“Cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades!“ Karl Marx.
En el año 2004, el cineasta francés Michel Gondry llevó a buen puerto ¡Olvidate de mi!, cinta protagonizada por Jim Carrey y Kate Winslet en la cual encarnaban a una pareja mal avenida que había decidido borrar cualquier tipo de recuerdo de su relación. Por supuesto, la cosa no iba a resultar tan sencilla y las consecuencias de trastear con el cerebro pronto salían a relucir. Con un punto de partida similar, Apple TV + estrenaba el pasado 18 de febrero
Si bien esta plataforma no tiene tantos usuarios como Netflix, Disney +, HBO Max o Amazon Prime Video, lo cierto es que tras acabar el visionado de su primera temporada, nos veíamos obligados a reseñarla. Sin lugar a dudas, Separación es una de las producciones del año y estamos seguros de que pronto se convertirá en una serie de culto.
Desde el primer momento, Separación plantea más preguntas que respuestas. Algunas de ellas serán contestadas en esta primera temporada mientras que parte del misterio queda pendiente para futuros capítulos. Afortunadamente, la serie creada por Dan Erickson ha sido renovada para un nuevo arco. Conspiración, paranoia, ciencia ficción, humor absurdo, thriller… todo tiene cabida en los nueve episodios que han visto la luz y que, en su mayoría, han sido dirigidos por Ben Stiller. El popular actor de Algo pasa con Mary o Los padres de ella cuenta con un interesante bagaje detrás de las cámaras con cintas como Tropic Thunder o La vida secreta de Walter Mitty, aunque también hiciese sus pinitos dirigiendo la premiada miniserie Fuga en Dannemora con Benicio del Toro, Patricia Arquette y Paul Dano a sus órdenes.
En sus infinitos y laberínticos pasillos blancos, los trabajadores de Lumon Industries parecen ratas de laboratorio. Separación pone su foco en Mark, recién nombrado jefe de un departamento, cuyos empleados se han sometido a una operación que separa los recuerdos laborales de los personales. De esta manera, la parte trabajadora del individuo vive en un bucle continuo de esclavitud. En el momento que se acaba la jornada y entran en el ascensor, retornan a la casilla de salida. Aunque los misterios se reproducen a granel en Separación ¿a qué se dedican en la empresa? ¿qué hace el departamento de Mark exactamente? lo que finalmente acaba primando es la tragedia de los personajes. ¿qué tipo de persona se presta a tal intervención? ¿qué traumas puede arrastrar?
Como tantas otras corporaciones en la historia del cine, Lumon Industries es la gran villana de la función. Arbeit macht frei (el trabajo os hará libres) es la frase con la que los nazis daban la sarcástica bienvenida en el campo de concentración de Auschwitz. Mark y sus compañeros se prestan para ser alienados voluntariamente. Al tomar dicha decisión, están condenando a sus versiones “curritas” a un bucle infinito de explotación. Sus jefes, sabedores del poder absoluto que ostentan, son tan tiránicos y crueles que, incluso, utilizan la tortura a modo de corrección. El recuerdo de la rehabilitación mostrada en La naranja mecánica está muy presente.
Separación plantea una distopía que extrapola elementos de nuestra realidad. En su afán por generar más beneficios, la nueva empresa capitalista disfraza sus tácticas para fomentar la competitividad como si de un juego se tratase. De esta forma, los trabajadores se convierten en el perro de Pavlov a la espera de una recompensa que resulta ridícula. En la serie Friends, los amig@s de Chandler no sabían a qué se dedicaba el personaje interpretado por Matthew Perry. En esta ocasión, ni los propios protagonistas entienden la finalidad de su esfuerzo. La caza de los números (¿alguien dijo Desmond?) es un trabajo basura como cualquier otro. Un eslabón más en la cadena que hace inexpugnable la entrada de extraños.
La conciliación entre vida personal y vida laboral es una de las mayores preocupaciones de nuestra generación. Nuestro día a día es cada vez más rápido y urge de tomar atajos que facilite cumplir objetivos. La eficiencia como meta. Tanto en Separación como en el mundo real, las personas corren el riesgo de convertirse en verdaderos autómatas. Un Westworld formado por hombres y mujeres de carne y hueso que pululan como pollos sin cabeza para beneficio de unos pocos. Sin periodos para la reflexión, resulta descorazonador comprobar como el ser humano se empeña en desprenderse de su propia humanidad.
Cuando observamos a Mark y compañía en sus pequeños cubículos trabajando con esos ordenadores de aspecto retro, nuestra imaginación vuela irremediablemente a la iniciativa Dharma. La serie Perdidos tocaba muchos palos y uno de ellos era el de la experimentación por parte de este proyecto científico en busca de una utopía social. Como si de John Locke se tratara, los trabajadores de Lumon se aferran a la fe para dar sentido a su cometido. No solo eso, sino que la empresa tiene un manual para el empleado que funciona a modo de Biblia. Mantras y más mantras. Solo hay una verdad: los que se alejen, serán castigados. El espíritu de Orwell planea en el ambiente. 1984 en el microcosmos coorporativo. El pensamiento único aplasta sin miramientos la capacidad creativa.
En el terreno interpretativo, el no muy popular Adam Scott (a quien próximamente veremos en la cinta sobre Madame Web que está preparando S.J. Clarkson) encarna a Mark. Un Mark cuya vida se pondrá patas arribas cuando un antiguo compañero de Lumon (Yul Vazquez) se ponga en contacto con él, fuera del trabajo, y le revele que viven una gran mentira. A pesar de que Scott es el protagonista de la historia, la nómina de secundarios es de primerísimo nivel. John Turturro (The Batman), interpretando a Irving, es uno de sus compañeros de departamento junto a Dylan (Zach Cherry) y la novata Helly (Britt Lower). La superiora de este cuarteto no es otra que Harmony Cobel, a quien da vida Patricia Arquette (Boyhood). Dichen Lachman, a quien vimos hace bien poco en Jurassic World: Dominion, o el veteranísimo Christopher Walken son otros miembros del solidísimo reparto.
Renovada para una segunda temporada, Separación ha sido uno de los mejores estrenos de 2022. Dan Erickson y Ben Stiller han conseguido crear una serie con aroma a conspiración que funciona a modo de espejo. ¿Cuál es el peaje que pagamos por “pertenecer” a una empresa? ¿Dónde queda la libertad? Separación es una sátira que bien podría jugar en la liga de Black Mirror pero que resulta peligrosamente real. Si bien toca diferentes elementos de la ciencia ficción, la filosofía impera como ya ocurriese en Devs, otra recomendable serie que podéis ver en Disney+ llevada a buen puerto por Alex Garland (Aniquilación). Mark, Irving, Helly… cada uno de ellos son dos caras de la misma moneda e, irremediablemente, entrarán en conflicto con ellos mismos. Todo acto tiene su consecuencia. Como la Weyland-Yutani o la Tyrell Corporation, Lumon Industries guarda varios ases en la manga y le gusta jugar sucio. En el ultimo acto de este primer arco varios secretos saldrán a la luz y los giros de guion estarán a la orden del día. Separación es una serie cuyo visionado se antoja imprescindible, incluso catártica. Únicamente Recursos Humanos, los coaches o diversos miembros del comité de dirección pueden ver en ella un mensaje peligroso. El pueblo duerme. Tal vez un día despierte.
«Todas las personas tienen la disposición de trabajar creativamente. Lo que sucede es que la mayoría jamás lo nota.» Truman Capote
Dirección - 9
Guión - 9.5
Reparto - 8.5
Apartado visual - 8.5
Banda sonora - 8
8.7
Divide y vencerás. Como Lumon Industries, Apple TV+ sale victoriosa con una de las series del año. Con Ben Stiller detrás de las cámaras y gente como Adam Scott, John Turturro, Patricia Arquette o Christopher Walken delante de ellas, Separación es un inteligente rompecabezas que pone encima de la mesa cuestiones de dudosa moralidad.