LOBEZNO: AGENTE DE S.H.I.E.L.D., de Mark Millar y John Romita Jr.

 

Edición original: Wolverine vol. 3, núms. 26 a 31 (mayo a octubre de 2005); Marvel Comics.
Edición España: Lobezno vol. 4, núms. 4 a 6 (abril a junio de 2006); Panini Cómics.
Guión: Mark Millar.
Dibujo: John Romita Jr.
Entintado: Klaus Janson.
Color: Paul Mounts.
Formato: serie mensual de 48 págs.
Precio: 2,90 €.

 

Tras la contundente declaración de intenciones que supuso Enemigo del Estado, el equipo creativo formado por Mark Millar y John Romita Jr. continúa ofreciéndonos su peculiar visión del más popular de los mutantes, poniendo punto y final a una trama que durante los últimos seis meses (un año en su edición original), ha recuperado al Lobezno más salvaje, agresivo y despiadado.

Pero antes de pasar a comentar Lobezno: Agente de S.H.I.E.L.D., repasemos la trayectoria profesional de los autores:

Mark Millar (Escocia, Reino Unido; 1969), hace tiempo que dejó de ser considerado como una promesa y se convirtió en toda una realidad. Sin lugar a dudas se trata de uno de los guionistas con más éxito del comic-book USA, firmando algunos de los títulos más vendidos de los últimos años, como The Authority, The Ultimates o Ultimate X-Men.
Compañero de fatigas de otro gran guionista, el también escocés Grant Morrison, Millar ha sabido jugar sus mejores bazas desde que el éxito le sonrió cuando se hizo cargo de la serie The Authority. Este escocés de pro no deja indiferente a nadie, gracias a sus controvertidos guiones, repletos de violencia, un sentido del humor negrísimo y referencias culturales por doquier.
Una muestra sin pretensiones de exhaustividad de su bibliografía podría ser la siguiente: 2000AD, Aztek, Swamp Thing, Superman Adventures, The Authority, Ultimate X-Men, The Ultimates, Ultimate Fantastic Four, Ultimate War, Superman Red Son, Trouble, Marvel Knights: Spiderman, y Marvel Knights: Wolverine.

Tras un periodo de descanso forzoso, necesario para superar una grave enfermedad, está enfrascado en diversos proyectos, como la fase dos del conjunto de colecciones de creación propia denominado Millarworld, la atípica 1985, el macroevento Civil War o un posible relanzamiento de Alpha Flight. Recientemente ha renovado su contrato en exclusiva con “La Casa de las Ideas” hasta mediados de 2008.

John Romita Jr. (New York, EE.UU.; 1956), no lo tenía fácil cuando decidio dedicarse de forma profesional al mundo de los cómics. Siendo hijo de una leyenda, el listón está muy alto, pero después de casi 30 años de carrera, nadie alberga la menor duda acerca del talento de este impresionante dibujante.
Poseedor de un estilo depurado, a la par que espectacular, la carrera de Romita Jr. está indisolublemente ligada a la editorial Marvel, a la que siempre ha mostrado una fidelidad inquebrantable.
Un muestrario de su obra sería: Iron Man, Uncanny X-Men, Daredevil, Peter Parker: Spiderman, Punisher War Zone, Cable, Punisher / Batman, Spiderman: The Lost Years, The Incredible Hulk, Amazing Spiderman, Wolverine, Black Panther, The Sentry,…
De entre todos sus trabajos, brillan con luz propia las míticas etapas de Uncanny X-Men, guionizadas por Chris Claremont, el Daredevil de Ann Nocenti, así como las múltiples ocasiones en las que se ha encargado de dibujar a Spiderman, en sus distintas colecciones. Recientemente además de haber renovado su contrato en exclusiva por Marvel Comics, se ha anunciado que ilustrará los guiones de Stan Lee para Fantastic Four: The End, así como el próximo trabajo de Neil Gaiman para La Casa de las Ideas: Los Eternos.

Posiblemente se trata de uno de los mejores dibujante de cómics en activo, que a lo largo de su dilatada carrera ha hecho honor a su apellido.

SINOPSIS: “Tras haber sido manipulado por La Mano e Hydra para cometer innumerables atrocidades en beneficio de sus maquiavélicos planes, Lobezno es sometido por S.H.I.E.L.D. a un proceso de desprogramación. Pero las poderosas organizaciones criminales comandadas por El Gorgón, no parecen dispuestas a dar el más mínimo respiro en su afán de destrucción”.

Los guiones de Mark Millar siempre se han caracterizado por relatar historias plagadas de acción, violencia e incorrección política, así como una clara predisposición a buscar una provocación que en ocasiones roza la gratuidad. Estos elementos, recurrentes en su ya abultada bibliografía, sirven como mero telón de fondo de interesantes y curiosos planteamientos, siempre salpicados de ocurrentes detalles que justifican los excesos de uno de los más famosos y exitosos guionistas del medio. Su etapa en esta colección no iba a ser una excepción, aunque llama especialmente la atención el hecho de encontrarnos ante un Millar más desinhibido que nunca (y esto, aludiendo al guionista escocés resulta tremendamente significativo), alcanzando cotas de violencia y crudeza difícilmente igualables por otros títulos del Universo Marvel. Todo ello en beneficio de una etapa que, a diferencia de la que él mismo escribió para Marvel Knights: Spiderman (hablaremos sobre su último arco argumental la semana que viene) hace justicia tanto al personaje como a las expectativas que los lectores habían depositado en este auténtico blockbuster.

Saciar su sed de venganza y necesidad de redención son los objetivos de un Lobezno desatado que, en un ambiente hostil y reticente debido a los sucesos acontecidos durante el anterior arco argumental, intentará, valiéndose de todos los avances tecnológicos puestos a su alcance, dar al traste con los planes de El Gorgón, sin olvidar el hecho que desencadenó esta desquiciante aventura, marcado a fuego en la conciencia de nuestro protagonista.
El Helitransporte de S.H.I.E.L.D., Alemania, Nueva York, Arkansas o la ciudad secreta del Alba de la Luz Blanca sirven de escenario a una historia frenética, donde los acontecimientos se suceden sin permitir al lector recuperar el aliento, ya que además de conocer el destino de personajes aparecidos con anterioridad y profundizar en el origen, las motivaciones y la personalidad de El Gorgón, se repiten las apariciones de personajes del Universo Marvel, desempeñando en esta ocasión el papel de secundarios de lujo. En este sentido, cabe destacar lo especialmente grato que resulta el protagonismo conferido durante toda la “etapa Millar” a un personaje que ofrece infinitas posibilidades, como es el caso de Nick Furia, antaño tremendamente infrautilizado, y que recientemente multiplica sus apariciones como secundario de lujo en diversas colecciones Marvel.

En el apartado gráfico, destacar la labor realizada por un John Romita Jr. que con el paso de los años ha simplificado su trazo hasta reducirlo a la mínima expresión, convirtiéndolo en una sucesión de esbozos angulosos y lineales poco detallados, lo cual lejos de pretender que se entienda como una crítica, busco que ejemplifique cómo sus trabajos están muy por encima de la media de los realizados por la gran mayoría de los dibujantes contemporáneos. Por mucho que haya simplificado su estilo. Durante estos 6 números (sumados a los 6 anteriores) hemos podido disfrutar con el talento de quien, al igual que Lobezno, sigue demostrando ser uno de los mejores en lo que hace.

En resumidas cuentas, estamos ante un cómic espectacular, en el sentido más literal de la palabra. Una historia que busca el entretenimiento puro y duro valiéndose de la utilización hiperbólica de la violencia, hábiles aunque no excesivamente originales recursos y giros argumentales, y la indisimulada búsqueda de la complicidad del lector por medio de constantes referencias a personajes y situaciones que resultan tremendamente familiares. No estamos ante una obra maestra del género, pero no cabe duda de que se trata de un tebeo condenadamente divertido.

Artículo publicado anteriormente en Zona Negativa:

– Lobezno: Enemigo del Estado.

Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)