No es la primera vez que escribo en la web sobre Star Trek y espero que no sea la última, y como en cada ocasión es necesario empezar comentando varios aspectos de esta longeva saga que hoy, 8 de septiembre, celebra 57 años desde que se emitiera el primer episodio de la serie original, a las 20:30 horas, en la televisión USA. Y es por eso por lo que hoy se considera el Star Trek Day, un día para celebrar el éxito de un fracaso, de un comienzo que no fue todo lo que se podía esperar de una franquicia que tiene millones de seguidores por todo el mundo y que vio cómo, en sus primeros pasos, las cosas estaban muy en su contra. Y es que nadie podía augurar que 57 años más tarde Star Trek seguiría viva y gozando de una salud de hierro tras su difícil paso televisivo.
Hoy vamos a hablar de las dos primeras temporadas de su más reciente serie, Nuevos y Extraños Mundos, a la espera de que lleguen a antena la cuarta temporada de Cubiertas Inferiores y la quinta de Discovery, mientras, por el camino, tenemos la serie de animación Prodigy y la ya finalizada, Picard. Hay Star Trek para todos los gustos con un total de 11 incursiones televisivas desde que viera la luz en 1966 el primer episodio de la saga.
Sabemos que Nuevos y Extraños Mundos ha sido renovada por una tercera temporada a la hora de escribir este texto, por lo que solo queda adentrarnos en estas dos temporadas y valorar el trabajo desarrollado a la hora de asentar una nueva serie en el denso entramado de la franquicia.
Hagamos primero un pequeño ejercicio de recuerdo para posicionar Nuevos y Extraño Mundos y para ello debemos, precisamente, irnos hasta 1964. Fue entonces cuando se grabó un piloto, bajo el título de The Cage, que nunca se llegó a emitir íntegro hasta 1988, siendo usado de forma parcial en el capítulo The Menagerie de la primera temporada. En aquel episodio piloto, que no recibió luz verde por ser considerada la propuesta demasiado cerebral y tener demasiadas similitudes con la serie Perdidos en el Espacio, la nave iba a estar capitaneada por Robert T. Abril, siendo la nave en cuestión, la Yorktown. El actor propuesto para interpretar al capitán fue Lloyd Bridges, que lo rechazó, para recaer en Jeffrey Hunter, no sin antes producirse un cambio de nombre del personaje por Christopher Pike, siendo la nave que comandar, la USS Enterprise.
También se planteó que la segunda la mando, llamada Número Uno, sería interpretada por Majel Barrett (la pareja de Gene Roddenberry) y se incluyó, además, a un alienígena de orejas puntiagudas, para el que se pensó en Martin Landau para su interpretación, algo que como ya sabemos no se llegó a concretar, siendo Leonard Nimoy el encargado de dar vida a uno de los personajes más carismáticos y fundamentales de toda la saga galáctica.
Pero todos estos planes quedaron en nada y no sería hasta la aparición de William Shatner, que la USS Enterprise encontraría a su capitán y con él a toda la mítica tripulación original de Star Trek.
Pike quedó en una mera anécdota, pero el tiempo consolidó su figura como primer capitán al mando del Enterprise, apareciendo en otras producciones de la saga de manera esporádica, como en el relanzamiento de la saga en el cine orquestada por J. J. Abrams y en la reciente serie de Discovery.
En mayo de 2022 se estrenó una nueva serie televisiva en Paramount+ que centraba toda su atención en la figura de Pike, rescatando a otros personajes, como la enfermera Christine Chapel, ya vista en la serie clásica (interpretada por la ya mencionada Majel Barrett), que pudo ser vista también en La Nueva Generación y Espacio Profundo 9. Además, fue la encargada de poner voz a las computadoras en todas las cabeceras, incluida Star Trek: Enterprise y la cinta de 2009, que no llegó a poder ver estrenada por fallecer en 2008.
Pero Chapel no es solo el único personaje que es rescatado, sino que en Nuevos y Extraños Mundos, hacen acto de presencia otros viejos conocidos por los seguidores de la saga, en un ejercicio de equilibrio nostálgico de elegante factura, que funciona a la perfección por no resultar empalagoso en ningún momento. Así el espectador puede reencontrarse con Spock, como era de esperar, pero también conocer a una joven Uhura, Número Uno (vista en Discovery) mientras que el resto de la tripulación está compuesta por nuevas incorporaciones llenas de personalidad y carisma, un pasado rico y complejo, que pronto se sabe ganar el corazón del trekkie acérrimo.
Por tanto, estamos ante una tripulación solvente, que se ve arropada por un despliegue visual que debe captar ese punto entre lo que actualmente se puede ver en las series más recientes de Star Trek y la tecnología de la serie clásica para no crear anacronías tecnológicas. No en vano el Enterprise luce similar, pero adecuadamente actualizado para que no resulte tan estremecedor como el que se podía ver en la serie de 1966.
Tenemos la tripulación y tenemos la nave. El fondo está para disfrute de todos, pero sin una forma que cohesione toda la serie podría resultar poco atractiva y sus objetivos quedar lejos de poder cumplirse… y eso es algo que no ocurre.
Nuevos y Extraños Mundos sabe perfectamente el tipo de serie que quiere ser y al mismo tiempo sabe que debe atenerse al ADN característico de Star Trek, pero sin traicionar que estamos en 2023. Conjugar todos estos aspectos es algo primordial para que se pueda hablar de una buena serie de Star Trek. La dinámica narrativa se adscribe a la serie original, con capítulos auto conclusivos, donde dar espacio a un personaje de la tripulación para desarrollarlo, al tiempo que existe una fina hebra que cose todos y cada uno de ellos de forma que hay un poso global para aprovechar las virtudes del serial en los tiempos actuales. Es una de sus fortalezas, el poder ver los capítulos con una trama concreta y cerrada, al tiempo que queda algún hilo del que poder tirar para seguir atrapado argumentalmente a la saga de Pike y su tripulación.
Con estos dos puntos firmemente anclados, con intenciones y objetivos claros, se narran las desventuras de la Enterprise diez años (luego concretaremos algo más) antes de los acontecimientos narrados en la serie original, jugando con todo el el acervo disponible de los conceptos nuevos asentados de Star Trek con el paso de los años. Tanto es así que la serie regresó a las pequeñas pantallas en 2023 con una segunda temporada, para sentenciar las buenas sensaciones ya percibidas y apuntalar su existencia con el anuncio de una tercera temporada para el año que viene.
Dentro de la propuesta, Nuevos y Extraños Mundos, se atreve con todo. Y con todo es que no le tiene miedo a encarar capítulos de potente factura dónde se tratan de forma abierta temas relacionados con la tolerancia racial, vistiendo temas de actualidad con el velo de la ciencia ficción, pero que para el espectador se muestran claros en su mensaje en el actual momento social y cultural. Y junto a estos capítulos, donde se habla del estrés postraumático, de la enfermedad, la renuncia, el aprendizaje, del odio, la manipulación genética, las dudas emocionales y profesionales, las relaciones afectivas… hay espacio para desmarcarse con propuestas ingeniosas, divertidas, inteligentes, al construir escenarios argumentales donde introducir un capítulo musical y un capítulo con un cruce entre Cubiertas Inferiores y la serie que nos atañe.
Pero no todo es perfecto, porque siempre que se juega con este tipo de proyectos, el peligro de que se produzca algún tipo de desajuste en la línea temporal es grande y en esta serie se produce, de forma clara con la serie original. Y esto ocurre porque estas aventuras discurren pocos meses después de ver a Pike en la serie de Discovery, lo que nos lleva al año 2259, unos siete años antes de la serie original siendo puntillosos y no grosso modo como se ha comentado anteriormente. Esto nos lleva a nombrar, pero no profundizar, para no entrar en información de la serie y dañar el visionado de aquellos que se puedan sentir motivados a darle una oportunidad.
Algunos de los aspectos que hacen saltar ciertas alarmas son las propias visiones de Pike sobre su futuro (motor argumental de la primera temporada), así como la relación que mantiene Spock al inicio de la primera temporada… que no son más que pequeños descuadres que pueden generar cierta desazón a los más puristas de la saga y que queda por ver si serán tratados adecuada o directamente ignorados. El tiempo nos dirá.
Star Trek: Nuevos y Extraños Mundos responde al reto impuesto por la aparición de Star Wars en la televisión de manera inmersiva y masiva, con una elegante propuesta en la que se conjuga la nostalgia y la novedad de manera muy sutil, al tiempo que se trabaja de forma intensa la aventura, el concepto de familia, el humor, el desarrollo de personajes y la pura ciencia ficción. Y todo ello con un aspecto visual sólido, inmersivo, que hace olvidar al espectador que está ante un producto televisivo, luciendo unos efectos especiales de enorme calidad, solventes, elegantes y muy pulidos en todo momento. Todo ello unido a un trabajo interpretativo creíble, donde cada actriz y actor manifiesta abiertamente que respeta al personaje y añade matices que los ensalzan. Dura es la tarea de interpretar a Spock o a Uhura, pues en la mente tenemos ya grabada la de sus dos interpretes originales, pero el trabajo relazado por Ethan Peck y Celia Rose Gooding, se muestra capaz de proyectar ese aura de clasicismo tan necesaria, al tiempo que reinventan a ambos personajes de manera creíble y veraz.
Star Trek: Nuevos y Extraños Mundos se erige como una serie de Star Trek muy necesaria, un producto sólido, contundente, que invita a ser parte de la franquicia de manera atemporal y cuyos personajes quedan firmemente anclados gracias a su complejidad heroica, donde lo que son los define, pero nada se puede esperar de su propia forma de proceder, porque son tridimensionales y aspiracionales… y es que eso es Star Trek, una saga aspiracional, que da calor al alma, que nos invita a soñar con una sociedad mejor. Y a creer en un mejor futuro.
Dirección - 7
Guion - 8
Reparto - 8
Apartado Visual - 8
Banda Sonora - 8
7.8
Potente propuesta.
Un nuevo producto Star Trek que sabe unificar el pasado con el presente, sino solo en lo narrativo, sino también en lo visual, consiguiendo un equilibrio extraordinario en lo que a sr fiel ala propia franquicia se refiere.