«La Zona está basada en artículos de prensa, en cosas que están sucediendo a día de hoy en Fukushima» Jorge Sánchez-Cabezudo
En plena edad de oro de las series de televisión, la ficción española parecía no haber sabido engancharse a la buena ola, quedando relegada a un segundo o tercer nivel de calidad. Sin embargo, la dificultad, o más bien debiéramos hablar de imposibilidad, de hacerse con los derechos de series de HBO, Amazon o Netflix que cuentan ya con sus propias plataformas en nuestro país ha generado que Movistar, ese gran buque empresarial, haya decidido realizar series de producción propia inyectando una buena dosis de dinero. De esta forma, el próximo mes de enero llegará La Peste, miniserie de 6 capítulos dirigida por el prestigioso cineasta Alberto Rodríguez, autor de obras como Grupo 7, La isla mínima o El hombre de las mil caras. No obstante, antes de cruzar el umbral del nuevo año, ya hemos tenido la oportunidad de disfrutar de uno de esos proyectos que puede poner los primeros cimientos de la nueva ficción española. Nos referimos a
Jorge Sánchez Cabezudo debutó en la dirección con el largometraje La Noche de los Girasoles. Corría el año 2006, la cinta fue recibida con elogios por la crítica y gozó de buena respuesta por parte del público. Tras ser nominada a tres Goyas, el nombre de su guionista (el propio Jorge) y director empezó a ser tenido en cuenta. A pesar de hacer varios trabajos para televisión en el siguiente lustro, no fue hasta la llegada de Crematorio que el apellido Cabezudo se consagrara definitivamente. A Jorge se le unió su hermano Alberto en la escritura de esta miniserie de ocho capítulos protagonizada por Pepe Sancho a la que muchos califican como la mejor serie española de todos los tiempos. Producida por Canal +, Crematorio metía el bisturí en la España de la especulación, la del ladrillo. Tomando como referencia a The Wire, los hermanos Cabezudo nos mostraban diferentes estamentos (constructores, políticos, mafias..) que formaban una historia (casi) sin fisuras que tenía el Cruzando el Paraíso de Loquillo como su tema de cabecera.
A pesar del entusiasmo generado tras su estreno, Crematorio se convirtió en un oasis en medio del desierto. Ninguna otra obra española para el formato doméstico se aproximaba a esos estándares de calidad. Nuevamente han tenido que ser los hermanos Cabezudo los que seis años más tarde reconduzcan esta situación con La Zona y nos recuerden que si se puede, y se debe, aspirar a tener productos españoles de muy buen nivel en la pequeña pantalla. Tan sólo necesitamos inversores que se atrevan a poner dinero y fe en los muchos talentos que tenemos en la piel de toro.
En un primer momento, podemos encontrarnos desubicados por las diferentes subtramas que se van abriendo sin, aparente, conexión directa entre ellas. A la investigación policial por el asesinato comentado anteriormente tenemos que añadir una cacería humana en la zona de exclusión, la trama política encargada del desastre o la particular mafia del equipo de limpieza en la central nuclear mezclada con el tráfico de drogas, de blancas y de material contaminado. Una telaraña, en definitiva, que lejos de irse por los cerros, va tomando forma en un entramado que, nuevamente, nos retrotrae a The Wire. Por si esto fuera poco, la amenaza de una nueva explosión o fuga en la central está presente en todo momento.
Para el rol del protagonista principal el elegido fue Eduard Fernández. Inmenso en el papel de Hector Uría, policía que milagrosamente salió ileso tres años atrás a pesar de ser una de las primeras personas en acudir al desastre. Sin embargo, el drama es una constante en su vida ya que perdió a su hijo en el accidente y, como consecuencia, su matrimonio con Marta (Emma Suárez) se rompió. Tras mucho tiempo de baja, Hector se ha vuelto un adicto a los fármacos y al alcohol, elementos con los que trata de hacer frente a su angustia vital. Uría será el encargado de investigar el asesinato, pero irá descubriendo otros hilos de los que irá tirando hasta descubrir un marco inabarcable. Sólo podemos aplaudir la interpretación de Fernández que está soberbio en un personaje que tiene muchísimos grises. Precisamente ese tono, el gris, hace gala en prácticamente todo el elenco de individuos que pasan por la historia, haciendo que la misma nos resulte mucho más realista. La corrupción está presente en todas las escalas (en menor o mayor medida). Supervivientes que no se alejan mucho de la otra realidad, la nuestra.
Aunque bien es cierto que en el reparto nos encontramos nombres y actuaciones importantes como son las de Juan Echanove (fántastico como “el mal necesario” Fausto Armendariz), Alexandra Jimenez (personaje que averiguará una parte crucial de la trama), Sergio Peris-Mencheta, Carlos Bardem, Miguel Cervantes o Luis Zahara (Celda 211), buena parte de los actores secundarios no están a la altura del computo general de la serie como, por ejemplo, Alba Galocha dando vida a Zoe. Un pequeño lastre que, por desgracia, priva de la excelencia a La Zona puesto que en otros apartados, que veremos a continuación, rozan la matrícula de honor.
Al rodar en exteriores, cabe subrayar la belleza de la fotografía llevada a cabo por Daniel Sosa Segura no sólo en los hermosos bosques (pese a estar contaminados) sino también con la fría paleta de colores utilizada en ciudad. Precisamente, el hecho de rodar en exteriores propició grabar al mismo tiempo con una segunda unidad por lo que hay que subrayar el nombre del encargado de dicha tarea: Gonzalo López-Gallego. Este cineasta madrileño, pese a no contar con el cartel de otros, tiene en su curriculum películas al otro lado del charco como The Hollow Point u Open Grave en las que ha trabajado con actores de la talla de Ian McShane, Sharlto Copley, Patrick Wilson o Jim Belushi. El talento de López-Gallego unido al de los hermanos Cabezudo da como resultado esta gran obra titulada La Zona.
En cuanto al aspecto musical, la pieza del tema principal compuesto por Olivier Arson encaja con los sentimientos de tristeza y melancolía propios de La Zona. En momentos de acción, la banda sonora se vuelve trepidante y recuerda a otro trabajo realizado por el compositor francés, Que Dios nos perdone, cinta realizada por Rodrigo Sorogoyen. A esto tenemos que añadir los excelentes efectos de sonido y el uso del “ruido radiactivo” utilizado en toda la serie y que produce un continuo desasosiego.
Actualmente, La Zona al completo se encuentra en video bajo demanda para todos los clientes de Movistar +, independientemente de cual sea el paquete contratado. Para todos aquellos que aún no le hayáis dado una oportunidad, os animo a que así lo hagáis. Dependiendo de la acogida final que tenga con el gran público, los hermanos Cabezudo han admitido que estarían encantados de seguir realizando más temporadas. Si mantienen el nivel, estoy deseando de que así pueda llegar a ser. Entiendo que
Dirección - 8.8
Guión - 9.2
Reparto - 7
Apartado visual - 9.5
Banda sonora - 7
8.3
La Zona es una serie que se va construyendo poco a poco, pieza a pieza, pero que acaba regalándonos un puzzle muy bien construido. Destaca Eduard Fernández en un producto que parece diseñado para la gran pantalla.