Hace escasos días, mi compañero Arturo Porras publicaba un genial reportaje sobre el mito de Drácula en el mundo de las viñetas aprovechando la publicación en nuestro país, gracias a Panini Cómics, de Drácula Lives!. Siguiendo la moda de los chupasangres, en la sección de cine hemos querido hacer nuestro particular homenaje centrándonos en
Corría el año 1986 y, en los albores de la oscuridad, la compañía japonesa estrenó en el país naciente Akumajo Drácula para Famicom Disk System, la que sería primera piedra de una franquicia que sigue dando guerra tres décadas después. No fue hasta el año siguiente cuando, tras desembarcar en Estados Unidos, el recién nacido videojuego fue rebautizado como Castlevania haciendo un juego de palabras con Castle (castillo) y Transilvania (la región rumana situada en el corazón de Los Cárpatos que es el epicentro de múltiples mitos y leyendas). Dentro de la multitud de videojuegos que se han ido estrenando para las distintas plataformas, destacaremos algunos de ellos como Super Castlevania IV (SNES), Castlevania III: Dracula´s Curse (NES) -que como veremos más adelante es la trama en la que se inspira la serie de Netflix-, Dawn of Sorrow (Nintendo DS), el mítico Symphony of the Night (Multiplataforma) o la trilogía (contando el Mirror of Fate de Nintendo 3DS) de Lords of Shadow (Multiplataforma). Desarrollados por el estudio español Mercury Steam, los videojuegos de Lords of Shadow son, hasta el momento, las últimas entregas de la franquicia y se caracterizan tanto a nivel argumental (supone un reinicio de la saga) como en la jugabilidad ya que se aleja del estilo metroidvania para abrazar, sin tapujos, a las nuevas aventuras en 3D del estilo God of War o Uncharted.
«Todos somos, al final, esclavos de los deseos de nuestra familia» Alucard
El 7 de julio de 2017 fue la fecha escogida por Netflix para estrenar el primer arco argumental de Castlevania. La plataforma streaming llevaba un tiempo anunciando, a bombo y platillo, una serie de cuya escritura se había encargado Warren Ellis. A pesar de que el autor británico sigue en gran forma en el mundo del noveno arte como demuestra con sus obras actuales (Inyección o Trees), lo cierto es que no es algo habitual ver a Ellis en los guiones de productos televisivos. Para nuestro gozo, el trabajo del genio de Essex está a la altura y, pese a la simpleza de la trama, tanto el trato de los personajes como los chispeantes diálogos están genialmente construidos. La atmósfera creada en Castlevania luce estupendamente e, incluso, para la composición musical se recurrió a Trevor Morris, un músico con amplia experiencia en la pequeña pantalla, ganador de dos premios Emmy por su trabajo en Los Tudor y Los Borgia. Dos son los problemas que nos encontramos en este arranque de la serie. Por una parte, tan solo son cuatro los episodios con los que cuenta la primera temporada para un total de hora y media. Si bien es cierto que nos deja un buen sabor de boca, la sensación que nos queda al finalizar el cuarto capítulo es de haber presenciado un prólogo de lo que está por venir. Por otra parte, aunque el estilo anime le quede como un guante a la franquicia, la propia animación dista mucho de ser espectacular pareciendo, por momentos, tosca y poco fluida. Otro aspecto en el que destaca Castlevania es en el apartado de doblaje. En su versión original, podemos disfrutar de las voces de Richard Armitage (Thorin en la trilogía de El Hobbit) como Trevor Belmont, Graham McTavish (El Santo de los Asesinos en Preacher) como Drácula, James Callis (Gaius Baltar en Battlestar Galactica) como Alucard, Matt Frewer, Emily Swallow, Alejandra Reynoso o el veterano Tony Amendola (Annabelle). Un trabajo vocal impecable que hace obligatorio su visionado en versión original.
El comienzo de la historia nos sitúa en la Valaquia de 1455. La primera imagen que vemos es un conjunto de esqueletos empalados que rodean un castillo. Toda un declaración de intenciones y un aviso para navegantes: Castlevania es una serie de animación para adultos ya que tendremos altas dosis de violencia y un lenguaje inapropiado para los pequeños de la casa. Siguiendo con la trama, una joven llamada Lisa entra en el castillo con la intención de ser médico y así se lo hace saber a Drácula quien pronto quedará impresionado por la mujer. Cansada de las supersticiones del mundo que le rodea, Lisa quiere adquirir nuevos conocimientos con los que poder ayudar a la gente y sabe que Vlad Tepes dispone de tales medios. El acuerdo aflorará y esta singular pareja terminará casándose. Veinte años después, Lisa es quemada en la hoguera en Targoviste. Ellis presenta a la Iglesia como un estamento corrupto y cínico que, gracias a su poder, se dedica a acabar con la vida de los diferentes. En esta ocasión, Lisa es acusada de brujería y, mientras arde en la pira, exclama al viento «no les hagas daño, no lo comprenden» que parece emular las palabras de Jesucristo en la cruz «Padre, perdonalos porque no saben lo que hacen».
Drácula, que por consejo de su amada se encontraba errando por el mundo de los hombres, jura vengar su muerte con el primer aniversario de la misma. Dicho y hecho, un año más tarde, tras haber conseguido un ejercito de las entrañas del infierno, las criaturas del averno arrasarán la ciudad. Sin embargo, la furia infinita de Drácula le llevará a extender esa marea de sangre al resto del país. He aquí donde nos toparemos con el protagonista principal, al menos, de este primer arco argumental. Trevor Belmont, que derrocha carisma por los cuatro costados, se encuentra de paso en Gresit que, casualmente, será el destino del próximo ataque de las hordas demoniacas. Durante varias generaciones los Belmont habían sido los encargados de frenar a este tipo de amenazas, sin embargo la iglesia acabó por excomulgarles al entender que utilizaban magia negra en sus prácticas. Así pues, Trevor, el último de su linaje, es un proscrito que se dedica a sobrevivir como buenamente puede mientras engancha una borrachera tras otra. A pesar de querer desentenderse en un primer momento del inminente ataque, finalmente decidirá ayudar al pueblo de Gresit. No será el único, un grupo denominado «los hablantes» están tratando de dar con el paradero de un soldado durmiente que, según las profecías, conseguirá salvarlos a todos. Los hablantes son unos nómadas que aprenden historias, adquieren conocimientos e, incluso, practican la magia. Como no podía ser de otra forma, la iglesia está dispuesta a acabar con ellos al culparles de la llegada de los seres de las tinieblas.
Trevor irá en busca de la nieta de uno de los hablantes que se encuentra en paradero desconocido. Le encontrará en las catacumbas convertida en estatua por culpa de un cíclope de piedra que guarda el lugar. El último de los Belmont dará buena cuenta de él consiguiendo deshacer el hechizo y que Sypha (así se llama la muchacha) salga de su corteza de roca. Al de poco de salir del subsuelo, el cazavampiros ayudará, junto a «los hablantes», al conjunto de la población con la llegada de las huestes de Drácula al atardecer. No sin antes tenerse que enfrentar con los miembros de la iglesia capitaneados por el obispo, antes de Targoviste, ahora de Gresit, que había sido el cuplable de la muerte de Lisa Tepes y, en consecuencia, de la terrible maldición que se encuentra sufriendo el conjunto de la población de Valaquia. Las criaturas darán buena cuenta del obispo en el interior de la iglesia y, pese a la victoria humana, el suelo se resquebrejará y tanto Belmont como Sypha caeran nuevamente a las catacumbas aunque, en esta ocasión, el entorno es diferente. Esta escena funciona como claro homenaje a los jugones de la saga de Konami y es que, tanto el momento del plataformeo como el uso del látigo son señas marca de la casa Castlevania.
Finalmente, acaban descubriendo una amplia habitación en la que se encuentra un ataud. Al abrirse, un viejo conocido de la saga hará acto de presencia. Alucard, el hijo mestizo de Vlad Tepes y Lisa, mitad vampiro y mitad humano, tras una lucha a modo de presentación con Trevor, terminará formando equipo con el último de los Belmont y la hechicera Sypha. El objetivo del contrario de Drácula no puede ser otro que quitar la vida a su antecesor para que pueda reinar la paz en el mundo de los hombres.
«Ha llegado muy lejos, no le obliguen a matarlos a todos» Lisa Tepes
Pese a que se preveía su estreno para verano, finalmente la segunda temporada de Castlevania aterrizó en Netflix el pasado 26 de octubre. Los seguidores de la serie creada por Adi Shankar se frotaron las manos ya que este nuevo arco estaba formado por ocho episodios, exactamente el doble que la temporada anterior. Como consecuencia de esto, el desarrollo de la trama ganó en profundidad y la historia pasó a ser mucho más coral. Podemos diferenciar dos grandes subtramas dentro de esta remesa de capítulos. Por una parte, el triángulo formado por Trevor Belmont, Sypha Belnades y Alucard dejaban Gresit rumbo a la antigua residencia familiar del primero, donde pretendían encontrar la manera de acabar con su letal enemigo. Por otra parte, Drácula y sus generales preparándose para la inminente guerra que conllevaría la extinción de la humanidad.
Inevitablemente, este hecho produjo que contáramos con nuevos personajes para cuyo doblaje se volvieron a contar con estupendas voces. Jaime Murray (Gaia en Spartacus: Dioses de la arena) como Carmilla, Theo James (Cuatro en la saga Divergente) como Héctor, Peter Stormare (Fargo) dando vida a Godbrand y el actor, nacido en Sierra Leona, Adetokumboh M’Cormack poniendo voz a Isaac, dan buena cuenta de ello.
Warren Ellis volvía a escribir el conjunto de la temporada y, salvando las distancias, el autor de Planetary consigue recrear ciertas semejanzas con Juego de tronos por aquello de las intrigas palaciegas que surgen en palacio. Como veremos más adelante, la conspiración de Carmilla para conseguir derrotar al líder de los vampiros se convierte en el eje principal de los nuevos capítulos. A pesar de lo que se puede esperar de ella, Castlevania no es una serie que destaque en el apartado de la acción. Como ya comentábamos en el apartado de la primera temporada, la animación de los movimientos no destaca por su espectacularidad y, lamentablemente, esto resta épica en momentos que se antojan claves. Aunque, como analizaremos después, sí que tenemos un par de capítulos en que los combates se imponen a los diálogos.
La segunda temporada de Castlevania arranca con un flashback de Lisa la noche de su arresto. Corría el año 1475 y la señora Tepes ejercía como doctora con los conocimientos adquiridos gracias a su marido. Sin embargo, cuando la prenden los miembros de la iglesia lo único que parece preocuparle a Lisa, conocedora de su destino, son las consecuencias que esto generará. En la temporada anterior Drácula daba un año de margen para su venganza. No era clemencia, sino el tiempo necesario para crear un ejercito que terminara con la humanidad de una vez por todas. Curiosamente, los dos generales captados para liderar dicho proyecto son humanos: los anteriormente citados, Héctor e Isaac. Siguiendo con el buen desarrollo de personajes, Ellis explorará el pasado de ambos que comparten dolor, desprecio hacia sus congéneres y un poder muy especial. Isaac y Héctor son forjadores, individuos capaces de resucitar a los muertos y usarlos a su voluntad, un don muy jugoso para iniciar el apocalipsis. Como no podía ser de otra forma, esto generará disconformidad dentro de la élite de los vampiros siendo Godbrand el principal opositor. Pero será la llegada al castillo de Carmilla, gobernante regional de Styria, la que acabe de sembrar la discordia entre los acólitos de Vlad.
En el lado luminoso, Alucard y Trevor aunaron fuerzas pero no se pueden ni ver. Las pullas son constantes entre ambos y será Sypha quien tenga que mediar continuamente para que la cosa no vaya a mayores. De camino a la mansión darán buena cuenta de las criaturas de la noche que salen a su paso y, una vez llegan a su destino, comienzan la búsqueda de instrumentos o magia ocultos que permitan hacerles frente a la terrible amenaza. Belmont descubre «la estrella del mañana», un látigo de cadena que traerá gratos recuerdos a los gamers. Por otra parte, este particular trío encuentra un espejo mágico con el que podrán localizar el castilo y atraerlo. Al fin y al cabo, como si de la isla de Perdidos se tratase, la morada de Drácula tiene la singularidad de poder teletransportarse a placer de su dueño.
En castillo, Carmilla embauca a Godbrand y Héctor ante la actitud pesarosa de su líder. Esta es una de las mayores diferencias que vemos con respecto a la primera temporada. Si allí veíamos a un Drácula consumido por la ira deseoso de venganza, en este nuevo arco, aunque sigue deseando acabar con la especie humana, el vacío le consume y su personaje no es más que un alma en pena, prácticamente, hasta el final de temporada. El plan de Carmilla consiste en llevar el castillo a Braila para bloquear el puerto y que así los humanos no tengan salida al mar. Así se hace, no sin antes matar Isaac (el único súbdito realmente leal de Tepes) a Godbrand tras descubrir la traición de este. Sin embargo, al llegar allí, las huestes de Drácula caen en la propia trampa tejida por Carmilla convirtiéndose la trama en una especie de Civil War de los no-muertos. Tras conseguir bendecir el agua que rodea la ciudad, multitud serán los vampiros que caigan mientras las tropas de la vampiresa toman el castillo. Con lo que no contaba Carmilla era con la resistencia de Trevor y compañía en la mansión Belmont y que estos lograran atraer la tétrica fortificación hacia ellos justo en el mismo momento que iniciaban el asalto.
Antes de la traca final, veremos tiempos pasados de Drácula en los que este, más en forma, empalaba a cuarenta ciudadanos que se habían burlado de él. De esta manera llegamos al penúltimo capítulo de la temporada que, probablemente, sea el mejor de lo que llevamos de serie. Una gran luna llena roja alumbra el castillo al que entrarán Sypha, Trevor y Alucard. Los combates más vistosos se centrarán en este episodio en el que podremos ver, incluso, al hijo de Vlad con su forma de lobo blanco, en otro claro homenaje a la franquicia de Konami. Sin muchos apuros, el triángulo de luz acaban con todas las defensas hasta llegar al auténtico Final Boss de la serie. Antes de que comience la lucha, Drácula ha teleportado a Isaac a un lejano desierto para librarle de una muerte segura, y tras una sucesión de violentas escenas, Alucard conseguirá traspasar el corazón de su arrepentido padre para poner fin a su inmensa amargura.
«Esta catástrofe sólo ha sido la carta de suicidio más larga de la historia» Alucard
Este último pasaje es, sin duda, el de mayor carga emotiva de
Muerto el perro, se acabo la rabia, reza el dicho popular. Podríamos pensar que, al finalizar la segunda temporada de Castlevania, la historia, con el príncipe de la tinieblas muerto, había llegado a su fin. Sin embargo, nada más lejos de la verdad, la serie creada por Adi Shankar tendrá una tercera temporada que contará con diez episodios. Como cabos sueltos del último arco tenemos a una Carmilla que, con Trevor apresado, pretende volver a su territorio para hacerse con el vacío de poder tras la muerte de Drácula. Por su parte, Isaac ha comenzado (como buen forjador) su particular ejército de muertos vivientes sin saber el destino de su señor. Por si esto fuera poco, recientemente os informábamos en esta misma sección de que Shankar se encargará de llevar a la pequeña pantalla una nueva adaptación de otra popular celebre franquicia del mundo gamer. Devil May Cry, videojuego de Capcom, pertenecerá al mismo universo que Castlevania aunque, en un principio, no serán dos productos pertenecientes a la misma época. Os seguiremos informando. En definitiva, si eres fan de la saga de Konami o si Drácula se encuentra entre tus personajes preferidos, Castlevania es de visión obligada. La serie, exclusivamente para adultos, tiene altas dosis de violencia y podremos degustar todo tipo de decapitaciones y desmembramientos. La atmósfera está a la altura de la historia y junto a su exquisito doblaje en su versión original son sus principales puntos fuertes junto a la firma de un Warren Ellis que nos deja varios diálogos para el recuerdo. En el apartado negativo, reiteramos la falta de espectacularidad que sí podemos disfrutar en productos similares como Devilman Crybaby.
Guión - 7
Doblaje - 8
Apartado visual - 5.5
Banda sonora - 6.5
6.8
Personajes carismáticos, diálogos chispeantes y una gran atmósfera compensan la falta de espectacularidad de un más que correcto producto del que echamos en falta un grado mayor de épica.
Devil May Cry, videojuego de Capcom, pertenecerá al mismo universo que Castlevania
¿Eh? No entiendo este párrafo, son videojuegos totalmente diferentes.
Efectivamente, se tratan no sólo de sagas totalmente diferentes, sino que no pertenecen a la misma compañía. Sin embargo, la semana pasada, Adi Shankar confirmó que Devil May Cry pertenecería al mismo multiverso que Castlevania en la pequeña pantalla. Dejó aquí las declaraciones realizadas por el showrunner a IGN. Tengo mucha curiosidad por ver que puntos de unión buscan entre ambas.
Sin ánimo de ser porculero: ¿esta reseña hacia quién va dirigida? Lo digo porque quien no haya visto la serie se va a encontrar aquí con un resumen pormenorizado de todo lo que ocurre en ella, y quien ya la haya visto no sé qué interés puede tener en que se la resuman.
¿No sería mejor una reseña sin spoilers? Pregunto.
Me uno a la pregunta. Me los he comido con patatas gajo…
Pues no será porque no están avisados 😛
Lo lamento, mi idea era hacer un repaso completo a las dos temporadas. Por eso en la entradilla avisaba de que habría un destripe completo. De todas formas, tomo noto para futuras entradas.
Uff fallo mío, que de ver el aviso en tantos post en los que no me importan los spoilers, ya mi cerebro lo ignora por completo jajaj
De todas formas el artículo me ha servido para lo que quería, animarme a darle una oportunidad.
También me sorprende lo de la animación tosca que ya he leído en más de una reseña porque he visto storyboards y making of de secuencias de lucha de la serie y me han parecido una absoluta barbaridad..
Un ejemplo: https://twitter.com/paeses/status/1060464616617197569
No, no, si el aviso está ahí. Yo a lo que me refiero es a que el destripe completo hace que el artículo no resulte útil para quien no ha visto la serie (por motivos obvios) ni para quien ya la ha visto.
Pero que lo digo como crítica constructiva, porfa, que no se me malinterprete.