Género: Fantasía, terror, Drama
Creador: Sam Catlin, Evan Goldberg, Seth Rogen, basado en el cómic de Garth Ennis y Steve Dillon
Reparto: Dominic Cooper, Joseph Gilgun, Ruth Negga, Graham McTavish, Ian Colletti, Pip Torrens, Noah Taylor, Julie Ann Emery
Producción: American Movie Classics (AMC)
Canal: AMC
País: Estados Unidos
Después de años de idas y venidas con nombres como Robert Rodríguez o Sam Mendes vinculados al proyecto sin llegar a ninguna parte finalmente fueron Seth Rogen, Evan Goldberg y Sam Catlin los que convencieron a la cadena AMC (The Walking Dead) para sacar adelanta la adaptación televisiva del mítico cómic Predicador que los británicos Garth Ennis y Steve Dillon idearon para el sello Vertigo de DC en 1995. Con Dominc Cooper como Jesse Custer, Ruth Negga en la piel de Tulip y Joseph Gilgun dando vida a Cassidy entre otros el trío de showunners se ocupó de realizar una decepcionante tanda de episodios que se revelaban como una precuela de lo que narraron los autores de Hellblazer en las viñetas y por ello alejándose considerablemente de las mismas moldeando una pieza que no funcionaba como adaptación y que lo hacía a duras penas como producto cinematográfico más allá de la buena labor de realización y al acierto de casting que supuso la, en principio, desconcertante elección del trío de actores principales. Aunque la primera temporada fue una decepción el éxito de audiencia fue sobresaliente y llegó una segunda, que según comentaron sus autores en la Comic Con de San Diego de 2016 iba a ser más fiel a los cómic, promesa que finalmente han cumplido sólo a medias como hemos podido ver una vez hemos degustado íntegramente el nuevo material de Preacher.
La segunda temporada de Preacher se divide en dos partes diferenciadas por el rol de importancia que toma la pareja de villanos que en ella conviven. La primera se centra en la figura de El Santo de los Asesinos (Graham McTavish) que ya fue presentada y desarrollada su génesis en la anterior temporada y la segunda se centra en Herr Star (Pip Torrent) miembro de la organización religiosa llamada el Grial. El arranque transmite no pocas malas vibraciones ya que los primeros episodios (sobre todo el segundo, Mumbai Sky Tower, con el regreso puntual del indigeriblee angel Fiore) siguen manteniendo la dispersión narrativa, el poco aprovechamiento del potencial de los personajes y el mal uso que dan de un Santo de los Asesinos que se aleja en demasía de la sobrenatural máquina de matar que conocimos en las viñetas a manos de Garth Ennis y Steve Dillon. También es cierto que podemos encontrar algún fogonazo de inspiración (los protagonistas en la biblioteca buscando información del pistolero sobrenatural con la inclusión de ilustraciones clásicas del personaje a manos de Carlos Ezquerra, Glenn Fabry o el ya mencionado Steve Dillon) y un intento por dar cierta profundidad a los personajes principales que eclosionará más tarde, pero en líneas generales la primera mitad de la temporada no deja atrás las deficiencias que le venían heredadas de la primera tanda de episodios.
Pero en la segunda parte, concretamente en el sexto episodio titulado Pig, se establece el personaje de Herr Star como secundario fijo dentro del reparto y el programa comienza a coger vuelo gracias a la presencia de tan peculiar villano y a las semillas que los guionistas habían plantado en los primeros capítulos para dar peso al desarrollo de la personalidad de Tulip y Cassidy. El asentamiento del Grial en el núcleo argumental con personajes como el ya citado Star o los de Lara y Hoover, la intervención de estos como extremistas religiosos con la misión de asesinar a los protagonistas (el arranque del episodio Puzzle Piece con el grupo de asalto está rodado con mucha potencia) y lo inteligentemente que se usan los dilemas morales a los que se enfrentan los personajes de Ruth Negga y Joseph Gilgun (el haberse vuelto adicta al peligro tras mantener contacto físico con el Santo de los Asesinos ella y su relación con el misterioso personaje de Denis él) sirven para dar empaque a media docena de episodios en los que el show va cogiendo fuerza narrativa y cohesión temática. Pero por desgracia hasta en ese periodo de bonanza creativa encontramos lastres argumentales, como toda la subtrama de Caraculo en el infierno que sólo se salva por algún recurso meritorio en la escritura y la labor de los actores a la que volveremos más tarde.
Como comentábamos al inicio de la entrada Seth Rogen, Evan Goldberg y Sam Catlin sólo han cumplido en un 50% su promesa con respecto a que esta segunda temporada iba a ser más fiel a los cómics de Vertigo. Por un lado es cierto, esta nueva tanda de episodios se alimenta más de las viñetas de Garth Ennis y Steve Dillon a la hora de abordar personajes, tramas y hasta el tono políticamente incorrecto (ese inicio del episodio Dirty Little Secret con Jesucristo de protagonista), pero todo está predispuesto de manera desordenada y caótica, sin orden ni concierto. En este sentido lo mejor que puede hacer el espectador que ha leído los cómics es algo semejante a lo que le pasó a los que habían leído a Robert Kirkman antes de ver The Walking Dead, aceptar que esto no es una adaptación de las viñetas, sino una reinterpretación de las mismas que sólo recurrirá a sus tramas y criaturas de manera tangencial. Una vez asumamos eso podremos dejarnos llevar por un producto que a marchas forzadas y con algo de retraso comienza a tomar entidad como una serie con la que realmente merece la pena perder el tiempo, lejos de llegar a ser un proyecto brillante, pero con los suficientes alicientes como para satisfacer a distinto tipo de espectadores y a lectores de la obra original con la mente abierta que no se rasguen las vestiduras por la infidelidad hacia las aventuras de Jesse Custer en papel.
Pero son los personajes y la labor de los actores que les dan vida lo que se ha revelado como el mejor aliciente de esta nueva temporada. Enorme acierto de casting haber elegido al británico Pip Torrens para dar vida a Herr Star, ofreciendo una encarnación que en ocasiones supera a la de las viñetas con pasajes memorables como el de sus adiestramiento para formar parte del Grial (lo de la distracción onanista en plena lucha es descacharrante) o las dos destacables escenas que protagoniza relacionadas con sodomizaciones. Sus miradas, tono de voz y lenguaje corporal son lo mejor del apartado artístico de esta temporada y seguro que en la próxima nos deparará más de un momento para el recuerdo. En cambio más austera es la labor de Graham McTavish como el Santo de los Inocentes, aunque cumple con profesionalidad a la hora de darle vida con fiereza y rotundidad física a su rol de villano. Ruth Negga vuelve a llenar de carisma, dureza y vulnerabilidad a Tulip, la actriz británica ha ido poco a poco moldeando su versión del personaje y ese poso de amargura en el que se adentra en esta temporada le queda genial. Algo parecido sucede con Joseph Gilgun como Cassidy, ya que su relación con el Denis de un remarcable Ronald Guttman sirve para que conozcamos una faceta diferente del vampiro irlandés y su continua lucha interna entre el raciocinio y su lado salvaje. Curiosamente el personaje principal que menos destaca esta segunda tanda de episodios es el Jesse Custer de un esforzado Dominic Cooper que aun protagonizando algunas secuencias recuperables (su pelea con los sicarios de Viktor, la batalla campal con los armenios en la clase del colegio) queda eclipsado por la labor de sus compañeros de reparto.
Pero como previamente hemos apuntado hay una subtrama en Preacher que discurre paralela a la que tiene a los tres personajes principales como núcleo central, la de Arseface (Caraculo en español) confinado en el infierno y rodeado de criminales que día tras día deben rememorar el instante más doloroso de sus vidas y donde nuestro joven amigo trabará amistad con el más inesperado de los aliados, el mismísimo Adolf Hitler. Al igual que en la primera temporada el estadounidnse Ian Colleti inyecta compasión, ternura y bondad a su personaje y una vez más se gana el corazón del respetable con su cara deformada, mirada lastimera y vocalización ininteligible. Por otro lado el británico Noah Taylor (intérprete por el que el autor de esta entrada profesa un especial cariño desde que lo descubrió en Casi Famosos y al que hemos podido ver en series como Juego de Tronos o Powers y films como Al Filo del Mañana o Tomb Raider) ofrece una divertidísima versión del «Führer» que se adentra en no pocas ocasiones en una sana incorrección política humanizándolo hasta límites en los que nos vemos obligados casi a empatizar con él, aunque finalmente siempre veamos salir a la luz su perfil cobarde, xenófobo y genocida. Su última escena en la temporada sintetiza por medio de la comedia absurda y el slpastick su rol como ser penoso y patético apuntando todo a que volverá en la próxima para saldar cuentas pendientes con so amigo Caraculo.
Después de unos primeros episodios bastante desconcertantes que debo admitir haber visto por simple inercia (estar suscrito a HBO España y tenerlos al alcance del mando a distancia ayuda bastante) la segunda temporada de Preacher consigue enderezar el barco y parecer por primera vez en su historia un producto meritorio, que sabe utilizar adecuadamente su original argumento y buscar un rumbo fijo para en el futuro ofrecer una producción de verdadera calidad dentro de su género que esperemos tome forma con la llegada a Angelville que se sugiere en el último episodio. El problema reside en que por mucho que el trabajo de Sam Catlin, Seth Rogen, Evan Goldberg y sus equipos técnico y artístico haya mejorado considerablemnte no lo ha hecho lo suficiente como para que Preacher deje de ser una serie simplemente aceptable y entretenida. En una parrilla televisiva en la qe ha tenido que competir con pesos pesados como Juego de Tronos, Twin Peaks: The Return, The Handmaid’s Tale o The Leftovers la adaptación del cómic del predicador que se unió a su ex novia y a un vampiro irlandés para buscar a dios a lo largo y ancho del sur de Estados Unidos palidece irremisiblemente y tendrá que mejorar mucho en un futuro cercano para que el que esto firma no la recomiende como otra cosa que no sea un proyecto catódico para pasar el rato y con el que no pensar demasiado mientras ve sus capítulos, tan divertidos y frenéticos como intrascendentes y rápidamente olvidables.
Dirección - 7
Guión - 6.5
Reparto - 7.5
Apartado visual - 7
Banda sonora - 7
7
Después de unas primeros episodios renqueantes la segunda temporada de Preacher coge fuerza cuando entran escena Herr Star y el Grial. El resultado es un trabajo meritorio que supera considerablemente a la primera temporada, pero al que todavía le queda bastante margen de mejora.
Resumiendo: Cuando adaptan fielmente la obra maestra de Garth Ennis y Steve Dillon los capitulos son entretenidos. Cuando estos tipos creen que pueden escribir mejor que Ennis, es una basura.
Gracias a Dios por Herr Star.
A mi me gusto mucho la primera temporada al entenderla como una precuela.
Y al contrario que tu crítica los capítulos que más me gustaron fueron los primeros, los de Herr Starr se me hicieron un poco repetitivos, aunque en general me ha gustado mucho la temporada, muy superior a la primera.
La sodomización de Starr me pareció mucho más divertida y potente en el cómics, la de la serie muy descafeínada en cambio, incluyendo las escenas posteriores que tienen que ver.
La trama de Caraculo se me hizo un poco espesa.
Y Jesse ha subido bastantes escalones de evolución respecto a la primera temporada, junto con Starr los dos personajes que más me han gustado.
Gracias por la crítica. No pasé del piloto, hay demasiado ocio interesante como para perder 10 horas de mi tiempo para ver si por fin llegan a las partes buenas…
Muy bueno el comentario de birdman, y mucha razón.
2 episodios de la primera temporada y fuera. Me alegro de que este mejorando por vosotros, pero de mi que se vayan olvidando.
buen santo de los inocentes estás tu hecho, calamar.
Hasta dos veces puse mal el nombre y una se me ha colado. Tomémoslo como un homenaje a Miguel Delibes.
¡Gracias a todos por comentar!
Sí, es un hecho, la serie ha mejorado esta segunda temporada y se asemeja más a los cómics, pero todavía está lejos de ser el producto potente y de calidad que debería. Para ser sincero esta nueva tanda de episodios la he visto por tenerla a mano y sobre todo por reseñarla en ZN (bueno y también porque me encanta Ruth Negga) de modo que comprendo que haya gente que la abandonara después de empezarla o que ni siquiera se animara a ver un sólo episodio.
¡Un saludo!