#ZNSeries – Lo más destacado de 2017

Mientras el revival de series de televisión que vuelven años después para vender cómoda nostalgia a los fans devoraba la pequeña pantalla David Lynch y Mark Frost pusieron el anzuelo del regreso de Twin Peaks poco más de un cuarto de siglo después de la emisión de la serie original para más tarde hacer lo que a ambos les salió de salve sea la parte. Cuando el 21 de mayo de 2017 Twin Peaks volvió a las cajas tontas de todo el mundo sus creadores utilizaron como excusa el célebre pueblo ficticio de noroeste de EE.UU para ejecutar un ejercicio de estilo con una total libertad creativa con la que se ganaron el elogio de muchos, el odio de no pocos y la estupefacción de todos. A pesar de la polémica la serie de los autores de On the Air se ha ganado el primer puesto del ranking de la redacción de Zona Negativa por ser una demostración clara de que tanto el arte como el trolleo no sólo no conocen límites, sino que pueden ir cómodamente cogidos de la mano.

La unión del dramaturgo y guionista Joe Penhall, el cineasta David Fincher y la plataforma de streaming Netflix dio a luz una de las mejores series del 2017. Inspirada en el libro de Mark Olshaker y John Douglas, con una puesta en escena por parte de su director que recuerda a la monumental Zodiac y un excelente reparto Mindhunter y su historia sobre dos agentes del FBI que durante la década de os 70 se dedicaron a entrevistar a los asesinos en serie más peligrosos de EE.UU para crear con dicha información perfiles psicológicos que les ayudarán en el futuro en sus investogaciones se ha ganado el favor de la crítica y el público gracias a su rigor narrativo, aséptica puesta en escena, realismo cortante y retrato de personajes. Con la segunda temporada ya confirmada por Netflix ahora sólo nos queda saber hacia donde nos llevarán los agentes Ford y Trench en esta versión de Mentes Criminales con guionistas no adictos a la metanfetamina.

No tenemos del todo claro si el título de Stranger Things se les ocurrió a los hermanos Duffer por los sucesos sobrenaturales que tienen lugar en la población de Hawkins o porque Winona Ryder siga interpretando, a pesar de su nulo talento para ello. Sin embargo, lo que si que tenemos claro es que la segunda temporada de este cabeza de cartel de Netflix mejora con respecto a su primer acto. Como si de la marmita de una bruja se tratase, la serie más deudora de la década de los ochenta homenajea, introduciendo ingredientes de aquí y de allá, con todo el descaro del mundo a obras icónicas de aquellos años como son Aliens (hasta el peinado de Eleven recuerda al de Ripley), Cazafantasmas o Cuenta conmigo. A destacar la actuación de Noah Schnapp como el poseído Will Byers, el nuevo fichaje del grupo: Mad Max Mayfield, interpretada por Sadie Sink, el carismático Gaten Matarazzo, como Dustin, o el genial tándem que forman Millie Bobby Brown (Eleven) y David Harbour (Sheriff Hooper). Con un toque más oscuro y llamando a las puertas de la adolescencia, Stranger Things avanza con paso firme y se consolida como una de las franquicias más emblemáticas de la pequeña pantalla.

Ya es oficial. En la entrega de premios interdimensional, Rick y Morty ha sido la absoluta dominadora. Con tan sólo tres temporadas a sus espaldas, la serie de Adult Swim creada por Dan Harmon y Justin Roiland, emerge como uno de los mejores de los productos de la historia de la televisión. Sí, habéis leído bien, pocas veces la ciencia ficción ha conseguido tener historias tan geniales como las que, capítulo tras capítulo, nos regala Rick y Morty. Viajes en el tiempo, Cronenberg, universos paralelos, Mad Max… todo ello mezclado, pero no agitado, da como resultado unos guiones para el recuerdo. En esta temporada hemos podido comprobar como afectaba la separación entre Beth y Jerry al conjunto de los miembros de la familia mientras el alcohólico abuelo Sánchez -para el recuerdo su transformación en Rickinillo- y Morty seguían con sus viajes interestelares. Para los fans de los superhéroes rescataremos el episodio Vindicators 3: The Return of Wondenlender, en el cual los autores de la obra homenajean, o mejor dicho parodian, a cierto supergrupo Marvelita. En definitiva, en Rick y Morty se atreven absolutamente con todo (incluso a pelear con Obama en La Casa Blanca). El desternillante humor, marca de la casa, está presente en todos los capítulos, pero ello no es óbice para que tengan lugar momentos más profundos. ¿La parte mala? La gestación de cada temporada lleva lo suyo y los próximos episodios llegarán, como pronto, en 2019.

Nadie las tenía todas consigo si hablamos de Legión. La intención expresada por 20th Century Fox de explorar el universo de los X-Men en televisión no auguraba nada bueno, aunque con Legión teníamos implicado a un nombre como Noah Hawley que nos permitía la licencia de darle una oportunidad a la nueva cabecera de la cadena FX. El resultado nos ha sorprendido tanto en la redacción como lo ha hecho con un montón de aficionados, ofreciendo Hawley una de las propuestas más originales y frescas no solo del género sino también del panorama televisivo del pasado año. Las desventuras del mutante David Haller interpretado por Dan Stevens nos han sorprendido en cada capítulo con un derroche de imaginación y recursos que aun renegando del colorido del cómic de superhéroes ha sabido captar a la perfección la fuerza que atesora este medio a la hora de contar historias y trasladarlo a la pequeña pantalla.

Nos suele costar empatizar con las historias de adolescentes porque cuesta mentalizarse que no están dirigidas a nosotros y suelen contar con sus propias reglas para atraer la atención de su público potencial. Pero también hay casos como Por trece razones en los que encontramos una cabecera con un punto de vista único que permite tratar temas más complejos y profundizar en la psicología de sus jóvenes personajes. La historia basada en la novela de Jay Asher recupera lo mejor de esta y traslada a sus protagonistas a la pequeña pantalla ahonda en un drama que nos habla de acoso escolar desde todos los puntos de vista posible. La falta de comprensión, la indiferencia y las propias dudas de la adolescencia marcan el entorno de la protagonista, a sus compañeros de instituto, a los docentes, los primeros amores y a sus progenitores. Por trece razones hace del efectismo de su propuesta una oportunidad para la reflexión.

El invierno ya llegó, ya llegó, ya llegó. Y la fiesta comenzó, comenzó, comenzó. El invierno ya está aquí para hacerte feliz… Efectivamente amigos, después de seis temporadas en Poniente anunciando la llegada de la estación más fría del año, recibimos la nueva (y penúltima) remesa compuesta por, tan sólo, siete capítulos. Esta reducción, que en casi cualquier otra serie sería sinónimo de alegría, acabó lastrando el conjunto del séptimo arco porque, a pesar de que Juego de Tronos sea un producto de fantasía en el que cabe prácticamente de todo (dragones, muertos vivientes, incesto en palacio…), hay una cosa que ni los Maestres más sabios del lugar han sido capaces de inventar: la máquina de teletransporte. En el afán por acelerar las diferentes tramas cuando se acerca el final de la serie, David Benioff y D.B. Weiss aprobaron que un personaje como Jon Nieve se convirtiera, de repente, en Barry Allen. Sin embargo, aún con todos sus males, Juego de Tronos nos sigue regalando momentos absolutamente deliciosos como la muerte de Meñique, Viserion -transformado- derritiendo el muro o cada escena en la que aparece Cersei, interepretada por una excepcional Lena Headey. La espera para la batalla final se antoja muy larga puesto que hasta 2019 no llegarán los últimos episodios del dragón de los huevos de oro de HBO.

La adaptación a la pequeña pantalla de American Gods, la popular novela de Neil Gaiman, ha conquistado a la redacción por su puesta en escena, por su apego al material original y a una historia y personajes que se trasladan con fuerza del papel a la ficción televisiva. La serie de la cadena Starz creada por Bryan Fuller y Michael Green muestra un asombroso cuidado en cada uno de sus detalles. Una delicia visual que rompe barreras como lo hacía la novela de Neil Gaiman con unos personajes más que humanos y atrapados en un universo en el que lo cotidiano se torna fantástico. El reparto encabezado por Ricky Whittle, Ian McShane y Emily Browning se ha entregado en cuerpo y alma en los primeros ocho episodios de esta cabecera. La nota amarga la pone el abandono de Fuller y Green de cara a la segunda temporada de la serie, lo que podría suponer más cambios en la cabecera por parte de Starz.

Drogas, sexo, violencia… La fantasía erótica hecha realidad de todo ejecutivo de HBO que se precie. Eso es The Deuce, el perfecto resumen de 45 años de la cadena estadounidense que ha tenido esas señas de identidad por bandera en su ficción televisiva. Sería muy injusto por nuestra parte decir solo eso, ya que The Deuce también es un golpe en la mesa de David Simon ofreciéndonos una de las mejores series del año. Posiblemente su trabajo más logrado desde The Wire. Simon y Pelecanos nos introducen de lleno en la Nueva York de principios de los 70. Sí, ésa que no tenía nada que ver con el glamour de Sexo en NY, y sí con la suciedad y perversión que imperaba en esa ciudad cuando Travis sacaba a pasear su taxi. Desde los títulos de crédito sabemos que estamos ante algo grandioso, y no podía haber mejor elección que la canción de Curtis Mayfield para el descenso a un infierno que justo acaba de empezar. Ah, y sobre James Franco, a los que no lo soportan, como dice el refrán: «¿No queréis caldo? ¡Pues tomad dos tazas!»

Después de su memorable paso por la soberbia segunda temporada de Daredevil el Frak Castle de Jon Bernthal se ganó el derecho a tener serie propia dentro de la asociación entre Marvel Studios y Netflix. Este año hemos podido disfrutar de Punisher, la historia que sigue los pasos del famoso antihéroe de la Casa de las Ideas en un contexto idílico con un trasfondo dramático adherido a los veteranos de guerra y al trastorno de estrés postraumático así como un tono de thriller conspiranóico que bebe de algunas de las mejores etapas del personaje en las viñetas. El resultado son trece episodios que se encuentran entre los productos más redondos diseñados por la división audiovisual de Marvel y la plataforma de streaming poniendo en imágenes reales a la más lograda versión del Castigador vista hasta el momento y al que ya es indivisible un actor como el que dio vida a Sahen The Walking Dead que se entrega en cuerpo y alma a su labor.

El estreno de la primera temporada de GLOW (Gorgeous Ladies of Wrestling) ha pillado a muchos espectadores desprevenidos. La cabecera producida por Jenji Kohan (creadora de Orange Is the New Black) ha sido desarrollada por Liz Flahive y Carly Mensch para Netflix. La historia se sitúa en los años ochenta siguiendo a Ruth Wilder, una actriz mediocre interpretada por Alison Brie que probará suerte en la audición de un programa de lucha libre femenina llamado GLOW. En su primera temporada la producción entremezcla drama y comedia de manera efectiva, con unas interpretaciones de nivel que le han valido a Brie una nominación al Globo de Oro. Para la redacción una de las sorpresas de la temporada y una serie a tener en cuenta de cara a su ya confirmada segunda temporada. Como dice la canción: «uhh!!, ahh!!, las chicas son guerreras».

“Larga vida y prosperidad”. Frase que le viene como anillo al dedo a la franquicia trekkie y es que, su universo primario, contó con seis series y más de diez películas. Con el boom conseguido por la nueva trilogía cinematográfica iniciada por J.J. Abrams, Star Trek volvía a encontrar su lugar en la pequeña pantalla. Discovery se sitúa diez años antes de la serie original y lo hace respetando perfectamente a sus antecesoras, abrazando al transculturalismo propio de la obra. La historia comienza con un episodio piloto que atrapa para posteriormente ir de menos a más. El buen desarrollo de personajes, unido al eficiente reparto encabezado por Sonequa Martin-Green (que se bajó a tiempo de The Boring Dead), Jason Isaacs, Doug Jones y la malaya Michelle Yeoh, dan empaque al resultado final. En definitiva, Star Trek: Discovery no será una serie del gusto de todo el mundo pero si los Klingon te capturan, no podrás escapar… Qapla’ jup!

En 1985, la escritora canadiense Margaret Atwood publicaba la novela de ciencia ficción distópica The Handsmaid’s Tale. Esta retrataba un futuro en el que los derechos y libertades de las mujeres habían sido terriblemente cercenados relegándolas a un papel meramente reproductivo y ornamental. La historia era una contundente crítica social a la posición de las mujeres en las sociedades occidentales y una obra con un potente calado feminista que fue adaptado en los años noventa al cine en manos del director Volker Schlöndorff. Después de varias teatralizaciones y una adaptación operística ha sido el canal Hulu la que se ha decidido a realizar una nueva versión de esta historia pero en formato de serie de televisión. La cabecera protagonizada por Elisabeth Moss y con la propia Atwood como consultora ha sido una de las sensaciones del año y ha logrado alzarse con 5 galardones en los pasados Premios Emmy.

El caso de El Ministerio del Tiempo es digno de análisis. Considerada una de las mejores series de la historia de la ficción de nuestro país, con unos guiones tan amenos como didácticos y un reparto excelente la serie de los hermanos Javier Olivares y Pablo Olivares veía como después de idas y venidas, luchas furibundas por continuar a pesar de los no siempre positivos índices de audiencia y el poco aprecio de TVE hacia un producto de tanta calidad esta tercera temporada repleta de acción, amor, humor e historia suponía el cierre, al menos temporal, de las aventuras ministéricas de Amelia Folch, Alonso de Entrerrios y Fresneda y Jesús Méndez Pontón «Pacino». De manera noble, pero injusta, nos deja una de las piezas más destacables de la televisión española contemporánea y un producto que mereció mucha más suerte y respeto del que recibió.

Llegamos a la cuarta temporada de Bojack Horseman y la serie del caballo antropomorfo sigue manteniendo un gran nivel. Netflix tiene en su poder una obra que nos demuestra como la animación para adultos puede tocar temas tan complejos como la madurez o la soledad, equilibrando comedia y drama. Parodiando lo absurdo de este mundo, el sobresaliente guion alcanza cotas de excelencia en algunos episodios como Time’s Arrow. Bojack, ese actor que vuelve la vista al pasado constantemente en busca de una felicidad que nunca tuvo, nos muestra sus bajezas mientras engorda su crisis existencial. En su versión original disfrutamos del trabajazo con las voces de Will Arnett, Aaron Paul, Alison Brie, Amy Sedaris y Paul F. Thompkins. ¿La buena noticia? La confirmación de que la serie creada por Raphael Bob-Waksberg tendrá, al menos, una temporada más. De mientras, esperaremos viendo unos cuantos capítulos de Retozando en nuestra mansión de Los Ángeles.