#ZNSeries – Falcon y el Soldado de Invierno. Episodio 4 – El mundo nos observa

Continuamos con nuestro seguimiento a la serie de Disney Plus protagonizada por Anthony Mackie y Sebastian Stan en sus roles habituales dentro del universo de Marvel Studios

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Género: Ciencia Ficción, Comedia, Acción, Aventuras
Creador Malcolm Spellman y Kari Skogland.
Reparto: Anthony Mackie, Sebastian Stan, Emily Vancamp, Daniel Brühl, Desmond Chiam, John Gettier, Miki Ishikawa, Erin Kellyman, Adepero Oduye, Wyatt Russell, Shane Berengue, Neal Kodinsky, Eric Anthony, David Bowles.
Producción: Marvel Studios / Walt Disney Television.
Canal: Disney Plus

Aviso de spoilers: Este es un mensaje de «¡ojito cuidao!» porque el artículo que sigue a continuación podría destriparte el episodio de esta semana de Falcon y el Soldado de Invierno. Si estás interesado en esta serie no sigas adelante, date la vuelta y vuelve cuando te hayas puesto al día. ¡No dejes que te adelante por la izquierda! ¡Ahí queda dicho!

Falcon y el Soldado de Invierno es la segunda miniserie de Disney Plus sustentada en el universo cinematográfico previo de Marvel Studios. En ella Anthony Mackie y Sebastian Stan recuperan respectivamente sus papeles de Sam Wilson, alias Falcon, y Bucky Burnes, también conocido como el Soldado de Invierno, vistos en las películas de la franquicia. La producción está desarrollada por Malcom Spellman y dirigida por Kari Skogland que tiene una larga experiencia en televisión trabajando en The Walking Dead, Vikings, House of Cards, Banshee y otras muchas cabeceras. En capítulo de esta semana tiene por título El mundo nos observa y en él veremos como el conflicto entre John Walker y la pareja formada por Sam y Bucky por su lucha contra los Sin Banderas se va recrudeciendo. La serie se ambienta en la continuidad del universo cinematográfico de Marvel Studios después de los acontecimentos de Vengadores: Endgame. ¿Ya has visto el episodio de esta semana! ¡Pues no te cortes y comenta!

Falcon y el Soldado de Invierno. Episodio 4 – El mundo nos observa

Una bandera manchada de sangre, por Jordi T. Pardo

El cuarto episodio de Falcon y el Soldado de Invierno remonta algo lo visto en las anteriores entregas de la serie. Hemos pasado el ecuador de la producción y se nota que va siendo hora de poner las cartas sobre la mesa. En ese sentido, esta semana tenemos un episodio bastante completo con mucha acción y una mejor interacción entre los distintos bandos en conflicto. Hemos de lidiar con decisiones anteriores que siguen haciendo chirriar el conjunto y que tienen que ver con un guion más descuido de lo que podríamos haber esperado. También sigue presente esa cierta cobardía por abordar de manera más frontal algunas cuestiones de corte social planteadas en la serie y que se combinan con otras decisiones que brillan por su escasa sutileza. Pero si dejamos esto a un lado, esta semana si tenemos motivos para ser algo más optimistas de cara al desenlace de la historia que nos espera en las próximas semanas ya que lo que no podemos negar es que este episodio nos ha dejado más de imagen para el recuerdo.

El episodio abre con una escena situada en Wakanda y el pasado de Bucky, una escena sencilla pero de impacto emocional que reivindica las dotes actorales de Sebastian Stan y que la serie no nos había dejado ver hasta el momento. Esto se reproduce a lo largo del episodio, porque aunque hay mucha acción y mucho más inspirada que en entregas anteriores, el conflicto entre los personajes ha empezado realmente a germinar y las distintas confrontaciones son la base de la historia. Los intentos de Sam por empatizar con Karli, la manera en la Zemo intenta meterse en la mente de Sam y Bucky para inocularles con su filosofía antiheroica, la lucha ideológica entre los extremos que se tocan y la deriva de un John Walker que nos deja la imagen más potente de la serie con ese escudo machando de sangre… Todo ello nos sitúa en un interesante caldo de cultivo que ahora sí sentimos que puede ser definitorio para el futuro de las producciones de Marvel Studios.

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En términos generales, tenemos un episodio bastante equilibrado en el que la acción es una progresión de lo que los distintos bandos pregonan y que apunta a un todos contra todas con el remozado Barón Zemo jugando como líbero. Esperemos que los dos episodios que quedan por delante sigan esta misma dinámica y nos reserven alguna sorpresa en plan fanservice respecto a la identidad del Agente de Poder. Ya sabemos que Marvel Studios siempre es algo parca en estas cuestiones y no vale la pena crearse muchas expectativas, pero esta serie parece pedir un giro de este tipo. No hay que olvidar que -como hemos dicho antes- hemos pasado ya el ecuador de la serie y que sí el heredero natural del escudo del Capitán América ha de ser el bueno de Sam, por ahora esto camino se está plantando de forma muy pausada y ahora mismo se nos empiezan a antojar poco espacio esos dos episodios que nos quedan por delante para llegar a ese punto.

En la semana que hemos tenido nuevo avance de la serie de Loki para Disney Plus cabe pensar si la serie de Falcon y el Soldado de Invierno nos ha ofrecido ya lo mejor que nos podía dar o la remontada después de este episodio seguirá adelante. Desde luego, esa escena final que ya hemos comentado, protagonizada por un John Walker cuyo futuro se nos antoja por ahora más interesante que el de los propios protagonistas de la serie, parece apuntar a lo segundo y por aquí estaremos encantados de que así sea. No nos gustaría en un futuro mirar atrás y comprobar que esta serie simplemente es lo que sucedió entre lo visto en WandaVisión y Loki.

La delgada línea roja, por Juan Luis Daza

Con respecto al decepcionante episodio anterior este The Whole World is Watching supone una notable subida de calidad revelándose como uno de los mejores, posiblemente el mejor, de lo que llevamos de The Falcon And The Winter Soldier. Sólo el arranque con el flashback en Wakanda en el que Sebastian Stan por fin puede mostrar lo buen actor que es ya supera a todo lo que hemos podido ver hasta el momento de la serie ideada por Disney + y Marvel Studios. Esa secuencia no sólo brilla por su carga framática, derivada por todo lo que sabemos con respecto al personaje desarrollado en Capitán América: El Soldado de Invierno y Capitán América: Civil War, sino por cómo perfila con elegancia y sutilidad la relación previa entre Bucky y Ayo para dar contexto a lo que sucederá después cuando las Dora Milaje entren en acción para dar caza a Helmut Zemo.

Se deja de lado el tono de buddy movie insuflado artificialmente al episodio 3, llegando a adentrarse en terrenos de una comedia totalmente fuera de lugar, y volvemos al espionaje internacional y conspiranoico propio de las ya apeladas incursiones cinematográficas de los hermanos Anthony y Joe Russo protagonizadas por el alter ego superheróico de Steve Rogers. Otro acierto es la vuelta a los claroscuros ideológicos y morales con respecto a los Flags Smashers en general y a Karli Morgenthau después del trazo grueso con el que se trató su subtrama en la entrega previa. Aquí volvemos a encontrar a un grupo de revolucionarios que luchan por una causa noble, pero cuyos métodos expeditivos ponen en entredicho su lucha, como bien hace saber a la líder del grupo un Sam Wilson compartiendo la importancia de la misión en la que se han embarcado, pero no los medios que usan para llevarla a cabo.

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Pero en cuanto a definir la psicología de los personajes en esta ocasión debemos destacar al John Walker de un cada vez más creible Wyatt Russell. Después de haber sido arrinconado a un par de escenas poco trascendentes en Power Broker el nuevo Capitán América se apodera del metraje del cuarto episodio gracias a un adecuado desarrollo de su personalidad desembocando en la magnífica recta final con el nacimiento del detestable rol de los cómics al que todos amamos odiar. El hijo de Goldie Hawn y Kurt Russell está siendo el blanco del odio de aquellos que no saben diferenciar la ficción de la realidad, pero por suerte vivir alejado de las redes sociales, su buen humor y ser sabedor de que está haciendo un trabajo notable con esta versión del USAgent son suficientes para que el actor de la recuperable Cold in July (Jim Mickle, 2014) pueda sentirse orgulloso de su labor delante de las cámaras, como nos deja ver ese remarcable clímax final repleto de simbología.

Aunque la remontada de este episodio, el más oscuro de la temporada, insufla nueva vida al proyecto también deja en evidencia la irregular labor de construcción narrativa adherida al proyecto a manos de Malcolm Spellman y Derek Kolstad que, a pesar de todo, sigue arrastrando aquí carencias como situaciones inverosímiles, actos estúpidos por parte de algunos personajes y tópicos manoseados hasta la extenuación propios de la ficción audiovisual protagonizadas por superhéroes. Pero no perdamos la esperanza, ya que tenemos a unos protagonistas que lucen bien en pantalla, un villano en ciernes que puede llegar a ofrecernos buenos momentos más allá de esta serie y un Barón Zemo que, por fin, empieza a comportarse como tal. Sólo dos episodios quedan para que termine The Falcon And The Winter Soldier y aunque siempre se muestra como un producto agradable de ver y con no pocos aciertos finalmente parece no salir del encorsetamiento de su punto de partida, quedándose a años luz de una WandaVision a la que no le llega ni a la suela de los zapatos.

Todo por el Capi, pero sin el Capi, por Luis Javier Capote Pérez

El anuncio de la salida de una serie televisiva dedicada a las aventuras del Halcón y el Soldado de Invierno, así como la posterior sucesión de noticias que se fueron desgranando, fueron para mí motivos de interés. Las premisas enlazaban directamente con los primeros y mejores compases de la larga etapa de Mark Gruenwald, con ciertos toques del exitoso relanzamiento orquestado por su sucesor, Mark Waid. Cuando se daba por hecho que Sam Wilson sería el nuevo Capitán América, aparecían nuevos datos que indicaban que tendríamos a John Walker y a Lemar Hoskins, bien conocidos en los tebeos como el USAgente y Estrella de Batalla. Se recuperaba a Sharon Carter y, también, al Zemo de Guerra Civil. Material de primera calidad de la serie del Capitán América, pero sin el Capitán América. ¿Qué podría salir de allí?

Lo primero que debo decir es que, si bien me ha gustado la serie desde el principio, tengo la sensación de que le ha costado coger el punto o, quizá, me ha costado a mí cogérselo. Sin embargo, tal y como aconteciera con Wandavisión, en esta entrega podemos encontrar ya una premisa definida, donde las piezas comienzan a encajar y plenamente integrada con la continuidad audiovisual marveliana.

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Lo primero que debo decir es que, si bien me ha gustado la serie desde el principio, tengo la sensación de que le ha costado coger el punto o, quizá, me ha costado a mí cogérselo. Sin embargo, tal y como aconteciera con Wandavisión, en esta entrega podemos encontrar ya una premisa definida, donde las piezas comienzan a encajar y plenamente integrada con la continuidad audiovisual marveliana.

Resulta paradójico y hasta irónico que una de las bases de la serie sea la asunción de las secuelas de una crisis mundial, en estos tiempos en los que vivimos en una nueva «normalidad» derivada de la pandemia del coronavirus. Viendo los tiempos de preparación, producción y estreno, no resultaría extraño que sus responsables hayan tenido en mente algo de lo acontecido. En este cuarto episodio, vemos cómo cada actor de este drama asume sus posiciones, entendidas como una manera de afrontar la crisis. Por un lado, tenemos al colectivo Sin Banderas, el cual gana notables enteros respecto a su tradicional versión de los comics. El personaje interpretado por Erin Kellyman presenta unas motivaciones y una profundidad de la que siempre careció el que podría ser su contrapartida en las viñetas, creado por Gruenwald y Paul Neary como un oponente globalista al símbolo nacional que suponía el Capi. Por otro, a un Sam Wilson que intenta hacer una aproximación pacífica a Morgenthau, haciendo las veces de lo que podría haber sido el Rogers que escribiera el difunto don Mark durante diez años. A su lado, un escéptico Bucky Barnes, que apoya al Halcón, pese a considerar que no hay caso. Como tercer punto de oposición al colectivo Sin Banderas tenemos a un John Walker que, en este punto, conecta plenamente con su versión en los tebeos y que descubre que llenar el vacío dejado por Steve Rogers no es, en modo alguno, sencillo.

Como apunte final, no me resisto a mencionar los cambios operados en el personaje de Daniel Brühl que aproximan al Helmut Zemo audiovisual a su versión en los comics, creando lo que bien podría ser el primer cambio profundo en la continuidad fundada en 2008 con Iron Man. Esta versión aleja el foco de atención del militar que perdió su familia en La era de Ultrón para traernos algunos de los elementos definitorios de las viñetas: su pertenencia a la baja nobleza, su arrogancia y, al mismo tiempo, algunos de los aspectos que le hicieron popular, merced al trabajo de Kurt Busiek en Thunderbolts, lo que le acerca a la difusa y gris frontera del anti-heroísmo. Con todo, cada vez que aparece en pantalla surge en mi mente la contradicción que supone tener a un junker vinculado al difunto bloque del este. Algún día, quizá veamos un producto en el que se llegue a profundizar verdaderamente en la confusión ideológica existente entre el III Reich, HYDRA y la Unión Soviética, pero creo que esperaremos sentados.

El mundo nos observa es, desde mi perspectiva, el capítulo en el que la serie empieza a despegar, dejándonos en un momento culminante de la historia. Veremos por dónde van los tiros en el capítulo siguiente.

La importancia de llamarse Steve Rogers, por Samuel Secades

Uno de las desventajas de hacer reseñas semanales de una serie con respecto a verla en perspectiva una vez finalizada es que a veces podemos pecar de excesivamente rigurosos o benevolentes sin haber tenido una perspectiva general de la misma; algo así me pasó la semana pasada, donde critiqué duramente la falta de rumbo del episodio y diversas torpezas argumentales que comenzaban a estropearme la experiencia de esta Falcon y el Soldado de Invierno. Tengo que reconocer que gran parte de los defectos que achacaba al pasado episodio estaban presentes de nuevo en la primera mitad de este cuarto capítulo, a excepción de esa fantástica escena inicial con Bucky en Wakanda, donde no sólo vemos a un Sebastian Stan dándonos mucho más en un pequeño momento que en gran parte de su hierático paso hasta el momento por la serie (culpa de nuevo más del guion que del actor, mismo caso que con Daniel Brühl); pero la escena de Wakanda es un fogonazo de calidad que rápidamente se difumina con esa trama del suero del supersoldado tan, pero tan inane con bandos, frentes y conflictos como ese Agente de Poder en la sombra o esa tierra de nadie donde se mueven operativamente hablando los protagonistas con respecto al Capitán América de John Walker (o, ya que nos ponemos, el Estado de Wakanda). Falcon y el Soldado de Invierno es una serie que juega con muchas piezas pero no sabe muy bien dónde colocarlas, por lo que todo parece caótico y azaroso: el ejemplo más sangrante de esta semana ha sido el descubrimiento del emplazamiento del funeral por la líder rebelde, que los protagonistas descubren como contaba Gomaespuma que se descubrió la Muralla de Jericó: preguntando.

Eso sí, este cuarto episodio ya descubre parte de las cartas que se esperaban con la personalidad de John Walker (un espléndido Wyatt Russell), y toda la trama de la apropiación del último suero por parte de Walker, su frustrante falta de reflejo en el escudo en la escena de la espera en la negociación de Sam (más pequeños momentos, por favor, que es donde la serie funciona como un tiro) y su impotencia en el primer enfrentamiento con las Dora Milaje, carga de energía a un episodio (y una serie) que se está guardando demasiada pólvora para unos fuegos artificiales que tardan demasiado en llegar. Zemo tampoco me termina de funcionar como el Joe Pesci de Arma Letal 2, y aunque Anthony Mackie tiene un buen momento como negociador con Karli, su línea argumental en la serie sigue lejos de ser lo suficientemente interesante o motivadora para verle como futuro portador del escudo. Ojalá dentro de unas semanas tenga que volver a estas líneas para agachar la cabeza y reconocer mi error, pero de momento poco veo del Halcón y del Soldado de Invierno en la serie del Halcón y el Soldado de Invierno, así que pasado este cuarto episodio me siento como Jeff Goldblum preguntando a John Hammond cuándo podremos ver dinosaurios en su parque de dinosaurios.

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Pero la sombra que recorre todo este episodio, que acaba en todo lo alto y da sentido a ese “el mundo nos está mirando”, es la de Steve Rogers (sí, el tipo ese que vive en la Luna); y es que toda la serie tiene como pozo gravitacional la figura de Steve, fijado en el espejo retrovisor de un John Walker que es consciente demasiado tarde de que se ha metido en unos zapatos imposibles de rellenar; de unos Bucky y Sam que siguen frustrados por el legado del escudo; e incluso del secuaz de Karli Morgenthau que era fan de pequeño del Capi, o de un Barón Zemo que ve a Steve Rogers como la excepción de la regla del suero del supersoldado y su concepción del supremacismo divino de los superhéroes. La sombra del Steve Rogers de Chris Evans puede que sea demasiado alargada en esta Falcon y el Soldado de Invierno, que está pidiendo a gritos desligarse de la idealización del Capi y tomar un rumbo propio, incluso con pasos tan obvios y brochazos tan gordos como la conversión al Lado Oscuro de John Walker, con el escudo sangrante por si se te ha pasado la metáfora de la caída del símbolo. Pocos matices le quedan a la trama con tanto móvil grabando la traición a los ideales, y pocas ideas lúcidas veo en el horizonte si ponemos como ejemplo que Zemo ha tenido las dos huidas más ridículas de un personaje en la ficción reciente, esta vez saliendo como si nada de una habitación en la que todos sus integrantes que le deseaban capturado se pelean entre sí de manera absurda rozando el gag de Mortadelo y Filemón. No creo que Falcon y el Soldado de Invierno pueda reconducir su rumbo de tal manera que me haga cambiar mi opinión hasta el momento sobre la serie, pero espero de aquí al final suficientes golpes de timón como los de este entretenido cuarto episodio que hagan al menos divertida la travesía. Qué pena, eso sí, todo lo que se está dejando en el tintero por el camino por las pocas ganas de explorar a sus personajes como en esos ojos llorosos de un Bucky que saborea la libertad por primera vez en mucho tiempo, en ese reconocer que tu mayor talento y capacidad de liderazgo radica en la empatía de tratar el estrés post-traumático y no en unas alas cibernéticas, o en esa mirada frustrada a un escudo que, en el fondo, sabes que no te pertenece. A veces dan ganas de agarrar por las solapas a esta Falcon y el Soldado de Invierno y recordarle aquello de que “menos es más”.

¡Americanos, no os recibimos con alegría!, por Sergio Fernández

Aunque sea de manera fugaz, siempre es un placer volver a Wakanda. En un brevísimo flashback, Sebastian Stan pone de manifiesto su calidad interpretativa. Si bien en WandaVision aplaudíamos en cada capítulo el trabajazo de Elizabeth Olsen y, en menor medida, de Paul Bettany, Falcon y el Soldado de Invierno no destaca por las actuaciones de sus protagonistas. La serie se centra en la acción y el espionaje, aunque, desgraciadamente, tampoco sobresale en estos aspectos. Volviendo al Lobo Blanco, somos testigos de como Bucky rompe sus cadenas con el otrora Soldado de Invierno, aunque la carga de sus actos es tan pesada que le seguirá atormentando toda la vida. Siempre me gustó la elección de Stan por lo bien que le sentaba la iconografía del personaje. Poderoso y vulnerable, su mirada perdida está cargada de tristeza y culpa.

Maquiavelo es un personaje más en esta temporada. Evidentemente, el autor italiano no aparece en pantalla, pero sus ideas planean en el ambiente de manera constante. “El fin justifica los medios” es un mantra que repiten los protagonistas más allá de su posición en la lucha. Así pues, lo que varían son los objetivos. Los recursos vienen a ser los mismos (dar cera, pulir cera) lo mires por donde lo mires. Aunque la causa de Karli y compañía pueda ser justa, parece que han traspasado ciertas líneas rojas que imposibilitan el camino de vuelta. Las manos manchadas de sangre siempre riñeron con la redención. Sin embargo, la historia nos ha demostrado que si quieres cambiar las cosas, no puedes hacerlo pidiéndolo por favor. One world, one people. Sin banderas quiere acabar con el sistema imperante a pesar de los previsibles daños colaterales. “Y así es como muere la libertad, con un estruendoso aplauso” decía el Emperador Palpatine. El dilema es evidente, y que el escenario sea Europa del este (rememorando la Guerra Fría) no parece nada casual. Las operaciones del país del Tío Sam en pos de la libertad siempre fueron una broma de mal gusto. Barrotes y estrellados, hasta el Joker se reiría.

A pesar de que la partida pueda resultar interesante, lo cierto es que se está antojando tremendamente predecible. La trama se está estirando tanto que da la impresión de que hasta en un largometraje hubiese funcionado mejor. Eso sí, la historia sigue estando a eones de distancia de las cintas dirigidas por los hermanos Russo que protagonizó Chris Evans. ¿Disfrutable? Sí ¿Descafeinada? También. Incluso en las escenas de acción nos dan una de cal y otra de arena. Si en el episodio piloto aplaudíamos a rabiar la persecución en el espacio aéreo tunecino, en este cuarto capítulo hemos tenido un par de momentos en los cuales el CGI ha cantado por soleares. Aunque, para ser justos, la aparición de la Dora Miraje ha propiciado una de las mejores escenas de lo que llevamos de serie.

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John Walker, la mascota de América, comprueba como no está a la altura del resto de las piezas del tablero. Lo cierto es que el nuevo Capitán América no da ni una y su complejo de inferioridad unido a su orgullo herido, le pone al borde de la corrupción. Un suero para gobernarlos a todos, un suero para encontrarlos, un suero para atraerlos a todos y en la oscuridad atarlos. Walker mira la última dosis del suero del súper soldado como Boromir lo hacía con el anillo único. Dos y dos son cuatro. En los últimos coletazos de episodio hemos corroborado lo que sospechábamos desde un principio. Aunque un gran poder conlleva una gran responsabilidad, el sucesor de Steve Rogers actúa como un auténtico déspota desde el momento que nota cierto picorcito en sus venas. La muerte de Battlestar es el acelerante, pero no la causa. La icónica imagen final, con el escudo ensangrentado, es la prueba más clara de que el símbolo de la libertad ha sido profanado.

En el reino de los ciegos, el tuerto es el rey. Llego al penúltimo párrafo y todavía no había mencionado a Zemo. Los protagonistas parecían empeñados en que el personaje interpretado por Daniel Brühl les dejara en la estacada. Esa máxima (tan mal llevada) del divide y vencerás ha servido para que el villano más sibarita de La Casa de las Ideas se haya ido sin despedirse. Probablemente haya vuelto a las discotecas de Madripur para echar unos bailables. Volveremos a verle pronto.

En definitiva, mucho tienen que mejorar las cosas en los dos capítulos que quedan para que Falcon y el Soldado de Invierno se asiente como un producto imprescindible del MCU. Así como WandaVision hizo crecer muchísimo a su pareja protagonista, la serie dirigida por Kari Skogland no acaba de dar con la tecla para que Sam y Bucky ganen varios enteros. La sombra del Capi es alargada, tal vez por eso nos estemos quedando tan fríos.

Versus (Cinco contra uno), por Igor Álvarez Muñiz

Estamos de vuelta una semana más y “de vuelta” es precisamente una expresión que le viene muy bien al capítulo cuarto, pues se regresa a ese tono sobrio y calculado de los dos primeros, confirmando que el anterior fue una excepción usada para presentar de verdad a dos grandes personajes como son Zemo y Sharon Carter, que habían sido dejados algo de lado en las películas del Capitán América. Y aunque disfruté de dicho episodio tengo que admitir que el primero y el segundo me gustaron más, pero este cuarto es el mejor hasta el momento. Ya está, ya se ha construido un mundo plausible post-chasquido, ahora toca profundizar en los personajes y en sus visiones del mundo, que resultan ser diferentes pero bajo el mismo método, la violencia, o por lo menos es así para cinco de ellos porque hay uno, el que se supone que es el héroe, que todavía pretende utilizar la razón.

El avance en el personaje de Halcón se va fraguando poco a poco, aquí ya se ve una evolución importante al oponerlo al resto de participantes, todos tienen una parte oscura y no consiguen que Sam caiga con ellos. No sé si la intención final de esta serie es darle el escudo a él para convertirlo en el nuevo Capitán América en las futuras producciones de Marvel, es lo que todos pensamos pero no sería la primera vez que nos hacen un quiebro y se van por otros lados, pero lo que está claro es que están forjando el carácter de Sam, cada vez se ve más en él la forma de actuar de Steve Rogers, anteponiendo el diálogo, buscando llegar a la paz por la razón y poniendo encima de la mesa lo que nos hace iguales, para dejar de lado lo que nos diferencia. Sam demuestra una empatía que distingue esta serie de producciones autodenominadas “de superhéroes” que en realidad solo parecen querer extender las ideologías de extrema derecha cada vez más presentes en nuestro mundo, incitando a la violencia frente al diálogo. Sam sigue buscando su lugar en el mundo, no tiene las mejores compañías, pero poco a poco lo va encontrando y se va separando de los demás.

En este punto me parece interesante lo que se ha hecho con Bucky en este capítulo. El Soldado de Invierno se antepone a el Halcón no en su objetivo sino en el camino para conseguirlo, no en vano dice la famosa frase de “el fin justifica los medios”, máxima que siguen todos los personajes excepto Sam, pero también vemos como poco a poco va entrando en la forma de pensar de su compañero, quizás porque reconoce que tiene razón (evidentemente, es el único que usa la razón) o quizás porque ve en él un poco del espíritu de Steve. La escena de desprogramación en Wakanda es fundamental para profundizar en lo perdido que está Bucky e hilarlo con la actualidad, cuando es capaz de defender a Sam, en el momento en que este se va a hablar con Karli, mientras que él opina lo contrario, que se debería atacar con fuerza. Bucky va reconociendo su actitud en personajes que no le gustan, ve como su camino es el mismo que el del nuevo Capitán América mientras que muestra un desprecio absoluto hacia que John Walker porte el escudo. ¿Recapacitará y seguirá el camino de Sam o acabará por enfrentarse a él asumiendo que su bando no es el de “los buenos”?. Nos esperan dos capítulos muy interesantes.

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¿Y Zemo?, está más en una segunda línea, pero ¡qué bien le sienta el supremacismo encubierto a sus diálogos!, casi parece que estoy viendo el telediario. Sus dotes de manipulación sutil siguen muy presentes y también le viene al pelo lo de “el fin justifica los medios”, incluso cuando los medios suponen utilizar a niños. Está claro que tiene algo planeado, ya veremos con qué nos sorprende. Ya de antagonista quien se lleva la palma es Karli, un personaje que por fin se desarrolla de forma adecuada, mostrando mejor que sus motivaciones vienen marcada por la ira, puede que incluso una ira igual que la de Zemo pero enfocada desde el punto contrario en un sentido tanto ético como político. Aún así creo que ella no va a ser la gran antagonista de esta serie, puede que el Agente Poder, puede que Zemo, puede que el Agente Poder sea Zemo… lo cierto es que prefiero no pensar mucho en eso y dejar que me sorprendan.

Ahora bien, si hablamos de escenas es posible que en las mejores esté John Walker, qué hostia más bien dada lección de humildad le dan las Dora Milaje, de hecho está muy bien planteado cómo John es consciente de su propia debilidad y acude al suero como posible remedio. También el avance en su actitud agresiva, con ese final que se nos quedará en la mente para la posteridad, que ya tenía desde el principio pero que se acaba de activar por la muerte de Estrella de Combate. Una muerte que viene en el momento justo, porque tal como estaba planteado el personaje no daba para mucho más. Además eso iguala a John con los dos protagonistas por la manera de enfrentarse al duelo (y con el propio Steve por la perdida de Bucky en su día) en este caso sin un modelo al que seguir como sí le pasa a Bucky y a Sam. De hecho Estrella de Combate, aunque era otro de los que creen que los fines justifican los medios, ejercía como un cierto tope moral de John. Verlo desatado puede ser muy interesante.

Por último me gustaría destacar la fuerza de los diálogos en este capítulo, que se sustenta más por las palabras que por las escenas de acción y donde se llega a plantear algo tan loco como que Thanos tenía razón y que en la sociedad con la mitad de población se vivía mejor. ¿Con Thanos se vivía mejor?. Algo inaudito, una postura que en las películas ni se había llegado a mencionar.

Me quedo con muchas ganas de ver el siguiente. Sencillamente brutal.

¡Es la hora de la encuesta!

¿Quién es el Agente de Poder?

  • En un giro de guion loco... ¡Sharon Carter! (24%, 41 Votes)
  • ¿Y si fuese el Barón Zemo...? (18%, 31 Votes)
  • No será nadie conocido, ya me conozco yo a los de Marvel Studios... (17%, 29 Votes)
  • No creo que el Agente de Poder tenga un papel relevante en la historia (13%, 23 Votes)
  • No espero sorpresas, debería ser Curtiss Jackson como en los cómics (11%, 19 Votes)
  • Molaría que detrás de todo estuviese Arnim Zola (11%, 19 Votes)
  • No lo tengo claro, pero alguien ligado a Hydra (4%, 7 Votes)
  • ¿Y si fuese el Doctor Faustus? (2%, 3 Votes)

Total Voters: 172

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En capítulos anteriores…

Falcon y el Soldado de Invierno. Episodio 1 – Nuevo Orden Mundial
Falcon y el Soldado de Invierno. Episodio 2 – El hombre estrellado
Falcon y el Soldado de Invierno. Episodio 3 – Tráfico de influencias

Género: Ciencia Ficción, Comedia, Acción, Aventuras Creador Malcolm Spellman y Kari Skogland. Reparto: Anthony Mackie, Sebastian Stan, Emily Vancamp, Daniel Brühl, Desmond Chiam, John Gettier, Miki Ishikawa, Erin Kellyman, Adepero Oduye, Wyatt Russell, Shane Berengue, Neal Kodinsky, Eric Anthony, David Bowles. Producción: Marvel Studios / Walt Disney Television. Canal: Disney…
Jordi T. Pardo - 7.8
Juan Luis Daza - 8
Luis Javier Capote Pérez - 7.5
Samuel Secades - 7
Sergio Fernández - 6.8
Igor Álvarez Muñiz - 9.5

7.8

La serie recupera el pulso en su episodio más crudo. Vuelven el espionaje o los claroscuros morales e ideológicos, Zemo comienza a actuar como tal y John Walker es por fin el personaje que todos amamos odiar. Pero se siguen arrastrando fallos y carencias que impiden sacar todo el partido a un proyecto tan entretenido como irregular.

Vosotros puntuáis: 2.2 ( 201 votos)
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Mister Baker
Mister Baker
Lector
10 abril, 2021 21:54

Desde la ignorancia al no estar viendo la serie… Leo las críticas de los redactores respecto a este capítulo y anteriores (todas muy bien razonadas), y muchas exponen aciertos pero a la vez contras muy importantes respecto al argumento, ritmo, coherencia, etc. Sin embargo las notas númericas de todas las semanas rozan por defecto el notable alto cuando no la excelencia.
En definitiva, a la altura del 4° capítulo no acabo de entender si la puntuación alta global de ZN se corresponde con su grado real de entusiasmo por la serie según lo escrito en el mismo artículo. Ante la duda, y habiendo tanta competencia de ocio, por el momento me perdono esta propuesta.
P.D. Vi Wandavision, estupenda, y en ZN sí me pareció haber allí una perfecta correlación entre su crítica y su nota, nota muy alta y bien merecida también en mi opinión.
En todo caso felicidades por vuestras reseñas y por la web en general, un lujazo para los fans de comic.

Danyus
Danyus
Lector
11 abril, 2021 13:07

No sé, creo que le cuesta arrancar, y llevamos ya más de la mitad de la serie. La primera parte del capítulo me ha dejado totalmente frío, y sólo ha cogido ritmo cuando se han desencadenado los acontecimientos que, por otro lado, aunque necesarios para lanzar lo que viene, me han parecido sumamente previsibles. Me ha retrotraído a las pelis de videoclub donde sabías lo que iba a pasar prácticamente al detalle. Y es precisamente algo que le resta trascendencia al momento culmen con esa imagen final anti-icónica de Walker, porque se ve venir desde unos minutos antes de que ocurra.
Por otro lado tiene momentos chulos, como esos planos calcados a las distintas pelis del Capi protagonizados por Walker. La acción no está mal, sigue estando un escalón por encima de la serie media de acción, y los efectos están bien, siempre dando la sensación de que están contenidos más por la narrativa que por la limitación presupuestaria. La banda sonora también me está gustando.
Sobre lo que dice Mister Baker, yo tengo una sensación curiosamente similar. La serie no me está desagradando, pero está mezclando cosas que me gustan y que me dejan frío a partes iguales. Entiendo que con las valoraciones me pasa algo parecido, porque mi sensación es parecida. Por cierto, al hilo de lo que dice Staple, una buddy-movie donde los buddies parecen secundarios, tiene claramente un problema. Me han interesado mucho más por ahora Walker, Carter o Zemo que el futuro Capitán Blackmerica o el Lobito Blanco, que tiene un gran potencial pero parece quedarse corto en cada capítulo.

A ver hacia dónde vamos en el siguiente capítulo, que según los guionistas es la presentación de un personaje clave, que supongo será Power Broker.

Last edited 3 años atrás by Danyus
Danyus
Danyus
Lector
En respuesta a  Danyus
11 abril, 2021 13:23

Por cierto, Sergio, «Y así es como muere la libertad, con un estruendoso aplauso». No lo dice Palpatine, sino Amidala… 😉

Last edited 3 años atrás by Danyus
Sergio Fernández Atienza
En respuesta a  Danyus
11 abril, 2021 13:50

¡Cierto! Vaya cruce de cables… esto es lo que ha conseguido J.J. Abrams con El Ascenso de Skywalker… 😀

Billy Pilgrim
Billy Pilgrim
Lector
11 abril, 2021 15:21

Pues tras tres capítulos mediocres con algún punto interesante, este capítulo me ha parecido el mejor y el más notable hasta la fecha. Sigue teniendo fallos, sobre todo el desperdiciar a Bucky, pero en general este capítulo ha estado bastante interesante. Por un lado vemos como los distintos personajes abordan una misma situación, desde la visión heroica de Sam, a una más villanesca como Zemo, pasando por la antiheroica de el Us Agent. Por fin podemos notar esa diferencia de personalidades y enfoques, y por supuesto, los rifirrafes que se crean. También me gusta que no se caiga en un burdo maniqueísmo con los villanos, podemos entender las motivaciones e incluso empatizar tanto con los Sin bandera, como con Zemo o con Walker. Ninguno es del todo malvado y para ellos mismo son los verdaderos salvadores. Sam por fin empieza a ser interesante, se empieza a ver pinceladas de cómo podría ser su Capitán América, uno más cercano, humano y dialogante que el de Steve Rogers, que era uno más icónico y representativo de ciertos valores. Por último, el final, aunque previsible, ha sido bastante impactante, no por que fuera una sorpresa, sino por lo simbólico y lo bien plasmado que está visual y narrativamente. En resumen, pese al irregular arranque de la temporada, esta capítulo me ha parecido notable y acertado, muy por encima de la media de las series superheróicas ( Arrowverso, Punisher, Luke Cage, Iron Fist o Teen Titans) pero sin llegar a ser de las mejores (Daredevil, Wandavision o Doom Patrol).

Duma
Duma
Lector
11 abril, 2021 22:25

Después de 4 capítulos ya veo bastante claro que los dos defectos de la serie no van a remontar.

Por una parte la actuación. Me parecen realmente pobres los diálogos, sobreexplicativos, carentes de emoción en la mayor parte de los casos. La relación entre los personajes resulta poco creíble, entre los dos protagonistas pero también con Walker, que es el que más se salva en sus líneas con Lemar.

El guión. Es una miniserie y le veo secuencias enteras que rondan el relleno. Incluso en este último capítulo, el mejor de todos, hay una primera parte que si la eliminas del guión… ni te das cuenta. Hay situaciones poco verosímiles, la verdad. En ese sentido siento que sufre el síndrome de las series de Netflix aunque esté mejor hecha (o mejor pagada).

Pero sobre todo, me parece floja la dirección. No soy un experto en cine y algunos redactores sí lo son, así que me da cosa decir esto cuando ellos no lo ven igual, pero siento partes enteras de los episodios como si de una serie low cost ochentera se tratase. Hasta que empieza la acción y pareciese que entre una unidad distinta traída del UCM que sí sabe mover una cámara por una escena.

Cualquiera diría que me parece una serie malísima y no es el caso, esperando estoy los viernes a que salga el siguiente. Pero principalmente por el argumento, que ha construido un grupo de «flag smasher» que realmente tiene sentido en la línea temporal del UCM. Han reconducido a Zemo con retrocontinuidad bien establecida. Han sabido construir un escenario post-trauma que a ratos se manifiesta en una sociedad crepuscular (aunque otras muchas pierden el tono por completo). Han construido un estupendo Walker, bien interpretado, bien motivado, cocido a fuego lento. Han conseguido que el símbolo del escudo tenga sentido más allá incluso que en los cómics, porque no se trata de ser el «defensor del sueño americano» sino del legado de Steve Rogers. Lo dicho, muchas cosas buenas.

Pero para mí mal ejecutado desde una dirección timorata.

kursal
kursal
Lector
12 abril, 2021 7:57

La serie ha mejorado un pelín, más que nada porque Walker es más interesante que los dos protagonistas y por las escenas de acción. Aún así, no es un producto a la altura de lo que se esperaba. Este Zemo no es el Zemo de la peli. Con lo fácil que tenían haber hecho la peli con el padre y la serie con el hijo, y todos contentos. No me molesta que ahora sea Barón y un villano de opereta, sino la incoherencia.