#ZNSeries – El Pacificador. Episodio 4 – The Choad Less Traveled

Entre Kick-Ass y Deadpool anda el juego, por Jordi T. Pardo

Lo mejor que podemos decir del cuarto episodio de El Pacificador es que mantiene la línea de los tres primeros que pudimos ver la semana pasada. Había una duda razonable, porque a pesar de que la serie está enteramente escrita por James Gunn solo hay cinco episodios que ha dirigido y esta semana hemos podido ver uno de los que no entran en este grupo. En este caso, esa labor recae en Jody Hill que pese a su multifaceta como director, guionista y actor, apenas tiene títulos conocidos en su currículum de los que tirar siendo su trabajo más popular la comedia Cuerpos de seguridad protagonizada por Seth Rogen. Pero su incursión en El Pacificador se salda con nota, pues mantiene las señas de identidad y el ritmo (especialmente en los diálogos) que Gunn había imprimido en los primeros episodios. Esto nos confirma que El Pacificador no será una miniserie descompensada de esas en la que, con tantas manos de por medio, los distintos episodios van dando tumbos sin saber muy bien a donde se dirigen.

La serie sigue siendo excesiva, con personajes que rozan el patetismo en las situaciones que nos plantean y con esa áspera calidez humana con la que Gunn suele dotar a sus personajes. Ese es el caso de un John Cena del que Gunn nos ha descubierto -ya en El Escuadrón Suicida– una dimensión suya que desconocíamos y que no solo funciona como alivio cómico sino incluso en momentos más dramáticos. ¿Quién nos lo iba a decir con un actor que debutó en el cine con un subproducto como Persecución Extrema? Una producción en la que casualmente coincidiría con Robert Patrick que en El Pacificador interpreta a su tóxico padre en el que podría ser uno de sus mejores papeles de su ya larga carrera. Por otro lado, El Pacificador tiene mucho de ese tipo película de acción de serie B en la línea de la mencionada Persecución Extrema. El de Gunn es un culto al esperpento y lo gamberro que le viene de lejos, de sus seminales años en Troma Entertainment.

No obstante, en este episodio, como en los anteriores, y como muchas películas de James Gunn si nos paramos a pensar, la acción es realmente escasa y todo pasa por los -a veces- interminables e ingeniosos diálogos de sus personajes. Palabrotas, metáforas genitales y soliloquios con componente social son armas de destrucción masiva en una serie que relaciona a sus superhéroes con la América Profunda y con traumas y enfermedades mentales varias. Gunn sitúa El Pacificador en un mundo que resultaría del híbrido de Kick-Ass y Deadpool y la cosa funciona realmente bien. Lo hace en el nivel que quiere hacerlo, porque lo que no es El Pacificador es una serie de la que podamos sacar profundas lecturas. Todo lo que Gunn y su equipo pretenden decir con ella está en la superficie. Solo si somos incapaces de conectar o entender la ironía y cinismo de su propuesta se nos puede pasar por alto la brutalidad con la que El Pacificador aborda algunos temas.

Lo que no ha avanzado mucho en estos cuatro episodios es la trama que pretende ser la principal: la invasión de mariposas. La serie prefiere centrarse en El Pacificador y en mostrarnos el porqué de su forma de ser y la peculiar manera en la que entiende la justicia. Unas respuestas que a pesar del tono de comedia negra que impregna toda la serie no dejan de ser sórdidas y oscuras. Los guiños a Batman que aparecen en este episodio no dejan de ser un buen contraste, pues en el imaginario colectivo este personaje es el que ostenta ese clásico halo trágico y oscuro que define a muchos superhéroes. Pero Gunn y El Pacificador de John Cena nos retratan un personaje que no nació con los privilegios de Bruce Wayne y que su formación y su infancia fueron en comparación a las de este un verdadero infierno. ¡Qué ganas de ver más de esta mierda!

Peace of Mind, por Juan Luis Daza

The Choad Less Traveled, alucinógenamente traducido en España como Cipote Se Hace al Andar, suponemos que por un fan de Antonio Machado en HBO Max España, marca la cuarta entrega de esta Peacemaker que mantiene a James Gunn al guion, pero ya cuenta en la dirección con el realizador Jody Hill (Observe & Report) no solo consolidando todas sus virtudes mostradas en los tres primeros episodios, sino acrecentándolas notablemente y reduciendo al máximo las carencias. La trama central se ve beneficiada gracias todo lo relacionado con el Auggie Smith de un brillante Robert Patrick, al que hacía años no veíamos tan resuelto delante de la cámara, dando vida a un nazi bastardo de manual. Toda la parte del capítulo desarrollada en la cárcel y sobre todo la de la «infiltración» depara momentos memorables con pasajes de violencia rodados de manera brutal.

En este sentido James Gunn ya marcó en los tres primeros episodios el tono de una propuesta que no se corta un pelo a la hora de mostrar situaciones salvajes desde un plano físico en consonancia a lo visto en The Suicide Squad. Por ello Jody Hill toma el relevo de su predecesor con la máxima fidelidad y ejecuta alguna que otra secuencia memorable como la de la pelea en el parking en la que John Cena y Nhut Le dan lo mejor de sí mismos para goce del espectador. Pero además de ello no solo la construcción de los gags humorísticos es más sólida, salvo alguna excepción, es que el drama comienza a abrirse paso y todo apunta a que impactará directamente en el personaje principal exgiendo a Cena adentrarse en terrenos interpretativos que hasta ahora mismo le eran ajenos. Las primeras muestras de ello, que pueden verse en los úlitmos minutos de este episodio, dejan vislumbrar algo que podría llegar a ser memorable.

Con The Choad Less Traveled llegamos al prematuro ecuador de Peacemaker y por ahora las impresiones de un servidor no pueden ser mejores ante lo que en ningún momento deja de ser un divertimento alocado y desprejuiciado en el que se pueden apuntar ideas tan locas como usar el racismo de un supremacista blanco para que ayude a eliminar aliemígenas por el simple hecho de que «odia a los extranjeros» o adentrarse en terrenos más trágicos al ir recuperando hechos del pasado del protagonista. Con Christopher Smith comenzando a tocar fondo desde un punto de vista psicológico y una revelación importante como la que podemos ver en el último plano del capítulo nos quedamos a la espera de que la semana que viene la serie de James Gunn no solo siga manteniendo el tipo, sino que se supere a sí misma una vez más como lleva haciendo desde que irrumpió con su ya prometedor episodio piloto.

La paz esté con nosotros, por Sergio Fernández

Puede resultar paradójico, pero cuando tan solo hace una semana del estreno de El Pacificador, llegamos al ecuador de su primera temporada. Aunque la primera dosis vino multiplicada por tres, este jueves hemos tenido que conformarnos con un solo episodio. Jody Hill, en cuyo bagaje como director destacan las televisivas De culo y cuesta abajo y Los Gemstone, toma el testigo de James Gunn detrás de las cámaras. Sin embargo, los guiones siguen siendo obra del director de Guardianes de la Galaxia, por lo que el tono de este spinoff de El Escuadrón Suicida sigue siendo el mismo. La verborrea, marca de la casa, provoca situaciones tronchantes entre los distintos personajes. Si bien la historia sigue sin evolucionar, Gunn se recrea en los diálogos para disfrute del personal. Es raro que en algún capítulo no nos encontremos chistes que hagan referencia a atributos sexuales o directamente a la condición sexual de alguno de los personajes… Gunn sigue siendo ese provocador que consiguió que Disney le censurara temporalmente por unas bromas similares en redes sociales.

Si algo ha llamado la atención de la audiencia, ha sido la maravillosa intro de El Pacificador. La magnética coreografía en la que participan tanto el protagonista como el conjunto de secundarios es, sencillamente, deliciosa. Si no viviéramos en tiempos de pandemia, con las alas del ocio nocturno cortadas, sería habitual ver en alguna pista de baile a jóvenes alcoholizados danzando al ritmo del Do ya Wanna Taste It de Wig Wam. La música sigue siendo un elemento capital en la obra de Gunn. The Cruel Intentions, Faster Pussycat o Vains Of Jenna son algunos de los grupos que insuflan caña a esta serie de HBO Max.

A pesar de que el objetivo del recién formado grupo es el de encontrar a las misteriosas mariposas, el cliffhanger del final del capítulo nos ha dejado ojipláticos. Murn, jefe de la operación y el, aparentemente, tipo más normal de la formación, ha resultado tener alas y una lengua muy, muy larga. Por otra parte, el personaje que más ha cambiado en el cuarto capítulo ha sido Adebayo. La hija de Amanda Waller hereda la capacidad de manipulación de su madre para que el Vigilante se deshaga del Dragón Blanco y dispara sin pensárselo a Cobra Kai Judomaster. La pelea entre este y Chris junto a la escaramuza de Adrian en prisión nos han brindado las dos escenas de acción del episodio. Si bien están estupendamente rodadas, echamos un poco de menos que no se prodiguen más en este aspecto. A buen seguro, cuando nos estemos acercando al final, llegará la auténtica hora de las tortas.

Comentaba en el párrafo anterior que el personaje interpretado por Danielle Brooks está coqueteando con el lado oscuro a pesar de su corazón puro. Ya se dejó ver la semana pasada que la relación con su mujer se empezaba a resentir y en The Choad Less Traveled lo hemos podido constatar. Si la trama no avanza en parte es porque esta panda de tarugos debe resolver entuertos que ellos mismos van generando. Sin embargo, lo que sí hemos podido ver es parte del pasado de Chris. El Pacificador sigue blanqueando a su protagonista tras los hechos que pudimos ver en El Escuadrón Suicida. No solo sabemos que su padre le empezó a instruir desde que era bien pequeño, sino que, siendo niño, su hermano murió en extrañas circunstancias mientras Chris lo presenciaba. Peacemaker acumula trauma tras trauma y tras su fachada de tipo duro y amasijo de músculos, se esconde un alma rota que busca desesperadamente la redención.

El humor sigue siendo el plato fuerte de El pacificador. La comparación entre el protagonista con Batman a buen seguro que habrá hecho las delicias de los seguidores de la Distinguida Competencia. John Cena continúa realizando un trabajo notable en la construcción de este antihéroe de pacotilla, pero cuyo patetismo tiene cierto encanto. La factura técnica de la serie es brillante y solo podemos desear que los próximos proyectos televisivos de DC sigan la estela dejada por la serie de Gunn. Si se hacen con el mismo mimo y presupuesto que este Peacemaker, nos pueden esperar tardes para la gloria.