El de Rafael Albuquerque (Porto Alegre, Brasil; 1981) es un claro ejemplo de que la persistencia sumada al talento bien puede propiciar un reconocimiento profesional tan vertiginoso como merecido, cosechado durante los últimos ocho años. Tras comenzar su fulgurante carrera en el casi desconocido mercado egipcio, afrontó su desembarco en el competitivo panorama americano a través de la editorial Boom! Studios, adquiriendo un provechoso bagaje en títulos como Jeremiah Harm, Savage Brothers o Pirate Tales. Como todo parecía indicar, su talento no pasó inadvertido para los responsables de las grandes editoriales, siendo DC Comics la que se llevó el gato al agua al ofrecerle los lápices de una remozada versión de Bluee Beetle. Inquieto por naturaleza, el historietista brasileño aprovechó su rapidez para compatibilizar diferentes encargos de Marvel Comics y la «Distinguida Competencia» con el desarrollo de proyectos propios como Crimeland o Mondo Urbano; obras más personales en los que dar salida a filias temáticas e intereses compartidos con diferentes compatriotas pertenecientes a una de las generaciones de historietistas más destacadas, convertidos en colaboradores. Todo ello mientras su popularidad continuaba en aumento, hasta el punto de permitirle encargarse de dos de los personajes más icónicos del Noveno Arte, a través de la cabecera Superman/Batman.
Pero la explosión definitiva llegaría durante el año pasado, cuando se embarcó junto al guionista Scott Snyder en American Vampire; una colección que, apadrinada por el mismísimo Stephen King, no solo se ha convertido en una de las cabeceras más destacadas de la alicaída línea Vertigo, sino que además ha derivado en la consecución de los prestigiosos Premios Eisner y Harvey en la categoría de «Mejor nueva serie».
Aprovechando nuestra presencia en las XVI Jornadas Internacionales del Cómic de la Villa de Avilés, tuvimos ocasión de hablar largo y tendido con el autor brasileño, repasando al detalle algunos de los puntos más destacados de su trayectoria profesional a través de la entrevista que os ofrecemos a continuación (no sin antes agradecer a la organización de las Jornadas las facilidades dadas para que se pudiera realizar, al propio autor por su amabilidad y paciencia, y a José Torralba por el desempeño de tareas de transcripción).
Entrevista a Rafael Albuquerque
Rafael Albuquerque.- A mí de siempre me gustaron muchos los superhéroes, desde que era muy chico, aunque no supiera distinguir los autores. Pero hay muchas referencias habituales que tengo desde hace tiempo. Creo que John Byrne, Neal Adams, historietas europeas como Astérix… esto cuando era más chico, más niño. Un poco después, cuando ya era adolescente y sabía que quería hacer cómics y trabajar en esto, Jim Lee, Marc Silvestri y todos los artistas de Image me gustaban mucho. Especialmente Marc Silvestri. Y después John Buscema, Walter Simonson, Frank Franzzeta, Ivo Milazzo –que es un dibujante italiano–, Eduardo Risso, creo que son los que más me han marcado. Y Frank Miller, seguramente. Ciertamente me estoy olvidando de alguno pero… creo que estos son los más importantes.
D.F.- Cuando llegó el momento de empezar a plantearte la viabilidad de hacerte un hueco dentro del mercado americano, es de suponer que la presencia de compatriotas como Mike Deodato o Roger Cruz en las grandes editoriales resultó determinante…
Rafael Albuquerque.- Sí porque, cuando empecé a querer trabajar, que tendría unos catorce o quince años, esos autores estaban en todo lo alto, y había un boom de dibujantes brasileños como Roger, Deodato… y abrieron mucho el mercado para nosotros. Y hay una agencia de dibujantes de Brasil llamada Art Comics y de ahí creo que han salido casi todos los dibujantes brasileños, como Ivan Reis, Renato Guedes… Yo no era profesional. Hacía algunas muestras para enviarlas pero nunca tenían buena recepción. Empecé un poco después a intentarlo solo y a hacer cosas para las editoriales más chicas por internet, por mí mismo y de forma diferente a los demás.
D.F.- Profesionalmente, abordaste tus primeros trabajos dentro del campo de la ilustración, ¿no?
Rafael Albuquerque.- No, casi que no. Una o dos cosas. Nada muy grande. Pero sí: los primeros trabajos profesionales que hice fueron en diseño y publicidad, sobre todo jugando con la tipografía y ese tipo de cosas. Pero de alguna manera creo que me ayudó porque me dio una formación en diseño más que en solamente ilustración.
D.F.- Precisamente mi pregunta iba orientada en ese sentido: aún tratándose de una disciplina que poco tienen en común con la historieta, imaginamos que esta experiencia habrá resultado de gran utilidad a la hora de adaptarse a la rigidez de los plazos de entrega, o incluso desempeñando tareas de portadista, a la necesidad de conjugar la síntesis y condensación de información con un diseño atractivo…
Rafael Albuquerque.- Sí claro. Es la cosa más rica que tengo, porque fue una experiencia muy mala la de hacer publicidad en Brasil o en Río. Pero a la vez tenía que estudiar mucho (a mí me gusta mucho la tipografía y el diseño en general) e intento usar esto para las portadas que hago, la composición de la página, el color… todo esto creo que de alguna manera me ayudó.
D.F.- Tus primeros trabajos como historietista resultan realmente curiosos, ya que surgieron a raíz del contacto con AK Comics, editorial egipcia que si no estamos equivocados, te conocieron a raíz de portafolios on-line y tu participación en foros como DevianArt. ¿Cómo surgió esta posibilidad y de qué modo afrontaste este primer encargo profesional? ¿Tuviste problemas con la barrera idiomática y el inevitable choque cultural?
Rafael Albuquerque.- Un poco sí, pero no tanto. El dueño de esta editorial vivía en Estados Unidos aunque fuera de Egipto, y todo se hablaba en inglés. Sin embargo, en las historias había alguna otra cosa que sí. Eran historias muy parecidas a las americanas pero había algunas cosas que no podía mostrar, como el abdomen o el ombligo de las chicas, por motivos culturales. Había que hacer alteraciones pero no mucho más. Todo bien.
D.F.- Tras este debut, en 2005 llega la oportunidad de desembarcar en el mercado americano, y más concretamente en la editorial Boom! Studios, donde parecen tener un gran ojo para fichar a nuevos talentos; allí, además de encargarte de tres números de Savage Brothers y de Pirate Tales, tuviste ocasión de colaborar ni más ni menos que con Keith Giffen y Alan Grant en la miniserie Jeremiah Harm. ¿Qué tal resultó la colaboración con dos autores que acumulan tanta experiencia en el mundo del cómic?
Rafael Albuquerque.- Fue un año en el que ocurrió todo muy seguido, porque estaba haciendo cosas para los egipcios, muestras para la primera Convención del Cómic de San Diego a la que pude asistir, y estaba haciendo una novela gráfica con un guionista brasileño para Image… Crimeland. Estaba haciendo todo al mismo tiempo. Y entonces los editores de Boom! vieron las páginas de Crimeland y les gustaron, y me llamaron para hacer Savage Brothers. Pero, como tenía un poco de tiempo antes de empezar la producción y el dibujante de Jeremiah Harm estaba muy retrasado, me llamaron para hacer dos números. Así conocí a Giffen y Alan, algo que fue muy importante porque después, en 2006, cuando fui a buscar trabajo de nuevo en la Comic Con, conocía personalmente a Keith y fue él quien presentó mi trabajo a los editores de DC. Y así empecé a trabajar en Blue Beetle.
D.F.- ¿Conociste a Mark Chiarello y Dan DiDio a través de Keith Giffen?
Rafael Albuquerque.- Sí. Creo que Keith tuvo alguna influencia en la contratación. Le gustó mi trabajo en Jeremiah Harm, sabía que cumplía los plazos, otro dibujante estaba retrasado también, y creo que promovió un poco la cosa.
D.F.- ¿Qué aspecto de tu trabajo les llamó más la atención? ¿Sabes por qué decidieron que eras el autor idóneo para asumir una serie regular como Blue Beetle?
Rafael Albuquerque.- No sé decir, pero creo que fue la expresividad del dibujo. No sé el caso concreto de ellos, pero la mayor parte de las personas allí comentaban que era un dibujo que tenía una espontaneidad que les gustaba. Los personajes expresivos y demás.
D.F.- Ese primer encargo -el relanzamiento de Blue Beetle– propició un breve reencuentro con Keith Giffen. Pese a tratarse de una serie “menor” dentro de DC, y de estar protagonizada por un personaje recién creado (Jaime Reyes), nueva encarnación de un superhéroe secundario, recibisteis muy buenas críticas. ¿La experiencia previa junto a Giffen facilitó la transición a DC? ¿Te sentiste más arropado?
Rafael Albuquerque.- Creo que sí. Cuando empecé a trabajar en Blue Beetle, Keith salió. Pero seguramente su trabajo constituyó una base fuerte para el guionista que vino después y yo estaba familiarizado con el universo de Blue Beetle también.
D.F.- Como apuntas, uno de los aspectos que más destacan de tu trabajo en Blue Beetle es que, pese al diseño del personaje (que luce un uniforme en el que prima el color negro, con una máscara que cubre todo su rostro), consigues dotarlo de una gran expresividad, adquiriendo gran importancia el lenguaje corporal de forma que logras transmitir a la perfección su estado de ánimo. ¿Te resultó complicada asumir esta faceta, teniendo en cuenta el diseño del personaje?
Rafael Albuquerque.- Un poco cuando lo empecé a hacer. Pero después trabajas tanto cada día –trabajé en Blue Beetle durante tres años– que sale casi de forma automática.
D.F.- De un personaje secundario, pasaste a los dos grandes iconos de DC, a quienes tuviste ocasión de dibujar en un par de entregas de Superman / Batman (#52 y 52, guiones de Michael Green y Mike Johnson). ¿Qué supuso para ti encargarte de dos grandes iconos del Noveno Arte? ¿Qué interpretaciones de los grandes dibujantes que han tratado a ambos personajes inspiraron tu propia visión del Hombre de Acero y el Caballero Oscuro?
Rafael Albuquerque.- Cuando llevaba ya tres años en Blue Beetle y se acercaba el final de la serie yo quería parar un poco. Estaba cansado, quería hacer algo nuevo y tenía mucho miedo de que los editores pensaran que yo era un dibujante que sólo hacía personajes juveniles. Quería hacer algo distinto y me estaban ofreciendo Teen Titans, Robin… no quería hacer ninguno, porque habría sido como decir que sí era [ese tipo de dibujante]. Entonces conocí al editor Eddie Berganza en Brasil, en una convención. A él le gustaba mi trabajo pero no confiaba mucho en mí, y yo le dije que me gustaría hacer Batman o Superman. Le mostré ilustraciones que había hecho para mí, que eran muy distintas a lo que hacía en Blue Beetle y más parecidas a lo que hago hoy, y le impresionó. Era muy distinto y no lo esperaba. «Quiero hacer esto: o éste o éste ¿vale?». Además yo estaba con el contrato de exclusividad con DC casi terminando y si no me pasaba algo que me encantase me iría con Marvel. Y me dijo… «bueno, no tenemos a nadie en Superman/Batman ¿te apetece?» [risas] De todas formas me pasó dos números antes, casi como una prueba, y luego ya me confirmaron como dibujante oficial. Pero sólo pude hacer cuatro números antes de que me invitaran a hacer American Vampire.
D.F.- Pese a que con el paso del tiempo tu agenda está cada vez más apretada, siempre te las has apañado para compaginar encargos de las grandes editoriales con proyectos más pequeños o antologías. Podemos apreciar un ejemplo de esta práctica en antologías como 24Seven, Tales of the Fear Agent, Strange Adventures (junto a Jim Starlin) o un especial de Madman. ¿Qué te aportan este tipo de encargos, en comparación con otros? ¿Agradeces “oxigenarte” de vez en cuando centrar tu atención en este tipo de colaboraciones, que te dan la posibilidad de trabajar con nuevos autores?
Rafael Albuquerque.- Ehmmm. La cosa es que yo soy un dibujante rápido. Algo que es bueno. Puedo hacer un número para DC y hacer también diez páginas más al mes. Lo llevo bien.
D.F.- ¿Incluyendo el entintado? [sorprendido]
Rafael Albuquerque.- Sí, también. Soy rápido. Porque tengo un estilo muy suelto. Entonces no me resulta complicado… bueno algunas veces sí, porque esto es como un trabajo… pero no me resulta complicado hacer un proyecto paralelo si tengo tiempo suficiente. Estas antologías no tienen fechas de entrega tan rígidas. En tres meses se pueden hacer seis páginas. Está bien, no es tanto. Y a mí me encanta hacer cosas distintas. Como te decía: no quería hacer personajes juveniles no porque no me guste, sino porque no quiero hacer sólo eso. Quiero variar siempre. Estoy haciendo terror. Me gusta hacer comedia. De todo.
D.F.- Además de estas participaciones en antologías desarrollas proyectos personales, con un par de obras de creación propia como por ejemplo la ya mencionada Crimeland. Un volumen que realizas junto a Felipe Ferreira e Ivan Brandon también…
Rafael Albuquerque.- Sí, Felipe es el guionista e Ivan nos ayudó un poco con los diálogos en inglés, pero él no es guionista. Ivan hizo la traducción de portugués a inglés.
D.F.- En Crimeland os adentrabais en el género negro. ¿Cómo surgió ese proyecto y qué referentes e influencias tuvisteis a la hora de meteros en ese mundo criminal en el que hay tantas obras de ficción de las que tirar?
Rafael Albuquerque.- A mí siempre me gustó mucho este mundo noir, de crimen… Y a Felipe le gustan mucho las películas de kung fu de los años ochenta. De alguna manera conseguimos mezclarlo, porque la historia se divide en tres períodos distintos en los años sesenta, setenta y ochenta. Y pude dibujar todo y ahí están todas las referencias de lucha. Hay cosas más cómicas (que es lo que le gusta a Felipe) pero también es denso (que es lo que me gusta más a mí). Una buena mezcla.
D.F.- Otro proyecto personal que has desarrollado es Mondo Urbano, pero ¿es ésto es lo mismo que Rumble in la Rambla?
Rafael Albuquerque.- No, no, no. Rumble in la Rambla era el nombre original de Crimeland. Fue anunciado como Rumble in la Rambla pero no se llegó a publicar nunca con ese nombre. Cuando se publicó ya tenía el título de Crimeland. El nombre original de Mondo Urbano siempre fue Mondo Urbano, originalmente publicado en Brasil en cuatro volúmenes, en cuatro publicaciones independientes tituladas Power Trio, Overdose, Cabaret y Encore. Todas juntas son Mondo Urbano.
D.F.- … que se ha recopilado íntegramente en Estados Unidos, a través de un único tomo. En dicha obra trabajas con Mateus Santolouco, que también te ayuda en el segundo tomo de American Vampire, que se acaba de publicar en España.
Rafael Albuquerque.- Sí, porque nosotros teníamos un estudio juntos. Trabajamos juntos durante, no sé ¿tres, cuatro años? No. Cinco años. Mondo Urbano es una creación colectiva, casi como un experimento narrativo. Y para American Vampire esto también fue una indicación y mi editor, Mark, me preguntó si podía recomendar a alguien para hacer dos números. Mateo no estaba trabajando y envié algunos de sus trabajos a DC.
D.F.- En Mondo Urbano, donde también colaboras con Eduardo Medeiros, desempeñan un papel fundamental tanto la ambientación urbana como la música; y, aparentemente, la serie parece estar planificada para desarrollarse a lo largo de cinco libros. ¿Qué nos puedes comentar acerca del modo en que evolucionará y los objetivos que os habéis marcado?
Rafael Albuquerque.- Nosotros tenemos la idea de que más que sobre música la cosa va de personajes distintos con sus historias cruzadas. Entonces tenemos cinco volúmenes pero todos los personajes tienen influencia en la vida de los otros, a veces sin que lo sepan. Los libros son independientes, autónomos, puedes leer el primero o el tercero indistintamente, pero si lees todos comprendes la relación entre unos y otros. Tenemos la idea ya toda completa. El primer libro está listo. Tenemos el guión para el segundo, pero no tenemos tiempo de hacerlo. Así qeu no sé cuándo va a salir, pero creo que saldrá algún día…
D.F.- Comentabas antes que era como un experimento narrativo por la forma que tenéis de trabajar. Teniendo en cuenta que todos participáis en el desarrollo de la obra ¿cómo os organizáis? ¿qué criterios seguís a la hora de tomar las decisionesy definir el modo en que cada participa en el proyecto?
Rafael Albuquerque.- En el primer libro teníamos reuniones para eso. Porque todos escribimos, todos hicimos el guión juntos y todos dibujamos juntos. Por capítulos. Y cada capítulo era independiente. Todos teníamos que dibujar la misma cantidad de páginas pero al mismo tiempo escogíamos el capítulo más adecuado para el estilo de Eduardo, de Mateo o el mío.
D.F.- Y llegamos al 2010, año en que se ha publicado uno de tus trabajos más destacados: American Vampire. Un proyecto fruto de conversaciones mantenidas con el editor Will Dennis y su ayudante Mark Doyle desde NYCC 2009…
Rafael Albuquerque.- Conocí a Will cuando estaba haciendo Superman/Batman pero él me conocía muy bien por el trabajo que había salido ya en Brasil. Lo conocía, no sé cómo, y había visto en las páginas que tenía un estilo distinto al que estaba haciendo con los superhéroes.
D.F.- Precisamente con American Vampire vuelves un poco a ese estilo más suelto, propio de tus proyectos personales.
Rafael Albuquerque.- Es que es el que más me gusta; me resulta un poco más natural. Y a Will siempre le gustó ese estilo un poco más sucio. Y cuando lo conocí la cosa quedó en un «me gustaría trabajar contigo, pero no tenemos el material apropiado». Pensé que nunca vendría a contactar. Pero pasaron algunos meses y me llamó Mark diciendo «soy asistente de Will, ahora tenemos una cosa, ¿te gustaría hacerla? etc.». Pero no me dijo mucho porque Stephen King estaba implicado, y no se podía decir. Sólo me dijeron «ah, es una historia de vampiros». Y yo no quería hacer vampiros por todo el tema de Crepúsculo y esas cosas. «No, no quiero otro Crepúsculo«, contesté. «Naaaah, es distinto, te mando la idea». Y cuando la leí me gustó mucho porque no veo American Vampire como una historia únicamente de vampiros. Creo que es una historia sobre América. Es lo que me encanta. A mí me encanta la idea de «la conspiración» mucho más que lo de los vampiros. De la misma manera que Los Muertos Vivientes no va sobre zombis, sino sobre las personas. Y cuando lo leí comprendí que era una cosa distinta.
D.F.- Teniendo en cuenta que la serie, el guión, fue creado por Scott Snyder previamente ¿te dio mucha libertad a la hora de definir el aspecto gráfico de la colección y de los personajes o te dio una serie de indicaciones sobre cómo los veía?
Rafael Albuquerque.- Al principio mucho más que ahora, porque él tenía una idea en la cabeza pero se cambió mucho cuando yo me uní al proyecto. Como la idea del concepto de vampiro. Visualmente la idea se cambió mucho sobre lo que él ideó. Pero él siempre me dio muchas referencias de todo. De todo el guión me manda muchas referencias. A él le gusta mucho precisar y para mí es bueno; porque es más cómodo.
D.F.- Tratándose los vampiros de figuras, de arquetipos que han tenido tanta importancia en la ficción en general, con encarnaciones tan diferentes en literatura, cine o incluso televisión, ¿qué visiones te resultaban más atractivas? En los momentos más violentos de la serie la forma estilizada que tienen los personajes recuerda un poco al Nosferatu de Murnau (ver imagen)… ¿hay algún otro referente?
Rafael Albuquerque.- Nosferatu es una referencia para los vampiros europeos. Seguramente es lo que nosotros buscábamos. Pero sí: para cada tipo de vampiros tenemos referencias distintas en lo visual. Cuando estábamos haciendo el arco de la II Guerra Mundial ahí había algunos vampiros de Japón, y la influencia eran las máscaras Tengu que hacen los japoneses, porque el concepto era que los antiguos japoneses vieron vampiros y realizaron las máscaras pensando en ellos. Jugamos con la época y la cultura que se trata en cada momento.
D.F.- Resulta inevitable aludir a la colaboración de Stephen King en el primer arco argumental de la serie. Por una parte, porque ha resultado decisivo de cara a la promoción del libro; pero por otra, porque a nivel creativo ha terminado ejerciendo una influencia notable: no solo por el modo de estructurar sus guiones y la planificación de página, sino también por haber alimentado una alternancia estilística que resulta clave en la serie. ¿Cómo valoras ambos aspectos de su implicación en American Vampire?
Rafael Albuquerque.- Creo que Stephen es un como un padrino del libro. Scott lo conocía porque creo que estudió con sus hijos, aunque no estoy seguro. Scott quería una introducción para el libro, a Stephen le gustó mucho el concepto de American Vampire y le preguntó si podía escribir un número. Scott dijo «claro que sí, ¿por qué no? como quieras». Stephen comenzó a escribir la historia de Skinner y al final se cambió para que escribiera en cinco números. La cosa fue creciendo y se fue apasionando por la historia, adentrándose en su mitología. Seguramente gran parte del trasfondo de Skinner se debe a Stephen King… fue creado por él, de su puño y letra. Esto es lo que hace al personaje tan popular, carismático y exitoso. Porque es un maestro escribiendo.
D.F.- En cuanto a Scott Snyder, se trata de un guionista que pese a llevar poco tiempo dentro del mundo del cómic, ha logrado llamar la atención de los lectores -que valoran mucho su trabajo- y establacer con los dibujantes una dinámica colaborativa muy especial; de hecho, es habitual escuchar a Jock, a Francesco Francavilla o a ti mismo hablar muy bien de él. ¿Cuáles crees que son sus puntos fuertes y los aspectos que más te convencen del modo en que plantea la interacción con el equipo creativo?
Rafael Albuquerque.- Esto es la mejor parte de trabajar en American Vampire y es distinto de cualquier otro trabajo que haya hecho para editoriales grandes; para cosas que no sean independientes. Trabajamos con la mayor colaboración posible: no hay un jefe o algo así. Yo trabajo con el guionista, con el editor, con el colorista, con el rotulista… todos colaboran y pueden decir «Scott, no me gusta mucho esto, ¿qué opinas del asunto?» / «Bien ¿por qué no?». Lo mismo cuando no le gusta un boceto que hice… «Cambia la fase de..» / «Bien, ¿por qué no?
D.F.- Habláis con confianza, con libertad.
Rafael Albuquerque.- Con libertad. Todo muy colaborativo. Y creo que por eso a todos nos gusta el trabajo final. Porque lo hemos hecho todos juntos. No es como la producción de un coche. No es lo mismo.
D.F.- Antes comentamos que en la serie empleas ese trazo más suelto y sucio, tan característico de las obras que has realizado en Brasil. Además, la peculiaridad de que la historia de American Vampire se desarrolle en diferentes épocas te permite jugar con la ambientación y el proceso de documentación (vestimentas, arquitectura, etc.). ¿Cómo valoras esa amplitud de estilos que te permite la serie?
Rafael Albuquerque.- Es una de las cosas que más me gusta de American Vampire porque me encanta la idea de jugar con el cambio de estilo: usar un diseño o una técnica distinta que queda mejor para contar la historia. No quiero hacer todos los cómics que hago con el mismo estilo porque no son las mismas historias. En Blue Beetle lo haces de la manera que quede mejor para Blue Beetle; en American Vampire no puedes hacer lo mismo. Pero en American Vampire lo bueno es que sobre la misma base de terror el estilo cambia porque tenemos épocas distintas. Cada época tiene su propia identidad visual. Y estoy intentando buscar en el diseño de cada década la influencia adecuada para hacer las páginas. Aunque sean todas parecidas, las intento hacer todas distintas para que se adapten a su tiempo.
D.F.- Incluso el origen cultural. Esas diferentes razas de las que hablábamos.
Rafael Albuquerque.- Claro, claro.
D.F.- ¿Es ese estilo más suelto y sucio con el que tú te sientes más cómodo? Aun siendo un autor versátil, ¿ese es el trazo que te sale de forma más espontánea y natural cuando dibujas por puro placer en una libreta?
Rafael Albuquerque.- Sí, sí. Ése.
D.F.- Con American Vampire habeís ganado los premios Eisner y Harvey a la mejor nueva serie y también estáis nominados a los Scream Awards. ¿Cómo valoráis el éxito que está cosechando la colección y cómo condiciona este éxito los planes que tenéis en mente para la colección? ¿Tenéis pensado seguir mientras dure el éxito y la popularidad de la serie o hay un final y un horizonte temporal claramente establecido?
Rafael Albuquerque.- No. Hay un final porque no creo que vayamos a hacer historias de vampiros en el futuro. No lo creo (risas). Llegaremos hasta nuestros días y tenemos una idea de cómo termina. Seguramente si la publicación tuviera que cerrar el año que viene, adaptaríamos todo para dejarlo cerrado. Pero si tenemos más años vamos a hacerlo con más tiempo. Ahora bien, no sé si es tu pregunta pero nada de esto está pensado para ganar premios o ser nominado. Es muy bueno, un gran honor; pero no es lo que tenemos en mente cuando hacemos la historieta. Queremos hacer la mejor historieta que podamos.
D.F.- Imaginamos que debe resultar especialmente gratificante recibir críticas tan positivas, tratándose de una serie con la que os sentís muy cómodos…
Rafael Albuquerque.- Claro. Pero eso lo tenemos cada vez que leemos reseñas positivas… o negativas. Porque a mí me encanta leerlas. Tienes una noción de cómo es analizado tu trabajo por otros. Lo que está funcionando y lo que no está funcionando. Porque yo tengo una visión muy personal de esto, muy distinta de la tuya, de la de aquel o de la de cualquier otro. Es bueno tener otro punto de vista sobre lo que estás haciendo.
D.F.- En la actualidad, hay una importante comunidad de autores brasileños no solo trabajando en el mercado americano, sino también acaparando la atención de los medios especializados y cosechando diferentes premios y nominaciones a los premios más prestigiosos: Ivan Reis, Rafael Grampá, Gabriel Bá, Fábio Moon, Greg Tochinni, Roger Cruz, etc. ¿Tenéis ese sentimiento de comunidad? ¿Os habéis ayudado o aconsejado unos a otros en base a experiencias previas, o simplemente hay un punto en común como la nacionalidad, sin mucha más relación entre vosotros?
Rafael Albuquerque.- Creo que la historieta brasileña está en buenísimo momento ahora, en gran medida gracias a los gemelos [Ba y Moon], pero hay otros muchos dibujantes y creadores en Brasil haciendo cosas buenísimas sólo que no para Estados Unidos. Internacionalmente no son conocidos. Lo que creo es que es una cosa que está empezando ahora también. Idea de comunidad, la hay; estamos todos intentando hacer cosas juntos… pero no sé si hay algo establecido y fuerte. Creo que «va» a haberlo.
D.F.- Como última pregunta… a lo largo de tu carrera has probado con diferentes regímenes de publicación: grandes editoriales, editoriales pequeñas, locales en brasil, creator-owned y work for hire en Marvel o DC. ¿Cuál es tu valoración de estas distintas formas de publicar y las ventajas e inconvenientes que le ves a cada una?
Rafael Albuquerque.- Cada una tiene sus pros y sus contras, pero todo depende de lo que estés buscando. Si quieres plata, puedes hacer buena plata haciendo cosas para Marvel o DC, aunque puede ser que no te guste tanto. Pero si quieres plata, ¡bien! hazlo y ganas la plata. Si quieres hacer tu proyecto de la manera que concebiste, como quieres… no vas a ganar tanta plata, puedes no ganar plata y, probablemente, no vas a ganar plata. Y tal vez si no quieres una interferencia editorial tienes que publicar de tu bolsa y vas a gastar plata, no a ganarla. Pero vas a tener un libro lindo que te gusta mucho. Entonces… depende de lo que quieras.
D.F.- ¿Y en Marvel o en DC has encontrado bastante interferencia editorial?
Rafael Albuquerque.- Cuando yo hacía Superman/Batman, mucha. A mí no me gusta tanto trabajar con superhéroes de la forma en que trabajaba antes. Porque era, como te decía, la producción de un coche: en serie. Y a mí eso no me gusta nada porque no tengo control de nada. Y yo soy un controlador obsesivo.
D.F.- De ahí también que prefieras entintarte a ti mismo…
Rafael Albuquerque.- ¡Claro! No es que me guste… lo que no me gusta es la idea de otra persona entintando mi trabajo; y entonces lo tengo que hacer yo. Si pudiese me colorearía también, pero no tengo tiempo. Lo que pasa es que en Vertigo esto es distinto. Por eso te decía que es el mejor sitio en el que trabajar: porque tengo control editorial, trabajo con algunos de los mejores profesionales del mercado, en una buena editorial que da buena plata y yo soy cocreador del libro. Es lo mejor posible. Pero claro, yo tengo en la sangre un ramalazo indie y me encanta hacer algún libro de mi bolsillo.
D.F.- Volver a los orígenes ¿no?
Rafael Albuquerque.- Puede ser…
- Web oficial y galería en DevianArt de Rafael Albuquerque.
- The Beguiling y Cadence Comic Art: webs en las que adquirir originales del autor.
- Entradas del blog de Vertigo relacionadas con American Vampire y Rafael Albuquerque.
- Reseña de American Vampire, publicada en Zona Negativa.
- Artículo en la Wikipedia anglosajona y ficha en Comic Book Database. Además, una guía ordenada del resto de números de la colección en España.
- Entrevistas y artículos a lo largo y ancho de la red: Newsarama, Comic Book Resources, Dread Central, io9. Incluso en El País, con motivo del debut de King en el cómic. Recordad que nosotros también le dedicamos un especial al tema con motivo del anuncio oficial y de la salida del primer número.
- Entrevistas a autores invitados (oficiales y oficiosos) de las Jornadas de Avilés: R.M. Guéra, Tony Harris, Rafa Sandoval, Joan Boix (1 y 2), Nancy Peña, Mark Buckingham, Víctor Santos (1, 2 y 3), Pere Pérez (1 y 2), Enrique Vegas y a la tropa de Bulldamm City (1 y 2).
- Cobertura de las XVI Jornadas Internacionales del Cómic de la Villa de Avilés: Póster, invitados y exposiciones; programación de la semana (lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado), premios de la crítica y del certamen, crónica + galería fotográfica del evento, galerías fotográficas de las exposiciones de Joan Boix, R.M. Guéra, Sergio Bleda, Rafa Sandoval y Javier Olivares; charlas-coloquio de Tony Harris y Steve Englehart (vídeos) y visita guiada por la exposición de R.M. Guéra (vídeo).
Solo he leido y sigo leyendo el American Vampire, y es buenisimo, tendre que buscar mas trabajos suyos porque merece la pena. Muy buena entrevista!!!
Me encanta el estilo de este tio,y además me ha alegrado el dia,American Vampire tiene final,lo cual creo que es lo mejor para este tipo de series,no alargarlas hasta el infinito intentando sacarlas más de lo que tienen.
Pues no había leído nada de American Vampire, pero si los guiones le van a la zaga a los dibujos, creo que llevo tiempo perpetrando un error 🙂
Menos mal que hay peacho dibujantes como tu!!
American Vampire es lo mejor que ha salido de Vertigo en los últimos años. El guión es muy bueno y se carga todo el rollo blandurrio de los vampiros ‘crepusculares’ pero el dibujo de Albuquerque es todavía mejor. Me encanta el estilo de este tío, la verdad. En su Devian Art tiene algunas cosas que están muy chulas…
http://rafaelalbuquerqueart.deviantart.com/