#ZNseries – Black Lightning

 

Dirección:Michael Schultz, Oz Scott, Benny Boom, Tanya Hamilton, Tawnia McKiernan, Eric Laneuville, Salli Richardson-Whitfield.
Guión: Salim Akil, Mara Brock Akil, Tony Isabella.
Música: Kurt Farquhar.
Reparto: Cress Williams, China Anne McClain, Nafessa Williams, Christine Adams, Marvin “Krondon” Jones III, James Remar.
Duración: 13 capítulos. 43 minutos.
Productora: CW.
Nacionalidad: USA.

 

Black Lightning se creó en 1977 de la mano de Tony Isabella. Jefferson Pierce, el alter ego del héroe es un exatleta olímpico con habilidades metahumanas innatas que decide enfrentarse al sistema corrupto de su ciudad. El personaje a la cancelación de su serie pasó al limbo editorial hasta que fue rescatado para formar parte de los Outsiders de Batman. Tras su paso por el grupo, ya en el año 2000, fue el secretario de educación del Presidente Luthor. Una vez acabo su mandato engrosó las filas de la Liga de la Justicia. En los Nuevos 52 el personaje se renovó y emparejó con Blue Devil. Actualmente vuelve a trabajar en solitario en la miniserie titulada: Black Lightning – Cold Dead Hands.

La cadena de televisión norteamericana CW (fruto de la unión de CBS y WB) empezó su andadura en septiembre de 2006 y en la actualidad tiene en antena un total de 18 programas entre series (dramas y comedias) y realitys. En 2012 lanzaría la primera serie de acción real dedicada a un personaje de DC, Arrow, lo que daría pie a poner en marcha otras producciones relacionadas con el género superheroico y los personajes de DC Comics. No tardó en llegarle el turno a Flash, al grupo de viajeros temporales de Rip Hunter, Legends of Tomorrow, Supergirl y la más reciente, y la que nos ocupa, Black Lightning.

CW se caracteriza por encorsetar a sus producciones dentro de ciertos parámetros que las hacen reconocibles para sus seguidores. Protagonistas jóvenes, con eternos vaivenes sentimentales, tramas (por lo general) ligeras, con bajo presupuesto para los FX e historias muy similares con un planteamiento por temporada con una amenaza central y una serie de historias que orbitan alrededor de ella. Es la marca de la casa y le da buenos resultados de audiencia, por lo que uno podría esperar encontrarse con este mismo patrón en Black Lightning, pues el sello de CW es difícil de eliminar. Sin embargo, Black Lightning sí que comparte algunos de estos puntos, pero se aleja mucho en el tono, lo que favorece mucho al conjunto de la serie dedicada a Jefferson Pierce, el exatleta olímpico, exvigilante, padre y director del instituto de su barrio.

Lo primero que hace de Black Lightning una serie algo diferente es que su protagonista no es un joven o una joven atormentado o atormentada por su propia condición, sino que es padre de dos hijas, con un matrimonio fallido, del que sin embargo todavía hay visos de reconstrucción. Un hombre volcado en cambiar las cosas desde su posición de director del instituto del barrio, ayudando a los jóvenes a encontrar su camino. Pierce ya no es Black Lightning ni necesita serlo pues sus intereses son otros y esa época de su vida ya pasó.
Lo segundo es que la trama que se plantea se aleja del patrón en tanto que los villanos son verdaderamente despiadados, dotando al conjunto de la serie de un tono más oscuro y duro. La violencia que demuestran es singularmente intensa en comparación con las otras series de la cadena, por lo que uno no sabe muy bien que esperar de ellos.

Y lo tercero es que el pasado de Pierce regresa para atormentar su presente y plantear y generar nuevas tramas que complementan a la existente. Misterios que se entrelazan de manera muy hábil con la historia central con subtramas que mantienen la atención por ser capaces de generar un verdadero interés por como desestabilizan el patrón al que CW nos tiene acostumbrados.

Tres puntos que solidifican a Black Lightining como una de las mejores series de CW de temática superheróica, donde no se reinventa en absoluto al género, pero sí que se le da un giro importante en planteamiento y desarrollo.

Obviamente la serie no puede sustentarse solo sobre estos aspectos para poder funcionar adecuadamente, sino que precisa de un buen casting, actores solventes, un buen desarrollo argumental y una puesta en escena que ayude a la inmersión del espectador en el microcosmos que nos plantea.

Cress Williams es el actor encargado de interpretar a Jefferson Pierce y asumir el grueso del peso de la serie, algo que con el paso de los primeros capítulos irá quedando más diluido y se repartirá más y mejor entre su exesposa (interpretada por Christine Adams) y sus dos hijas (interpretadas por China Anne McClain y Nafessa Williams). La serie busca de nuevo distanciarse del patrón al repartir de forma fluida y equitativa el papel de los diferentes personajes dentro de la trama.

El trabajo del núcleo de actores central, la familia Pierce, es intenso y creíble, con una química más que evidente entre Cress Williams y Christine Adams, que transmiten una complicidad natural y sincera que aporta un valor diferencial al conjunto y le añade una dosis de realidad mundana más que necesaria.

Al otro lado, las hijas del matrimonio aportan el valor de la juventud, la visión idealista de la vida desde el punto de vista de la hermana mayor y la hermana pequeña, con problemas y situaciones sociales de diferente índole que aportan tridimensionalidad al conjunto. Sobre ellas recae la labor de mostrar a los Pierce como una familia, con sus más y sus menos, lidiando con problemas terrenales como hablar de sexo con su hija menor.

Esta balanza entre lo adulto y la juventud es un valor importante para el equilibrio narrativo de la serie que desarrolla sin miedo todo lo relacionado con la familia y lo que implica formar parte de una.

Para dar la contrapartida al héroe se seleccionó al actor Marvin “Krondon” Jones III para interpretar a Tobias Whale, un villano con carisma, centrado, sanguinario, que en manos de Jones adquiere un sinfín de matices de interesante factura. Jones no se limita a poner cara de duro, sino que aporta un punto de singular humanidad a Tobias Whale que le confiere un aura cuasi mística y aterradora. El personaje vive bajo el lastre de un pasado de abusos infantiles, lo que lo humaniza a los ojos del espectador, pero que también se muestra implacablemente sanguinario y letal a la hora de tratar con temas relacionados con el imperio de tráfico de drogas que controla.

Y para cerrar el triángulo familia, villano, toca recurrir al amigo, el apoyo logístico, el diseñador, el proveedor de tecnología, Peter Gambi, interpretado por James Remar. Un sastre que es mucho mas que eso y que proporciona el traje y las mejoras que Pierce necesita en su regreso a las calles como Black Lightning. Tal vez el personaje interpretado por Remar sea el más estereotipado, el más manido, el menos original, pero su función dentro de la historia es, capítulo a capítulo, más y más relevante y misteriosa.

Estos son los cimientos sobre los que la serie se sustenta y sobre los que construye las tramas que buscan dejar fuera los convencionalismos y manías de las producciones de CW. Los actores resultan convincentes en sus papeles, se creen lo que hacen y eso se nota a la hora de introducir al espectador en la serie.

Tal vez uno de los aspectos menos cuidados sea el del traje de Black Lightning que no acaba de funcionar bien delante de la cámara. Su diseño peca por el exceso de detalles, el neón encendido de los rayos que cruzan en torso de Pierce, que saturan demasiado las escenas en las que el actor lo viste. Sin duda su diseñadora, Laura Jean Shannon, es lo que buscaba cuando aplicó toda es luz extra al conjunto, que impactara en las retinas del espectador, pero el resultado final no acaba de ser lo redondo que debería ser.

Black Lightning es una serie con actitud propia, que busca acercarse a otro tipo de público potencial, sin que ello signifique que estemos hablando de una serie revolucionaria para el género, con un enfoque divergente respecto a otras series de CW. Nos vemos en la segunda temporada.