Zona Manga: «Solanin» de Inio Asano

Inio Asano se está convirtiendo por méritos propios, y la ayudita de un par de editoriales, en uno de los autores «gafotaku» de moda en nuestro país. Lejos queda esa primera edición de Ponent Mon de su Nijigahara Holograph a la que nadie hizo caso, y que recientemente ha recuperado Milky Way con mucho más éxito. Parece que el público manga ya está preparado para recibir con los brazos abiertos otro tipo de manga, y buen ejemplo de ello es la buena acogida que tuvo La chica a la orilla del mar, así como la polvareda que ha levantado la edición de Solanin de Norma Editorial. Y de este último os queremos hablar, y como siempre es mejor contrastar opiniones, Oriol Estrada y Jesús Játiva os harán sus respectivas críticas.

 

Edición original: Vol. 1 & Vol. 2 Ed. JAP.
Edición España: Norma Editorial.
Guión: Inio Asano.
Dibujo: Inio Asano.
Formato: Rústica, 426 páginas. B/N.
Precio: 15.95€.

 

Hace ya muchos años que se habla de lo perdidos que están los jóvenes japoneses. Se habla de la destrucción de toda una institución del mundo laboral japonés: el trabajo para toda la vida. Esto era así antes, si lo hacías bien en el instituto, ibas a una buena universidad; si ibas a una buena universidad, encontrarías un buen trabajo; si tenías un buen trabajo, simplemente tenías que esperar a hacerte mayor para conseguir los pertinentes ascensos y subidas de salario; después te retiras y le amargas la vida a tu esposa, aquella mujer casi desconocida a la que no has visto mucho en los últimos 40 años porque te pasabas el día en la oficina, y la noche cenando con tus compañeros de trabajo. Quizás no es lo que muchos desearían, pero era algo que daba seguridad, y a los japoneses les gusta la estabilidad. Como decía, todo esto lleva años cambiando, existe ya toda una generación de jóvenes que pasa los años de un trabajo temporal a otro, a veces a media jornada y con un sueldo que difícilmente les va a permitir llevar el tren de vida que llevaron sus padres. No es de extrañar pues que nos encontremos con una juventud desorientada, y esto no significa que estén deseando que vuelva lo del trabajo para toda la vida, de hecho muchos aborrecen la idea, pero más allá de eso tampoco tienen claro qué pueden esperar del futuro, o qué pueden hacer con él.

Se dice que Inio Asano es uno de los mangaka que mejor ha retratado estos jóvenes; la voz de una generación, como se suele decir. Solanin es probablemente la obra que mejor recoge esa idea de esos jóvenes llamados “freeters”, o al menos es la que lo ha hecho de forma más evidente y exitosa (con adaptación a la gran pantalla incluida). Su principal protagonista es un claro ejemplo de lo que acabamos de explicar: ha salido de la universidad con un trabajo en una oficina, pero las perspectivas de seguir toda su vida así (o dejarlo cuando se case y tenga hijos), no le convence en absoluto. Deja el trabajo, vive de unos ahorros que irán disminuyendo rápidamente, y ve como su novio, que tenía un trabajo mal pagado y nada estable, toma la misma decisión. ¿Qué pretenden hacer con su vida? Pues intentar de una vez por todas que el grupo de música del chico funcione. Podría parecer la trama típica y tópica de película americana (y también japonesa) de “persigue tus sueños, con esfuerzo todo es posible”, pero estamos hablando de Asano, y no es que sea muy amante de los tópicos, ni de historias con un final feliz. Pero dejaremos aquí las cuestiones argumentales.

Aunque hay una protagonista indiscutible en esta historia, Meiko, se podría decir que Solanin es una obra más o menos coral. El autor da voz a todos los miembros de la banda en algún capítulo u otro, y nos muestra las distintas formas de ver y vivir el momento por el que están pasando estos jóvenes. Tenemos al que es incapaz de dejar atrás la universidad, y al que sus compañeros de facultad miran ya algo extrañados, y también está ahí al que parece que puede tener ya la vida resuelta, aunque no le entusiasme la idea de heredar la tienda de sus padres. Finalmente tenemos al novio de Meiko, Taneda, probablemente el personaje más difícil de leer, y en el que ella depositará todas sus esperanzas. En casi todos ellos veremos características de los típicos personajes de Asano, nunca son unos personajes planos, aunque de entrada puedan parecerlo. El autor nos dejará ver exactamente qué es lo que les pasa por su cabeza, en algún caso de forma muy literal y visual (y espléndida), en otras a través de la voz del propio personaje, que irá contemplando su vida casi como un espectador.

Lo cierto es que Asano nos muestra en Solanin que es capaz de explicar las historias y los sentimientos de sus personajes de muchas maneras distintas, de forma directa o indirecta, a veces con sutilezas, con una fugaz mirada del personaje. Y es que sin duda estamos ante uno de los mejores mangaka de los últimos años. Y aún así, el autor aún no estaba en la cima de sus capacidades como dibujante. ¿Es un dibujo fantástico? Sí, está muy por encima de la media, pero es que él mismo se ha superado en trabajos posteriores. Pero Solanin sigue siendo, de lo publicado hasta hoy en nuestro país, la obra más accesible para todo tipo de público. Porque la historia que cuenta resonará más fácilmente en el grueso de lectores que la vayan a leer, ya sea porque es algo que están viviendo ahora mismo, o porque ya lo han vivido. Además, se trata también de un Asano algo más contenido en cuanto a sus «idas de olla» famosas de otros manga (aunque si os fijáis en la mayoría de episodios os encontraréis con alguna viñeta o escena muy absurda – que a mí me parece que le dan un plus al conjunto).

En definitiva, Solanin es probablemente la mejor obra para conocer a Inio Asano (sin llevarse ningún susto), probablemente sea también una de sus obras más redondas. Es también un retrato generacional fantástico, y no solo de los jóvenes japoneses, ya que muchas de las cuestiones que plantea pueden ser universales. Por su dibujo, su forma de narrar, por su sensibilidad, probablemente estemos ante uno de los mangas del año.

Aunque Inio Asano ha ido entrando poco a poco en el mercado español, unas veces con mejor pie que otras, es sin duda uno de esos de autores que antes o después tenía que ser traducido. Sus obras gozan de esa suerte de buena crítica y buenas ventas y, aunque en un mercado poco maduro como el español, sus obras, al no ser tan fácilmente etiquitables, han sufrido cierto ostracismo, es ahora cuando por fin parece que se está solucionando. Y así, de una vez por todas, por la puerta grande, de mano de una de las editoriales grandes y traducido por uno de los grandes, llega la que es sin duda la obra más famosa del autor: Solanin.

Solanin va de un grupo de amigos de veintipocos que vive en la capital y tienen trabajos precarios y aburridos. No están satisfechos con su vida laboral ni con lo que ha resultado ser, en general, la vida. Las expectativas que les deparaba el futuro se las ha llevado el viento, y lo que les queda es la mera rutina y el aburrimiento que solo se rompe con momentos de ocio cada vez más esporádicos. ¿Dónde se quedaron los sueños de la adolescencia, qué paso con todo lo que la vida prometía? ¿Podré ser escritor, una estrella del rock, ganar mucho dinero y vivir repleto de lujos? ¿Tendré una vida plena o, más sencillo: seré feliz? El grupo de chavales que nos encontramos se dejan llevar por la corriente, un flujo inevitable que arrastra a todo el mundo, que lo amolda a unos limites sociales que hacen que se sientan presos, pero ¿qué es la libertad sin un propósito?

Solanin es una obra muy real y es difícil no sentirse identificado aunque sea por un breve instante con un personaje en cierto momento o con alguna situación determinada. Preguntas como ¿qué va a ser de mí? o ¿debería seguir este camino? rondan continuamente la mente de los protagonistas. Sin duda retrata muy bien ese momento de nuestra vida en la que nos sentimos como en callejón sin salida y estamos invadidos por la duda. Pero lo mejor de Solanin es que el autor es capaz de crear cierta carga dramática sin agobiar, no porque el libro se pueda convertir en algo denso, pues no creo que Asano crea que no vayamos a ser capaces de comprenderle, sino porque sabe desinflar la intensidad climática de la obra mediante pequeñas bromas que crean un equilibrio que nos muestra hasta qué punto es necesario tomarse en serio ciertas cosas. Creo que Asano usa esto como estrategia, pero también que está intentando decirnos que a pesar de todo no hay que darle demasiada importancia a las cosas si no quieres salir dañado.

Esta estrategia narrativa es una de las muchas que se pueden ver en esta obra. Solanin es un trabajo muy maduro y en él el autor hace gala de toda su habilidad. No me refiero solo al dibujo, que es excelente y que pertenece a esa generación de dibujantes como Kengo Hanazawa que se han decidido por un estilo realista en la estela de autores como Ôtomo, sino Asano domina a la perfección el arte de narrar en viñetas; hace uso de la elipsis para no caer en la redundancia; la página, como ha comentado en alguna entrevista, la ve como algo vertical: el dibujo no está dentro de un recuadro en los márgenes superior e inferior, agotando así la página, lo que crea una sensación de dinamismo cinematográfico. Por otro lado, Asano intercala escenas de un personaje con otro en la misma linea temporal para conducir al lector a su terreno y controlar así el tiempo narrativo. La secuencia que cierra la primera parte de la obra es perfecta en este sentido, casi como una obra de ingeniería en la todas las piezas encajan y que funciona a la perfección. El único punto negativo que le veo es la repetición de un mismo tema: la obra gira alrededor de esa idea de una generación perdida, lo que hace que Solanin sea hasta cierto punto obvia y repetitiva en algunos aspectos.

Pero no nos olvidemos de que Asano es muy joven, que en su producción hay muchas obras cortas y que en España solo hay tres publicadas. Es un autor que ha venido para quedarse y que va a dar mucho de que hablar. Y no me refiero con esto a que sus obras sean aún algo primerizas, en absoluto: son geniales y hasta diría que están demasiado bien hechas. Lo que quiero decir es que esto tan solo es el principio y que su obra va a seguir aumentando y mejorando, algo que sinceramente da miedo: que un autor tan joven y con tanto talento y ganas de trabajar exista es algo maravilloso que puede traernos muy buenos momentos.