Cuando nuestra campaña de promoción de la serie americana Breach, nos pusimos en contacto con varios de los profesionales que habían estado trabajando en ella. Marcos Martín ya nos respondió entonces a una interesante entrevista. Javier Pulido andaba ocupado y prometió ponerse en contacto con nosotros cuando anduviera más libre. Hoy podemos asegurar que Javier es una persona de palabra y ésta es la entrevista que hemos mantenido con él.
Toni Boix: ¿Qué es lo que te motivó a convertirte en dibujante de cómics y cuáles son ahora las cosas que te animan a seguir trabajo tras trabajo?
Javier Pulido: Desde que recuerde siempre fuí aficionado a los comics, y también a dibujar. Hacer comics era una cosa que me salía como natural, era lo que me gustaba y se me daba.
Lo que me sigue motivando es más o menos lo mismo que al principio, aprender y ganarme la vida con algo que me gusta.
Toni Boix: En la época de tus inicios se podía rastrear cierto bagaje conjunto en los trabajos que hacíais Germán García, Luis Bustos, Marcos Martín y tú mismo ¿Qué relación teníais?
Javier Pulido: Con Germán y Marcos la relación era + estrecha, nos conocíamos de Barcelona, incluso hubo una época en que los tres coincidimos viviendo allí. Quedábamos, hablábamos mucho y colaborábamos unos en los proyectos de otros, era la época de Camaleón, de Tess Tinieblas y Mentat. A Luis lo conocimos + tarde, aunque sus dibujos ya andaban por Camaleón, proyectos que preparaba por aquel entonces con David Muñoz.
Toni Boix: Creo que tu grafismo podría situarse al principio entre la mayor ortodoxia de Martín y la personal propuesta de Bustos ¿Has tenido problemas para cohesionar en tu estilo comercialidad y personalidad propia?
Javier Pulido: Bueno, es una cuestión de equilibrio Cuando empiezo un proyecto procuro tener en cuenta una serie de factores antes de decidir un planteamiento, de cómo voy a hacerlo. Dentro de esos factores están los ‘comerciales’, qué tipo de proyecto es, cual es el perfil del supuesto lector, etc.. No es lo mismo dibujar para Spiderman que para Animal Man, por poner un ejemplo. Pero al final el factor + importante siempre es la historia. Muchas veces tú te haces el propósito de seguir un determinado estilo de dibujo, por ejemplo, pero luego te pones a dibujar la historia y ella misma te va llevando por otro sitio, te va pidiendo otro tipo de trabajo. Llegado a este punto, creo que la decisión siempre ha de ir con lo que la historia te pide. Ese es nuestro trabajo. A veces el producto final se puede salir un poco de lo establecido, o de lo esperable, que me ha pasado + de una vez, pero si la historia funciona el trabajo está hecho.
Toni Boix: Creo que Mentat fue tu primer cómic publicado. ¿Qué recuerdo guardas de esa serie?
Javier Pulido: El mejor. Fué mi primer proyecto ‘real’, la primera vez que me sentaba a dibujar con un guión de verdad en las manos, y disfruté cada momento. Era mi primera experiencia profesional y como tal me lo planteé, le puse todo el trabajo y tiempo que pude.
Toni Boix: Pérez Navarro bromeaba cuando Mentat diciendo que “podías llegar a ser la hostia… si conseguías concentrarte en una sola influencia» ¿Con cuál te quedaste?
Javier Pulido: Eso era una broma personal, no es cuestión de tomarla literalmente. Analizando ahora el Mentat creo que el fallo más evidente está en el planteamiento. No acabé de decidirme por qué dirección tomar, seguramente me cogió un poco verde. Pero debo decir que en el caso de Mentat la solución tampoco era fácil, en el guión se daba una mezcla de géneros (superhéroes-ciencia ficción-comedia..) que no es sencilla de resolver.
Toni Boix: Continuando con eso, se perciben cambios en el acabado de cada uno de tus trabajos que parecen muy buscados, muy conscientes. ¿Qué factores desencadenan esos cambios?
Javier Pulido: Son parte del planteamiento que procuro hacer en cada trabajo, como el resto de recursos gráficos.
Toni Boix: Recuerdo un story de muestra tuyo precioso, con Superman y Spiderman ¿Jugo algún papel en tus inicios en el mercado americano? ¿Cómo viviste esa época? ¿Fue Hulk tu primer título allí?
Javier Pulido: Fueron unas páginas de muestra que hice para buscar trabajo en la industria americana, con personajes Marvel y DC. Gracias a ellas, y a Larry Hama, que las llevó a Marvel, conseguí mis primeros trabajos. Lo primero fueron dos números de una serie de Star Trek, luego vino lo de Hulk.
Toni Boix: Robin: Año Uno y Human Target: Final Cut parecen dos historias claramente concebidas por parte de DC como productos de prestigio. ¿Por qué crees que contaron contigo para ellas en un momento en el que aún no eras muy conocido?
Javier Pulido: Esto es algo que nunca comprendí, lo de la política editorial es algo que me supera. Lo lógico sería que este tipo de proyectos se los den a gente consagrada, que les asegure al menos un nivel de ventas aceptable. También es verdad que un proyecto de este tipo pide de una dedicación y un tiempo que igual gente con más nombre no está en situación de ofrecer. Aunque sea un proyecto de ‘prestigio’ te va a suponer que dejes de estar en el mercado durante varios meses, y eso puede ser fatal para tu carrera. Es un riesgo que no es tan fácil de asumir, tal y como funciona la industria. Además, los formatos ‘prestigio’ ya no te aseguran nada, puedes encontrar mayor calidad en todo en formatos más baratos. Y por experiencia te puedo decir que tampoco te aseguran un cuidado especial por parte del editor.
Toni Boix: ¿Qué consideración tienen de ti los editores americanos?
Javier Pulido: Tendrías que preguntarlo a ellos.
Toni Boix: Comentabas que Final Cut era el mejor guión que habías tenido en tus manos. ¿Qué sentiste al verte implicado en un proyecto así? ¿Qué te sedujo de esa historia?
Javier Pulido: Era el guión más interesante y complejo que me había tocado hasta entonces. Me sentí un poco abrumado, la verdad. Me tiré bastante tiempo releyendo y tomando notas. Coincidió además con un momento en que andaba bastante bajo de energía, justo había acabado el Robin, que me dejó derrotado. Me sedujo todo, era un muy buen guión, con un personaje interesante, y con muchas posibilidades narrativas. Además, a priori, se me ofrecían buenas condiciones de trabajo, luego no fueron tanto. Aprendí mucho con ese trabajo, habían muchísimas cosas que tenías que tener en cuenta a cada paso, como ejercicio narrativo fué cojonudo.
Toni Boix: También comentaste entonces algo parecido a que te habías esforzado como nunca para estar a la altura de ese guión y dar lo mejor de ti. Es precisamente en Final Cut donde más recuerdas al Mazzucchelli de Batman: Año Uno. ¿Por qué no has continuado en esa línea? A la altura de Take me out to the Ballgame (Human Target: Strike Zones) se ve claramente como la abandonas en pro de un estilo que me recuerda sorprendentemente al de Jules Feiffer.
Javier Pulido: El resultado final de ese trabajo es parte de un proceso, como con cada uno de los proyectos que hago. Y de unas condiciones determinadas. No me planteo que se parezca a tal o cual comic, sale como sale. Respecto a la serie regular, desde un principio mi planteamiento era el de tomar cada arco argumental casi como una historia aparte, con un planteamiento narrativo propio. Era una cosa que me parecía que faltaba, una serie donde como lector realmente no supiera qué ibas a recibir cada vez , aparte de una buena historia, que eso estaba garantizado con Milligan. Me pareció además, por la naturaleza del personaje y las historias, el lugar adecuado para hacer algo así
Cada una de las historias que hice en la serie tiene un planteamiento diferente. El hecho de que igual las dos primeras no se diferencien tanto entre sí como con la tercera es una cuestión de trazo y, sobre todo, de color. Es complicado conseguir a un colorista dispuesto a aceptar un planteamiento de este tipo, que te obliga a hacer el trabajo duro con cada historia, entre otras cosas porque nadie te lo va a pagar. A partir de esa historia comencé a trabajar en la serie con Javier Rodríguez, que estaba dispuesto a aceptar el reto, o, cuando disponía de tiempo, a colorearme yo mismo. Y creo que se nota.
Toni Boix: Aunque en Catwoman: Caer no es fácil se adivina un trabajo de narrativa y diseño de página muy cuidado, escoges ese estilo enormemente simplificado y suelto que da la impresión de ser apresurado. Creo que ese arco argumental fue incluso anterior a tu trabajo mensual en Human Target. ¿Tuviste miedo de que esa opción no fuera bien acogida por el público?
Javier Pulido: Sí, lo de Catwoman lo hice justo antes de la serie regular de HT.
Respecto a la acogida del público, a ver, era consciente de que era un tipo de producto que no era usual en el mainstream de aquel momento. Lo que pasa también es que en ese trabajo se dieron una serie de circunstancias especiales. Por un lado Catwoman era una serie que había sido relanzada hace poco, con una estética definida por Darwyn Cooke en los primeros números, y que era también muy diferente al resto de lo que se hacía en el universo DC. Estéticamente tenía + que ver con lo que se hacía en los dibujos animados de Batman que con la estética regular de los comics. Recuerdo que eso me llamó mucho la atención cuando la serie apareció.
Por otro, en ese trabajo tuve un apoyo por parte del editor que no es común, al menos en mi experiencia, confió totalmente en mi criterio y respaldó todas mis decisiones artísticas. En mi forma de trabajar eso es esencial. Debe haber una persona encargada de la coordinación de todos los elementos gráficos en una misma dirección, y esa es parte del trabajo del dibujante, no del guionista, ni del editor, ni fruto del azar, que pasa muchas veces también.
Además el colorista entendió perfectamente mi trabajo, y cual era el sentido de mis indicaciones, cosa tampoco usual. Cuando las páginas coloreadas y rotuladas empezaron a llegar ya sabía que la cosa funcionaba, el potencial que le veía a la historia estaba allí.
En general tuvo aceptación entre los seguidores de la serie, bastante en algunos casos. Aun así hubieron lectores de los de ‘me gusta la historia pero no el dibujo’. No entienden que si la historia les gusta es precisamente por los dibujos. Esa historia es un caso claro, creo yo, funciona a unos niveles que un dibujo + convencional no podría conseguir. En cierta forma es como la escritura, partes de elementos simples para construir estructuras complejas. Si partes de elementos complejos las posibilidades de combinación se reducen, y con ello la capacidad de construir un discurso complejo.
La mayor parte del trabajo del dibujante, la que hace que la historia funcione, es invisible. Un ejercicio interesante es intentar estudiar el típico cómic que te gusta a pesar del dibujo, probablemente ese dibujo funciona a unos niveles que no son apreciables a primera vista. Y lo mismo al revés, cuando una historia no funciona suele haber detrás un dibujante que no ha hecho su trabajo, por espectacular que el dibujo pueda parecer.
Toni Boix: ¿Qué opinas del trabajo de coloreado de esos números? ¿Y de la historia? Pienso que conseguiste transmitir con mucha precisión y sencillez una variada gama de matices emocionales en ella. Es, sin duda, un gran trabajo.
Javier Pulido: Creo que es un trabajo singular, todo él. Hay un equilibrio entre las partes que no es común, la historia depende directamente del dibujo, y éste funciona gracias al color, y viceversa, nada funcionaría de la misma forma si se cambiase alguno de los elementos.
El papel del color es importantísimo, mucho más de lo normal. No puedo + que decir cosas buenas del colorista, Matt Hollingsworth. Entendió perfectamente el sentido de mis indicaciones en cada momento, y resolvió cada uno de los problemas que se planteaban de forma precisa y elegante, sin esquivarlos. Ha sido una colaboración de verdad, el color realmente añade cosas a la historia. Hay cosas muy difíciles de conseguir en ese trabajo, que igual no se dejan ver precisamente porque están para eso, para que no destaquen.
Un ejemplo, la escena inicial del primer número, estamos en un sueño de Selina (esto se descubre después), es un día brillante y ella pasea por el parque con su hermana, a la que al final de la primera página roban el bolso, Selina persigue al ladrón; segunda página, pasamos a Slam Bradley, sale del coche mientras vemos como unas nubes cubren el cielo, de repente ve como Selina persigue al ladrón, al que luego él mismo dispara, bueno, al final de esta página ya es de noche, en la primera viñeta de la siguiente página vemos que es noche cerrada. En una página hemos pasado de día brillante a noche cerrada, a través del color, y sin que nos demos cuenta. Hay muchas cosas de éstas en ese trabajo, es para estudiarlo.
El argumento es muy atrevido, pasan cosas que normalmente no se ven, y explicadas desde un punto de vista también poco usual. Una historia dedicada a las repercusiones que actos pasados tienen en los personajes, la típica historia de fill-in, o de subtrama, convertida en todo un arco argumental. Cuando recibí el primer guión me sentí muy afortunado, habían muchas cosas interesantes que contar, relaciones humanas con muchos matices, partes bastante experimentales, incluso alguna escena de acción en cada número. Encima el guionista, Ed Brubaker, accedió a trabajar en un formato de guión más abierto de lo normal. Es seguramente mi trabajo más redondo hasta la fecha, al menos en cuanto a lo que salió publicado.
Toni Boix: ¿Por qué abandonaste la serie mensual de Human Target? Pareces haberte convertido en un dibujante de proyectos especiales o fill-ins. ¿Tienes problemas con los plazos de entrega de una serie mensual?
Javier Pulido: No la abandoné, la cerraron, dibujé todo lo que me dieron.
Puedo ser relativamente rápido cuando las condiciones lo permiten, o mejor, lo piden. Otra cosa es que me aburriese estar mucho tiempo haciendo el mismo tipo de trabajo, una vez que doy con las claves que busco, que sé como funciona, me suelo aburrir. El simple hecho de dibujar no me entretiene más allá de un punto.
Además, creo que el formato mensual ahora mismo no tiene sentido. Ese formato está hecho para un tipo de producto diferente del que han acostumbrado al lector a pedir. Para un trabajo más inmediato, con fuerza pero que emplea las energías en la historia, en ser entretenido, no en llenar cada viñeta con detalles. El Daredevil de Miller es el ejemplo perfecto, y creo que un producto así no tendría sentido hoy en día, seguramente ni funcionaría.
Toni Boix: ¿Cómo ha sido eso de ponerte en los zapatos de Marcos Martín para los fill-ins de Breach? ¿Seguías la serie? ¿Qué opinión te merece?
Javier Pulido: Sí, seguía la serie. En general me gustaba, me daba un aire a las de los 80, era como una del Nuevo Universo Marvel, con planteamientos interesantes, diseños de personajes que se salen de la norma, desarrollos lentos, el mismo tono de las historias.. Igual se me hacía algo demasiado lento el desarrollo, como que no se sabía adonde se dirigía la trama.
Me adapté como procuro adaptarme a todos los proyectos. Estilísticamente no hice nada fuera del estilo de la serie, trabajé con Alvaro, entintador regular de la serie, y con Javi Rodríguez. Me tocaron unas historias un poco raritas, pero bueno, bien.
Toni Boix: Quizás me equivoque pero de Mentat a Breach se observa en tu dibujo un progresivo abandono de la profundidad de campo como herramienta estética y narrativa. ¿A qué es debido?
Javier Pulido: No entiendo bien la pregunta. Si te refieres a que ahora igual mis dibujos parecen menos tridimensionales, es posible que lleves algo de razón. En general, con el tiempo voy tendiendo a la estructura más que a la viñeta, la sensación de tridimensionalidad es un recurso gráfico con un gran poder en sí mismo, llama mucho la atención, a la hora de mantener un equilibrio es un recurso que hay que controlar. Cada vez tiendo a reservarlo + para los momentos adecuados, lo cual potencia a la vez su efecto. Pero esto es en general, depende de los casos, a veces el planteamiento que hago no va tanto por ahí y hago un dibujo más construído, más espectacular en sí mismo.
Toni Boix: Bueno sí, mi pregunta iba bastante por ahí. Me refería a usar la perspectiva tridimensional como elemento estético pero, a la vez, como herramienta que permite en una misma viñeta contar cosas diferentes en distintos planos, unos más alejados y otros más cercanos.
En unas declaraciones que hiciste en Mentat decías que “yo pretendo vivir del cómic haciendo, además, lo que me gusta.” Diez años después, echando la vista atrás y adelante, ¿cómo valoras tu carrera hasta ahora y hacia dónde sientes que se dirige?
Javier Pulido: En general, estoy contento con los proyectos que me han ido tocando, creo que no me puedo quejar, y con mi trabajo en ellos también, siempre he dado lo que he podido, en todo caso. Creo que he ido aprendiendo con cada proyecto y que hay una evolución en mi trabajo, que cada vez sé +.
En cuanto al futuro, es una incógnita. En las condiciones adecuadas me siento capaz de enfrentarme a casi cualquier proyecto, y hacerlo razonablemente bien. Por otro lado, cada vez me identifico menos con lo que se está haciendo ahora a nivel mainstream. Supongo que todo dependerá de cómo evolucionen las cosas.
Toni Boix: ¿Qué nos puedes comentar de las cosas en las que has estado trabajando últimamente?
Javier Pulido: Acabo de hacer un encargo de estos de última hora, de reemplazo de otro dibujante, que creo que ha quedado bastante aparente, a ver qué opina la gente cuando salga. Supongo que lo anunciarán pronto.
Toni Boix: Nada más, Javier. Muchas gracias por atendernos. Te deseamos mucha suerte en tu futuro laboral y que puedas seguir creciendo en tu trabajo a la par que nosotros lo disfrutamos y también crecemos contigo.
Javier Pulido: Gracias a vosotros por vuestro interés.