«Nadie te regala el poder. Siempre hay que tomarlo por la fuerza.»
Vivir y morir en Los Ángeles, fue una película dirigida por William Friedkin que vio la luz en 1985 y que bien podría haber sido el título de
Antes de seguir con esta reseña, debemos advertir que Too Old to Die Young no es para todo el mundo. El tempo, marca de la casa de su prestigioso director, atenta contra la paciencia del espectador y, en caso de no entrar en su juego, lo que debería ser una experiencia inmersiva cuasi onírica, se transformará en un tedio constante de trece largas horas. Por ello, es importante que cuando nos sentemos en nuestros sofás, sepamos que tipo de serie vamos a ver y estemos preparados para ello. Recomendaciones desde la redacción: intentad no verla cuando seáis presa del cansancio y del sueño. Su visionado es exigente para con el público objetivo pero todos aquellos que consigan entrar en su juego, tendrán su merecida recompensa.
Dos fueron los grandes nombres que apadrinaron este proyecto. Por una parte, Nicolas Winding Refn fue el encargado de dirigir los diez episodios como si de una larguísima película se tratase. A mediados de los noventa, con tan sólo 26 años, Refn dirigió Pusher, ópera prima en la que ya nos mostró su predilección por los bajos fondos y su talento a la hora de rodar. Tras un puñado de trabajos en el viejo continente de los que destacaremos Bronson, protagonizada por Tom Hardy, y Valhalla Rising, junto a uno de sus actores fetiche, y compatriota, Mads Mikkelsen, la explosión de Winding Refn llegó al cruzar el Atlántico y estrenar Drive en el año 2011. Interpretada por Ryan Gosling, Drive cosechó todo tipo de elogios por parte de la prensa especializada y Refn se hizo con el premio al mejor director en el Festival de Cannes. Sin embargo, sus dos siguientes trabajos generaron bastante polémica. El desatado talento del autor con cheque en blanco para su creatividad artística no fue entendido ni por crítica ni por el gran público, tachándole de pretencioso a la enésima potencia. En esta ocasión, el cineasta nacido en Copenhague vuelve a la pequeña pantalla donde ya había trabajado en (¡oh, sorpresa!) un par de adaptaciones de Miss Marple. Según sus propias palabras, Too Old to Die Young es un proyecto centrado en la religión y la muerte. Podríamos añadir que también orbita alrededor de la venganza y la trascendencia. En total, su rodaje se fue hasta los diez meses.
La otra cara de la moneda de Too Old to Die Young es Ed Brubaker. El archiconocido guionista de cómics como Sleeper o Criminal, se mueve como pez en el agua en el género negro y firma, junto a Refn, un libreto en el que priman los silencios por encima de las palabras. El escenario que se nos plantea es el de una sociedad decadente, con personajes grises, lacónicos, que tratan de buscar su sitio en un mundo cuya moral hace tiempo se perdió. La cinematográfica ciudad de Los Ángeles (como ya ocurriera en la segunda temporada de True Detective) resulta ser el lugar ideal para recrear una historia de género noir. La narrativa visual es impecable y para los particulares paneos horizontales y circulares del director nórdico, este contó con el iraní Darius Khondji y Diego García, directores de fotografía de muchos quilates que convierten a la serie en una delicia ocular. Una vez más, Refn utiliza una fotografía con colores saturados y demuestra que, si los neones no existiesen, los habría inventado él.
Por terminar con el apartado técnico, mención aparte para su banda sonora. Cliff Martinez pone la guinda al pastel con un trabajo de acompañamiento tremendo que ayuda a gestar una atmósfera onírica que por momentos recuerda (no en el estilo, pero sí en el resultado) al de Angelo Badalamenti en Twin Peaks. No será esta la única relación con David Lynch que experimentaremos viendo Too Old to Die Young y, me atrevería a decir, que la última incursión del director de Terciopelo Azul en televisión es, a pesar de su singularidad, prima hermana de la serie de Amazon Prime Video. Martinez, ex batería de Red Hot Chili Peppers, es colaborador habitual de Winding Refn desde que trabajaron juntos por vez primera en Drive.
El conjunto del reparto cumple con buena nota. Pese a ser una historia relativamente coral, podemos afirmar que Miles Teller goza de un mayor protagonismo. Desde que sorprendiera a propios y extraños con su gran interpretación en Whiplash hace ya un lustro, lo cierto es que este actor nacido en Pensilvania no había tenido suerte con sus siguientes proyectos. Too Old to Die Young cambia dicha dinámica. Aquí vemos a un Teller que funciona como heredero espiritual de Gosling y lo hace con la misma fuerza magnética que aquel. La mirada triste de ambos está acompañada de una actitud hierática, aunque con Martin (personaje interpretado por Teller en Too Old to Die Young) se toman la licencia de hacerle escupir a modo de tic.
Del resto del plantel, Jena Malone repite con Refn tras The Neon Demon. Tras descubrirla en Donnie Darko, lo cierto es que la carrera de esta actriz no ha hecho sino crecer y en su filmografía ha trabajado con realizadores de la talla de Paul Thomas Anderson, Tom Ford o Sean Penn. Malone se mete en la piel de Diana, un personaje de lo más extraño que combina sus funciones de defensora de víctimas de abusos sexuales con otras más propias de un oráculo. Bajo su manto nos encontramos con un excelso John Hawkes, que da vida a Viggo, antiguo agente del FBI tuerto reconvertido a justiciero, pero al que su fecha de caducidad acecha cada vez más por culpa de una enfermedad terminal.
Como ya ocurriera en Sólo Dios perdona, la idea del incesto revolotea en el ambiente. La angelical Neil Tiger Free (Myrcella en Juego de tonos) es una joven de diecisiete años, novia de Martin, y cuyo padre parece sacado de la filmografía de Lynch. Si antes comentábamos que Martin escupía, su suegro en funciones Theo (William Baldwin) sorbe sus propias secreciones nasales con asiduidad. La relación entre ambos personajes se antoja clave para el devenir de los acontecimientos. Según van pasando los capítulos vemos como esa bola compuesta de problemas que va inflando el prometedor agente de la ley, terminará siendo inmanejable.
Comentábamos al comienzo del artículo que como pasaba en Vivir y Morir en Los Ángeles, al poco de arrancar la serie Martin sufría la muerte de su compañero. Lo cierto es que esta pareja ya había caído en la trampa de la corrupción y no son más que mercenarios para la nueva banda que se ha hecho con el poder. Jesús (Augusto Aguilera) es el hijo de la difunta reina del cartel (aquí si cabe el tema del incesto es aún más explícito con un complejo de Edipo de manual) quien tras vengar a su madre, vuelve a México para refugiarse junto a su familia y lamerse las heridas. Allí conocerá a Yaritza, un trasunto de Morgana Le Fay en la corte del cartel, quien se convertirá en su mujer y que, como casi todos los personajes de Too Old to Die Young, tiene una doble cara. Ella es la Sacerdotisa de la Muerte, una vengadora que libera a las esclavas sexuales y acaba con la vida de los malnacidos que las explotan. En su viaje de vuelta a Estados Unidos, Jesús y la enigmática Yaritza (Cristina Rodlo) buscarán retomar el poder perdido, pero por el camino descubrirán una revelación que tendrá funestas consecuencias.
Nos encontramos, por lo tanto, a tres personajes (Martin, Viggo y Yaritza) que tratan de responder a la crueldad del mundo para liberarlo de pedófilos, violadores y proxenetas. Un escenario sórdido en el que no hay lugar para las sonrisas. El humor (negrísimo) apenas se deja ver en las escenas del departamento de policía, con un cuerpo autodenominado fascista que nos muestra que la realidad diurna de Martin es aún más bizarra que la nocturna. La violencia sólo genera violencia. Como en el resto de la filmografía de Refn, la violencia es un elemento inherente del autor y esta se muestra de manera seca y contundente. El fluir de la sangre en pantalla da cierto brillo a la comentada fotografía de colores saturados.
En definitiva,
Dirección - 9
Guión - 7.5
Reparto - 7.5
Apartado visual - 9.5
Banda sonora - 8.5
8.4
Nicolas Winding Refn y Ed Brubaker unen sus talentos para ofrecernos un sobresaliente neo-noir cuyo peculiar tempo puede espantar al gran público. Miles Teller, tras Wisplash, vuelve a tener un papel interesante y está magníficamente acompañado por John Hawkes, Jena Malone, Neil Tiger Free, Augusto Aguilera, Cristina Rodlo y William Baldwin.
Too Slow to Die Young
Reconozco que con el segundo episodio (íntegramente en México) estuve a punto de tirar la toalla. Me alegra no haberlo hecho, pero entiendo que puede llegar a desesperar.
Merece la pena verla sabiendo que la han cancelado? Tiene un final cerrado?
Siento haber tardado en responder. Me he tomado mi tiempo, como la serie 😛 El final no está cerrado del todo pero no es un problema. Si entras en el juego, la disfrutarás.