Zona Manga – Old Boy (versión Otakuland)

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OLD BOY, de Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi

Edición original: Old Boy JAP
Fecha de edición: Octubre 2004 – Agosto 2006
Guión y dibujo: Garon Tsuchiya
Dibujo: Nobuaki Minegishi
Color: B/N
Formato: Libro rústica, 216 págs
Otakuland (7,5)

Sinopsis: El día soñado ha llegado. Después de muchos años encerrado, te dejan libre. Pero no has estado en una prisión cualquiera: has estado encerrado por un asunto que no recuerdas en una pequeña habitación en un lugar sin identificar de Japón. Primer paso: respirar aire fresco y disfrutar de la libertad. Segundo paso: conocer a Eri, una simple camarera de bar y enamorarte de ella. Tercer paso: poner cara de mala leche y encontrar quién te hizo pasar este calvario.

(la razón por la cual veis viñetas duplicadas se encuentra más abajo…no os lo iba a decir aquí! xD)

Entre líneas: Japón, mediados de los años 90. Empezaba la actual era Heisei. Durante los 80, el país había sufrido un crecimiento desmesurado, marcado por el alza en los precios de las acciones y del suelo edificable. Esto, unido a unos intereses bajos, crearon una burbuja inmobiliaria (curiosamente muy parecida a la española sufrida recientemente) que estalló en 1991. Durante los siguientes años, el país luchó por limpiar sus deudas y volver a ser competitivo. Para los jóvenes que trabajaron duramente durante los 80, esta década debía representar su consolidación en el mundo laboral. Algunos los consiguieron, creando imperios que ni tan solo la dura crisis pudo demoler. Otros no pudieron seguir estos pasos. Simplemente porque les secuestraron.

¿Qué haríais si un buen día, en tus 20 y tantos, cuando aún estás labrándote un trabajo y un futuro, toda tu vida se paraliza durante 10 años porque te raptan y te mantienen encerrado sin saber las causas ni poder hablar con nadie que sepa de qué va el tema? ¿Qué pasa por tu cabeza? ¿Cuántos estados de ánimo recorres? ¿Cómo rellenas el tiempo? ¿Y si consigues salir, qué te planteas? ¿Intentar recuperar tu vida anterior desapareciendo entre el gentío o ir a por venganza? Esto y mucho más es lo que propone Old Boy.

La actitud del protagonista cambia a medida que va progresando la historia. Al principio, demuestra que sabe muy bien qué hacer y qué pasos no seguir para llevar a cabo su venganza. Así, demuestra una inteligencia con la que sus raptores no contaban. Es lo suficientemente listo para no llamar la atención de los medios, ya que igualmente no le creerían, y arruinaría su plan de descubrir quién le quitó 10 años de su vida por algo que él no conoce. Desaparecer 10 años significa romper con tu pasado: padres, trabajo, proyectos con la novia…el protagonista es liberado en un mundo nuevo para un nuevo comienzo, donde empiezan a imperar los móviles, nuevas formas de comunicación, rutinas, etc, y podría verse algo desplazado. Todo lo contrario, se dedica a hacer las cosas que sabe hacer, cosas primitivas, centrándose en la venganza. Casi todo lo demás es superfluo para un hombre que no ha vivido durante 10 años. Pero a medida que transcurre la acción, esta “inteligencia” no se mantiene, o se difumina. No es que se vuelva tonto, pero le falta sangre en las venas. En parte es consecuencia de su estilo de hacer venganza, pero sorprende un poco cuando revisitas el manga des del principio una vez leído.

Este hombre busca venganza, busca respuestas. Quien lo hizo, por qué, los motivos,… ¿Había alguien detrás? ¿Con qué oscuros motivos querrían hacerle desaparecer del mapa? Una obsesión alimentada durante 10 largos años, con esperanza, desesperanza, rabia, odio, dudas,… Ese encierro/confinamiento forzoso debió costar mucho dinero…¿qué organización tiene el suficiente dinero para gastarse en encerrar a un pobre diablo? Muchas dudas que se plantean en los primeros tomos que se van sustituyendo por otras cuando las sorpresas se van revelando, desviando las previsiones iniciales que el lector formula en su interior hacia otros derroteros.

El protagonista es un hombre sin nombre. Una forma de decirnos que esto podría pasarle a cualquiera, y preguntarnos para nuestros adentros como reaccionaríamos. Cualquier anónimo de la calle puede caer en este infierno. Yamashita (que es así como se le conoce posteriormente) es un Juan Nadie que se ve envuelto en algo que no comprende pero que poco a poco, desde su celda, va atando cabos. Pero no puede ni tan solo llegar a atisbar lo que le espera fuera. Y no son precisamente hordas de yakuzas trajeados deseando que muerda el polvo.

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Empezamos a comernos guiones, pero al menos vemos la cara de enfado que se te debe quedar después de estar 10 años encerrado sin saber porqué…

Este es un thriller de venganza, de un hombre contra todos, de un peón indefenso contra toda una gran organización capaz de llevar a cabo planes con gran detalle y planificación. Un aparente David contra Goliat aunque luego ni David es tan pequeño ni Goliat tan grande. Una confrontación de estrategia con poderes dispares pero con una relación entre enemigos curiosa, lejana pero cercana a la vez, sintiendo curiosidad por las formas del otro. Una partida de hundir la flota donde uno está de pie viendo el tablero del otro, y viceversa. Una guerra de valores, de formas de ver la vida, una lucha entre el día y la noche Una especie de Fugitivo pero sin huída, afrontando el reto de sobrevivir sabiendo que si el contrincante se cansa, puede liquidarlo en cualquier momento…

Eri es su contacto con la realidad, una válvula de escape y una forma de no perder la razón en un juego de búsqueda de las razones por el cautiverio tenso, desagradable y sin un momento de descanso mental. Un ángel de la guarda que le permite sacar sus sentimientos y a la vez hacer de resumen de capítulo para los lectores del número de la revista en cuestión donde se publicó, aunque no siempre usa el mismo método por lo que no se hace repetitivo. Un toque femenino puede ser crucial para resolver este caso entre dos hombres, aportando una visión distinta a las mentes obcecadas de los dos contrincantes. A través de sus conversaciones entendemos el plan del protagonista: vengarse de una forma que le permita seguir libre, acorde con sus pensamientos. Esto se comprueba diversas veces. Sabe que sería muy fácil agenciarse un arma, buscar a su raptor y vaciarle el cargador. Pero también sabe que iría a prisión, perdiendo la libertad recién recuperada. Pero a la vez también sabe que su enemigo podría hacer lo mismo, y mucho más fácil, y aquí acabaría todo. Es un equilibrio de fuerzas, un estudio constante del rival.

Pero no solo existe una mujer en esta segunda vida del capturado amigo. Sin desvelar nada más, se detecta una intención del autor en hacer que las mujeres lideren el relato, pese a que el duelo interpretativo mayor sea entre estos dos hombres irreconciliables al más puro western. Las mujeres que se acercan a Yamashita, por amor o por interés, proporcionan un punto de vista distinto, información valiosa, una luz que traviesa el atormentado protagonista de forma que le hacen ver las cosas de un modo distinto. Sin las mujeres, el relato no avanzaría (ni la vida propiamente dicha), y cada una representa un papel: el amor puro e incondicional, la lujuria, y la superioridad intelectual.

Oldboy YamashitaEri

El ambiente general de la trama cambia varias veces, haciendo dudar de las intenciones últimas del raptor del protagonista. Pasa de parecer un enfrentamiento desigual entre un don nadie contra una gran organización que podría deshacerse de él sin parpadear, hasta un enfrentamiento dialéctico donde al parecer las vidas no corren peligro. En medio, toda una gama de grises oscuros como las noches por las cuales transcurren gran parte de las escenas de este manga. Nada es lo que parece y todo puede cambiar en cualquier momento. Incluso podemos llegar a pensar que el objetivo último del secuestrador no sea joder la vida del protagonista, sino más bien ofrecerle una posibilidad de cambio, de vivir una vida distinta a los demás, de pensar en su pasado, en sí mismo, en cosas que no conocía de él mismo, dudar de sus amigos actuales y pasados, en qué se equivocó, a quién defraudó sin que ahora se acuerde, a crecer mentalmente, a valorar las cosas sencillas. Un viaje interior preguntándose a sí mismo por sus actos, psicoanalizarse aunque aparentemente no encuentre nada negativo o que le haga sufrir. Una introspección personal, interna, íntima, cuestionándose su pasado y su vida anterior. Un juego de evocaciones, de hacer viajar la mente más allá de los recuerdos prefabricados/modificados y los habituales que sobreviven los años para entrar en un mundo olvidado, de traumas, envidias, comparaciones y una mente malvada y analítica avanzada a su edad. En definitiva, llevar el pasado de nuevo al presente. A veces nos preguntamos qué hemos hecho mal con una persona. En esas ocasiones deberíamos preguntarnos qué no hemos hecho, o si hemos llegado a hacer algo por una persona. El sentirse ignorado, la omisión, el vacío, es el peor de los insultos. De hecho, releyendo la historia, te das cuenta que en el primer tomo ya da bastantes claves para entender la trama. Deja entrever el objetivo del secuestrador y su plan para aniquilar a Yamashita. De alguna forma, los siguientes tomos desvían o desvirtúan este inicio, aunque esto no tiene por qué ser negativo.
Oldboy dentro coche

Un referente bastante inmediato de Old Boy en el mercado español es Monster de Urasawa. Comparten el aire de thriller de misterio, con aspectos y tramas por resolver, una sensación de huida de un poder demasiado grande al que ganar. Tenma huye de (o persigue) el fantasma de Johan, mientras que Yamashita protagoniza una huida-reencuentro con su pasado representado en Dojima. Se ve obligado a regresar a una época muy lejana y oscura para resolver un problema actual. Las causas de la maldad encarnada en hombre también poseen un paralelismo con la obra de Urasawa. Los motivos se adentran en la noche de los tiempos, en zonas recónditas de la memoria y experiencias olvidadas. En cambio, mientras que Tenma se mueve por distintos puntos de Alemania, el campo de acción de Yamashita es más mental que geográfico, quedando localizado en el área de Tokio. Tampoco hace gala Old Boy de tantos personajes como los que mueve Urasawa en su manga, pero se las ingenia para ir introduciéndolos a medida que los va necesitando para mantener el interés.

Hablar de la sicología de Dojima sería bordear el spoiler demasiadas veces. Una vez la amenaza se concreta en su persona (aunque no la única), empezamos a ver las motivaciones de este pérfido ser. Un secuestro tal necesita mucha planificación, energía, tiempo y dinero. Y dedicación. Y obsesión. Esto es de las pocas cosas de las que Dojima tiene a montones. Obsesión, mucho dinero y una vida dedicada completamente a planificar y gestionar el odio que le generó cierta situación en el pasado. Un ser triste que no comprende la necesidad de perdonar ni los beneficios que comporta abandonar la actitud cerrada con la que ha montado un imperio económico a su alrededor. Una cáscara vacía con el único propósito de devolver todo el daño que le hizo alguien en el pasado, pervertir la escalera de valores de la sociedad actual. Un demonio en la Tierra. Pero incluso hasta el demonio tiene momentos de debilidad.

Oldboy ojos

La edición es bastante regular tirando a mala. Lo primero en lo que uno se fija es en la rotulación. Las frases no están muy bien separadas y un mismo bocadillo puede leerse del tirón sin hacer ninguna pausa, creando confusión. Los puntos y seguido no están bien definidos. También se encuentran letras demasiado separadas en la misma palabra, con lo que se rompe la fluidez en la lectura.
Pero si un aspecto se lleva la palma (aparte de la reproducción digna de los primeros mangas editados basados en versiones de la americana Viz, especialmente en los primeros tomos) es la traducción. Hay frases que suenan muy falsas, arcaicas, complejas, que no son naturales. A lo largo de los tomos se encuentran varios ejemplos: Yamashita va a buscar un antiguo amigo suyo, aficionado a la pesca, a las carreras de caballos y propietario de un pequeño antro en la zona de ocio nocturno de Shinjuku. Sin querer etiquetar a nadie, dudo que alguien así usara la palabra “su expresión era aciaga”, cuando seguro hay otras opciones más acordes al tipo de vida que lleva este amigo. Más adelante encontramos que Yamashita cree que alguien de “la caterva” de su secuestrador lo está vigilando. Aparte de que mirando la definición en el diccionario (sí, imaginaba qué significaba pero no estaba del todo seguro) no es exactamente la idea que quiere transmitir, no es una palabra muy común. Son este tipo de vocablos que encuentras leyendo y te sorprende su uso. Es posible que el original también use este tipo de palabras y la traducción sea fidedigna para conservar este espíritu. También españoliza alguna palabra japonesa, como pachinquear, que no es más que ir a jugar a los salones recreativos Pachinko, muy populares en Japón. ¿Para qué tenemos aquí las tragaperras? No solo eso, hay frases bastante rebuscadas o de difícil comprensión a la primera lectura. Por ejemplo, en el tercer tomo, cierto personaje le comenta a otro: “Ten por seguro que tengo pensado que nos encontremos y hablemos en un futuro cercano”. ¿No se podría haber simplificado un poco? Y hay varias así…

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Podemos comprobar aquí como no se ha tocado la traducción pero se han maquillado algunas cosas, con mejor rotulación y cuidado. Tela para entender la frase…

Aparte de una traducción a veces arcaica y anquilosada, hay más aspectos a mejorar. En un momento concreto, Yamashita conoce una escritora. Hasta cuatro veces en los últimos tomos se presenta a este personaje como una “novelista de obras bastante cortantes para el público femenino”. De forma exacta, como un copiar y pegar. Da una sensación muy rara al leerlo siempre igual, como un deja vu o casi un slogan. ¿No había ninguna variante válida? Pero aún hay más, la rotulación nos deleita con palabras mal divididas entre sílabas, o sin guión, u olvidando letras del apellido, ausencia de comas que transforman una frase o repentinos ataques de escritura nerviosa (similar a la de los primeros comic books de Evangelion de Norma…).
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Aparte de que ese «Si» se convierte en un «5.1»…falta una coma para que exprese lo mismo.

Pese a todo, es justo reconocer que estos errores no son mayoritarios en la edición de Otakuland y el manga se puede leer perfectamente, aunque no me había encontrado con una edición así desde el manga de Chunyan, editado por Mangaline.

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La joya de la corona, premio al bocadillo con más errores: mala separación de sílabas, faltan guiones, hay una «n» huérfana…

A vueltas con el traductor, hay una anécdota curiosa. Por alguna razón (obligado por contrato?), Otakuland destacó en las portadas de algunos de sus mangas el nombre del traductor, casi como si fuese parte integrante de los autores del cómic. Esto provocaba unas expectativas que, como mínimo en esta serie, no se cumplieron. Así, el nombre de Emilio Gallego Zambrano tomó relevancia y quedó relacionado para siempre con Otakuland en la época donde la editorial trabajó como editora de mangas (aproximadamente entre Mayo 2002 y Agosto 2006, cerrando el manga que nos ocupa su papel como editora, junto con Santuario) para luego desaparecer, al menos del sector del manga. También trabajó para Mangaline, Banzai y Glénat.

Todos estos detalles sobre la edición de Otakuland no tendrían más importancia debido al hecho de que el manga está totalmente descatalogado, solo pudiéndose encontrar de forma completa en Salones. En cambio, sí poseen cierta relevancia debido a que la nueva edición de Mondadori conserva la misma traducción aunque, hasta donde sé, se ha mejorado la reproducción y la rotulación (de ahí el competitivo precio). Gracias al usuario de Twitter Antonio Hilario (@MegaPoitier), podemos ver algunos ejemplos el cambio de rotulación pero no de traducción, aunque parece que se han arreglado alguna frase poco entendedora. La rotulación parece más profesional y constante. También se detecta una reproducción bastante mejor. Habiendo examinando mínimamente los volúmenes en tienda, se comprueba a simple vista una mejor rotulación, mejor papel, algunos errores subsanados (pero no el fondo de la traducción), viñetas más grandes pero de buen tamaño y mejor edición general. El único punto negativo es que se ha editado de forma occidental, pero me imagino que el público que conoce la editorial (no muy cercana al mundo de los cómics) no aceptaría una edición «al revés». Desde luego si no se tiene la edición anterior es una muy buena opción. Incluso valorando la pérdida de la lectura oriental, uno puede pensar en comprar la nueva (en las comparativas, a la derecha) sustituyendo la antigua (ocupando la parte izquierda de las fotografías comparativas de ediciones).

Este relato nos enseña la importancia de la lucha psicológica en ciertos momentos extremos: no perder la cabeza, mantenerse en forma, el ejercicio físico como vía de escape, pero también intelectual, con una pequeña y roñosa TV como escaparate a un mundo exterior que iba cambiando día a día (la caída de Saddam Hussein, por ejemplo), pero el prisionero va más allá: intenta descifrar qué hay detrás de las imágenes, una “ingeniería inversa” que le mantiene ocupado intelectualmente durante los largos meses de cautiverio…. No dejarse vencer, fortalecerse física y mentalmente, no hundirse… ¿quizá era eso lo que querían sus secuestradores?

La lectura de Old Boy proporciona una sorpresa más allá de los giros de argumento: este manga no es tan violento como parece. El gran éxito de la versión en imagen real dirigida por Park Chan-wook y protagonizada por Choi Min-sik ha generalizado la idea que Old Boy es violento. Este es el poder del martillo. Un martillo que no aparece (o sí) en el manga pero que se ha convertido en un símbolo del cine coreano y a su portador en el representante del mercado asiático (hasta el punto que algunas webs dedicadas al tema lo tienen como avatar). En papel, ese que llaman Yamashita tiene pocas explosiones de violencia. No es su estilo, aunque no siempre se puede frenar.

Garon Tsuchiya no es la primera vez que publica en nuestro país, pero sí la primera que lo hace bajo su nombre. Anteriormente habíamos conocido sus guiones a través de seudónimos como Marginal o Caribu Marley. Con ellos ha publicado en España la vieja Assassination Blues (de la época de ediciones Viz en comic books de pocas páginas), Astral Project y una historia incluida en el Historias Cortas de Naoki Urasawa. Todas ellas bajo PlanetadeAgostini, aparte de la vieja edición de Old Boy por Otakuland y la nueva por Random House Mondadori. Nobuaki Minegishi sí es la primera vez que lo vemos dentro de nuestro territorio. Tiene varias obras en su haber versadas en el juego del Mahjongg (cierto es que en Japón hay un manga para cada cosa), curiosamente uno de los juegos preferidos de Yamashita.

Oldboy foto

Oldboy foto2El dibujo es bastante bueno, bastante de los 90, bastante denso, recargado, oscuro, con abundante detalle en fondos. Combina el trabajo manual de lineas cinéticas para dar volumen con tramas planas. También usa recursos fotográficos para calcar exteriores conocidos, como la torre de Tokyo o barrios céntricos. Tiene una buena planificación de página no haciéndose pesado en ningún momento. Al ser una historia con muchos altibajos y giros, las expresiones faciales deben reflejar muchos estados de ánimo de un mismo personaje, y lo consigue. Alguien que tiene pinta de ser amenazador puede estar cagado de miedo en pocas viñetas. Relacionado con esto, destacaremos que los ojos de los protagonistas son de estilo oriental (alargados), y poseen mucha fuerza. Transmiten los sentimientos y reacciones muy bien. Precisamente la edición de Otakuland destaca los ojos de Yamashita en sus contraportadas, creando un amalgama de sentimientos y reacciones a la historia, desde odio hasta miedo, pasando por dureza o incredulidad.

Valoración: Este seinen, autodenonimado “psicosuspense” por una de las protagonistas del mismo, es una lucha entre el bien y el mal, entre dos formas de entender la vida, del intento de una de ellas anular a la otra para validar y dar crédito a su visión sobre el mundo. Cuentas no resueltas del pasado que vuelven al presente, una cambiante historia de búsqueda de nuestros errores personales, de esos fracasos con otros compañeros tan dolorosos que prefieres olvidarlos. Es una lectura bastante amena e interesante durante la mayor parte de la historia, aunque el descubrimiento de la razón última del cautiverio de Yamashita por parte de Dojima no responde a las expectativas. Una repercusión exagerada para algo tan nimio. Hay una sensación general al hablar de Old Boy donde los lectores expresan su malestar por el motivo y ese final, especialmente el epílogo, a todas luces creado para dejar abierta la puerta a una continuación, sea cual sea el final entre secuestrador y secuestrado. La verdad es que es un poco decepcionante, pero quizá tal diferencia entre acto y consecuencia no sea mas que una forma de decirnos lo enfermo que puede llegar a estar Dojima.

Como decía, es una lectura bastante placentera y novedosa. A priori alguien podía pensar que, una vez fuera de la prisión, Yamashita se enfrentaría a mil peligros, enfrentamientos con yakuzas, jefes, sub jefes, y toda una horda de maleantes a los que superar cual videojuego de acción. Todo lo contrario, es mucho más tranquilo de lo que aparenta. Es más, a partir del cuarto tomo, la serie avanza hacia unos caminos más psicológicos y de regresión hacia el pasado, creando un punto de inflexión inimaginable al inicio de la lectura. Pese a un final bastante discutible y algunos errores de edición heredados de la versión anterior que aquí reseñamos, Old Boy es una buena lectura, recomendable a lectores que hayan disfrutado de thrillers como Monster, Santuario o Freesia.

¿Os acordáis de toda la gente con la que os habéis cruzado en la vida? Seguro que no. Escuela, trabajos, cursos, amigos de amigos….recordamos cierto número de gente, las que nos interesó en ese momento o entró en nuestras vidas. Uno no se acuerda del compañero de trabajo que tenía 10 mesas a la izquierda dentro de una gran oficina que abandonaste hace 15 años, su recuerdo se borra por superfluo. Pero cuidado, alguno de estos compañeros puede haber estar albergando odio hacía ti durante muchos años….y que de pronto os levantéis dentro de una prisión…Si pasa esto, recordad: encended la TV, os salvará la vida…

Oldboy perirle COM sean
Oldboy se come letras COM
Oldboy tranquilido COM
Combo de errores varios: confusión de letras, apellidos cambiados, palabras que no existen…

PD: Agradezco de nuevo a Antonio Hilario la paciencia que ha tenido conmigo a la hora de fotografiar viñetas concretas para poder hacer la comparativa de ediciones. Mil gracias!

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Juan Luis Daza
Autor
13 marzo, 2014 14:42

¡Articulazo, Jordi! Enorme trabajo 😉

perdidos
perdidos
Lector
13 marzo, 2014 16:07

Bien, hablemos del los grandes problemas que tiene este manga.

«si, la película es estupenda, pero el libro es la leche». Pues en este caso, es justo al revés. Como alguien este esperando una obra maestra, o algo al nivel de Monster, que se vaya preparando para la decepción porque no da el nivel ni de broma.

Y el segundo, que esta bastante bien reseñado, es que o bien en su traducción se utilizo el google traslator para hacerlo literal, como hacen muchos aficionados a traducir mangas, o es que el propio autor no tiene ni la menor idea de que quería decir, porque hay demasiadas frases que no se entienden.

Jordi T. Pardo
Autor
13 marzo, 2014 16:16

Gran artículo, Jordi.

«Pues en este caso, es justo al revés. Como alguien este esperando una obra maestra, o algo al nivel de Monster, que se vaya preparando para la decepción porque no da el nivel ni de broma.»

El manga tiene uno de los finales más ridículos y estúpidos que servidor ha podido leer en toda su vida. La cosa empieza bien, promete, la ambientación y el dibujo son muy buenos, pero cuando esperas que la historia vaya un paso más allá resulta totalmente decepcionante y absurda. Las motivaciones, las reacciones, decisiones y el sentido de la venganza de su autor son de todo menos creíbles. Ciertamente, la película le dio una dimensión y personalidad a la historia que el manga no tiene de ninguna manera (seguramente hasta la versión de Spike Lee es mejor), por lo tante, que nadie lo lea buscando algo parecido.

Mathieu
Mathieu
Lector
13 marzo, 2014 16:36

Estoy de acuerdo, en este caso la película es muy superior al cómic.

Jordi T. Pardo ha comentado:El manga tiene uno de los finales más ridículos y estúpidos que servidor ha podido leer en toda su vida. La cosa empieza bien, promete, la ambientación y el dibujo son muy buenos, pero cuando esperas que la historia vaya un paso más allá resulta totalmente decepcionante y absurda.

Y de eso adolecen, en mayor o menor medida, muchos mangas actualmente según mi opinión, incluidos los del venerado Urasawa.

Brainy5
Brainy5
Lector
22 marzo, 2014 21:50

Enhorabuena Jordi, estupendo artículo y un trabajazo.