#ZNSeries – Echo, valoración global

Hoy hablamos de Echo, la serie de Disney Plus y Marvel Studios protagonizada por Alaqua Cox y Vincent D'Onofrio.

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Género: Acción. Drama | Crimen. Discapacidad auditiva. Spin-off. Superhéroes. Cómic.
Creadora: Marion Dayre
Director: Sydney Freeland, Catriona McKenzie
Guión: Marion Dayre, Amy Rardin, Josh Feldman, Steven Judd, Ken Kristensen, Ellen Morton, Chantelle Wells
Reparto: Alaqua Cox, Vincent D’Onofrio, Chaske Spencer, Tantoo Cardinal, Graham Greene, Devery Jacobs, Charlie Cox, Cody Lightning, Zahn McClarnon, Alexis Capozzi
Producción: Disney+, Marvel Studios, Walt Disney Pictures, 20h Television.
Canal: Disney Plus
País: Estados Unidos

 

Se esta convirtiendo en una letanía afirmar que el Universo cinematográfico Marvel está pasando un mal momento, pero, por desgracia, es una verdad irrefutable. Bien es cierto que esta crisis se nota más en las insatisfactorias recaudaciones de la mayoría de las producciones cinematográficas de Marvel Studios como Thor: Love and Thunder, Ant-Man y la Avispa: Quantumania o The Marvels, entre otras, pero las series de producción propia que lleva unos años desarrollando en colaboración con la plataforma de streaming Disney Plus no escapan tampoco del hastío generalizado que transmiten unos espectadores sobresaturados de ficción protagonizada por personajes superheroicos surgidos del mundo de la viñeta. Es inapelable que series como Wandavision, Falcon y el Soldado de invierno, Loki o Hawkeye mostraron un interés que otras como Ms. Marvel, She Hulk: abogada Hulka o Invasión secreta ya no despertaban en los fans del UCM, considerando la segunda temporada del Dios de las mentiras como un puntual balón de oxígeno que no ha sacado del coma a la compañía comandada por Kevin Feige, algo que se confirma con Echo, la miniserie que nos ocupa en esta ocasión. Maya Lopez, el alter ego civil de Echo, fue creada por el guionista David Mack y el ilustrador Joe Quesada en las páginas de Daredevil #9, en diciembre de 1999 y debutó en imagen real como personaje secundario en la ya mencionada serie Hawkeye, interpretada por Alaqua Cox y vinculada con Kingpin, al que volvía a interpretar Vincent D’Onofrio después de las tres temporadas de Diablo guardían producidas por Netflix.

La pregunta clave ahora mismo sería: ¿quién había pedido una serie sobre Echo?. Es cierto que el rol de Maya Lopez mostraba ciertos apuntes interesantes en el show protagonizado por Jeremy Renner y Hailee Steinfeld, pero no los suficientes como para diseñar a su alrededor una serie derivada o spin off en la que ella fuera la protagonista total. Contra todo pronóstico la maquinaria de Marvel Studios se puso en marcha y la relación de Maya Lopez y un Wilson Fisk, al que dábamos por muerto en el último episodio de Ojo de Halcón, se convertiría en el epicentro de este nuevo proyecto planteado como una miniserie. Del desarrollo del mismo se encargó la guionista Marion Dayre (Better Call Saul) como showrunner, la dirección de cuatro de los cinco episodios recayó en la realizadora Sidney Freeland (Reservation Dogs) y a Alaqua Cox y Vincent D’Onofrio les acompañaban en el cast Chaske Spencer, Tantoo Cardinal, Graham Greene, Devery Jacobs, Cody Lightning, Zahn McClarnon, Alexis Capozzi y Charlie Cox en una breve aparición como Daredevil.

Si obviamos el hecho de que nadie estaba esperando un producto como Echo y nos centramos en su perfil como pieza audiovisual es cierto que el hype se disparó en cierta manera con los prometedores tráilers que la promocionaron. Las imágenes vistas y algunas declaraciones de sus responsables apuntaban a que la miniserie heredaría el tono más urbano y violento de Daredevil, Jessica Jones, Punsiher, Luke Cage y el resto de adaptaciones de personajes de la Casa de las Ideas diseñadas bajo el amparo de Netflix. De hecho Echo es, si no me falla la memoria, la primera serie del Universo cinematográfico Marvel dentro de Disney Plus dirigida a un público con mayoría de edad, debido a su violencia explícita, algo que ciertamente la vincula con las andanzas de Matt Murdock y el resto de componentes de los Defensores o las del Frank Castle interpretado por Jon Bernthal.

Pero unos días antes del estreno de Echo saltaba la noticia, y es que Disney Plus decidía subir la temporada íntegra a su catálogo, saltándose la periodicidad de episodio por semana que sí se aplicó al resto de series de Marvel Studios desde los tiempos de la ya referenciada y nunca superada Wandavision. Evidentemente esta decisión de última hora no parecía otra cosa que el síntoma de la poca confianza de la compañía con respecto a un producto del que parecíeran querer deshacerse lo antes posible. Una vez vistos los cinco episodios que componen la miniserie el que esto firma no puede hablar de una mala serie, ni siquiera mediocre, pero tampoco de una producción con los necesarios niveles de calidad para satisfacer todas las, por otra parte, pocas expectativas que se hubieran podido depositar en ella.

Vaya por delante que me parece digno de elogio que Disney Plus y Marvel Studios se atrevan con la temeridad que supone tener a una protagonista que, por motivos obvios, no dice una sola palabra a lo largo de las cinco horas de metraje de la serie, haciendo que la lengua de signos se convierta en el leit motiv narrativo de la obra, por la relevancia que toma como medio de comunicación entre Maya Lopez y todos los personajes secundarios. Jugando de esta manera con unos silencios impropios de un producto de naturaleza comercial como este o Eternals, el primer proyecto del UCM que incluyó a una actriz muda como Lauren Ridloff dando vida a Makkari. Es justo y necesario que se construyan ficciones alrededor de personas con diversidades funcionales, porque todo tipo de espectador tiene derecho a verse identificado en pantalla.

Por otro lado también se antoja harto interesante el tratamiento del origen nativo americano de Maya López que, a diferencia de su contrapartida en viñetas, no pertenece a la tribu de los Pies negros, sino a los Choctaw. Que la trama se desarrolle en Tamaha (Oklahoma) donde el personaje principal regresa para abrazar sus raíces y el tratamiento desde el guion (uno de sus responsables, Steven P. Judd, es también miembro de los Choctaw) el diseño de producción, el maquillaje y la peluquería o la dirección de arte que se hace de las tradiciones y la idiosincrasia de dicha tribu enriquecen el perfil psicológico de Maya, su entorno y el folclore que lo define de manera respetuosa, eludiendo así lugares comunes o tópicos manidos. Todas estas características añaden virtudes al conjunto de la propuesta ofrecida por Marion Dayre, Sidney Freeland y compañía, pero no es suficiente.

El episodio piloto nos hace creer en la certeza de que posiblemente si estemos ante una digna heredera de, sobre todo, el Daredevil protagonizado por Charlie Cox para Netflix. El tratamiento de la violencia explícita y la aparición del actor de Boardwalk Empire dando vida a Matt Murdock con el disfraz clásico enfrentándose a la Maya Lopez de Alaqua Cox en una muy digna secuencia de acción, que quiere emular a las rodadas por cineastas como Phil Abraham con espectaculares (falsos) planos secuencia, depositan la esperanza en el espectador, que en la siguiente entrega se verá reforzada con el regreso de Vincent D’Onofrio dando vida a Wilson Fisk con un perfil más alejado del exagerado que vimos en Hawkeye y mucho más ceñido al que interpretó en las tres memorables temporadas del hombre sin miedo entre 2015 y 2018.

Pero por desgracia todo, o al menos gran parte, es un espejismo. Echo transmite al espectador la sensación de ser una serie con buenas intenciones y cierto ímpetu en su arranque que no se corresponde con el resto de entregas que componen la temporada. Pese a su naturaleza humilde, que la hace parecer una ficción financiada con mucho menos presupuesto que el resto de series del UCM elaboradas e impulsadas por Disney Plus, es resolutiva y voluntariosa en sus secuencias mas dinámicas. El problema es que estas son pocas y están demasiado mal repartidas a lo largo de los capítulos. Más allá de esos pasajes la puesta en escena de Sidney Freeland y Catriona McKenzie, la otra directora acreditada, es plana y no destaca en ningún aspecto cuando en otras producciones coetáneas como Loki, Hawkeye o los primeros episodios de Ms. Marvel se antojaba más imaginativa y visualmente atractiva.

Pese a la inclusión de hechos sobrenaturales, interesantes cuando se profundiza en su origen con respecto a los Choctaw, no del todo conseguidos cuando Maya hace uso de ellos, la serie se aleja del tono más superheroico para ceñirse a un perfil más mundano en el que el subgénero mafioso toma las riendas del relato. En ese aspecto los mayores aciertos recaen sobre el Kingpin de un Vincent D’Onofrio que no solo es el epicentro de algunos de los mejores pasajes de Echo, sino que también ve como el equipo de guionistas desarrolla y añade matices a su personaje con respecto a lo que ya sabíamos de él en la serie de Daredevil. El actor de La chaqueta metálica se roba cada escena y no pone las cosas fáciles a una Alaqua Cox que se esfuerza por ser una buena partenaire, consiguiéndolo en no pocas ocasiones.

En lo relativo a Alaqua Cox las sensaciones son contradictorias. Por un lado la actriz se entrega totalmente en lo concerniente a la fisicidad, siendo ella la responsable de varias de las escenas de acción, con más mérito teniendo en cuenta la ausencia de su pierna derecha, peculiaridad de su fisionomía en la vida real que la serie convierte en una característica más del personaje. Por el contrario en lo referido a sus dotes dramáticas parecieran no estar a la altura y si bien es cierto que, como previamente hemos mencionado, hay química con Vincent D’Onofrio, este último no necesita esforzarse demasiado para eclipsarla. No debemos eludir que el rol exige esa inexpresividad y contención que Cox ejecuta con acierto, pero es inevitable pensar al verla que podía haber ejecutado una labor interpretativa más reseñable.

Echo lo tenía todo para convertirse en un desastre mayúsculo por el que pocos aficionados iban a mostrar interés y por suerte no ha sido el caso, pero sería de necios afirmar que se trata de ese acierto que, después de la segunda temporada de Loki, Disney Plus y Marvel Studios necesitaban para confirmar el regreso de la buena racha en el UCM, aunque solo fuera dentro de la plataforma de streaming que ahora da cobijo a la mayoría de sus series. Pero no es un producto desdeñable en manera alguna, tiene varios aciertos, se ve en un suspiro y su perfil de rara avis dentro del microcosmos ficcional y audiovisual derivado de Marvel Comics tiene hasta cierto encanto. Veremos si la próxima serie perteneciente a la Fase 5, Agatha: Darkhold Diaries, otro spin off, esta vez derivado de Wandavision, endereza el tren del UCM, que esperemos no acabe descarrilando.

  Género: Acción. Drama | Crimen. Discapacidad auditiva. Spin-off. Superhéroes. Cómic. Creadora: Marion Dayre Director: Sydney Freeland, Catriona McKenzie Guión: Marion Dayre, Amy Rardin, Josh Feldman, Steven Judd, Ken Kristensen, Ellen Morton, Chantelle Wells Reparto: Alaqua Cox, Vincent D'Onofrio, Chaske Spencer, Tantoo Cardinal, Graham Greene, Devery Jacobs, Charlie Cox, Cody…
Dirección - 6.5
Guión - 6
Reparto - 7
Apartado visual - 6
Banda sonora - 6

6.3

Pese a sus buenas intenciones y predilección por una sana diversidad, Echo se queda a medio camino y finalmente no pasa de ser una ficción cumplidora que tiene en Vincent D'Onofrio a su mejor valedor.

Vosotros puntuáis: 4.94 ( 24 votos)
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