Cuando se anunció que Shintaro Kago iba a ser uno de los mangaka invitados al XIX Saló del Manga de Barcelona, las reacciones del público fueron dispares. “¿Shintaro quién?”- decían algunos. “Pofale, pos malegro.” – pensaron muchos otros otakus a quienes les importaba menos que una mierda su presencia. Por último, hubo algunos que se entusiasmaron con la idea, probablemente una minoría. Shintaro Kago no es uno de los autores estrella del momento, sus manga no se han convertido en anime de éxito, y en el Saló es difícil encontrar a alguien que se atreva a hacer un cosplay de alguno de sus personajes (aunque sí hubo uno que se atrevió a disfrazarse de él). Pero este particular dibujante ha conseguido que tanto gente de dentro del manga como de fuera haya caído rendida a sus pies.
Shintaro Kago es la apuesta más fuerte de EDT en este momento, que parece que confía en la buena acogida que ha tenido entre cierto tipo de público, para hacer reflotar el bote editorial. Por ahora, son cuatro los volúmenes que podemos encontrar en nuestras librerías: Reproducción por mitosis y otras historias, Novia ante la estación, Fraction, y Cuaderno de masacres. Todos ellos son una buena muestra de lo que es capaz de hacer. Su desbordante imaginación va casi siempre acompañada de imágenes explícitas de sexo, violencia, sadismo y escatología. Pero también de una experimentación con la narrativa visual del cómic que pocas veces hemos visto. Se le considera el rey del ero-guro, pero es precisamente esa forma de jugar con las viñetas y con el lector lo que le puede diferenciar de autores como Suehiro Maruo o Usamaru Furuya.
Nuestro interés en su obra, así como un cúmulo de coincidencias, propiciaron que conociésemos al autor en Japón hace varios meses. Él mismo nos acompañó a una librería en la que, aparte de sus tomos, se podían comprar los dôjinshi que él mismo autopublica, así como las figuras macabras que ha creado para las típicas máquinas expendedoras de bolas. Ahí nos dimos cuenta de que Kago no vive simplemente como un dibujante, sino como un artista completo. El manga, la ilustración, happenings como el de las figuras, e incluso cortos animados y cortos de imagen real; Shintaro Kago se expresa como mejor le convenga y siempre fiel a su estilo.
Es un personaje que vale la pena conocer, ya que hay pocos autores que hagan lo que él hace. Así pues, teníamos mucha curiosidad por ver la reacción que podía causar en el Saló del Manga, que sin duda ha sido mejor de lo que nosotros pensábamos. Pero está claro que también teníamos ganas de reencontrarnos con él y poder hablar durante unos minutos de su obra para los lectores de Zona Negativa. Recién inaugurado el salón, a eso de las cuatro y media de la tarde, nos lo encontramos en la sala de prensa, plácidamente sentado en el sofá junto a Pol, el traductor. Empezamos la entrevista con una puntualización, de parte de su representante, de que el maestro Kago tiene ya previsto publicar tres obras más con EDT, confirmando esa fuerte apuesta que mencionábamos antes.
Lo primero que queremos saber es si alguien como Shintaro Kago nace o se hace. Queremos saber qué fue lo que le empujó y le motivó a coger el lápiz y empezar a dibujar. “Lo que me animó a ser artista y a explicar historias fueron las películas de Monty Python. La vida de Brian, Los Caballeros de la Mesa Cuadrada… Después de verlas quise empezar a narrar cosas. Lo lógico sería que si me motivaron las películas hubiese querido ser un cineasta, sin duda. Pero el cine es un arte que no puedes llevar a cabo solo. Requiere un equipo, requiere gente, requiere dinero, requiere tiempo, y son cosas que no son fáciles de movilizar para un proyecto personal.” Y si algo ha caracterizado al manga desde los primeros trabajos de Tezuka es precisamente un estilo muy cinematográfico, ¿no es así? Kago asiente. “El manga es como cine hecho por una sola persona… pero además yo no tenía amigos. Con el manga puedes ir tirando solo.” Esa predilección por Monty Python es algo que se ha podido leer en la mayoría de entrevistas que se le han hecho estos días, incluso en el encuentro con los fans salió el tema, pero además añadió que también sentía una predilección especial por Dalí, gracias a un libro que tenían sus padres y que él solía hojear una y otra vez. Y aunque nos puedan sorprender todas estas influencias occidentales, vistas a posteriori, tienen bastante sentido. Pero Kago sigue siendo japonés, y esto significa que en algún momento u otro ha tenido que leer algo de manga. Al menos, mientras era pequeño. ¿Cuáles son sus primeros recuerdos como lector de cómics? “No recuerdo ser un gran lector de manga, no era de estos que empiezan siendo lectores muy apasionados. Leía la Shônen Jump como todo el mundo, leía el Dr. Slump, y me gustaba como a todo el mundo. Nada extraordinario.”
Cuesta creer que el creador de una historia como la del restreñimiento femenino de Reproducción por mitosis y otras historias, cite únicamente al Dr. Slump como lectura (o quizás no tanto…), pero sin duda Shintaro Kago es un autor especial, y que si no fuese por el contexto en el que se mueven muchas de sus obras, podría incluso hacerse pasar como autor europeo; aunque quizás no tenemos autores europeos con un gusto por la sangre y la escatología como el que tiene Kago. Así pues, ¿cómo ha llegado este autor a convertirse en un referente del ero-guro? La duda es si ha buscado activamente ese estilo, o si ha sido una evolución propia del autor. “Cuando un artista sigue un camino en su obra, no se puede atribuir a un solo motivo, siempre hay más de una causa. Pienso que he ido haciendo lo que me gustaba, y obviamente la reacción del lector siempre es importante, pero se puede pensar que llegué ahí porque algo que publiqué gustó mucho y he seguido ese camino, pero no fue así, de hecho, lo que publicaba al principio no sé ni si le gustó a alguien. Por lo tanto, no fue precisamente por los lectores que acabé tratando estos temas.” Y Kago acaba su discurso con una sentencia contundente. “Un artista, desde el momento en que es artista, sabe para lo que vale. Si uno no sabe para lo que vale, no es un artista. Yo sé que valgo para el ero-guro y la escatología. Y aquí estoy.” Aquí está, y ahora por todos partes le llaman el rey del ero-guro. Pero como decíamos antes, a veces cuesta meterle en el mismo saco que autores insignia del género como Maruo, o el más recientemente descubierto Furuya. Kago nos parece algo distinto, así que queremos saber cuál es su propia definición del ero-guro. “Pienso dos cosas. Puede que sea un término muy japonés, y el uso que se le ha estado dando a este término y el concepto asociado a la palabra ero-guro ha ido cambiando con el tiempo. Para un lector europeo, se ha complicado definirlo. Al principio, el término que se utilizaba era ero-guro-nonsense, es decir, erótico-grotesco-sinsentido. Pero la parte del surrealismo, el sinsentido, se cayó, y se quedó el ero-guro. Y no voy a hacer una definición muy compleja, porque no es más que un cómic en el que visualmente hay descripciones de violencia y erotismo, eso ya es definitorio.” Sin duda alguna, lo del “sinsentido” es algo que encontramos a menudo en sus obras, y quizás es lo que nos faltaba para poder etiquetarle de alguna forma, si es que eso es posible. Lo que está claro, es que Kago es un autor impactante en todos los sentidos. Mezclar la mierda con el sexo y la violencia siempre producirá reacciones, lo que no tenemos claro es si este mangaka simplemente quiere sorprender al lector, o si detrás de todo eso hay algo más. Y su respuesta es simple y directa: “Básicamente se trata de impactar al lector.” ¿Es la modestia japonesa la que responde? Nosotros creemos que sí, porque a pesar de que Kago ha reiterado en más de una ocasión su interés por engañar y coger desprevenido al lector, sería un error considerar que todo lo que hace es gratuito. Se le puede conocer por todo lo escatológico y lo sanguinario, pero eso es quedarse en la superficie, porque ya sea de forma indirecta, o incluso derribando la cuarta pared con su metacómic, Kago es un artista que desafía las convenciones del cómic, las retuerce, juega con ellas como puede jugar con un cadáver putrefacto.
Seamos sinceros, a la gran mayoría de público manga, y no digamos ya al público más generalista, le va a costar llegar a toda esa parte más académica y experimental, y realmente es una pena. Pero tanto genital y tanta escatología tienen una explicación.“¿Por qué salen pollas en esta historia? (Refiriéndose a la historia de Reproducción por mitosis.) Pues porque esta historia se publicó en una revista pornográfica, ese es el motivo. Yo creo que no tenía ninguna necesidad de meter pollas, pero si es una revista porno tengo que introducir pornografía, ni que sea temáticamente, porque si no es un fraude para el lector. Si vas al cine a ver una comedia y no te ríes, te sentirás estafado. Alguien que compra una revista pornográfica y lee el manga, formalmente puede ser todo lo interesante que quieras, pero como no haya chochos y pollas le va a parecer un fraude.” Parece que poco a poco nos vamos acercando más a la explicación de la evolución de la obra de Kago. La mayor parte de los tomos que hemos visto publicados aquí son recopilatorios de historias cortas, con la excepción de Fraction. ¿Pero hasta qué punto son estos encargos lo que ha dictado la dirección de su obra y hasta qué punto es algo que él mismo ha buscado? “Estas historias se publicaron en una revista en la que ya llevo publicando mucho tiempo, y por lo tanto ya tengo una relación establecida con sus editores. Al principio no me dejaban publicar lo que quería, pero con el tiempo la relación se establece, y ya puedo ir introduciendo elementos más personales, cosas que me gustaría hacer a mí.” ¿Antes le hubiesen dado en la cabeza con historias de viñetas que se hacen más pequeñas, o era simplemente por la temática? “Un poco todo. Volviendo a tu pregunta de antes, ahora mismo me encuentro en un momento en que soy un autor establecido, tengo un nombre, y puedo publicar un manga sin pollas si no quiero poner pollas. Pero, si estás publicando para una revista pornográfica, al principio, sin genitales no vendes. Llegar a publicar un recopilatorio está muy bien, pero es que para llegar a publicarlo antes tienes que haber publicado en una revista, y para publicar en una revista, antes de que tengas un nombre, tienes que ceñirte a lo que te pida la editorial. Cuando ya tienes un nombre no condiciona tanto, pero al principio, no es tanto porque sea un encargo, sino que simplemente tienes que ser consciente de donde estás publicando.”
En definitiva, Kago es alguien que es capaz de adaptarse, y si es necesario, ahorrarse algunas pollas y coños. Eso mismo hizo cuando publicó en la revista Weekly Young Jump, hermana de la famosa Shônen Jump, que ha publicado títulos como Gantz, Zetman o Terraformars. La historia se titulaba Choutennou Paratakushisu, más conocida como Parataxis, y no solo mostraba un dibujo distinto al habitual, más próximo a una estética más típica de esta publicación (aunque sin renunciar al propio estilo), sino que además también conseguía hacer una historia sin pollas ni chochos. Aun así, era inevitable que aparecieran un montón de personajes desnudos, así como mujeres-máquina y otras aberraciones de la nueva carne. Lo hizo una vez, lo que no está tan claro es que vuelva a hacerlo. “Eso fue una casualidad. Fue algo que pasó. Las revistas tienen editores, y es normal que en Japón haya editores que elijan a quien quieren publicar, es normal. Es muy importante que haya una buena conexión entre un editor y sus lectores. O sea que, si el dibujante le plantea al editor hacer algo concreto, y el editor está de acuerdo, es más fácil.” Supongamos que esto fue una casualidad, un extraño experimento, una excepción en su carrera de depravación y sadismo. Como autor ya establecido y con cierta reputación, ¿habrá pensado alguna vez en hacer un manga “sin pollas” para poder llegar a más público? Y la pregunta, que tampoco es muy original, ni siquiera es nuestra. El propio Kago, en Fraction, habla del ero-guro como algo que solo conocen cuatro frikis, y se plantea la forma de llegar a más público. ¿Pero lo haría o no lo haría? ¿Renunciaría a algo tan característico de su obra para poder hacer relucir otra de sus facetas, como es la experimentación narrativa? “Pregunta difícil. Yo soy Shintaro Kago porque publico cosas que solo interesan a cuatro frikis. Entonces, si dejo publicar este tipo de contenidos, ya no sería Shintaro Kago. Así que lo hago por los lectores.”
Aunque aún nos faltaban unas cuantas preguntas por hacerle, llegó el momento de terminar la entrevista, y no queríamos hacerlo sin aclarar algunas cosas. Aquí siempre hemos pensado que en temas pornográficos la censura en Japón era muy estricta. Todos conocemos los famosos mosaicos de las películas porno japonesas, o todos los trucos que autores como U-Jin utilizan en sus manga para disimular los genitales. En cambio, los manga de Kago, que son mucho más bestiales que cualquier película porno, están llenas repletas de escenas de sexo sin censura alguna. Es más, algunas de sus historias, incluso le dan una importante parte de protagonismo a penes, pechos o vaginas. ¿Se está saltando la censura? ¿Cómo lo consigue? “No soy el único que lo hace. La impresión que tengo es que Japón es muy libre en este sentido. Hay temas que, más que sea un tabú o no, es que es algo que puede vender más o puede vender menos. La cuestión es si hay alguien dispuesto a comprarlo o no. No es tanto que esté explícitamente prohibido.” Una vez más, nos encontramos con una respuesta muy japonesa, es decir, que apenas aclara nada. Lo que él mismo explicaría durante el encuentro con los fans, es que la censura y su aplicación en Japón es algo laxa. Y aunque más de uno se sale de los límites permitidos, solo se conoce el caso de un mangaka que llegó a ser condenado por sus dibujos; un cabeza de turco que tenía que servir de ejemplo para los demás. La censura en Japón existe, pero a Kago no parece importarle. Aunque es cierto que en uno de los últimos dôjinshi que él mismo publica, nos hemos encontrado con un oportuno círculo, con el kanji de “amor”, convenientemente localizado en las ilustraciones en las que aparecen genitales.
Uno de los momentos que más recordarán algunos de la charla con los fans, tuvo que ver, lógicamente, con una anécdota escatológica. Kago explicó que en su ruta turística por Barcelona, uno de sus objetivos principales, más allá de ver la Sagrada Familia, era comprar algunas figuras de “caganers” (las típicas figuras del belén catalán, en las que sale un payés defecando). Encontró la tienda perfecta en la calle Baixada de la Llibreria (cerca de Plaça Sant Jaume), un estanco con su “rincón del caganer”, en el que se venden caganers de todo tipo de personajes famosos (reales o de ficción). Como luego se pudo ver en su muro de Facebook, las figuras escogidas fueron las de El Pensador (de Rodin), Hello Kitty, Doraemon, Son Goku, unos castellers, y varios más de carácter más tradicional. La anécdota se llevó una gran ovación por parte de un público fascinado por las cosas que contaba y totalmente entregado. Quizás sus fans no sean tantos como los que pueda tener un mangaka que publica el shônen de moda, pero da la impresión que los que son fans de Shintaro Kago, lo son de verdad.
Nos despedimos del artista alrededor de una paella, una fideuá, y un arroz negro en un restaurante de la Barceloneta. Nos creemos su palabra de que disfrutó mucho de la cena. Aunque costaba saber lo que estaba pasando por su cabeza, cuando le hemos visto durante todos estos días con ese posado reflexivo, serio, y a veces con alguna fugaz media sonrisa que a más de uno le daba por pensar que estaría maquinando alguna salvajada (sí, algo de miedo daba verle con el cuchillo y el tenedor en la mano). Y ya que algunos se lo preguntaban, Kago ha pasado todos estos días con el sombrero puesto, ni siquiera se ha quitado para comer; más de uno ha bromeado con la posibilidad de que escondiera un cráneo abierto como los que suele dibujar.
La master class de Shintaro Kago, por Jordi Querol
Aunque ya os hablamos brevemente de caganers y talleres de manga en la pertinente crónica del XIX Saló del Manga de Barcelona, aprovechamos este especial dedicado a Shintaro Kago para explicaros con más detalle, y con más imágenes, lo que fue el taller de manga que el autor ofreció a fans y curiosos que se acercaron por al stand de la escuela Joso.
De las muchas actividades programadas en el Saló, siempre sobresalen las relacionadas con los autores invitados. Desde el año 1997 (en su tercera edición) han pasado grandes nombres por el Saló, primero en l’Hospitalet y ahora en la Fira de Barcelona. Autores como Masami Tsuda, Haruhiko Mikimoto, Akemi Takada o Hideshi Hino han desfilado durante estos 19 años de existencia del Saló. Muchos vienen con una obra publicada por alguna editorial española bajo el brazo, para su promoción y acercamiento al público. Este año, hemos tenido, entre otros, a Hideo Baba (productor de videojuegos) y Shintaro Kago (autor de las polémicas obras editadas por EDT). La agenda del autor en Barcelona comprendía un encuentro con los fans (encontrarme con fans de mi obra sabiendo lo estrambótica, extrema y a menudo de mal gusto que es debe dar un poco de miedo) y anteriormente, una clase magistral que ofreció el Viernes del Saló al mediodía. Como que Oriol os habla y ya ha hablado del autor mejor de lo que yo podría hacer nunca, pasamos a describir un poco lo que dio de sí esta clase magistral.
La clase, presentada por el profesor de la Joso Santi Casas, tuvo la ayuda inestimable del conocido traductor Marc Bernabé, que estuvo acompañando al mangaka durante todos los días que permaneció en la ciudad condal. Aunque el aforo del taller Manga donde transcurrió la clase se llenó al principio, algunos asistentes fueron desertando. Aunque curiosamente algún padre con algún hijo alrededor de los 10 años aguantó como un campeón…
La clase magistral se dividió en dos partes: en la primera, el maestro Kago reflejó sobre el papel la explosión de la cabeza de una chica. Así pues, con una sola hoja y redibujando las partes necesarias para transmitir las consecuencias de la explosión del busto femenino, el autor fue narrando los recursos que utilizaba para reflejar tal suceso. Fue muy interesante ver como borraba y redibujaba solo ciertas partes del dibujo base, empezando por un aumento de volumen del cráneo de la desdichada protagonista, siguiendo por la expulsión de los ojos de las órbitas que los alojan. Mientras tanto, el resto de la cara se va descomponiendo y perdiendo su forma original, viendo desintegrarse la piel y resto de elementos. Lo último reconocible es la parte inferior de la barbilla, ya que la explosión ha volado la parte superior de la cabeza. Lamentamos la calidad de las imágenes y recordamos que pueden herir la sensibilidad de algún lector.
La segunda parte de la clase magistral se basó en el mismo dibujo (similar al primero porque el original había quedado totalmente desfigurado) de la misma chica. En esta ocasión usó el boceto de la chica para mostrarnos el proceso de degradación del rostro cuando éste perece. Posiblemente esta segunda demostración fue más costosa para el autor, ya que tuvo que aplicar varias técnicas para reflejar la descomposición del rostro, aplicando otra vez los cambios sobre la misma base, con modificaciones esta vez más sutiles y que requerían un borrado de partes más preciso. Comentó varias formas que usan los mangakas para reflejar la pérdida de vida de un cuerpo, especialmente en la cara: pérdida del brillo en el ojo, ennegrecimiento del mismo, color de piel más oscuro ( a través de tramas o lápiz), uso de partes blancas y negras para mostrar donde aún podría correr la sangre, caída del pelo y de los globos oculares… Todo con lujo de detalles y realizado en escasamente media hora. Otra vez, lamentamos la calidad de las imágenes y recordamos que pueden herir la sensibilidad de algún lector.
La verdad es que el trabajo que hizo Kago junta los mundos del manga y la animación (ya de por sí tan cercanos en Japón). Con una simple hoja de papel, resumió en varios pasos lo que en animación puede ocurrir en un segundo. En los pequeños tiempos muertos mientras dibujaba o no respondía activamente las preguntas, el presentador del acto estuvo comentando aspectos del dibujo, de su forma de trabajar, etc Uno de los aspectos que destacó es que lo que estábamos presenciando ahí era de hecho el trabajo de un key animator, el animador jefe que perfila y establece los movimientos clave de una animación. El resto de fotogramas son rellenados por los animadores de plantilla.
Personalmente había asistido a pocas clases magistrales de maestros del cómic o del mundo del cine. Quizá por eso me pareció tan especial y emocionante ver a un maestro del manga dibujar a escasos metros de su público. Tiene mérito hacerlo con ese arte y tranquilidad en medio de ojos desconocidos en un sitio público que se podría asemejar a las niponas comiket pero seguro con sus diferencias. Verle implicado en la experiencia (aunque a la manera de los japoneses), responder las preguntas, incluso ahondando en las respuestas (Bernabé tuvo que retener alguna pregunta porque el mangaka seguía dando explicaciones). Ver como de un folio en blanco sacaba una pequeña narración, algo vivo (aunque su tema fuese la muerte). Descubrir como aparentemente es un hombre tranquilo, tímido, reservado (al menos en esas intervenciones en el Saló), puede sincerarse en entrevistas explicando que usa esta violencia, lenguaje soez y perversión del cuerpo humano como válvula de escape. Un curioso contraste. Otro aspecto que hemos aprendido gracias a su visita y el interés de los medios en él, es que su familia no aprueba ni sigue ni les gusta lo que hace.
Posiblemente algunos de estos aspectos son comunes a otras clases magistrales, pero a mi me cautivaron en esta. A continuación podemos presenciar unas instantáneas resumen de su trabajo. Se intentó captar los cambios que fue introduciendo en ambos dibujos para conseguir el efecto deseado. Desgraciadamente, las fotografías no son lo buenas que deberían haber sido. Rogamos disculpéis su calidad pero creemos que vale la pena descubrir la progresión de ambos dibujos y disfrutar de la habilidad del maestro Kago.
Gracias por esta cobertura para los que no podemos permitirnos ir a estas cosas. Descubrí a Kago gracias a ZN y aquí sigo hasta ahora, con todo lo que ha publicado EDT de él en mi estantería.
Muy interesante tanto la entrevista como el encuentro y la masterclass. Casi como si estuviéramos viéndolo allí. Muchísimas gracias.
Gran articulo y entrevista.Estoy totalmente de acuerdo en que la diferencia entre Kago y otros autores como Maruo radica en como Kago juega con el lector y con el medio;mientras que de Maruo siempre me han perturbado las historias en si mismas, el comportamiento de los personajes y unos dibujos muy «incomodos»,con Kago me llama mucho mas su manera de narrar la historia.En muchas ocasiones incluso parece que Kago no sabe como salir de sus propias «trampas» como por ejemplo en Genesis Ciudadana,Reproduccion por Mitosis o Mas Alla de la Memoria ;y sin embargo me encantan las tres historias y como «pervierte» la estructura narrativa.Con Fraction me paso lo mismo, un gran uso de recursos narrativos pero un final grotescamente rebuscado.Sinceramente entre Kago y Maruo no sabria cual me gusta mas.
Buen articulo.
Solo he leido Reproduccion por Mitosis de Kago, tengo pendiente Fraction que me lo acaban de dejar , pero me parece que tiene un talento innato para jugar con la narrativa de sus historias.
Me parece un mangaka a seguir y me alegro de EDT vaya a publicar mas volumenes suyos.
Yo estoy muy interesado en saber en qué librería de Bcn venden sus fanzines y merchandising. En el Salón pude hacerme con uno, pero me quedé con ganas de más!! Si no se puede hacer «publi» de la tienda por aquí, pues que sea por privado almenos 😛 gracias!!