusión y poca gente se da cuenta”. Sin necesidad de montarse en un Delorean, la veterana bruja se ha marcado unas idas y venidas temporales que pondría en cuestión la cordura de cualquiera. De puente a puente y tiro porque me lleva la corriente. Aunque los flashazos desordenados parecen acelerarse en compañía de Jen, lo cierto es que la hora de Lilia está próxima.
El mejor capítulo de Agatha, ¿quién si no? ha introducido a viejos conocidos del MCU como son los viajes temporales. Sin embargo, en esta ocasión, dicho poder surge de la magia. Cuando Lilia y Jen consiguen unirse a Agatha y Billy, seguimos con el particular baile de disfraces. Una vez más, el clásico de Victor Fleming es homenajeado. El último vestido de Patti LuPone en la serie creada por Jac Schaeffer apunta directamente a Billie Burke encarnando a Glinda, la bruja buena del Norte.
A pesar del caos temporal en el que se ve envuelta, Lilia es la única capaz de poner orden en el asunto de las cartas. No obstante, tardará en dar con la tecla hasta que encuentre el propio sentido de su existencia. En el momento que es consciente de su inminente fecha de caducidad, la lógica comienza a imperar en su cabeza. Como si el espíritu de Sandro Rey la hubiese poseído, Lilia lanza las cartas con rapidez y precisión. Prueba superada.
La tragedia acechaba. Antes del momento más emotivo de lo que llevamos de serie, enfrentamiento versus Las Siete de Salem mediante, habemus revelación. Resulta que Aubrey Plaza es la homónima de Kirby Howell-Baptiste en La Casa de las Ideas. Sin embargo, a diferencia de la hermana de Morfeo en Sandman, Rio es una versión de la muerte un tanto cabrona. Giros al margen, estamos deseando que dé mucha guerra en la traca final de Halloween. Dos episodios nos esperan. Ya no estará Lilia que ha tenido una dignísima despedida. El círculo se cierra y el tiempo está en una botella.
Extras
En capítulos anteriores…
Agatha, ¿quién si no? Episodio 1 – Encontrad la Senda
Agatha, ¿quién si no? Episodio 2 – El círculo abrirá la puerta al mas allá
Agatha, ¿quién si no? Episodio 3 – Innumerables pruebas hay
Agatha, ¿quién si no? Episodio 4 – Mi canto guíe en ti
Agatha, ¿quién si no? Episodio 5 – Las tinieblas hoy despiertan
Agatha, ¿quién si no? Episodio 6 – Un guía espiritual
Alfonso del Pino - 8.5
Jordi T. Pardo - 8
Juan Luis Daza - 8
Raúl Gutiérrez - 8
Sergio Fernández - 8
8.1
La redacción unánimemente está de acuerdo es que este es el episodio que justifica la serie. Emoción, narrativa, acción... ¡Lo tiene todo! Una buena antesala a la doble sesión que no espera esta semana.