En el año 2021 la plataforma de streaming Netflix incluía en su catálogo dos producciones dedicadas a Masters del universo, la franquicia de figuras de acción de Mattel convertida durante los años 80 en una fenómeno internacional, sobre todo, gracias a la serie de animación producida por Filmation. Estas fueron He-Man and the Masters of the Universe, con animación 3D y más orientada al público infantil, y Masters of the Universe: Revelation, animada tradicionalmente en su mayor parte. La primera, de una calidad excelente pese a su supuesto perfil menos adulto, duró tres temporadas y no despertó demasiada indignación, pero la segunda levantó una polvareda enorme que dividió al fandom de MOTU. Todo parecía de ensueño con respecto a Masters del universo: Revelación. Un guionista y director reputado como Kevin Smith como showrunner, una compañía como Powerhouse Animation Studios (Castlevania) encargándose del apartado artístico y un amplio reparto de estrellas cinematográficas poniendo voces a los icónicos personajes de Mattel. La bomba nuclear detonó con los primeros cinco episodios, aquellos en los que se revelaba, nunca mejor dicho, que Revelation, vendida como una secuela directa del show de los 80 impulsado por la productora de Lou Scheimer, era una historia más centrada en Teela y Evil-Lyn que en He-Man y Skeletor, relegados estos a roles secundarios. Ciertamente el disgusto de algunos fans estaba justificado, por culpa de la publicidad engañosa urdida por Smith, Netflix y compañía. No así el de aquellos que pusieron el grito en el cielo porque dos iconos de la franquicia como los mencionados fueran el centro de atención y evolucionaran con respecto a sus versiones de los 80.
La segunda tanda de episodios, con otras cinco entregas, estrenada meses después atenuó algo más los ataques, porque, sin olvidar a Teela y Evil-Lyn, He-Man y Skeletor volvían para ocupar un lugar más protagónico. Pero el daño estaba hecho, el fandom se había fracturado visceralmente, y la encarnizada lucha entre los que odiaron la serie, crucificando públicamente a Kevin Smith por su herejía, y los que defendieron a báculo y espada esta nueva visión del microcosmos de los amos del universo creó un cisma que todavía hoy resuena desde los confines de Eternia. Unos meses después y pese a la agria controversia Netflix no solo confirmaba una continuación de Revelation, sino que el director de Clerks y Mallrats iba a seguir como máximo responsable del proyecto para disgusto de todos aquellos que renegaron de una ficción que consideraron incluso nociva para el canon que tiene a He-Man como su principal representante.
Como ya dejé constancia en Zona Negativa, yo fui de aquellos fans de MOTU, franquicia a la que sigo desde que era un niño a finales de los 80, que disfrutó enormemente de Masters of the Universe: Revelation y me batí el cobre con no pocos seguidores disgustados, unos más educados y razonables que otros, para defender la peculiar perspectiva de Kevin Smith sobre estos personajes tan queridos. Antes de ponerme a ver esta segunda serie, titulada Masters of the Universe: Revolution, revisioné Revelation y si bien mis impresiones son casi las mismas, es cierto que noté más las costuras desde una perspectiva narrativa, que no conceptual, porque dedicar la serie al arco dramático y canónico en el que Teela se convierte en la nueva hechicera me pareció tan acertado como necesario. Pero, por suerte, Revolution, que consta solo de cinco capítulos, ha gustado notablemente más que su predecesora y a continuación trataremos de profundizar un poco en los motivos.
Cuando se liberaron los tráilers de Masters del universo: Revolución las impresiones transmitidas por las imágenes eran magníficas, pero con los precedentes de Revelation un notable sector del fandom desconfiaba por si Mattel, Netflix y Kevin Smith repetían la jugada de no ser del todo sinceros con la promoción del producto. Una vez estrenados los cinco episodios las alabanzas fueron generalizadas, incluso por muchos de aquellos que abominaron de Revelation, reconciliando a gran parte de estos espectadores con la propuesta. Evidentemente, para los que lo pasamos genial con Revelation la satisfacción es doble, porque no tuvimos que hacer de tripas corazón o adentrarnos en los terrenos de la suspicacia para sumergirnos en este segundo viaje propuesto por el guionista de Daredevil: Diablo guardián o Green Arrow: Carcaj y su equipo de escritores, directores, productores y elenco actoral.
Después de consumir esta poco más de hora y media de serie animada se reducen a dos las posibilidades para su adecuada viabilidad y buen recibimiento. Por un lado es bastante probable que Kevin Smith y sus colaboradores escucharan a los fans enemistados con Revelation y se replantearan algunos conceptos desarrollados en aquella que aquí han sido eliminados o modificados. Por otro cabe la posibilidad de que Revolution fuera el fin al que el impulsor de Comic Book Men quería llegar, utilizando su predecesora como el trayecto necesario para materializarlo. Sea como fuere es innegable que los cinco episodios que conforman este nuevo arco han sido mucho más provechosos que los diez que configuraron el primero y pese a tener menor tiempo en pantalla los personajes y las dinámicas que los emparentan fluyen con una mayor calidad y un ritmo más ajustado.
Seguramente para que el adecuado proceder de Masters of the Universe: Revolution pudiera tomar forma habría que hacer una especial mención a Rob David, vicepresidente del contenido creativo de Mattel Television, productor ejecutivo de Masters of the Universe: Revelation y desarrollador de la serie He-Man y los Masters del Universo, el otro serial de la franquicia producido por Netflix. Cabe la posibilidad de que en esta ocasión David, personalidad capital dentro del universo MOTU, haya colaborado más estrechamente y que todas las virtudes de la anterior serie hayan sido potenciadas mediante su intervención en el desarrollo de la historia planteada por Kevin Smith y el co guionista Tim Sheridan, dosificando y justificando el fanservice y ciñéndose con más fidelidad al lore de Masters of the Universe que, siendo sinceros, siempre ha sido bastante caótico y contradictorio. De hecho hay quien afirma que todas los logros de Revolution son fruto de la labor de David, cuando está claro que la mano de Smith sobrevuela casi todo el metraje.
El hecho de que gracias a Revelation los personajes principales ya hayan sido presentados, definidas su personalidades y que en esta ocasión los creadores de la ficción tienen la mitad de episodios para plantear una historia con inicio, nudo y desenlace obligan a Smith y los suyos a no andarse con medias tintas e insuflar un ritmo endiablado al argumento. El arranque del primer capítulo con el prólogo que supone el viaje a Subternia y el enfrentamiento entre los guerreros heroicos y Scare Glow marca el tono de esta nueva entrega. La animación de Powerhouse ha evolucionado notablemente, ya que el mencionado revisionado de Revelation me dejaba claro que, pese a ser bastante buena, era mejorable en varios aspectos, y el intento por arreglar algunos de los desaguisados más reprobables de los diez episodios de 2021 comienza a darse forma.
Esto queda claro cuando Revolution muestra sus cartas imbuyéndose de las fuentes más importantes y destacables de la historia cronológica de Masters del Universo. La biblia de Michael Harpelin de 1983, la serie original del Filmation, la de 200X y los cómics de DC se convierten en la fuente de inspiración de todo el entramado de Revolution. Huelga decir que el mayor cambio a este respecto tiene lugar con la inclusión de Keldor, el hermano del rey Randor y tío del príncipe Adam que se convertirá en Skeletor. La génesis de esta versión del villano tuvo lugar en el cómic precuela editado por Dark Horse y no tenía nada que ver con la presente, por lo que una vez más no sabemos si todo estaba pensado desde el principio o si Smith y sus guionistas han recogido cable para plantear la versión más canónica del origen de Skeletor desde que se asentara oficialmente en los primeros episodios de la serie de 200X.
Como recordamos del final de Revelation, Skeletor es inoculado con el tecnovirus cuyo origen proviene de la Placa Madre, revelada como una emisaria de la Horda del Terror y que aquí ocuparía el lugar de Shadow Weaver, personaje del que no pueden hacer uso en Netflix ya que todo lo relacionado con She-Ra y las princesas del poder pertenece actualmente a Dreamworks. Y precisamente la llegada de Hordak y sus huestes se convierte en el mayor y mejor aliciente de Revolution, no solo por lo brillantemente que está planteada su personalidad y lo memorables que son las apariciones de personajes como Grizzlor, Leech o Mantenna, sino porque el mismo Skeletor ve tridimensionalizado su perfil psicológico gracias a las interacción personal que mantiene con su antaño mentor en un trabajo de escritura brillante por parte de Kevin Smith y Tim Sheridan que ha hecho las delicias de todo tipo de fans de Masters del universo.
Todos los personajes evolucionan, algunos fallecen y debutan otros que en Revelation no hicieron acto de presencia, pero si hay un apartado en el que Revolution funciona a las mil maravillas es a la hora de encadenar una secuencia de acción con otra sin casi dar respiro al espectador. Solo cinco entregas de poco más de veinte minutos es poco tiempo para enganchar al televidente, de manera que los pasajes dinámicos y frenéticos se suceden en cascada mientras se alternan con un fanservice muy agradecido que nos regala desde pequeños guiños como la armadura de combate de He-Man, apariciones de la Cueva del Terror como localización o Monstruoid como bestia gigantesca a intervenciones estelares como las de el Rey Miro y su esposa Amelia, Granamyr, Gwildor o Teela convertida en La Diosa, culminado todo con tres pasajes ya míticos en la historia audiovisual de Masters of the Universe como la lucha entre Skeletor y Hordak, la de este último con He-Man o esa transformación doble que pone el broche de oro a la temporada.
La esencia primigenia de la tradición MOTU capturada con pericia se alterna con referencias que van desde las producciones de Marvel Studios a Star Wars pasando por Ghost in the Shell, Evangelion o Dune, de las cuales la mayoría seguro recaen en Kevin Smith; mientras la labor ejemplar de los directores Patrick Stannard y Adam Conarroe supera a lo que ya nos ofrecieron en Revelation. En el proceso He-Man, Skeletor y Hordak cobran relevancia capital, pero Teela y en menor medida Evil-Lyn siguen su trayecto vital iniciado en Revelation; de hecho la primera se convierte, una vez más, en la personalidad más importante no ya solo del argumento, sino del microcosmos creado por estas dos series complementarias y que consideradas como un todo se retroalimentan a la hora de dibujar un mapa que justifica muchas, aunque no todas, las acciones cuestionables que pudimos ver en el año 2021 y que tanto molestaron a cierto sector de, sobe todo, la vieja guardia de los incondicionales de Masters of the Universe.
A poco más de 40 años de su creación Masters of the Universe puede presumir de ser una franquicia que en pleno 2024 vive su edad de plata. Varias líneas de figuras activas a nivel internacional, un coleccionable para kioskos en algunos países de Europa, una serie de She-Ra y dos de He-Man en el catálogo de Netflix y una nueva película live action que por fin ha encontrado en Travis Knight (Kubo y las dos cuerdas mágicas, Bumblebee) a su director. En lo concerniente a Masters of the Universe: Revolution podemos hablar de un acierto pleno, un trabajo que respeta el material de partida que le sirve de inspiración, pero que no se amilana con las críticas previas y hace evolucionar a sus personajes para elevarlos a otro nivel, aunque en ocasiones peque de osado. A día de hoy todavía no se sabe si estos cinco episodios tendrán continuación y eso que sus dos escenas post créditos son harto prometedoras. Solo el tiempo nos dirá si volveremos a Eternia para seguir viviendo aventuras con los amos del universo. Nos vemos en la próxima y buen destino.
Dirección - 9
Guión - 9
Reparto - 9
Apartado visual - 9
Banda sonora - 9
9
La continuación de la polémica Masters of the Universe: Revelation supera a su predecesora en cuanto al apartado técnico y narrativo, con Kevin Smith y sus colaboradores respetando, a la par que evolucionando, el lore de MOTU.
No diría para un 9, pero sí que mejoró muchísimo con respecto a su temporada anterior, incluso corrige muchos de sus errores sin quitarlo de la continuidad.
Eso es una de sus grandes virtudes, hechos cuestionables de Revelation se subsanan, pero siguen en la cronología, no son obviados o eliminados.
Y sale Zodak!!
Y no solo él, más miembros de los cosmic enforcers. Esa escena post créditos da mucho juego con respecto a una posible continuación de Revolution.
Juguetes favoritos? Mio creo que el que cambiaba la cara, Man E Faces . Aparte junto con el que saltaba, Ranman, son los únicos que sobrevivieron enteros a mis hermanos menores y mi hijo…supongo porque son casi todo sólidos. El de Hordak me gustaba mucho también, se perdió hace eones.
Yo conservo todavía varios de los vintage, por desgracia no todos en condiciones óptimas. Pero entre las líneas origins, masterverse, la de la serie CGI de Netflix y el coleccionable de Altaya, que lleva meses a la venta en España y otros países de Europa, me estoy haciendo con una colección moderna más que decente.
Yo tengo: cabezas de He-Man y Trap-Jaw llenos de plastilina, torso de Teela, Mantenna sin brazos (pero los ojos saltones sobrevivieron!), Pantor todo mordido por una perra en 1987…las décadas son crueles, como en Toy Story. Otro que se lo recontra banca, con su pintura, montura y mascara intactos, es Battle Cat. Ese y Ranman son Highlander.