#ZNSeries – Loki. Episodio 6 – Todo el tiempo. Siempre

Bla bla bla. Siempre, por Jordi T. Pardo

Hasta aquí hemos llegado. El sexto episodio de Loki nos acaba dejando un sabor agridulce porque confirma algunos de nuestros temores. La cosa empezaba bien, con una introducción bastante espectacular y, posiblemente, la más kirbiana que hemos visto en una producción de Marvel Studios desde los viajes alucinógenos del Doctor Extraño. La atmósfera, la tensión, la sensación de un misterio inminente… Todo estaba preparado para un gran desenlace. Y en una serie este es el punto más delicado, un buen final puede hacerte ser más compresivo con los defectos congénitos de la producción. Pero también puede volverse en tu contra. Y eso es lo que pasa con el final de Loki, la torre de naipes se desmorona.

Estamos ante un episodio en el que la acción brilla por su ausencia lo que acaba por confirmar las pocas pretensiones de la serie en este aspecto. A lo largo de la andadura de Loki apenas hemos conocido unas pocas localizaciones….¡dentro de un vasto multiverso de posibilidades! Estas localizaciones además han sido de lo más anodinas, cortadas por el mismo patrón y la residencia de verano de El que permanece no iba a ser menos. Esta apatía por el misterio y la aventura se ha enmascarado a lo largo de la producción a través de escenas de cabezas parlantes en las que los personajes dan vueltas una y otra vez sobre lo mismo. El ejemplo definitivo es el episodio de este mes donde un sosias de Kang se sienta detrás de un escritorio para contar una y otra vez a Loki y Loki su plan y sus opciones. Es como una de esas visitas al banco para abrir una cuenta en la que estás firmando una y otra vez todo tipo de documentos que te parecen siempre el mismo…

La sensación general es realmente decepcionante en muchos aspectos. Parece que solo se haya utilizado al personaje interpretado por Tom Hiddleston para apenas avanzar en la historia general que Marvel Studios está construyendo para su siguiente fase. La serie no tiene entidad propia como sí logró tenerla WandaVisión y, pese a sus defectos, la posterior Falcon y el Soldado de Invierno. Es un pegote que nos ha hecho perder el tiempo, pues nuestra sensación al acabarla es casi la misma que al empezarla. Ni siquiera el carisma de Hiddleston, el de Sophia Di Martino como Sylvie o el de Owen Wilson como Mobius, ha logrado mantener las costuras lo suficientemente disimuladas para que llegados al final tengamos realmente interés por continuar esta aventura en la anunciada segunda temporada de Loki.

La sorpresa del villano detrás de las sombras tampoco es un aliciente motivador de cara al futuro. No por su caracterización, porque como siempre Marvel juega al despiste con esto y, en este caso, y hablando de variantes, este Kang que ni siquiera es capaz de decir su nombre parece que tendrá poco que ver con el que podremos ver en un futuro. El problema es que el villano se limita en este episodio final a hacer acto de presencia, lanzar un dilema moral sobre la mesa que no está realmente bien llevado y favorecer una conclusión para la serie, no abierto, directamente abrupto y tramposo que nos deja bastante indiferentes después del viaje planteado.

Esta serie ha sido una decepción en su desarrollo y en su resolución y mucho tienen que cambiar las cosas de cara al futuro para que volvamos -al menos servidor- a repetir la experiencia. Por desgracia, con el paso de las distintas series, los productos que nos está planteando Disney Plus -exceptuando la mencionada WandaVisión– no pasan de correctos. Parecía que la compañía si podía impulsar un cambio y salto de calidad en lo que a producción superheroica televisiva se refiere, pero más allá de haber roto con las barreras en lo que al ir y venir de sus personajes y franquicias del cine a la televisión se refiere, se siguen reproduciendo en ellas errores y defectos de los universos construidos con anterioridad por The CW y Netflix, por por un par de ejemplos. Pero bueno, al menos nos han dado a cocodriloki… ¡Ya podemos estar contentos, yuju!

Se confirma Loki estaba temiendo, por Juan Luis Daza

Sexto y último episodio de Loki, titulado For All Time, Always, que confirma todos mis temores con respecto a las teorías elucubradas a lo largo de las cinco semanas anteriores. Por el lado bueno Marvel Studios satisface en cierta manera a los amantes de las conspiraciones y confirma que detrás de todo está Kang, el Conquistador, aunque no se explicite que el personaje al que interpreta Jonathan Majors (Lovecraft Country) sea el que crearon Stan Lee y Jack Kirby en las páginas de Fantastic Four #19 allá por octubre de 1963. Por el lado malo, y aunque sólo ha sido la presentación del villano, el tratamiento del mismo no me convence demasiado a pesar del carisma, sobradamente demostrado en trabajos previos, del intérprete que le da vida y sobre todo la consolidación de que el Loki protagonista no estaba maquiavélicamente detrás de la AVT y todo el entramado al que está dio lugar a lo largo de la miniserie, oficializando esta versión descaracterizada e innecesariamente benévola del Dios del Engaño como la principal.

Para colmo nos encontramos con un capitulo brutalmente anticlimático con casi ningún pasaje para el recuerdo y sí muchos para el olvido. El culmen del despropósito es toda la larguísima y tediosa secuencia en la que Kang explica el Multiverso a los personajes de Loki y Sylvie. Llevábamos todas las semanas previas afirmando que la sobreexposición argumental es una de las mayores carencias de la serie, pues este pasaje en concreto exagera hasta la hipérbole este lastre con veinte minutos, casi medio episodio, de los personajes sentados en un despacho manteniendo una conversación cuyo único interés es lo planteado por el personaje de Jonathan Majors. El resto es un despropósito narrativo con una puesta en escena anodina, desganada y ausente de cualquier atisbo de inventiva (se repiten los mismos planos y movimientos de cámara hasta la nausea) que hunden casi por completo un episodio final que debería haber sido una space opera descontrolada y loquísima como al menos intentó ser la entrega inmediatamente anterior.

Mi sensación no es tanto de indignación como de decepción. Comprendo lo que han querido hacer desde Marvel Studios, ya que poco a poco están abriendo las puertas del Multiverso para adentrarse totalmente en él con películas como Spider-Man: No Way Home (Jon Watts, 2021) o Doctor Strange in the Multiverse of Madness (Sam Raimi, 2022) y Kang cobrará un papel importante en el mismo, posiblemente sustituyendo a Thanos como villano principal o sirviendo de adelanto a otro de más envergadura (¿Galactus?, ¿Mephisto?). El problema es que en el proceso hemos perdido al Loki que se había ganado buena fama dentro del Universo Cinematográfico Marvel y para colmo lo hemos hecho con una serie que prometía mucho en el papel y finalmente se ha revelado como una despersonalizada oportunidad perdida que sólo en contadas ocasiones ha salido del terreno de lo rudimentario y procedimental, más grave viniendo de un planteamiento inicial con tanto potencial como el de los viajes en el tiempo y las variantes. Esperemos que esa confirmada segunda temporada mejore la presente, no lo va a tener muy complicado.

Loki has liado, pollito, por Samuel Secades

Me temo que voy a ser la nota discordante a la hora de valorar este final de temporada de Loki así como la serie en general, y es que sí, para mí esta Loki ha sido sin duda la mejor propuesta hasta la fecha de Marvel Studios en su apartado televisivo, y también se ha ganado mi aplauso con un cierre que, al fin, sabe a final de temporada y no a un clímax forzado a toda prisa; en este último episodio de Loki, el argumento se ha ido cociendo a fuego lento con una sencilla conversación entre unos héroes que no son tal y un antagonista que tampoco lo parece. Puede que a muchos les haya sabido a poco, pero si tengo que quedarme con esto y la anticlimática batalla aérea del final de WandaVision y su despacho en pocos minutos de casi todos los conflictos de la serie de manera apresurada, me quedo sin duda con la dialéctica y el dilema de Loki y Sylvie ante la propuesta de El Que Prevalece (o El Artista Antes Conocido Como Kang), donde veo a los protagonistas tomar decisiones consecuentes con su viaje a través de seis episodios que, en tiempos de películas de dos horas y media, han sabido ir al grano.

Y es que esta Loki ha sabido tomarse su tiempo cuando debía (me sigo acordando del criticado tercer episodio de Lamentis y cómo aquel Nexo marcaría la trama para lo que resta de serie), ha sabido acelerar y darnos auténticos iconos como el Loki clásico de Richard E. Grant o el Loki cocodrilo, ya parte de la cultura popular (aunque efímera) de las redes sociales, y nos ha regalado personajes ante los que caer rendidos como Mobius o el propio Loki, quien seguro estaba pensando en una terrible daga con su primer plano desolado al ser expulsado a la TVA por una Sylvie decidida a cumplir su venganza. Marvel ha logrado subvertir casi todas nuestras expectativas con esta Loki, dándole al villano un corazón y una razón de ser como personaje más allá de villano de opereta o secundario de Thor, y al MCU una nueva amenaza en ciernes que marcará las Fases venideras. No sólo eso, también nos ha presentado (¡en una serie!) al mismísimo Kang el Conquistador en la forma de un Jonathan Majors que parece estar pasándoselo en grande con un personaje que puede tener cien personalidades, y la que hemos visto en El Que Prevalece no podía ser más acertada para alguien de vuelta de todo y con un conocimiento temporal absoluto (excepto el final, si no, ¿qué gracia tendría?); de hecho, ese traspaso del umbral del conocimiento temporal de Kang en un zoom lento y casi litúrgico, significa tanto para los personajes que para nosotros mismos como espectadores: el momento en el que las reglas dejan de aplicarse en este MCU donde, ya sí, cualquier cosa es posible.

En fin, esta Loki me ha dado mucho más de lo que esperaba. Ha sido cósmica, alocada, sorprendente, emocionante y trascendente para el MCU mucho más allá de ser un teaser de lo que nos espera. Nos ha regalado en apenas seis episodios personajes para el recuerdo (la de alegrías que puede darnos Kang en las manos de Majors, no me lo quiero ni imaginar), y qué decir de un Tom Hiddleston que, como en el caso de Viuda Negra, no merecía una desaparición tan brusca como la que ambos personajes tuvieron en la Saga del Infinito. Como en el caso de Wanda, como en el de Bucky y Sam (en mayor o menos medida) y como en este que nos ocupa de Loki Laufeyson, Marvel está trasteando y haciendo justicia con su fondo de armario, y construyendo poco a poco algo que, viendo lo que tenemos por delante, parece una obra aún más monumental, rica, diversa y sin ataduras que todo lo que hemos tenido hasta ahora. El futuro, como siempre ha pasado en el MCU desde que Thanos comenzó a juntar pisapapeles de colorines, es emocionante y esperanzador; pero el presente de esta Loki ha sido el mejor de los romances de verano. Larga vida a Loki y merecidísimo banquete en los palacios de Asgard para Kate Herron, Michael Waldron, Natalie Holt y al señor ese que sigue creyendo que las gorras son elegantes. Algún fallo tenía que tener.

Se acabó Loki se daba, por Sergio Fernández

Llegó el momento de echar el telón. Tras seis episodios, Loki se despide con un hasta luego. La serie protagonizada por Tom Hiddleston ha servido para cambiar las reglas de juego del MCU. Sin que la fórmula llegase a estar agotada, Marvel Studios ha decidido seguir la máxima de los equipos campeones, renovar sus bases para continuar mandando. La compra de FOX supuso recuperar derechos a los que había que hacerles un hueco. Más de ochenta años de documentación comiquera sirve como guía de viaje. Las apuestas situaban a Kang el Conquistador como el villano que se escondía tras la cortina. Sin siquiera mentarle, su personaje ha sido la clave a la hora de resolver el misterio. En próximos eventos tocará comprobar si todo lo expuesto en la traca final corresponde con la realidad.

El abanico de posibilidades que se abre ante nuestros ojos es infinito. Tras la tempestad que supuso Vengadores: Endgame, llegó la calma y es en estos momentos de asueto cuando Kevin Feige y compañía comienzan a tejer la nueva madeja. Así pues, nos encontramos en un valle en el cual se están levantando nuevos cimientos. En poco más de medio año, Marvel Studios ha estrenado tres series de televisión y un largometraje cinematográfico. Salvo WandaVision, el resto de producciones quedan lejos de sus grandes pelotazos. Llegarán tiempos mejores.

Probablemente, Loki era la serie que más expectación había creado al ser anunciada. Al carisma del personaje y talento de su protagonista había que añadir una trama de viajes en el tiempo que posibilitaba mil y una aventuras. El efecto Doctor Who se deshizo pronto. Las balas resultaron ser de fogueo. Los saltos temporales fueron escasos y poco espectaculares. La AVT, Lamentis y El Vacío resultaron ser los principales escenarios en una serie que tampoco ha destacado por su brillantez. Tanto la dirección como la puesta en escena han estado por debajo del nivel acostumbrado. Para colmo, en esta media docena de capítulos se nos ha ofrecido la versión más naif del Dios del engaño. Echamos en falta más colmillo afilado. El reclamo de sus variantes apenas pasó de anécdota y aunque los guiños a los lectores fueron abundantes, la sensación final es de oportunidad perdida.

Con Da 5 Bloods: Hermanos de armas y Territorio Lovecraft, el nombre de Jonathan Majors venía pegando fuerte antes de incorporarse a la versión audiovisual de La Casa de las Ideas. La guerra del multiverso nos pone los dientes largos sabedores que Majors ha llegado para quedarse. Si bien las explicaciones dadas han funcionado francamente bien generando un final con reminiscencias a El Planeta de los Simios de Tim Burton, todo lo que ha orbitado alrededor de Kang y de su manzana ha sido torpe y poco elaborado. La química entre Sylvie y Loki deja de funcionar en un duelo un tanto anticlimático mientras que la acción paralela en la AVT con Mobius a la cabeza ni aporta ni interesa.

En definitiva, todo es cuestión de perspectiva. Si vemos la botella medio llena, la llegada de este nuevo villano y la confirmación de universos paralelos generan una gran expectación permitiendo al MCU mudar de piel sin riesgo a caer en el olvido. Si vemos la botella medio vacía, más allá de las nuevas bases, Loki ha resultado ser una serie olvidable que no ha estado a la altura de su protagonista. Si observamos su analítica con detenimiento, comprobaremos que los niveles de entretenimiento, diversión, acción y épica han estado muy por debajo de lo esperado. In Marvel we trust, pero este nuevo filón denominado Disney + amenaza con ofrecernos mucha cantidad a coste de menor calidad.