Zona Negativa entrevista a Frederik Peeters

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textoalternativo Cuando en el año 2001 la pequeña editorial suiza Atrabile publicó un tebeo titulado Píldoras azules, muchos lectores quedaron gratamente sorprendidos por el desparpajo mostrado por su autor: el semidesconocido Frederik Peeters (Ginebra, 1974). La historia, de tintes autobiográficos, acreditaba la sensibilidad, el ingenio, y el talento que atesoraba este titulado en Comunicación Audiovisual; numerosas virtudes puestas de manifiesto a través de un trazo inconfundible, que invitaba a no perder la pista de este historietista.

Tras ver reconocidos sus méritos a través del Premio Jules Töpffer de la Villa de Ginebra de 2001 y la nominación al Premio Alph’Art al mejor álbum del Salón Internacional de Cómic de Angoulême de 2002, Peeters no tardó en confirmar las expectativas levantadas, protagonizando incursiones en los más variados géneros:desde la ciencia-ficción introspectiva de Lupus, hasta el policíaco hiperrealista de RG, pasando por las aventuras de la entrañable Addidas, narradas en Koma, o ese pequeño divertimento experimental titulado Constellation. Sin olvidarnos de las historias cortas realizadas para diferentes publicaciones, recientemente recopiladas por Astiberri en el tomo Dándole vueltas. Una nutrida y variada bibliografía que le ha servido para alcanzar con todo merecimiento una posición de privilegio dentro del panorama internacional.

A punto de publicar su nueva obra (Pachyderme), este talentoso historietista tuvo la amabilidad de dedicar un buen rato a responder las preguntas formuladas por David Fernández, José Torralba y Toni Boix, que podréis disfrutar a continuación gracias a la traducción realizada por Raúl Martín y el propio José. No sin antes agradecer al autor su infinita paciencia y amabilidad, entremos en materia…

[Versión original de la entrevista, en francés]

Entrevista a Frederik Peeters

Zona Negativa: En diferentes entrevistas aseguras que siempre te recuerdas dibujando, desde una edad muy temprana. Pero ¿cuáles fueron los tebeos que te cautivaron de forma más intensa durante tus primeras aproximaciones al mundo de la historieta?

Frederik Peeters: Mi infancia estuvo consagrada enteramente a Tintin. He leído todos los álbumes decenas de veces. Después, mis grandes descubrimientos de la adolescencia fueron Moebius, Otomo y el undeground americano: Clowes, Mazuchelli, Joe Matt, Crumb…

ZN: Probablemente, la absorción de influencias de otros autores será en buena medida un proceso inconsciente, pero ¿te has topado con algún autor que consideres que ha resultado decisivo en la conformación de tu propio estilo?

FP: Exactamente los que acabo de citar. Y después con el tiempo, el campo de influencia tiende a extenderse a otras artes: literatura, cine, pintura…


Moebius, Hergé, Crumb y Otomo: eclécticas influencias de Peeters

ZN: Durante tus comienzos profesionales, aceptaste encargos de ilustración. ¿Crees que la capacidad de síntesis necesaria en este campo es una de las claves para explicar la llamativa expresividad apreciable en sus personajes? Cuando asumes trabajos de este tipo ¿echas especialmente de menos el elemento narrativo-secuencial de los tebeos?

FP: No creo que mis trabajos en el terreno de la ilustración hayan influenciado mucho mi dibujo. Creo que concibo mi dibujo ante todo como un medio, complejo, delicado y lleno de matices, puesto al servicio de una historia, o de una ambientación, o como un medio de hacer vivir, por espacio de algunos segundos, un personaje, un sentimiento o incluso un rincón perdido del mundo.

ZN: En cuanto a la editorial Atrabile, imaginamos que a medida que ha progresado tu carrera, te has centrado en tu actividad como historietista, dejado de lado otras funciones. Pero, ¿cómo es el ambiente de trabajo de este colectivo? En vuestros inicios, ¿resultó complicado coordinar los proyectos en los que os embarcábais?

FP: Al principio se trataba de un grupo de amigos que se veían a todas horas en diversos lugares, y que pasaban su tiempo hablando de películas, libros y BD. Y después, progresivamente, algunos comenzaron a colaborar, hicieron cosas aquí y allí, y después todos esos elementos dispersos comenzaron a agregarse, surgieron los fanzines y después el primer Bile Noire, varias personas abandonaron progresivamente la estructura para no dejar más que un sólido núcleo de base y, finalmente, llegó la creación de Atrabile que, al principio, no era sino el resultado inevitable de una serie de experiencias, un pequeño laboratorio efímero. Después aparecieron los primeros libros, los fracasos, el amateurismo, los encuentros con otros editores y dibujantes franceses o belgas, y al cabo de varios años, llegó Píldoras azules. Con el éxito y el dinero común, Atrabile, y yo mismo, paralelamente, hemos evolucionado hacia una gran profesionalidad.

ZN: De la experiencia acumulada en revistas como Bile Noire, Lapin, Le Drozophile o Spirou, ¿cuál crees que ha sido más provechosa? ¿Te sientes cómodo en el formato propio de historias cortas –recopiladas recientemente en el tomo Dándole vueltas– o prefieres explayarte en álbumes más extensos?

FP: Es un camino. Una evolución. Las historias cortas fueron mi aprendizaje, mi pequeña escuela personal. Es allí donde he ensayado distintos caminos diferentes, titubeado, experimentado. Es allí donde, creo, apreció un tono, un estilo casi a pesar mío, y una serie de temas y de obsesiones que continúo explorando en mis libros más extensos. En aquella época no llegaba a visualizar un relato de largo recorrido, tenía miedo de cansarme o de perderme. Y hoy en día, ocurre lo contrario. Cuando debo reflexionar en un relato corto, tengo la impresión de que me falta espacio y tiempo para hacer evolucionar los personajes y las sensaciones. Me fuerzo a hacerlo de vez en cuando y pese a todo, porque siempre es un ejercicio enriquecedor, que fuerza a ir a lo esencial, a ser conciso y a quitar lo superfluo.


Imágenes correspondientes a tres historias cortas recopiladas en Dándole vueltas
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

ZN: Directo, honesto, sin tapujos, sin concesiones, sin rodeos… ¿Crees que ésta es la clave que ha permitido que Píldoras azules haya conectado a un nivel empático con muchos lectores?

FP: No puedo responder a esa pregunta. No quiero reflexionar sobre eso. Creo que si todo ha funcionado es porque no me he planteado ese tipo de preguntas. No hace falta que intente desentrañar las recetas y los mecanismos de mis propias obras. Lo hago mucho con las de otros, pero nunca con las mías. Tengo la impresión de que debo preservar una parte de inocencia y de imprevisibilidad. Y después, reflexionar demasiado sobre las causas del éxito de uno de los propios libros, es el principio del marketing.

ZN: Precisamente por el carácter espontáneo de esta obra, llegaste a afirmar que “iba muy rápido y no tenía tiempo de reflexionar. Por tanto, creo que lo que hay aquí no es algo realmente construido ni fruto de la reflexión”. Sin embargo, con la perspectiva que arroja el paso del tiempo, ¿extrajiste alguna conclusión? ¿Descubriste o reflexionaste alguna faceta de tu vida, personalidad o experiencia vital que de otro modo tal vez no habrías apreciado en su justa medida?

FP: Píldoras azules cambió mi vida en un momento gracias a una seguridad financiera, contactos con otros editores y algunas respuestas a algunas cuestiones que me planteaba. Pero hice ese libro hace nueve años. Para mí hace bastante tiempo que quedó atrás. Casi tengo la sensación de ser otra persona. Es demasiado tarde para sacar cualquier conclusión.


Portada y dos páginas interiores de Píldoras azules
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

ZN: Por su propia naturaleza, por la honestidad que emanan las páginas de Píldoras azules, resulta inevitable la exposición al lector de aspectos íntimos de tu vida, de pensamientos, vivencias y sentimientos que por regla general solemos guardarnos para nosotros mismos o compartir con quienes mantenemos una estrecha relación de confianza. ¿En algún momento albergaste dudas acerca de la decisión de publicar este trabajo?

FP: Jamás. Sobre todo teniendo en cuenta que por aquella época, no vendía más que algún centenar de libros. Hum… es más… cuando no se venden libros, uno no imagina que todo pueda cambiar de un día para otro, no se reflexiona acerca de eso. No. En aquella época estaba más ocupado con mi vida de pareja y de familia que con esa clase de cosas. Y después, tanto mejor si la gente tiene la sensación de compartir conmigo algo íntimo, pero para mí eso no cambia gran cosa, no puedo controlar ni saber cómo se recibe o se interpreta el libro. Cuando se publica, hace falta abandonarlo, separarse de él, pasar a otra cosa. La única cosa que cuenta, es el camino para fabricarlo, el proceso. Y por otra parte, la verdadera intimidad, las verdaderas cosas profundas y esenciales no las podemos compartir, no las podemos dibujar o filmar. Son minúsculas y únicamente humanas.

ZN: Constellation se podría clasificar como un experimento, a través del cual abordar una propuesta narrativa poco convencional. Pero también es una obra surgida a raíz de una serie de reflexiones que te planteaste tras los atentados perpetrados en los EE.UU. el 11 de septiembre de 2001. En este caso, ¿qué pesó más? ¿La necesidad de reflexionar acerca de estas cuestiones o el afán experimentador?

FP: No, la reflexión sobre el 11 de septiembre… es decir, el hecho de pensar inmediatamente que alguien iba a pagar por ese crimen y que serían finalmente inocentes quienes lo harían (cosa que pasó…) no fue más que la chispa inicial. La chispa que hace arrancar el motor. Pero el verdadero placer y el verdadero interés para mí vino a continuación, en la escritura y en la confección de la obra.


Portadas de Lupus, incursión de Peeters en la ciencia-ficción

ZN: Con Lupus exploraste el proceso de maduración y reconocimiento de la identidad propia del protagonista, la pérdida del idealismo y la asunción de la cruda realidad, apoyándote en la libertad que confiere un género como la ciencia-ficción para plasmar metafóricamente sus estados de ánimo. ¿Cómo surgió este proyecto? ¿Primero pensaste en la historia que querías contar y posteriormente el género más adecuado para hacerlo, o el proceso fue inverso?

FP: Partió de una broma mientras tomaba un café con la gente de Atrabile. Lancé la idea de que nosotros también podríamos lanzarnos a realizar una gran saga de ciencia ficción, como los grandes editores que ganan mucho dinero, en lugar de limitarnos a hacer pequeñas historias autobiográficas o raras. Nos reímos bien. Y después me lancé. Pero no sabía nada de antemano. Lupus no tiene guión, sino que lo improvisaba completamente a medida que dibujaba. Como Píldoras azules. Por esa razón comienzan con viñetas abstractas. En el tiempo que tardaba en dibujarlas, tenía dos o tres horas de meditación para elaborar un principio para la historia, una forma de comenzar. Y una especie de máquina se pone en marcha en mi cerebro, pienso en el tema permanentemente, tomo notas sin importar el momento del día, los personajes cobran vida y terminan por dictarme su conducta, varios elementos de mi propia vida se implican de forma retorcida en la historia, y cuatro años después, me despierto y tengo 400 páginas de ciencia ficción. Y lo más gracioso de todo es que a pesar de todo es un relato vagamente autobiográfico y bizarro.

ZN: ¿Tuviste muy claro su tono intimista y reflexivo, o en algún momento sentiste la tentación de dejarte llevar por los excesos y artificios tan propios de la ciencia-ficción?

FP: Sabía que no quería usar artificios. Sabía que no quería combates espaciales, ni lenguas, ni civilizaciones extraterrestres, y cada vez que tenía necesidad de introducir un elemento tecnológico, una nave, un arma o un artilugio, miraba alrededor mía y alteraba un objeto cotidiano. La nave de Lupus y Tony, por ejemplo, es un viejo exprimidor que estaba tirado en mi cocina. Y todos los decorados vienen de un libro sobre urbanismo de los años 60. Y tenía que los personajes estaban vestidos como si existiera una especie de H&M del futuro, no muy diferente a hoy en día. Me divertía corromper todos esos códigos y reducirlos a su mínima expresión.


Páginas interiores de Lupus
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

ZN: Llama poderosamente la atención que en relación a esta obra has comentado que “no tenía ninguna base, pero sabía que al construir un relato más largo, que se extendiera entre tres o cuatro años, tendría el tiempo suficiente para que entrasen en sus páginas elementos de mi vida personal que me sirvieran para la dramaturgia”. ¿Has seguido esta práctica en la construcción de otros tebeos? ¿Esta “incertidumbre deliberada” se limitaba a detalles dramáticos, o también a la estructura argumental de Lupus?

FP: El mejor ejemplo de este planteamiento fue cuando mi compañera se quedó embarazada de nuestra hija, y decidí servirme de las emociones de este acontecimiento para inyectarlas en la historia; me pareció una manera interesante de empujar a los personajes y, finalmente, revelarlos. Al principio de Lupus ni se piensa que Sanaa esté embarazada. En el primer volumen, Lupus sueña que oye a Sanaa y Tony hacer el amor. Y se convence de que es el producto de su imaginación y su angustia. En ese momento hasta yo estaba convencido. Y después hacia el final del volumen 2, decido que de hecho Sanaa y Tony efectivamente hicieron el amor, y que Lupus se ha convencido de los contrario. Es muy divertido. Fue una extraña suerte el haber dibujado ese pasaje tan extraño en el primer volumen. Cuando se improvisa, es necesario saber dejar agujeros ambiguos al principio para poder volver sobre ellos hacia el final.

ZN: Koma representó una de tus primeras experiencias en cuanto a trabajos colaborativos con guionistas. Acostumbrado a trabajar sobre tus propios guiones, ¿cómo viviste la colaboración con Pierre Wazem? ¿Estás plenamente satisfecho con el trabajo de Albertine Ralenti en el coloreado de sus lápices? ¿Varía mucho tu modo de dibujar si sabes que tus lápices serán coloreados por ti mismo –como en RG– o por otra persona?

FP: Muy satisfecho. Todo fue muy fácil, sin ningún obstáculo. Estoy muy contento con el trabajo de Albertine, me ha sorprendido a menudo para bien, pero sentía que era necesario que me lanzara con mis propio colores. Es muy tentador poder controlar la elaboración de un cómic de cabo a rabo, sin ningún tipo de intervención exterior. Fue el caso de Pachyderme, el nuevo libro que sale en septiembre. Pero se hace también muy arduo y fatigoso. Mi próximo libro en Atrabile será con guiones de otro, y en blanco y negro con un estilo muy rápido, para descansar un poco. Como tonificarse después de un largo partido de fútbol.


Cuatro portadas de Koma, fruto de su colaboración con Pierre Wazem

ZN: Resulta complicado clasificar al lector potencial de Koma, pues aunque en sus inicios parece un relato infantil, a medida que avanza la obra comprobamos cómo el tono se recrudece. En este sentido, ¿cuál era vuestra idea incial? ¿Varió mucho a medida que se sucedían los volúmenes de Koma?

FP: Yo no tenía ni idea del guión de Koma. Tenía confianza con Wazem, quien me proporcionaba los álbumes de forma separada, de una vez y completamente escritos. Y tampoco quería conocer el desarrollo o el final. Quería conservar la capacidad de sorpresa, y ver cómo iba instalándose un ritmo, una tensión y una resolución final. Era muy placentero y descansado.

ZN: También fue la primera ocasión en la que un personaje infantil asumía el papel protagonista en una de tus obras. ¿Te resulto complicado adaptarte a Addidas?

FP: Addidas y el monstruo eran las dos únicas cosas que existían incluso antes del guión. Ya tenía entre manos a esa pequeña niña. Sabía que tenía el deseo de hacerla vivir a través de dibujos. Es por ello por lo que me dirigí a Pierre con los dibujos; porque sabía que él sabría escribir la historia de una niña pequeña mejor que yo. Y me encontré con que Wazem tiene una conexión muy íntima con la infancia y los personajes infantiles. Sabe cómo hacerlos hablar. Y cuando los diálogos están bien escritos, veo inmediatamente cómo hacer reaccionar a un personaje.


Páginas interiores de Koma: Addidas y su misterioso amigo
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

ZN: Koma está plagada de silencios que los inmensos ojos de Addidas llenan de emociones. A buen seguro que, en manos de un dibujante menos dotado que tú, dichos silencios hubieran perdido buena parte de su poder comunicativo. ¿Dichos “momentos detenidos” estaban en la planificación inicial del guión de Wazen o fueron añadidos tuyos?

FP: Durante nuestras primeras discusiones, nos pusimos de acuerdo acerca de los anhelos que nos unían. Y la lentitud y los silencios formaban parte. Tenemos eso en común. En nuestros relatos al menos. Para Koma, Pierre hablaba de escribir un «largo paseo».

ZN: En cuanto a RG, parece guardar en común con Lupus el hecho de tomar un género –en este caso el negro o policíaco– y despojarlo de algunos de sus más manidos clichés, con un retorno a los orígenes de ese mismo género en Francia. ¿La adscripción al polar más puro vino de la mano de las experiencias de Dragon o fue una decisión creativa? ¿Podría haberse concebido como un thriller al uso o el polar calmado, sereno y realista fue la vía natural?

FP: RG es en parte un proyecto de encargo de Gallimard. Fue un encuentro organizado. Hicimos una reunión en París con el editor de Gallimard, T. Laroche, Joann Sfar que dirige la colección y que trajo a Dragon, el propio Dragon, y yo. Fue allí donde se definió el tono del relato. Fue allí donde nos pusimos de acuerdo en el tono realista, basado en anécdotas reales vividas por Dragon. Al principio, yo no quería hacer un polar, ya que me interesa la vida particular, inesperada, de cualquiera. Resulta que era policía. Podría haber sido terrorista o monje budista. Así es como abordé el proyecto. El aspecto del polar francés vino más tarde, cuando recabé las anécdotas de Dragon y me di cuenta de que iba a ser necesario construir un guión, diálogos, reescrituras y ritmo alrededor de esas anécdotas.

ZN: En el prefacio al primer tomo de RG, Joann Sfar cuenta que no te interesaba en RG hablar de persecuciones, tiroteos y demás, sino que le interesaba la realidad. ¿Era este también el enfoque de Dragon o él se inclinaba más por introducir el elemento dinámico de su profesión? ¿Cómo se concilian las anécdotas dispersas del día a día de un policía real con la necesidad de realizar una obra cerrada de ficción, con presentación, nudo y desenlace?

FP: Es un equilibrio a buscar. Era sobre todo yo quien le empujaba a contarme anécdotas animadas y llenas de acción. Si no, la verdadera vida de un poli no sería para nada interesante. La policía pasa un montón de tiempo enorme esperando y aburriéndose. Hay muy poca tensión dramática en su trabajo. Sin embargo, todo lo que me ha contado es cierto. Aunque varios acontecimientos hayan salido de investigaciones muy distintas. O si queréis, podríamos decir que me ha dado los huevos, la harina, los tomates, los ajos, las zanahorias, la carne, el queso y me ha dicho “ahí lo tienes, te toca preparar buenas lasañas”.


Portadas y páginas del «polar» R.G.
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

ZN: Al parecer, hubo ciertos desencuentros con Pierre Dragon, pero ¿crees que el algún momento os animaréis con un tercer volumen de esta serie? Y por otra parte, sabiendo que también te encargabas de los guiones, ¿no es viable de que continúes este proyecto en solitario?

FP: No puedo continuar solo porque el personaje y el nombre de la serie nos pertenecen a medias. Y no, no hay reconciliación posible y no habrá tercer volumen. Pero creo que los dos volúmenes que hay funcionan bastante bien tal y como están.

ZN: ¿Qué nos puedes comentar acerca de Pachyderme, nuevo proyecto que publicará el próximo mes de septiembre la editorial Gallimard? ¿Qué otros proyectos te esperan en el futuro más inmediato?

FP: Pachyderme es una historia tiene lugar en un hospital de la Suiza francesa en 1951, y que navega entre el romanticismo, el espionaje y el onirismo simbólico. Los personajes principales son una mujer casada, pianista, burguesa, que intenta encontrar a su accidentado marido; y un cirujano alcohólico, virtuoso, seductor y decadente. Y tengo varios proyectos inminentes, como todos. El libro en el que estoy trabajando se llamará Château du Sable, y tiene un guión de Pierre-Oscar Lévy, un cineasta francés.

ZN: Aún siendo plenamente conscientes de que dependería del tono y los requerimientos de cada obra en concreto, ¿te sientes más cómodo trabajando en blanco y negro o en color?

FP: Me siento cómodo pasando de uno a otro. Depende de la historia que se cuenta.


Frederik Peeters en su estudio

ZN: Autobiográfia, ciencia-ficción, policiaco, aventuras… a lo largo de los años has abordado numeros géneros. ¿Cómo adaptas tu estilo a las particularidades y requerimientos de cada uno de ellos? ¿Cómo valoras tu propio proceso de evolución desde tus inicios profesionales hasta el momento presente?

FP: Cambio a menudo para evitar aburrirme. Cuando se dice que uno se va a pasar varios meses centrado en un trabajo, se procura elegir bien y cambiar de horizontes, creo. Y no miro mi carrera. No miro mucho al pasado, no es mi estilo. A veces, tengo la impresión de estar en un tren lanzado a gran velocidad y que, un día, seré abuelo, y que moriré sin haberme enterado de nada. Mientras tanto, intento ser feliz y hacer los mejores libros posibles para mí. Junto a la gente que quiero, es verdaderamente la mayor fuente de felicidad de la vida.

ZN: El Premio Töffer de la Villa de Ginebra, la nominación en 2002 al Premio Alph’Art al mejor álbum del Salón de Cómic de Angoulême, o el las nominaciones y la concesión del Essentiel de Angoulême… ¿Cuál ha sido el premio o reconocimiento público que te ha hecho mayor ilusión y el que consideras ha repercutido de forma más positiva en tu carrera profesional?

FP: La nominación por Píldoras Azules, aún sin haber ganado el premio. Básicamente porque el año anterior yo era totalmente desconocido y no vendía libros. Y el hecho de encontrarme en la entrega de premios fue un cambio enorme. Si no fuera ése, sería el primer premio por el cuarto volumen de Lupus porque, junto a Pachyderme, creo que es mi libro preferido.

ZN: ¿Podrías comentarnos a grandes rasgos los materiales tanto artesanales –tipos de lápices, pinceles, etc…– como informáticos que utilizas de forma más frecuente, tanto en relación al dibujo como al coloreado?

FP: Papel de fotocopia A4 de 120 gr/m2 o papel de acuarela Canson de 24×32 cm, lápiz HB, pincel-rotulador Pentel, pincel y tinta china, pluma y tinta china, rotulador Pilot Hitechpoint 0,5 y para el color una tabla digitalizadora Wacom A3, Photoshop en un Mac de 24 pulgadas y a veces acuarelas Rembrandt, de la casa Talens. Eso es todo.


Los muertos vivientes de Peeters: autorretrato, Bob Dylan, Paul Auster y Steven Spielberg
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

ZN: En octubre de 2008 publicaste la primera entrada del blog Portraits as living dead. ¿Cómo surgió la idea de «zombificar» a estas personalidades?

FP: Al principio, quería solamente entrenarme en la técnica de la acuarela con una disciplina diaria. Y quería un tema más estimulante que los paisajes de las montañas suizas. Pero no sé de dónde vino la idea. Me sobrevino un noche en mi cama, justo antes de dormirme. De hecho, buscaba desde hacía un tiempo una idea para abrir un blog. Pero sin hacer nada de BD. Una idea adaptada al formato, al soporte, una idea simple y clara, con una nueva entrada a diario, y una idea que pudiera ser accesible sin importar el lugar del mundo. Y después, mientras lo hacía, multitud de explicaciones me vinieron a la cabeza, ecos, visiones, sobre la búsqueda de la inmortalidad que se oculta tras la celebridad hoy en día, el informativo que nos entretiene con nuestros muertos ilustres, la muerte cerebral, etc. Es una idea a priori estúpida, pero con el conjunto de los retratos se crea algo hipnótico e interesante.

ZN: Precisamente en septiembre de ese año, el Festival Internacional de la BD de Laussane acogerá una señalada exposición acerca sobre este proyecto. ¿Se expondrán todos los originales o solamente una selección? ¿Será itinarante o solamente se expondrá en Laussane?

FP: Estarán presentes todos los 200 ejemplares. Dispuestos muy juntos, los unos con los otros, como para figurar una invasión masiva. Debería ser bastante bello. Pero nada más está previsto por ahora.

ZN: Por nuestra parte, nada más. Tan sólo agradecerte tu amabilidad por habernos concedido esta entrevista, y desearte la mejor de las suertes en tus proyectos presentes y futuros.

FP: Gracias.

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leox
leox
Lector
9 julio, 2009 18:07

En plan marujeo: ¿Qué es lo que le pasó a este hombre con Dragon?, parece que fue algo gordo por el «no hay reconciliación posible». Una pena, se quedó aparcada una de las mejores series que me he llevado a los ojos de los últimos años… y en un momenot que parecía que RG iba a mas en calidad y en profundizar en los personajes.

rorschach
rorschach
9 julio, 2009 18:28

Estupenda entrevista. No se puede contar más en menos.

Se le ve muy sincero hablando de los premios y lo que significó para él Píldoras Azules o el proceso creativo de Lupus, donde podría haberse tirado algún pegotillo metafisico-cuántico.

Yo por mi parte sigo saboreando a poquitos el «Dándole Vueltas», con esa mezcla de humor negro y mala leche tan estimulante.

Javier Mora
Javier Mora
9 julio, 2009 19:54

¡¡Excelente trabajo!! ¡¡Bravo!!

damián
damián
Lector
10 julio, 2009 0:03

Que alguien edite Les Miettes, en Francia está agotado hace siglos…  Yo lo tuve en mis manos y lo dejé escapar.  Hay otra obra inédita en castellano que se llama Onomatopées, alguien se anima??

quince
10 julio, 2009 10:34

Muy buena entrevista!! Un tio muy interesante, gracias por la entrevista!!

dario
10 julio, 2009 11:12

Empece a leer Píldoras azules y los dos primeros capítulos me parecieron bastante chungos, casí lo dejo, pero a partir de cierto giro inesperado… todo vale la pena y mucho. Un gran cómic.

Javier Mora
Javier Mora
10 julio, 2009 12:15

Que si me ha gustado?? En líneas generales hacéis muy buenos trabajos pero esta entrevista me ha gustado especialmente. Lo dicho: ¡bravísimo!

Phoskito
Phoskito
Lector
10 julio, 2009 20:08

Magnífica entrevista, y magnífico entrevistado.Mi admiración por Peeters ya era enorme, pero tras leer esta entrevista es aun mayor.

Benkei
Benkei
12 julio, 2009 0:45

¿Por qué sale Ruiz Gallardón con unos cuantos años menos en el dibujo de presentación?

EduXavi
13 julio, 2009 16:36

Muchas gracias por la entrevista chicos!!! Frederik Peeters puede que sea uno de los autores más interesantes dentro del panorama de la BD hoy en día… sus obras desprenden un no sé qué que las hacen únicas y muy interesantes para el lector que quiere rascar lo superficial para sumergirse en algo más profundo, sea cual sea la temática a la que se enfrente el autor.